EL AMOR POR EL PROJIMO:
Es un gran problema no distinguir entre el amor que proviene del Espíritu y el amor humano. El problema de querer hacer la obra del Señor con el amor humano es que se despierta en nosotros la filantropía, es decir, un amor que al fin de cuentas no es más que un producto de la carne. Cuando carecemos del amor que proviene del Espíritu, podemos caer en un gran error, en querer hacer algo grande, encomioso, laborioso, etc. pero no necesariamente eso sea lo de Dios. Dice 1 Corintios 13:3 “Y si diera todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregara mi cuerpo para ser quemado, pero no tengo amor, de nada me aprovecha”.
Muchos sectores de la Iglesia han terminado haciendo grandes obras para con el prójimo, pero no necesariamente “todas sus obras” provienen de Dios. ahora bien, nadie puede juzgar eso, sino sólo Dios y nosotros mismos.
La obra de Dios está definitivamente puesta en el género humano.
Dios decidió hacerse hombre para nunca más volver a olvidarse del hombre. Nadie puede negar el plan eterno de Dios con el hombre, el Padre mismo envió al Hijo a que se hiciera hombre. Por lo tanto, Su amor es para con todos los hombres, tal como lo dice Juan 3:16 “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que cree en El, no se pierda, mas tenga vida eterna”.
Debemos permitir que el amor del Señor se geste, se procese y se manifieste en nosotros. Es imposible querer tener parte en la obra del Señor sin sentir amor por los hombres. Si basamos nuestra labor en el Señor en resultados humanos, nos damos cuenta que la tarea es muy grande y la recompensa es muy poca, aún hasta podemos llegar a ser odiados por los mismos hermanos; si a Cristo lo mataron ¿qué podemos esperar nosotros a cambio? Debemos esperar ser vituperados y rechazados por causa de Cristo.
Es obvio que, para involucrarnos en la obra del Señor, debemos amar con el amor con el cual Él ama a los hombres. Dice 2 Corintios 5:20 “Por tanto, somos embajadores de Cristo, como si Dios rogara por medio de nosotros; en nombre de Cristo os rogamos: ¡Reconciliaos con Dios!”. Nadie puede servir a Dios sin armonizar con Él en relación a los seres humanos.
El creyente no debe buscar una autorealización, sino enfocarse en los deseos de Dios. Nosotros sólo somos administradores de las cosas de Dios, por lo tanto, no podemos ocupar las cosas de Dios para autorealizarnos, para cumplir nuestros deseos, pues, veamos lo que dice el siguiente verso: Marcos 10:45 “Porque ni aun el Hijo del Hombre vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos”. Una prueba que evidencia el amor de Dios es cuando no tenemos inclinación a mandar y a demandar respeto de los demás, sino que nos disponemos a servir.
Lo que el Señor espera de nosotros se ve reflejado en las palabras de 2 Corintios 5:14 “Pues el amor de Cristo nos apremia, habiendo llegado a esta conclusión: que uno murió por todos, por consiguiente, todos murieron; v:15 y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos”. Así como Cristo murió por nosotros, y nos permitió morir juntamente con Él, así nosotros ahora, habiendo sido regenerados debemos de vivir para Él.
En Lucas 15 encontramos tres parábolas, éstas nos hablan del amor que debemos de tener para con los demás.
La primer parábola, conocida como la “Oveja perdida” (Lucas 15:3-7) Es más que clara al mostrarnos el amor del Buen Pastor por la oveja descarriada. Esto nos da un mensaje claro del amor que debemos tener por el pecador. Hablarle de Cristo a los pecadores no debe tener como objetivo principal poder incrementar la cantidad de almas que se convierten o las estadísticas de los creyentes que asisten a una Iglesia Local, sino sencillamente debemos manifestar el amor de Dios hacia el pecador, debemos evidenciar ese cuido del Buen Pastor que es capaz de dejar las noventa y nueve con tal de ir a buscar a una oveja perdida.
