Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de mayo, 2018

TENGAMOS CUIDADO DE NO PROCEDER MAL CON NUESTROS HERMANOS, PORQUE A CAUSA DE ESO NOS HACEMOS MERECEDORES DEL INFIERNO

                            TENGAMOS CUIDADO DE NO PROCEDER MAL CON NUESTROS HERMANOS, PORQUE A CAUSA DE ESO NOS HACEMOS MERECEDORES DEL INFIERNO.  Hermanos, el trato que tengamos con nuestros hermanos no es un juego. La Vida que nos han dado en Cristo no es un asunto de reglas, ni de conceptos humanos, son asuntos divinos, es lo concerniente al Reino de Dios. Al venir al Señor nos meten a una esfera celestial, nos paramos en tierra santa; debemos quitarnos las sandalias sucias con las que hemos caminado toda la vida; debemos caminar con tener temor y temblor.  Dice Hebreos 2:1 “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos”. v:2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, v:3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande?. La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confir

UN MANDAMIENTO ANTIGUO Y UNO NUEVO

UN MANDAMIENTO ANTIGUO Y UNO NUEVO. 1 Juan 2:6 “El que dice que permanece en El, debe andar como El anduvo”.  Muchos mal interpretan este verso, y creen que el apóstol Juan nos dice que debemos andar en santidad, tal como anduvo el Señor; o creen que hay que salir a predicar, tal como lo hizo el Señor. En realidad, el contexto bajo el cual se escribieron estas cosas es lo que dice Juan 13:34 “Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros”. Andar como el Señor anduvo, es seguir esta regla de vida que Él dijo: “que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros”. El Señor amó tanto a los hombres que un día murió por ellos, así también debemos amar a nuestros hermanos, hasta el punto de dar la vida por ellos. ¡Necesitamos perfeccionarnos en el amor! Más adelante dice 1 Juan 2:7 “Amados, no os escribo un mandamiento nuevo, sino un mandamiento antiguo, que habéis tenido desde

CÓMO ALCANZAR UNA DIMENSIÓN ESPIRITUAL A LA MANERA DEL TEMPLO DE SALOMÓN

CÓMO ALCANZAR UNA DIMENSIÓN ESPIRITUAL A LA MANERA DEL TEMPLO DE SALOMÓN  El Templo de Salomón fue el resultado final de una revelación que Dios le dio a los hijos de Israel en el desierto, fue la culminación de lo que inició siendo una tienda en el desierto. Ciertamente la casa de Dios en un inicio fue muy sencilla en comparación con lo que llegó a ser cuatrocientos ochenta años después, un Templo considerado en la antigüedad como una de las construcciones más maravillosas que existieron.  Esta figura de cambio que se dio entre el Tabernáculo de Moisés y el Templo de Salomón nos habla de un avance, de un cambio, de una transformación que debemos experimentar tanto de manera colectiva como en lo individual. Ciertamente la casa de Dios comenzó siendo una tienda movible, que era llevada de un lado a otro, mientras que el Templo de Salomón fue un edificio sólido, estable, firme. Esta figura nos muestra el avance que debemos tener en el Señor, debemos dejar de ser fluctuantes

CÓMO SER APROBADOS PARA DIOS Y SU REINO

CÓMO SER APROBADOS PARA DIOS Y SU REINO  El pasaje de Marcos 11:1-7 nos relata que el Señor Jesús mandó a Sus discípulos a traer un pollino que estaba atado; y que ellos hicieron tal como Él se los mandó. La Biblia no nos da muchos detalles sobre cómo aprobó el Señor a Sus discípulos, pero a través de la historia de este burrito podemos aprender cómo ser aprobados para Dios y Su Reino.  Cuando el Señor envió a Sus discípulos a traer el burrito, les advirtió: “si alguien os dijere: ¿Por qué hacéis eso? decid que el Señor lo necesita…” (Marcos 11:3). ¡Qué elogio fueron esas palabras para aquel burrito, el Señor estaba necesitándolo! Hermanos, Dios nos necesita para que le sirvamos. Cuando Saulo se convirtió, Dios también dijo de él: “… instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel” (Hechos 9:15). Hagámonos la siguiente pregunta: ¿Se ve Dios necesitado de nosotros? La condición de la mayoría de los c