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LA LEVADURA DE LOS FARISEOS


LA LEVADURA DE LOS FARISEOS

Mateo 16:5 (LBLA) “Los discípulos, al pasar al otro lado, se habían olvidado de tomar panes. v:6 Y Jesús les dijo: Estad atentos y guardaos de la levadura de los fariseos…”

Básicamente, el Señor no recriminó a los fariseos por lo que enseñaban, sino por su forma de proceder. Los fariseos no eran tan herejes en su teología, en una ocasión el Señor mismo dijo: “En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos” (Mateo 23:2). Es claro que el Señor no estaba disgustado con el contenido de lo que ellos enseñaban, es más, seguidamente Él dijo: “Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo”; ahora bien, prestemos atención al detalle que el Señor sigue diciendo, y que era lo que le incomodaba de este grupo religioso: “… mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”. Si interpretamos estas palabras, lo que incomodaba al Señor de los fariseos era su hipocresía, por eso en todo el capítulo 23 de Mateo, en repetidas veces el Señor les dice: “hipócritas”. La hipocresía era la levadura que tenían estos amantes de la Ley de Moisés, algo de lo cual nosotros también debemos guardarnos. 

Hermanos, hay un principio contrario a la levadura de los fariseos, que debemos saber: La Palabra de Dios es el elemento que dispensa la nutrición de la Vida divina en el creyente. El Señor dijo: “El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son espíritu y son vida” (Juan 6:63). Al igual que un pan físico, lo que nutre en realidad nuestro cuerpo no es todo el pan que nos comemos, sino los elementos que el cuerpo logra extraer y metabolizar para beneficio de la vida. Así es la Palabra de Dios, lo que oímos de parte de Él, tiene que tener un proceso en el cual, tales palabras se metabolicen en nuestro interior, porque eso es lo que generará Vida divina en nosotros. Hermanos, los milagros, los dones, las cosas sobrenaturales, las lenguas, las unciones, y cualquier otra operación del Espíritu no es más grande que la palabra de Dios, pero al final, ni siquiera la palabra de Dios es propiamente la Vida divina, sino lo que logramos asimilar de ella en nuestro ser interior. 

Hay cosas en nuestro ser que impiden que la palabra de Dios se metabolice o se transforme en nutrición espiritual para nosotros. Es como en lo físico, hay gente que come poco y engorda rápido, y viceversa, no todos los cuerpos son iguales. Así cada uno de nosotros en lo espiritual, debemos conocernos a nosotros mismos, debemos aprender a detectar la salud de nuestro espíritu, porque el espíritu es la parte de nuestro ser que asimila las palabras de Dios. En las cosas de Dios no debemos usar primeramente nuestra mente, ni nuestras emociones, sino el espíritu que nos han regenerado. Debemos fortalecernos en el espíritu, en nuestro hombre interior, precisamente, mediante la palabra de Dios.

Muchas veces sucede que la Palabra de Dios para unos es Vida y para otros no, ¿Por qué sucede esto? Porque es lo mismo que en lo natural, cuando alguien está enfermo, el alimento no le nutre, por el contrario, muchas veces lo termina dañando. Igualmente es en lo espiritual, muchas veces la palabra no surte efecto en nosotros porque estamos enfermos espiritualmente, y una de esas enfermedades espirituales, es la levadura de los fariseos, es decir, la hipocresía. Veremos a continuación algunos síntomas de esto:

1.- ELLOS DICEN Y NO HACEN…

Mateo 23:3 “Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”

¿Cómo somos nosotros en la Iglesia con los hermanos? ¿Seguimos aún con las prácticas evangélicas? ¿Seguimos aún empujando a otros a hacer lo que nosotros por años no hemos podido hacer? Hermanos, no seamos como los fariseos enseñando lo que nosotros nunca hemos querido o podido hacer, al contrario, si algo queremos enseñar a otros, hagámoslo con el ejemplo. El apóstol Pablo dice en 2 Tesalonicenses 3:9 “…no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis”. De tal manera debemos enseñar en la Iglesia, siendo ejemplo para los demás. Si queremos enseñar a barrer el local de reuniones, pues tomemos  una escoba y barramos, con nuestro ejemplo, los demás aprenderán. Dejemos a un lado la costumbre religiosa e hipócrita de mandar a otros, de querer que otros hagan, mientras nosotros estamos ausentes en el asunto, tal actitud de hipocresía sólo evidencia nuestro fariseísmo.