Luego encontramos la parábola de la moneda perdida, ésta nos habla de una moneda que se perdió dentro de la casa. Lo que nos quiso enseñar el Señor es que muchas veces hay hermanos que se extravían de Cristo estando dentro de la Iglesia. Hay creyentes que llegan a tener tanta escasez de la Vida de Cristo, que pierden el fluir de la Vida, se separan de la comunión con los hermanos, dejan a un lado la Vida corporativa aún estando en la Iglesia. Con esta parábola el Señor nos enseñó que el amor de Él debe fluir hacia aquellos (hermanos en Cristo) que no están fluyendo en lo corporativo y buscar la manera de restaurarlos.
Por último encontramos la muy famosa y conocida parábola del hijo pródigo, la cual nos habla del amor de Dios por aquellos que siendo hijos se van a ensuciar y a degradar al mundo. De igual manera, al final de la parábola vemos el gozo que hubo el día que aquel hijo regresó a la casa de su padre; esto nos enseña la actitud de gozo que debemos tener cuando alguno de los hijos del Señor regresa a la casa del Padre, debemos alegrarnos por el pecador arrepentido y manifestarle nuestro amor.
Dice un pasaje de La Biblia: “Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; “Conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado. Porque yo reconozco mis rebeliones, y mi pecado está siempre delante de mí. Contra ti, contra ti solo he pecado, y he hecho lo malo delante de tus ojos; Para que seas reconocido justo en tu palabra, y tenido por puro en tu juicio. He aquí, en maldad he sido formado, y en pecado me concibió mi madre. He aquí, tú amas la verdad en lo íntimo, y en lo secreto me has hecho comprender sabiduría. Purifícame con hisopo, y seré limpio; lávame, y seré más blanco que la nieve. Hazme oír gozo y alegría, y se recrearán los huesos que has abatido. Esconde tu rostro de mis pecados, y borra todas mis maldades. Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente. Entonces enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti”. (Sal 51:1–13)
En este salmo recibimos lecciones muy tremendas en cuanto al amor:
1) Nadie logra amar realmente si antes él mismo no ha sido perdonado.
2) Dios nos constituyó como sacerdotes de Él, esto implica que para poder compadecernos de otros, primeramente debemos de tener conciencia de lo que somos.
3) Sólo permaneciendo en la Presencia de Dios nuestro corazón puede llenarse del gozo de la salvación, es en ese punto cuando fluye en nosotros el deseo de enseñar a los transgresores Sus caminos y evidenciar el amor de Dios hacia el prójimo.
¡Dios les bendiga!
Apóstol Marvin Véliz
Hace algún tiempo atrás conocí a un hermano en la iglesia, el cual en su propio parecer era muy íntegro, recto, entregado, etc., este hermano no soportaba ver que algún otro hermano cayera en pecado, era duro e intolerable ante cualquier situación pecaminosa que alguno de la congregación presentara; pero llegó un día que el hermano recto cayó en una borrachera que pasó semanas imerso en esa situación, luego el Señor lo levantó y lo restauró y el hermano recto volvió a tener el mismo estatus de integridad delante del Señor, lamentablemente no le duró mucho y así cayó una y otra vez, a tal grado que llegó a vivir como indigente en la calle, y el Señor vovlvía a tener misericordia de él y lo volvía a levantar una y otra vez... como a la tercera o la cuarta caída y levantada, cuando estaba restaurado, se me acercó y me dijo: "hermana antes yo era intorebale con los que caían en pecado, pero de tanta caída que he tenido, hoy me he hecho más misericordioso con los hermanos que caen presos de algún pecado" - en ese momento tomé para mí esa enseñanza, de que no se puede juzgar, ni obrar en la carne porque somos carne, pero sí se puede mirar y obrar con los ojos de amor y misericordia de Dios, porque Él sí que sabe tener abundante misericordia de seres humanos como nosotros como se expresa en cada versículo que en este arículo se ha mostrado...
ResponderEliminarGracias amado Dios por recordarnos la forma en que debemos conducirnos y obrar en este mundo, permítenos dejarte obrar a través de nosotros con ese amor que sólo Tú puedes dar!!!
gracias hermana por el ejemplo y por participar en este blog con este comentario.
