LA NECESIDAD DE BUSCAR EL “RECOGIMIENTO” PARA ENCONTRARNOS CON EL SEÑOR.
Es indispensable el establecimiento de una relación permanente con Dios en nuestra vida cristiana. Esto nos permitirá crecer espiritualmente, tanto en lo individual, como en lo corporativo. Dice 1 Corintios 1:9 “Fiel es Dios, por el cual fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo nuestro Señor”. ¡Aleluya! Fuimos llamados a estar en comunión con Dios por medio del Espíritu Santo. Una de las maneras más eficaces para poder establecer una genuina relación de comunión con Dios es la oración del silencio.
No será, si no hasta que nos iniciemos en la práctica de la oración del silencio que podremos hacer la diferencia de cómo vamos avanzando en este asunto; sólo ejercitándonos en ello las cosas se volverán cada día más fluidas en el Espíritu. Si insistimos en tal ejercicio espiritual, llegaremos a la conclusión que el fundamento más grande para orar, es amar a Dios. La verdadera oración consiste sencillamente en amar a Dios. No es el montón de palabras lo que hace grande la oración, porque Dios conoce nuestros sentimientos más internos antes que los expresemos.
La verdadera oración procede del espíritu. La oración genuina se da única y exclusivamente cuando tocamos a Dios con nuestro espíritu. Dice la Escritura: “Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren” (Juan 4:24) Uno de los grandes errores que debemos corregir si queremos estar en comunión con Dios, es entender que Dios es espíritu, por lo tanto, para contactar con Él, debemos hacerlo mediante nuestro espíritu. Algunos hombres y mujeres de Dios que nos antecedieron en los últimos siglos de la Iglesia entendieron estas cosas y se dieron cuenta que no debían orar con su mente y sus emociones, si no con el espíritu. Ellos se dieron cuenta que una manera práctica de activar su espíritu con el de Dios, era a través del silencio. Algunos la llamaron: “La oración de simplicidad”, “el silencio”, “la unión divina”, “la oración interior”, “la contemplación”, etc. en este estudio nos referiremos a ella como “la oración del silencio”.
Dijo una mujer de Dios: “La oración está formada de silencio. Mientras te hallas en este silencio, Dios derrama dentro de ti un amor profundo e interno. Esta experiencia de amor es tal, que va a llenar y penetrar todo tu ser. No hay forma de describir esta experiencia, sólo te podría decir que este amor que el Señor derrama en lo más profundo de tu ser es el comienzo de una bienaventuranza indescriptible.” (Madame Guyon)
Para poder practicar la oración del silencio lo primero que debemos hacer es llegar a un estado de recogimiento. Esta palabra según el Diccionario general de la lengua española Vox, quiere decir: “Estado y actitud de la persona que se aísla del trato con la gente”. Una persona “recogida” es aquella que vive o está retirada del trato y de la comunicación con la gente. Esto es parecido a las personas que en algún momento se quedan tan pensativas, que se les ve la mirada perdidas y por más que alguien les hable, no logran escuchar con atención lo que les están diciendo, porque están recogidas en sí mismas, es decir, se han aislado interiormente del trato con la gente.