2.- ATAN CARGAS PESADAS Y DIFÍCILES DE LLEVAR…

Dice Mateo 23:4 “Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas”

Qué fácil es decirle a los demás que oren, y ¿será que nosotros oramos?; otros exhortan a los hermanos a que lean la Biblia, y ¿será que nosotros la leemos?. Por lo menos debemos quitarnos el privilegio de exhortar, dejemos que exhorten los que sí lo hacen. No arenguemos en las reuniones a que los hermanos tengan una medida que nosotros mismos no tenemos. No nos acostumbramos a poner cargas pesadas, que nosotros ni con un dedo queremos moverlas, evitemos estas actitudes porque dañan el proceso de la nutrición en la Iglesia. 

3.- “HACEN TODAS SUS OBRAS PARA SER VISTOS POR LOS HOMBRES”

Dice Mateo 23:5 “Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres…”

Este era otro de los síntomas de los fariseos, hacían cosas espirituales en público para recibir gloria de los hombres. Es como el caso de muchos hermanos, que no oran a solas delante de Dios, pero en público sí lo hacen muy bien. No tienen una vida recta ante los ojos de Dios, pero se ocupan de mostrar públicamente su mejor imagen. Otros, en la calle son mal hablados, pero en la Iglesia son los de más refinado lenguaje. Esto es una enfermedad en los creyentes, que sólo quieren ser exaltados por los demás. El Apóstol Pablo le recomienda a Timoteo lo siguiente: “No descuides el don que hay en ti, que te fue dado mediante profecía con la imposición de las manos del presbiterio. Ocúpate en estas cosas; permanece en ellas, para que tu aprovechamiento sea manifiesto a todos” (1 Timoteo 4:14-15) En realidad no es pecado que nos miren los demás, los dones espirituales deben ser exteriorizados en algún momento. El pecado que Dios señala es mostrar lo que tenemos, y peor aún: lo que no tenemos. Si hacemos obras sólo para querer ser vistos por los hombres, somos fariseos.

4.- “AMAN LAS PRIMERAS SILLAS EN LAS SINAGOGAS”

Mateo 23:6 “… aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, v:7 y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí”.

Al igual que en aquellos días, los fariseos modernos siguen amando los primeros lugares, los lugares de honor; por esa razón los hombres han inventado en la Iglesia, cargos y posiciones de todo tipo, ya que todos desean recibir un grado de honor, un lugar más arriba de los demás. A nuestra carne le encantan los honores, le encanta ser de los grandes. Tampoco voy a decir que no hay “grandes” en el Cuerpo de Cristo, sí los hay, sí hay hermanos que llevan la delantera, pero que se manifiesten por la función y no por la posición jerárquica religiosa. Pablo instó a Timoteo que se viera su adelanto entre los hermanos, pero que lo hiciera leyendo Las Escrituras, instruyéndose, de manera que al funcionar en la Iglesia, su aprovechamiento fuera manifiesto a todos. Eso es gobierno orgánico, no jerárquico. Démosle libertad al Espíritu que se manifieste lo que tenemos, no lo que no tenemos. 

Hermano, le pregunto: ¿Es usted de los que piden que se haga y usted no hace nada?, ¿Es usted de los que atan cargas difíciles de llevar, las cuales usted no quiere moverlas ni con un dedo? ¿Es usted de los que hacen obras con el fin de ser vistos por los hombres?, o ¿Es usted de los que aman lugares de honor?, ¿Es usted un fariseo? Tengamos cuidado de la levadura, de la enseñanza de los fariseos, porque esa ruta tarde o temprano hará que perdamos la nutrición que nos da la palabra del Señor. Para salir de este error, lo que debemos hacer es un cambio de actitud; es alejarnos de la hipocresía que nos enseña la religión. 