EliminarIndudablemente..nosotros con nuestra carne ..no podemos mas que menguar y que sea Cristo el que se exprese y nos de su corazón ..para poder amarnos unos a otros a otros...
ResponderEliminarComo el canto que dice..
EL AMOR VIENE DE TI..Y NO DE MI...
EL AMOR VIENE DE TI Y NO DE MI..
SEÑOR DAME !!!! HOY TU CORAZÓN .!!!!.
PARA QUE PUEDA AMAR A MIS HERMANOS TAL COMO SON..
Y agregaría que me puedan amar tal como soy..
No sabemos hnos cuanto ofendernos a nuestros hermanos .. con tan solo una mala mirada..
Danos tu gracia , oh Dios , tu amor, para aceptar ..todo lo que venga de nuestros hermanos ..y viceversa
Solo permitiendo que Cristo fluya a través de nosotros podría ser .
Y que seamos humildes..
el que permite que la obra de la cruz trate su yo, este llega a tener una vida que percibe el amor de Dios y a la vez que puede manifestar ese amor a los demás.
Eliminaren nuestra humanidad es imposible llegar a tener un amor tan puro tan genuino como lo es el de nuestro señor para con cada ser humano EL ama sin reproches, y sin esperar nada a cambio y lo mejor es que comprende nuestra fragilidad ante nuestra naturaleza de bajeza y solo atravez de su divina gracia podemos manifestar su gran amor, perdón y misericordia por que la hemos recibido de El la hemos disfrutado y DIOS espera lo mismo de nosotros. antes de juzgar, mas bien dicho no nos corresponde a nosotros juzgar solo obrar conforme al corazón de DIOS y eso lo comprenderemos al l darnos cuenta que tanto nos han perdonado a nosotros Al que mas se le perdona mas ama pero al que no percibe cuanto se le a perdonado se vuelve duro para con otros e insensible como para perdonar y hacer misericordia a otros amen.
ResponderEliminarel amor de Dios no solo es mas sublime que nuestro amor humano, tiene la particularidad que ese amor, nos salva, nos perdona, nos restaura, nos da la vida del hijo, nos hace sentar en lugares celestiales, etc. que gran amor tan efectivo. aleluya.
EliminarLos últimos renglones del articulo dice: Sólo permaneciendo en la Presencia de Dios nuestro corazón puede llenarse del gozo de la salvación, es en ese punto cuando fluye en nosotros el deseo de enseñar a los transgresores Sus caminos y evidenciar el amor de Dios hacia el prójimo.
ResponderEliminarEntiendo que amar al prójimo es posible cuando yo mismo he llegado a disfrutar el amor de Dios. Nosotros le amamos a él, porque él nos amó primero. 20 Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto? Y nosotros tenemos este mandamiento de él: El que ama a Dios, ame también a su hermano. 1 Jn 4:19-21
Cuando nosotros hallamos experimentado el amor de Dios, y deseemos que otros lo experimenten, y provoquemos que otros lleguen a conocer ese amor maravilloso por medio de anunciar el evangelio, entonces estaremos expresando el amor de Dios en nosotros hacia nuestro prójimo.
amen mi amado, porque el amor de Dios es tal y como lo dice en Juan 3.16 que de tal manera amo Dios, que dio al hijo, así nosotro, si de una manera maravillosa hemos tenido experiencia con ese amor, daremos al hijo para otros.
EliminarSólo un amor en plenitud puede mostrarse hasta terminar la obra en la vida del prójimo:
ResponderEliminarLuk 10:30 Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Luk 10:31 Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Luk 10:32 Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Luk 10:33 Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; Luk 10:34 y acercándose, vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndole en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Luk 10:35 Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. Luk 10:36 ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? Luk 10:37 El dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo.
El samaritano vendó las heridas, lo recogió, lo montó a la cabalgadura, cuidó de él en el mesón y pago al mesonero para que lo cuidara en su ausencia e iba a regresar al mesón para ver al projimo herido y así terminar su obra, creo que esto es lo que dice Gal 5:6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor.