EL RECOGIMIENTO EXTERIOR:
Si queremos practicar la oración del silencio, lo primero que tenemos que hacer es “recogernos” del exterior, es decir, tomar un tiempo y un lugar oportuno en el que nos aislemos del trato con la gente. Debemos buscar un tiempo y un espacio en el que las cosas externas no nos interrumpan en nuestra comunión con Dios. Si hemos de buscar al Señor en el silencio, busquemos ese silencio primeramente apagando todo lo exterior. Debemos hacer un esfuerzo para encontrar el lugar y el momento propicio en el que lo exterior no nos interrumpa. (Mateo 6:6; Mateo 14:23; Mateo 26:36-39; Génesis 32:24; Isaías 26:20; Hechos 10:9; Salmo 63:1)
Tal vez no hay momentos más propicios para orar en silencio que los tiempos de la madrugada o las vigilias de la noche. Si usted busca al Señor en esas horas, la oración del silencio será más propicia porque exteriormente no hay muchos ruidos, por lo tanto, usted podrá recogerse en el Señor más fácilmente. En la Escritura encontramos varios versos que nos muestran que los hombres que en realidad llegaron a tener una comunión genuina con Dios, se apartaban, es decir, buscaban el recogimiento en los tiempos en los que había menor actividad, que eran en la madrugada o en las vigilias de la noche. (Salmo 5:3; Salmo 42:8, Salmo 63:1, 6; Salmo 77:6; Salmo 119:55, 147, 148; Cantares 3:1-3)
EL RECOGIMIENTO INTERIOR
Ya que hemos resuelto lo exterior, es necesario también buscar un recogimiento interior. Si ya estamos en un silencio (en el exterior), tenemos que ejercer una presión en nuestra alma y nuestra mente para que éstas también estén en silencio. El recogimiento interior es velar que nuestras mentes y almas no se inquieten y atiendan otras cosas interiores que también nos pueden distraer de la comunión con Dios. Nuestros sentimientos y pensamientos tienen que entrenarse a no estar muy estimulados a lo exterior. Muchas veces somos tan sensoriales que atendemos hasta el más mínimo detalle exterior o sentimiento interior, de manera que nos distraemos fácilmente y echamos a perder el recogimiento en la Presencia de Dios. Hay personas que les es muy difícil buscar el recogimiento interior porque sus sentidos están demasiado estimulados al activismo, no tienen la capacidad de quedarse quietos un tiempo, incluso hasta cuando cierran sus ojos son capaces de distraerse viendo las sombras que les producen sus párpados, o sea, ni cerrando los ojos pueden dejar de ver. Hermanos, es necesario buscar la quietud interior. No sólo las cosas externas son un problema, si no también lo interno. Siempre habrán momentos en los que será inevitable sentirnos turbados, pero aún así, podemos orar, aún así recojámonos interiormente y contactemos a Dios por nuestro espíritu (Salmo 42:5; 46:10; 61:1-2; Marcos 14:32-34, 38; 2 Corintios 4:8-9 )
La clave para avanzar en esto es incursionar hacia nuestro interior. Recuerde que el Señor en una ocasión dijo: “El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él” (Juan 14:23). Si queremos una genuina comunión con el Señor, debemos saber que a Él no lo encontraremos afuera, no lo veremos con los ojos naturales, ni le escucharemos con los oídos físicos, sino que Él nos hablará por Espíritu a nuestro espíritu. (Isaías 57:15; 2 Corintios 3:17; Romanos 2:29; Efesios 3:16; Juan 6:63) La comunión con Dios es una experiencia interior, no exterior. Entonces, debemos buscarlo hacia adentro y no hacia afuera. Recojámonos en lo interior y allí lo encontraremos.
EL RECOGIMIENTO NOS INSTA A BUSCAR AL SEÑOR OBJETIVAMENTE.
Muchas veces hemos llegado a la conclusión que nuestra comunión con Dios está bien porque en algún momento del día, un par de segundos antes de almorzar pensamos en Dios, o mientras íbamos en el carro cantamos un par de coros, o durante el viaje en bus hacia nuestro trabajo cerramos los ojos un momento y pensamos en Dios. Estas actitudes son totalmente subjetivas. Si bien es cierto que podemos pensar en Dios en diversos tiempos y lugares, eso no es necesariamente la comunión que Él espera tener con nosotros. Si nuestra comunión con el Señor es únicamente subjetiva, sólo cuando sentimos o queremos, estamos cometiendo un grave error.