¡Dios les bendiga!
Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. La levadura de los fariseos es la hipocresía de decir que se haga y no hacer nada, de atar cargas pesadas sobre otros que ellos mismos no mueven con un dedo. Esta hipocresía se erradica de nosotros por medio de nutrirnos con la Palabra del Señor utilizando nuestro espíritu para ello.
    Los fariseos decían que se hiciera lo que ellos mismos no hacían. Esto lo podemos contrarrestar enseñando con nuestro ejemplo tal y como Pablo lo hacía. 2 Tesalonicenses 3:8-9 8 ni comimos de balde el pan de nadie, sino que trabajamos con afán y fatiga día y noche, para no ser gravosos a ninguno de vosotros 9 no porque no tuviésemos derecho, sino por daros nosotros mismos un ejemplo para que nos imitaseis.
    Los fariseos ataban cargas pesadas sobre sus discípulos, mientras ellos no las movían ni con un dedo. Para no ser como los fariseos, cuidémonos de no arengar a los hermanos a que den una medida que nosotros mismos no hemos dado, recordemos que las ovejas siguen las pisadas de sus pastores y no necesitan que las arreen sino sólo a alguien que vaya delante de ellas para seguirlo.
    Los fariseos todo lo que hacían, lo hacían para ser vistos por los hombres. Las obras de servicio al Señor es para recibir de parte de Él una recompensa, pero el Señor dijo que el que obre como los fariseos no recibirá recompensa del Padre que está en los cielos, ya que su recompensa es que los hombres los vean y alaben.
    Los fariseos eran jerárquicos y buscaban siempre los primeros lugares en todo. Nosotros para no ser como ellos debemos ser orgánicos, permitiéndole al Señor su gobierno entre nosotros sin desear estar arriba de los demás.

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    1. para mi también el fondo de la hipocresía esta en la manera falsa en la que se expone algo, yo puedo hablar de algo en lo cual yo mismo me vea exhortado y no manteniendo una imagen y un hablar como que eso es algo perfecto en mi.

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  2. Resalta inmensamente en un fariseo la vida del alma, del hombre caído como Adan que quiso ser grande, quiso ser como Dios y los fariseos anhelaban según las palabras del Señor, mostrar su grandeza, su orgullo, su vanagloria, el ser vistos por los hombres, su arrogancia, pero como hemos aprendido anteriormente que la cruz de Cristo y nuestra cruz sean experiencias diarias para acabar con toda esa vida del alma y además complementariamente vivir de quien debemos vivir de Cristo y Su palabra, si esta es nuestra experiencia completa, la levadura de los fariseos no tendrá lugar de mostrarse en nuestras vidas sino que se mostrará la vida transparente de nuestros señor Jesucristo en nosotros. amén.

    hno. César Ordóñez

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  3. Cuanto nos ha encantado vivir en la palabra del Señor
    pero sin metabolizarla en nuestro interior.

    Podemos tener la biblia enfrente siempre, con todas las versiones que puedan existir, más todos los libros cristianos que puedan a ver, pero si su palabra no es matabolizada en nuestro interior sería como morir de hambre frente a la comida.

    En nuestro caminar como hijos de Dios recibimos palabra, y hasta tenemos palabra de testimonio que nunca olvidamos, pero que no siempre se metabóliza en nosotros.

    Y parte de esto ha sido porque estamos enfermos de Hipocresía (Sig.Finguir cualidad ó sentimiento que no se tiene)

    Me llama la atención lo que dice en el verso 11 y 12 de Mateo 16
    11 ¿Cómo es que no entendéis que no os hablé de los panes? Pero guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos.

    12 Entonces entendieron que no les había dicho que se guardaran de la levadura de los panes, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos.


    Vemos aquí que la Levadura de los fariseos tiene que ver diractamente con su ENSEÑANZA
    Es de aquí que broto la Hipocrésia de los Fariseos, porque ellos decidieron en su interior tomar la palabra superficialmente, decidieron no procesar en su interior la palabra sino tomarla como concepto de ley, decidieron tomar la palabra para ser jueces y vivir en su justicia propia.

    Permitamos que la palabra sea como la espada que penetra hasta lo más profundo de nuestro ser que divide en nosotros el alma del espíritu.

