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Mostrando entradas de enero, 2021

SOIS LA SAL DE LA TIERRA: PARA PRESERVAR

SOIS LA SAL DE LA TIERRA: PARA PRESERVAR Mateo 5:13   “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se ha vuelto insípida, ¿con qué se hará salada otra vez? Ya para nada sirve, sino para ser echada fuera y pisoteada por los hombres”. ¿Por qué el Señor nos comparó con la sal? En primer lugar, porque una de las funciones más grandes de la sal es preservar. Todos conocemos el muy famoso “pescado salado” (platillo típico que se sirve en los países de nuestra región). Estos pescados, luego de ser limpiados, se salan completamente, precisamente para que no se echen a perder, pues, la sal tiene la propiedad de detener la corrupción en las cosas.  Hermanos, el Señor desea que nosotros seamos agentes de cambio, que seamos contrarios a la corrupción que hay en el mundo. Creo que es incorrecto que nos paremos a pregonar aquello que de alguna manera no experimentamos nosotros mismos. El Señor dijo que somos la sal, y no que habláramos sobre el tema de ser la sal. Estas palabras del Señor debe

UN PROBLEMA DEL SER HUMANO: NO SABE QUÉ HACER CON SU EXPERIENCIA INTERIOR POR LO CUAL LA EVADE

UN PROBLEMA DEL SER HUMANO: NO SABE QUÉ HACER CON SU EXPERIENCIA INTERIOR POR LO CUAL LA EVADE. En fechas anteriores he hablado sobre esa tendencia natural caída de estar siempre viviendo hacia afuera. Esa actitud de estar viviendo hacia afuera no es más que vivir de todos esos programas emocionales, los cuales no sabemos siquiera por qué los tenemos. En un verso del Antiguo Testamento dice: “el impío huye sin saber quién lo persigue”, y muchas veces tenemos esa sensación de salir, de huir, de irnos, de querer ser fugitivos de los temores, de nuestras cárceles interiores, las cuales como ya dijimos anteriormente, ni siquiera sabemos por qué existen; simple y sencillamente nuestro interior es el lugar donde menos nos gusta estar, y lastimosamente para muchos es el lugar donde más tenemos que estar, nos guste o no, nuestro interior es el lugar donde más estamos. Ahora vamos a ver otro problema y es: “No saber cómo conducirnos o qué hacer en esa experiencia de nuestra vida interior”. Como

LAS COSAS VIEJAS PASARON, HE AQUÍ TODAS SON HECHAS NUEVAS

LAS COSAS VIEJAS PASARON, HE AQUÍ TODAS SON HECHAS NUEVAS Obviamente, hay cosas de nuestro pasado que deben ser eliminadas. La primera faceta para terminar con el pasado es cuando cobramos fe en los hechos consumados de Cristo, luego habrán cosas que literalmente deberán ser tratadas y sacadas de nuestra vida. Muchas cosas del pasado deberán ser tratadas de manera especial, según haya sido el proceder de cada persona en su vida. Pareciera que no debemos hablar de las “cosas viejas” después de tener años de haber conocido al Señor, pero no las dejemos al descuido, pues, algunas de esas “cosas” son fundamentales para que los nuevos creyentes solucionen su pasado y por otro lado, ayudan a reafirmar en la fe a los creyentes más avanzados. Hay cosas que obviamente no deben ser tocadas, ni cambiadas, por haberlas hecho en el pasado, si no debemos aceptarlas y saberlas llevar ahora que estamos en Cristo. Por ejemplo, una de ellas es nuestro cónyuge. La Biblia no nos dice que cambiemos las cos

LAS IGLESIAS DEBEN GUARDAR LAS ORDENANZAS DOMESTICAS DADAS POR UN APÓSTOL CON EL FIN DE SER ORIENTADOS DE UNA MEJOR MANERA.

LAS IGLESIAS DEBEN GUARDAR LAS ORDENANZAS DOMESTICAS DADAS POR UN APÓSTOL  CON EL FIN DE SER ORIENTADOS DE UNA MEJOR MANERA. Debemos tener en cuenta que al referirnos al ministerio apostólico, no necesariamente es lo que más se habrá de evidenciar en una Iglesia local. Es como que hablemos de lo importantes que son los cimientos de una casa, no por ser importantes son la parte más vistosa de la casa. Los apóstoles son más o menos como hablar de los cimientos de una casa, no los puso Dios para que sean vistos, sino que sean funcionales en su ministerio. Dios dejó establecido que las Iglesias locales tuvieran comunión con los apóstoles.  Hermanos, muchas cosas que yo les enseño, no esperen a que les diga enfáticamente que es una “orden apostólica”. Cuando yo llego al punto de decir: “esto es una orden”, es porque percibo que no hay mucha obediencia al respecto, pero no debería ser así. Por ejemplo, cuando yo estoy en mi casa y le digo a mi esposa que me sirva un café, no necesito decirl