Dios nos de este amor por medio de Su Espíritu, amén.
Hno. César Ordóñez
es un amor que solo dios nos puede dar.
Eliminarque absurdo pensar que todo lo que podemos entregar lo procuremos generar en nuestra vida natural.
Cuando nosotros dependemos de nosotros mismos tendemos a ser nuestra propia justicia y por tanto amamos según lo que nosotros aprobamos o reprobamos.
ResponderEliminarEl vivir con un fundamento de ley no nos permite obrar en la justicia y amor del Señor, así vemos por ejemplo el pasaje de Mateo 12: 11-14
Mat 12:9 Pasando de allí, entró en la sinagoga de ellos.
Mat 12:10 Y he aquí, había allí un hombre que tenía una mano seca. Y para poder acusarle, le preguntaron, diciendo: ¿Es lícito sanar en el día de reposo?
Mat 12:11 Y El les dijo: ¿Qué hombre habrá de vosotros que tenga una sola oveja, si ésta se le cae en un hoyo en día de reposo, no le echa mano y la saca?
Mat 12:12 Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por tanto, es lícito hacer bien en el día de reposo.
Mat 12:13 Entonces dijo* al hombre: Extiende tu mano. Y él la extendió, y le fue restaurada, sana como la otra.
Si atendemos a nuestra razón a lo que es bueno o malo, terminaremos siendo filántropos y haciendo hasta “obras buenas”, pero no manifestaremos la justicia ni el amor de Dios. Solo permaneciendo en comunión con Dios aparte de la ley (esto es no dependiendo de nuestro propio juicio o prudencia) seremos capaces de amar con el amor de Dios, de lo contrario amaremos cuando aprobemos a alguien y seremos inmisericordes cuando lo reprobemos. No se trata de que el hombre se aparte, porque Dios necesita al hombre para expresarse, tal es el caso del buen samaritano que citaba mi Hermano Cesar, sino que ya sea que para reprobar u aprobar algo no atendamos a lo que nosotros pensamos, sino que la fuente de la misericordia y amor siempre sea fruto de la comunión que experimentamos con la persona de Jesucristo que tenemos dentro y nosotros solo seamos un instrumento de su misericordia.
Dios trata muchas veces nuestras vidas para quebrantar al fariseo que llevamos dentro, para quebrantar conceptos en los que no nos cabe cómo Dios puede amar “a pesar de”, u obrar en bien en alguien “a pesar de” e incluso reprobar y disciplinar a aquel que según nosotros “merece bienes”, para que habiéndonos encontrado con la misericordia, seamos capaces de manifestar esa misma misericordia con el necesitado de ella.
Muchas bendiciones
F.
Wendy Cubías
déjame darte un pensamiento. nosotros pensamos que podemos amar porque tenemos amor, pero podemos amar cuando hemos sido objeto del amor y tenemos conciencia de ello, así es como damos de gracia solamente lo que de gracia hemos recibido.
Eliminarla clave por lo tanto, no es ver si podemos amar, sino ver cuanto nos ha amado Dios. aleluya.
Hnos. solo quiero compartirles este pasaje bíblico en relación a este amor maravilloso, creo que este pasaje en la version que se los pongo no necesita explicación, ya que está tan claro.
ResponderEliminarAmados, amémonos unos a otros, porque el amor tiene su fuente en Dios; y todo el que ama tiene a Dios como la fuente de su nacimiento y conoce a Dios. El que no ama, no ha empezado a conocer a Dios.
En esto se despliega el amor de Dios dentro de nosotros: en que Dios envió a Su único Hijo al mundo para que por medio de Él pudiéramos vivir. En esto consiste el amor: no en qué nosotros amemos a Dios, sino en que Él nos amó y envió a Su Hijo para que fuera el sacrificio expiatorio por nuestros pecados. Hermanos, si Dios nos amó así, nosotros también debemos amarnos unos a otros. Nadie ha visto nunca a Dios. Si nos amamos unos a otros, Dios mora en nosotros, y Su amor llega a su plenitud en nosotros. Es por,esto por lo que sabemos que moramos en Él y Él en nosotros: porque Él nos ha dado una porción de Su Espíritu.
