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Mostrando entradas de enero, 2017

EL TESTIMONIO DEL SEPULCRO

EL TESTIMONIO DEL SEPULCRO Juan 20:1 “Y el primer día de la semana María Magdalena fue* temprano al sepulcro, cuando todavía estaba* oscuro, y vio* que ya la piedra había sido quitada del sepulcro. v:2 Entonces corrió* y fue* a Simón Pedro y al otro discípulo a quien Jesús amaba, y les dijo*: Se han llevado al Señor del sepulcro, y no sabemos dónde le han puesto. v:3 Salieron, pues, Pedro y el otro discípulo, e iban hacia el sepulcro. v:4 Los dos corrían juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro, y llegó primero al sepulcro; v:5 e inclinándose para mirar adentro, vio* las envolturas de lino puestas allí, pero no entró. v:6 Entonces llegó* también Simón Pedro tras él, entró al sepulcro, y vio* las envolturas de lino puestas allí, v:7 y el sudario que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con las envolturas de lino, sino enrollado en un lugar aparte. v:8 Entonces entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro, y vio y creyó.

SUBIR AL MONTE Y EDIFICAR EL TEMPLO

SUBIR AL MONTE Y EDIFICAR EL TEMPLO Quiero empezar este artículo dando un pequeño contexto del pasaje que acabamos de leer. El profeta Hageo profetizó en los tiempos en los que los hijos de Israel regresaron de la deportación de Babilonia, después de setenta años. Cuando los israelitas regresaron a su tierra, toda la nación, incluido el templo, estaba en una total ruina. La mayoría del pueblo volcó su mirada a sus propias necesidades, pues, éstas eran más que obvias; pero dejaron a un lado la reconstrucción del templo de Dios. Fue en ese ambiente que el Señor levantó a Hageo y a Zacarías para que profetizaran al pueblo y lo estimularan a darle prioridad a la construcción de la casa de Dios.  El panorama que nos presenta Hageo en su libro, especialmente en el primer capítulo, se ajusta como un buen ejemplo, espiritualmente hablando, a la situación que como pueblo de Dios podemos llegar a vivir. Ciertamente el Señor nos ha sacado de la esclavitud de este mundo y nos ha tras

¿CÓMO SABEMOS QUE LE CONOCEMOS?

¿CÓMO SABEMOS QUE LE CONOCEMOS? 1 Juan 2:3 “Y en esto sabemos que hemos llegado a conocerle:  si guardamos sus mandamientos”. Seguramente hemos escuchado a muchos hermanos decir que ellos conocieron al Señor el día que le recibieron como Su Salvador, pero, ¿Aceptar a Cristo como nuestro Salvador es lo mismo que conocer al Señor?. Lo que nos dice el apóstol Juan es: “ustedes me van a mostrar que conocen al Señor si guardan sus mandamientos”. En realidad, él no está hablando de conocerlo para salvación, ni de un conocimiento intelectual, sino de un conocimiento experimental y maduro. Tal conocimiento es el mismo del que Pablo dice en Filipenses 3:8 “Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor…” . Algunos creen que conocen al Señor porque oran, o porque leen la Biblia, etc. sin embargo, Juan dice que los que han llegado a conocer al Señor son aquellos que guardan Sus mandamientos. Al referirse a los

LA CARRERA DEL CRISTIANO

LA CARRERA DEL CRISTIANO Quiero decirles a manera de introducción que el Señor, por Su Gracia, nos ha permitido tener revelación en cuanto a Su Cuerpo, y por medio de ella hemos podido avanzar lo que en toda nuestra vida evangélica no habíamos hecho. La revelación del Cuerpo de Cristo nos ha traído una enorme bendición, y el entendimiento de que no estamos solos. Conocer tal verdad nos ha dado conciencia de la realidad del Evangelio que está descrito en todo el Nuevo Testamento. A raíz de esa bendita revelación, que es la columna vertebral de todo lo que Dios enseñó a través de sus apóstoles, hemos tomado conciencia de lo que realmente es la vida corporativa. Ahora sabemos la responsabilidad que tenemos para con el Cuerpo de Cristo. Hemos entendido que la Iglesia no se sostiene con la ayuda de los pastores “evangélicos” (que son una mezcla entre apóstol, anciano, evangelista, etc.), sino que ésta se sostiene y vive al edificarse mutuamente los unos a los otros. Estoy conscient

EL MATRIMONIO VISTO BAJO LA PERSPECTIVA DE EL ANTIGUO Y EL NUEVO TESTAMENTO

EL MATRIMONIO VISTO BAJO LA PERSPECTIVA DE EL ANTIGUO Y EL NUEVO TESTAMENTO Quiero comparar el matrimonio con dos pactos tan marcados, como lo son el Antiguo y el Nuevo Testamento. Al analizar los dos pactos podremos sacar algunas lecciones y principios fundamentales para aplicarlos a nuestros matrimonios. Dice Efesios 5:22 “Las mujeres estén sometidas a sus propios maridos como al Señor. v:23 Porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, siendo El mismo el Salvador del cuerpo. v:24 Pero así como la iglesia está sujeta a Cristo, también las mujeres deben estarlo a sus maridos en todo. v:25Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia y se dio a sí mismo por ella, v:26 para santificarla, habiéndola purificado por el lavamiento del agua con la palabra, v:27 a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia en toda su gloria, sin que tenga mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuera santa e inmaculada. v:28 Así tambi