UN CUERPO AGREGADO A LA SUSTANCIA DIVINA Filipenses 2:6 “aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, v:7 sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres. v:8 Y hallándose en forma de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz”. Cristo antes de ser enviado a la tierra no tenía un cuerpo humano, sino, tanto Él como el Padre eran sustancia divina. El apóstol Juan dijo esto de la siguiente manera: “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios. El estaba en el principio con Dios” (Juan 1:1-2). Antes de venir a la tierra, en la eternidad pasada, Cristo existió en la condición del “Verbo”. La Biblia nos muestra a nosotros claramente que Jesucristo, el Hijo de Dios sufrió un cambio eterno en su condición divina, puesto que tomó un cuerpo en Belén, y lo conservó aun después de la muerte de la cruz. Al día de