Lo que nosotros debemos procurar en forma plena es estar siempre en comunión con Dios. Estaremos en tal condición cuando al levantarnos de nuestro lecho sepamos que estamos en comunión con Él, que si vamos a trabajar seguimos en comunión con Él, si descansamos también estamos en comunión con Él; y esto debe ser así todo el tiempo porque Dios tiene sus ojos puestos en nosotros todo el tiempo. Nosotros hemos mal entendido el aspecto de la comunión; hemos confundido comunión con devoción. Una palabra sinónima de devoción es, precisamente, “recogimiento”. El recogimiento o el devocional es sólo una parte de la comunión con Dios. No vamos a obviar tal diferencia, lo más grande que debemos alcanzar es la comunión con Dios, pero es un error creer que exista tal vida de comunión si no tenemos una vida devocional. (Salmo 1:2; 27:4; 84:10; Lucas 2:37; 1 Tesalonicenses 3:10; 1 Timoteo 5:5)
Aunque podemos tener comunión con Dios, tanto objetivamente, como subjetivamente, es necesario que entendamos la diferencia que existe entre ambas. El recogimiento (tiempo devocional) es objetivo y la comunión con Dios es subjetiva. Ocupemos uno de los ejemplos que más se asimilan a esto. Es como una pareja de esposos; toda pareja normal debe apartar un tiempo para la intimidad de pareja, pero como sucede en la mayoría de casos, aunque no quieran, el esposo tiene que salir de casa para ir a trabajar, sin embargo, aunque no esté todo el día presente en la casa, esté donde esté, él está tan casado con su esposa como en la intimidad. Ellos no necesitan estar en intimidad todo el día para saber que están casados, aunque no estén en tal unión, aunque durante una gran parte del día estén lejos el uno del otro, ellos siguen casados. El matrimonio no es sólo tener intimidad, si no es una unión que se lleva en el corazón. Obviamente, si no se cuida la vida de intimidad, tarde o temprano habrán grandes problemas en el matrimonio. La vida matrimonial es un símil de la comunión con Dios. No debemos pensar que estar en comunión con Él es solamente estar de rodillas, o apartar un tiempo para leer las Escrituras, cantar, ú orar. Eso sólo es una parte de la comunión con Dios, más bien, estas cosas son las que se deben dar en el tiempo devocional o del recogimiento. Podemos y debemos estar en comunión con Dios en todo tiempo, aún mientras dormimos, trabajamos, nos divertimos, etc. podemos y debemos estar en comunión con Dios siempre. Esta es la parte subjetiva de la comunión con Dios. (Cantares 5:2; Salmo 119:164; Lucas 21:36; Efesios 6:18)
Ahora bien, todo tiene su lugar. El recogimiento es la parte objetiva de la comunión con Dios. No podremos sostener la comunión siendo sólo subjetivos para buscar al Señor. Si de verdad queremos estar en comunión con Él, debemos de ser objetivos en tal búsqueda de Su presencia. El salmista decía: “… de madrugada te buscaré”, “… de mañana me presentaré delante de ti, y esperaré” eso es objetividad, eso es recogimiento, las palabras del salmista nos instan a tomar un tiempo y un lugar oportuno en el que nos aislemos del trato con la gente. Si anhelamos estar en comunión con Dios, debemos iniciar por superar nuestra subjetividad y buscar al Señor objetivamente.
Retomando otro ejemplo del matrimonio en relación a esto, cabe preguntarnos: ¿Anhelan las esposas cocinar todos los días? o ¿Anhelan los esposos ir a sus trabajos todos los días? Seguramente que ambos bandos contestarán que no, pero todos sabemos que si ya estamos casados, ya no importan las circunstancias, ni los deseos; queramos o no, tenemos que trabajar, y las que son esposas quieran o no, tienen que cocinar. Así también debemos de ser en nuestra búsqueda del Señor, debemos ser objetivos, pues somos Su esposa. Sintamos, o no sintamos deseos, procuremos de manera normal buscar este tiempo en el que no nos veamos interrumpidos por el tiempo, ni por nuestra familia, ni por ninguna otra cosa, si no saber que ese momento es para estar en comunión con Dios. Cuando aprendamos a respetar y a mantener ese tiempo específico, poco a poco iremos progresando al punto que después vamos a considerarlo muy corto.
“Trata de hallar un lugar tranquilo. El silencio exterior desarrolla el interior; y el silencio interior mejora el interior cuando éste comienza a echar raíces en tu vida”. (Madame. Guyon)
Apóstol Marvin Véliz
Creo que uno de los principales obstáculos para desarrollar nuestro recogimiento en el señor, es la acelerada forma de vida que llevamos, queremos abarcar en casi todo aun más allá de lo que se puede hacer en lo normal y natural.