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    1. marvin josue, y aun mas alla de no ejercer en el interior de ellos algo la palabra, el hecho radicaba cuando se exponía la palabra, aun mas de cuando se matabolizaba la palabra. hay muchas cosas que por dureza, edad espiritual, tiempos de tratos en el señor, etc. no se han procesado en nosotros y aun eso posiblemente no nos convierta en fariseos, pero cuando enseñamos las cosas en la base y afirmación de que nosotros cumplimos eso y asi nos mostramos, alli empezó la levadura de fariseo.
      dicho de otra manera, ser fariseo no es ser carnal o niño en el señor, es ser hipócrita es mostrarse tal y como no lo es.

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  4. Si lo vemos desde el punto de vista alimenticio, la levadura no alimenta, no sustenta, pero hace aumentar el volumen del pan, pero no su peso, es pura fachada , como el cosmos del sistema de engaño, no es genuino y representa lo que es falso.

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    1. que interesante y buena tu aportación, es por eso que el señor comparo la levadura con la hipocresía.

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  5. La hipocresía de los fariseos fue reprobada para el señor Jesus, porque presumían hacer todo lo que conocían de la palabra de Dios, sin embargo el antidoto que nos dejo el señor para librarnos de esta hipocresía es que su palabra se matabolice, que sea de provecho en nuestro interior, para que nuestro obrar no sea falso, sino, verdadero por medio de su espíritu de Cristo, actuando en nuestro caminar.

    dice:
    Mateo 13.20–23. 20Y el que fue sembrado en pedregales, éste es el que oye la palabra, y al momento la recibe con gozo; 21pero no tiene raíz en sí, sino que es de corta duración, pues al venir la aflicción o la persecución por causa de la palabra, luego tropieza. 22El que fue sembrado entre espinos, éste es el que oye la palabra, pero el afán de este siglo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se hace infructuosa. 23Mas el que fue sembrado en buena tierra, éste es el que oye y entiende la palabra, y da fruto; y produce a ciento, a sesenta, y a treinta por uno.

    hermanos que con este articulo tan precioso podamos meditar como esta el terreno en el cual el señor implanta su palabra constantemente en nosotros, y porque no esta produciendo el fruto, porque no se esta metabolizando en nosotros, no es todo lo que conozcamos aunque es bueno, sino, lo que el señor desea que por medio de su palabra procesada podamos dar frutos, honestos genuinos que vengan de El. amen

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    1. a ver lidia, te voy a hacer una pregunta con el fin de pensar (no solo a ti sino a todos los que leen esto): la falta de santidad que yo tenga en alguna área de mi vida y que por lo tanto no vivo como Dios quiere, ¿me hace eso fariseo? ¿si o no? y ¿porque?

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    2. La santificación es ser apartados para Dios, y su efecto practico se produce en el caracter y en la actividad de una vida santa separada de la carne y del mundo dedicada al señor. yo pienso que caemos en hipocresía en ser falsos cuando fingimos o mostramos a los demás que llevamos una vida apartada al señor y en realidad no es así, cuando llevamos una doble vida, viviendo un caminar de pecado y en la iglesia nos hacemos los santos para que los hermanos no se den cuenta, generalmente lo hacemos con conciencia de que estamos siendo hipócritas porque demandamos y aparentamos algo que no vivimos.
      cuando nos apartamos para Dios por medio de la fe y de una forma objetiva creo que somos honestos y no hipócritas ni fariseos, la falta de santidad nos hace que seamos fariseos.
      2 Corintios 7.1 (RVR60)
      1Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

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    3. para mi la falta de santidad no te hace que seas fariseo como tu lo dices. para mi la falta de santidad nos hace cristianos carnales, lo que no necesariamente es ser fariseo. eso si, cuando nuestra vida en el señor no experimenta la victoria del señor surge en nosotros la gran tentación de aparentar lo que no somos y alli es donde nos convertimos en fariseos, pero lo uno no es sinónimo de lo otro.

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    4. Amen yo creo que la falta de santidad no nos hace fariseos, siempre y cuando seamos integros ante Dios y humildes ante los hombres.

