CÓMO ALCANZAR UNA DIMENSIÓN ESPIRITUAL A LA MANERA DEL TEMPLO DE SALOMÓN

CÓMO ALCANZAR UNA DIMENSIÓN ESPIRITUAL A LA MANERA DEL TEMPLO DE SALOMÓN 

El Templo de Salomón fue el resultado final de una revelación que Dios le dio a los hijos de Israel en el desierto, fue la culminación de lo que inició siendo una tienda en el desierto. Ciertamente la casa de Dios en un inicio fue muy sencilla en comparación con lo que llegó a ser cuatrocientos ochenta años después, un Templo considerado en la antigüedad como una de las construcciones más maravillosas que existieron. 

Esta figura de cambio que se dio entre el Tabernáculo de Moisés y el Templo de Salomón nos habla de un avance, de un cambio, de una transformación que debemos experimentar tanto de manera colectiva como en lo individual. Ciertamente la casa de Dios comenzó siendo una tienda movible, que era llevada de un lado a otro, mientras que el Templo de Salomón fue un edificio sólido, estable, firme. Esta figura nos muestra el avance que debemos tener en el Señor, debemos dejar de ser fluctuantes y convertirnos en creyentes firmes y estables. Como dijo el apóstol Pablo: “… ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para engañar emplean con astucia las artimañas del error, v:15 sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en aquel que es la cabeza, esto es, Cristo, v:16 de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir edificándose en amor”. 

Para poder alcanzar una dimensión espiritual a la manera del Templo de Salomón necesitamos lo siguiente: “Experimentar una revelación progresiva del misterio de Cristo y la Iglesia”. 

Según el apóstol Pablo, haber conocido a Cristo Jesús como Su Salvador no fue lo más glorioso que le aconteció en la Vida. Para Pablo lo más grande fue haber conocido a Cristo de una manera progresiva. Dice Filipenses 3:7 “Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. v:8 Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo”. Si usted lee con cuidado, Pablo dice: “yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús”, yo le pregunto: ¿Acaso no conocía Pablo al Señor? ¿Acaso no tuvo un encuentro muy tremendo con Jesús cuando iba camino a Damasco? Pablo sí conocía al Señor Jesús como Su Salvador, sin embargo, él dice que estimaba todas las cosas como pérdida en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús. Al leer esto pareciera que Pablo se contradice, pero lo que él quería explicar es que conocer a Cristo como Su Salvador personal fue sólo el inicio, lo más grande para él fue conocerlo en Sus muchas dimensiones. Pablo entendió que conocer a Cristo era algo progresivo, inició conociéndolo como el Salvador pero al final de su vida lo conoció en misterio, como un Cristo múltiple, un Cristo Iglesia. 

La primera experiencia de Pablo con Cristo fue conocerlo (o descubrirlo) en su interior, es decir, en su espíritu. Ahora bien, siguiendo con la lectura, dice Filipenses 3:9 “…y ser hallado en El”, acá el apóstol Pablo nos está hablando de otra experiencia, no es lo mismo “hallar a Cristo en nuestro ser”, que “ser hallados en Cristo”. Verdaderamente, necesitamos ambas experiencias; lo primero tiene que ver con una experiencia personal, lo otro es lo que implica estar ligados al Cuerpo de Cristo. 

Seguido a esta revelación, sigue diciendo el apóstol Pablo en Filipenses 3:9 “ y ser hallado en El, no teniendo mi propia justicia derivada de la ley, sino la que es por la fe en Cristo, la justicia que procede de Dios sobre la base de la fe, v:10 y conocerle a El, el poder de su resurrección y la participación en sus padecimientos, llegando a ser como El en su muerte v:11 a fin de llegar a la resurrección de entre los muertos”. En el v:11 Pablo dice que su fin es “llegar a la resurrección de entre los muertos”. Al buscar en el idioma griego, podemos ver que la palabra “resurrección” es “exanastasis”; la palabra está compuesta por dos raíces: “ex” (fuera de) y “anastasis” (levantamiento o resurrección). La idea de esta palabra, que es la única vez que aparece en todo el Nuevo Testamento, es que estando en Él (en Cristo) podemos vivir la vida del resucitado antes de que venga el tiempo de la “resurrección. 

Es digno de imitar la conducta del apóstol Pablo, un hombre que teniendo tal revelación pudo decir: “No que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder alcanzar aquello para lo cual también fui alcanzado por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que todos los que somos perfectos, tengamos esta misma actitud; y si en algo tenéis una actitud distinta, eso también os lo revelará Dios; sin embargo, continuemos viviendo según la misma norma que hemos alcanzado”. (Filipenses 3:12–16). 

En lo personal, creo que alguien que ya tenga un año de haber conocido al Señor puede alcanzar la perfección a la que se refiere el apóstol Pablo, pues, el sentido es llegar a ser una persona madura. Yo quisiera que estos versos queden incrustados en cada uno de sus corazones, en especial la frase que dice: “sin embargo, continuemos viviendo según la misma norma que hemos alcanzado”. Lo que usted ya alcanzó, manténgalo; lo que usted ya aprendió, practíquelo. Yo exhorto a todos y a cada uno, a que sigan adelante, que no retrocedan, que se afirmen en la fe. Yo puedo decirles que el problema de las Iglesias no está en las almas que no vienen con nosotros, al contrario, el problema de las Iglesias reside en los creyentes más antiguos porque no han querido madurar. 

Hay muchos que ya tienen años de caminar con el Señor pero no han querido afianzar ni siquiera las cosas más básicas. Ya es tiempo de eliminar la inestabilidad entre nosotros. Yo les aseguro que si nos dedicamos a servir al Señor, si somos fieles en asistir a las reuniones, y somos responsables para llevar una palabra de edificación, seguramente le daremos un gran avance al Reino del Señor entre nosotros. Hagamos de nuestra caminata con el Señor una revelación progresiva del misterio de Cristo y la Iglesia. Si Cristo un día murió por nosotros, ahora nosotros entreguémonos por Él y por nuestros hermanos. Amén. 

Apóstol Marvin Véliz