ResponderEliminarPara ser honesto la oración del silencio ha sido una constante batalla espiritual, pues a mi mente le cuesta reposar, y esto es algo que he tenido que ir venciendo y utilizando la Fe, he podido salir muy fortalecido cada vez que me acerco con una disposición de encontrarme en mi interior con el señor, así como en algunas veces me he quedado hasta dormido.
Hay abundante palabra en este blog, que nos invita a buscar al señor de una manera objetiva, esto en definitiva ejercita nuestro interior, para poder en lo exterior reflejar nuestra experiencia para con Dios.
Pareciera que al hablar mucho Dios nos oirá mas, pero el conoce nuestras necesidades y a EL le agrada que nos acerquemos como necesitados de oírle a él.
esto cambia nuestra manera de orar y de acercarnos a Dios.
una de las respuestas que nuestro Apóstol daba a Mercy en el blog pasado es también un engaño del cual somos presa, cuando el sueño o adormecimiento y la pereza nos ganan la batalla para buscar al señor, tanto en las vigilias como las madrugadas.
Debemos ser sensatos para reposar y no ir a nuestro reposo cuando ya estamos totalmente exhaustos.
Creo que el ejemplo de lo que se refleja en un matrimonio sano, es lo que debemos mantener en cuenta a la hora de buscar y recogernos en el señor.
Una semana antes de las vacaciones de la semana mayor , me toco salir de viaje, olvidando mi celular y tuve que hacer un receso en mis funciones cotidianas, que hermoso fue verme reposado y pudiendo desempeñar actividades que normalmente no puedo realizar, pero lo que quiero resaltar es que el tiempo y las ocupaciones mal distribuidas son factores que nos alejan de tomar tiempos objetivos para estar ocupados en atender a nuestro Señor, a quien no debemos desatender.
cuando nosotros hablamos en nuestra oración, no dejamos de estar sumergidos en nuestra manera de ver y percibir las cosas, es allí donde la oración del silencio entre muchas cosas cobra vigencia, porque esta nos lleva a que solo el señor sea el protagonista y no nosotros.
EliminarEste tema es fundamental para los hijos de Dios, el ejercitarnos en la comunion intima seguro que debemos de pagar un precio, aunque la oracion del cilencio no es el monton
ResponderEliminarde palabras que hace grande la oracion, mas bien la verdadera oracion procede del espiritu.
un ingrediente para la oracion del cilencio es el
Amor a Dios dentro de nosotros, pues ese
amor nos purifica como fuego consumidor, que hermoso es estar en esta oracion en
donde alcanzamos una armonia con Dios
mismo y a la vez nos alienta a seguir con El
en lo secreto, alli encontramos todo lo que
necesitamos.
Dice un verso en hebreos 11:6 Pero sin fe es
imposible agradar a Dios; por que es
necesario que el que se le acerca a Dios crea
que le hay, y que es galardonador de los que
le buscan. Rindamonos, ya no nos resistamos ante nuestro Dios, acerquemonos creyendo
que el esta delante de nosotros. Digamosle
Dios mio, me quiero entregar a ti dame el valor
necesario para hacerlo fortalece mi voluntad,
atraeme con tu amor. Amen
Rosmery de portillo
dice en la biblia: YA NO VIVO YO MAS VIVE CRISTO EN MI, y esto nos muestra que en el fondo el peor quiere vivir, expresarme, obrar, etc. siendo nosotros una unidad con el. la oración del silencio nos hace ceder para que el que realmente desea vivir lo haga sin las trabas que nosotros mismos le ponemos.
EliminarS. Mateo 26:39
ResponderEliminarYendo un poco adelante, se postró sobre su rostro, orando y diciendo: Padre mío, si es posible, pase de mí esta copa; pero no sea como yo quiero, sino como tú.
Este verso es parte de lo que usted nos compartia a leer, en lo personal puedo ver que muchas veces nuestra alma no nos deja que nosotros nos comuniquemos con Dios y su hijo jesus nos da la clave en que nos apartemos dediquemos un tiempo y ahi le digamos que sea su "voluntad" no la nuestra y en ese silencio decirle a nuestra alma, escucha la voz de Dios por que desde ahora se va a ser su voluntad y no la de nosotros, muchas veces sera dificil si,pero no imposible, que esa sea nuestra oracion que desde ahora se haga su voluntad en su tiempo justo, aun cuando nos sintamos cansados y sin fuerzas, que su amor nos llene y que en cada momento le digamos al señor que el es nuestro todo..por que asi lo dijo su hijo jesus..