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  6. Bendiciones hermanos: y con lo que respecta a su pregunta hno Marvin, pienso que la falta de ser santo en alguna area de nuestra vida, No es ser fariseo, por que ser fariseo es ser
    falso, hipocrita , es enseñar las cosas que nosotros ni siquiera
    cumplimos, porque dicen y no hacen. Y la santidad tiene que
    ver con metabolizar su vida en nosotros atraves de su palabra Es lo que logro entender de este tema Bendiciones Rosmery de portillo.

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    1. asi es mi hermana, la hipocresía de los fariseos es mostrase lo que ellos mismos saben que no son, y aun asi pretenden que los demás lo sean, y hasta los condenan porque no son asi. que hipocresía.

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  7. Me parece que 'LA LEVADURA DE LOS FARISEOS" es un punto al que deberiamos dedicar mas tiempo , pues su ensenanza es amplia y los tiempos que hoy estamos viviendo son preocupantes, esta causando muchos estragos al verdadero evangelio; no solo por los que viven de ello (Lideres) sino tambien nosotras las ovejas ; Unos por cumplir rigurosamente los mandamientos( contados por cierto )y otros creyendose andar en libertad nos hemos separado de LA GRACIA". Jesus hizo mucho enfasis en esto y el apostol Pablo sigui hablando tambien; El cristianismo se ha vuelto una moda; para los ambiciosos porque miran la proteccion y la provision que no nos falta, esos se quedan en cualquier lugar; pero hay otros que lo que desean es cambiar sus vidas, y empiezan a acercarse, a tratarnos a entrar a nuestros hogares y en la mayoria de casos solo se enuentran con sepulcros blanqueados; les llamo la atencion mirandonos de lejos; pero de cerca encontraron podredumbre, corrupcion. Nos ofende cuando nos dicen !Hipocritas!
    El apostol Pablo exhorta a los Galatas en 5:7-9 Ustedes corrian muy bien la carrera.?Quien les impidio seguir la verdad? Seguro que no fue Dios, porque el es quien los llamo a ser libres. !Esa falsa ensenanza es como un poquito de levadura que impregna toda la masa!
    La levadura altera el estado original, corrompe; tiene una gran fuerza para incrementar el volume y entre otros actua de forma invisible. Hermanos un poquito de levadura es suficiente para cambiar las ideas o tendencias de pensar y actuar, apartandonos de la FE pura y sincera que tenemos en Cristo. !Bendiciones!

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    1. oh que hermoso esto que nos comparte, pero me bendijo de manera especifica y me llamo la atencion lo que dice usted de la levadura. "la levadura altera el estado original". hermana que tremendo esto, pues había considerado la levadura de varias maneras pero esto me abre mas luz, eso es. en realidad la levadura altera el estado original, la manera sencilla en la cual debemos de caminar con el señor. nos lleva a presumir en lugar de ser humildes, nos lleva a condenar en lugar de ser misericordiosos. oh cuanto daño hemos dejado que se anide en nuestro corazón. esta levadura de hipocresía en realidad ha alterado nuestro estado original.

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  8. Hay ocasiones que me he sentido como aquella higuera que tenía muchas hojas y no tenía fruto y nuestro Señor la maldijo, y los discipulos se asustaron al ver esta reaccion de parte de nuestro amoroso Dios. Pero creo que es lo mínimo que tenemos que esperar que nos pase si no arreglamos nuesra caminata delante de nuestro Dios y de los hombres. Dios anhela una generación que siente un precedente de Vida para las generaciones que entre nosotros vienen creciendo y la única forma de que sea así es dejando la levadura, el vestido de hojas que nos ponemos para que otros nos vean cubiertos y no desprovisto de fruto. La única forma que los fariseos encontraron para cumplir lo que se les pedia fue la hipocrecía, pero en nosotros se ha dispensado el Cristo vivo, aprovechémos ese privillegio, aunque es obvio esto llevará pérdidas a nuestra carne, pero estaremos ganando la Vida y la salvación de esta hipocrecía para las futuras generaciones.

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    1. amen mi hermana gracias por su comentario. que el señor le bendiga.

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