Nosotros hemos visto y testificamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo. El que reconoce abiertamente que Jesús es el Hijo de Dios, Dios mora en él y él en Dios. Nosotros hemos llegado a conocer y a poner nuestra confianza en el amor que Dios tiene en nuestro interior. Dios es amor, y el que mora en amor mora en Dios, y Dios mora en él.
En nosotros el amor llega a su culminación en esto: en que tengamos confianza sobre el Día del Juicio; porque, como Él es, así somos nosotros también en este mundo. No hay temor en el amor, sino que el perfecto amor descarta el temor, porque el temor está relacionado con el castigo, y el que teme no ha llegado al perfecto estado del amor. Nosotros amamos porque Él nos amó primero. Si alguien dice: «Yo amo a Dios,» pero aborrece a su hermano, es un mentiroso; porque el que no ama a su hermano a quien ha visto, no puede amar a Dios, a Quien no ha visto. Es este mandamiento el que tenemos de Él: que el que .ame a Dios, ame también a su hermano. VERSION DE BARCLAY
esta muy interesante....
EliminarEn la reunion virtual del domingo anterior yo les comparti a los hermanos este versiculo "1P 4:8 Sobre todo, sed fervientes en vuestro amor los unos por los otros, pues el amor cubre multitud de pecados".
ResponderEliminarme gusto mucho porque note lo importante que es el amor,diciendo que el amor cubre MULTITUD de pecados,que importante es tener ese amor,amar con el amor de Dios,de igual forma amar las cosas de Dios, luego leyendo esta semana la carta a los corintios me gustaron estos versiculos tambien.
1Co 13:1 Si yo hablara lenguas humanas y angélicas, pero no tengo amor, he llegado a ser [como] metal que resuena o címbalo que retiñe.
1Co 13:2 Y si tuviera [el don de] profecía, y entendiera todos los misterios y todo conocimiento, y si tuviera toda la fe como para trasladar montañas, pero no tengo amor, nada soy.
y este otro fue el que me sorprendio mas... 1Co 13:13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor, estos tres; pero el mayor de ellos es el amor.
EL MAYOR DE ELLOS ES EL AMOR....mas que claro pienso yo,por mas que tengamos,por mas conocimiento,dones,hasta misma uncion podemos tener,pero nada de eso le sirve a Dios SIN AMOR.
Hermano Bryan, que tremendos estos pasajes que vinieron a poner pie de imprenta al pensamiento que compartiste con los hermanos el dia domingo.(1 Pe 4.8) en definitiva la practica de la palabra es a lo que nos debemos.
Eliminarpor eso el señor les decia ,
En la cátedra de Moisés se sientan los escribas y los fariseos. 3Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen.
. Mt 23.2-4
por eso uno de los pasajes que a mi me impactan respecto a la practica del amor , es el testimonio que tendrán los de afuera de la forma como nos amamos, eso dejara huella...
En esto conocerán que son mis discípulos, en que se amen los unos a los otros. Juan 13.35
es un verbo, es un accionar , es un perfeccionamiento, esto es un testimonio para los de afuera.
tenemos la oportunidad en la vida de Iglesia de mostrar al mundo que somos de Dios , por medio de hacer que el testimonio de su amor fluya en los miembros del cuerpo de Cristo.
Dios te siga bendiciendo. saludos a la distancia.
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ResponderEliminarque hermoso esto que dices: el mandamiento nuevo, es en relación a lo fresco y no a lo reciente. y ademas agrego como también tu lo dices, el ya nos capacito para fluir con ese amor, pues el mismo que es amor habita en nosotros. aleluya.
Eliminarademas de ser nuevo en lo fresco también es nuevo en su naturaleza, pues aunque el señor pidió en la ley que amaramos al prójimo como a nosotros mismos, no dejo de ser solo un mandamiento de ley, pero ahora lo nuevo esta en la naturaleza divina que nos han puesto, por la cual podemos amar
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