Mateo 22;37 Jesus le dijo: Amarás al señor tu Dios con todo tu corazon, y con toda tu alma, y con toda tu mente
de este hermoso principio en verdad yo eh obtenido grandes beneficios, pero quiero ser honesto, la profundidad que necesitaría para hablar ampliamente de esto seria toda una vida de vivir experimentando esto y creo que en ese nivel no estoy. es por eso que yo en verdad te recomiendo que puedas leer la literatura de la sierva de Dios, Madam Guyon y Miguel de Molinos, quienes probablemente no aportaron grandes adelantos a la verdad de Dios, pero sus vidas fueron marcadas por estos principios y en verdad tuvieron suficiente experiencia como para hablar mucho mas sobre esto que lo que tendría cualquiera de nosotros.
EliminarEste tema es muy hermoso Aún estás un hombre (la necesidad de Buscar el recogimiento para encontrarnos con el señor) si nosotros no inquirimos en esto no hemos alcanzado a tener una plena Comunión con Dios esta oración en lo personal ha sido muy difícil lograr mantenerme constante pero puedo decir que en algún momento de mi vida que puede ser objetiva fue una experiencia maravillosa la cual hoy Que vuelvo a ver este tema me lleva a anhelar nuevamente el deseo de buscar al Señor De esta manera tan especial Sólo el nombre de este tema me recuerda que soy yo la necesitada de buscar al Señor yo debo de estar dispuesta a tomar un tiempo yo debo estar dispuesta a como decían mis hermanos someter mi alma y mi mente para poder tener Comunión con Dios que podamos disponer nos y que podamos amar a nuestro Dios tanto como para llegar a no poder iniciar nuestro día sin tener intimidad con nuestro amado Dios.
ResponderEliminarNeidi Ramos
que no solo ha ti sino a todos, nos de testimonio nuestro espíritu de lo vital que es todo esto. aleluya.
EliminarLos seres humanos vivimos ocupados en mil quehaceres y actividades.eso nos dificulta concentrarnos,porque nuestro espiritu vive distraido, desparramado.por ello si queremos ponernos en la presencia del señor para orar, es necesario el recogimiento.
ResponderEliminarMuchas veces antes de ora hemos estado haciendo otras cosas como ver tele,leyendo el periodico,platicanco ocupados en actividades que exigen de nuestro esfuerzo y consentracion.
Luego al buscar al señor en oracion nos damos cuenta que no es facil;nuestro espiritu esta agitado, nuestro cuerpo fatigado; aun resuena en nosotros las cosas que hemos vivido durante el dia por eso es necesario buscar esos tiempos en los cuales no estemos tan cansados ya que es la voluntad del señor que estemos en comunion con el.
Parese facil esta practica pero se nos hace tan dificil por la falta de amor al señor aunque creemos que lo amamos, y la indiciplina de nuestras vida para lo santo .
Esta practica nos lleva a un entendimiento profundo de Dios a lo inmenso que es el, a lo sublime y glorioso.
Aprendamos a callarnos y esperar que el señor nos hable amen.
me gusta lo que dices y comparto esto, esta practica revela en verdad el amor que le tenemos o no al señor. no hacerla pues ya sabemos cual es nuestra condición, hacerla y no poder dedicarnos en ella a realizarla como se debe no muestra nuestro egocentrismo incapaz de desprenderse de si mismo y por supuesto la falta de amor a nuestro Dios. oh que tremendo.
EliminarHa medida que vamos ejercitando en esta oración veremos como el señor fluye en nuestro interior.
ResponderEliminarQue nuestro Espíritu sea fortalecido y que por fe creamos que aunque un segundo estuvimos en recojimiento estuvimos con el señor y volvamos hacero hasta que el señor vea que anhelamos estar en comunión con el