Vida de Iglesia

LA PROPICIACIÓN. La palabra “propiciación”, según la transliteración griega “hilaskomai”, se usaba cuando se referían a un sacrificio que se hacía propicio para apaciguar la ira de los dioses. A esto hace referencia el pasaje de Romanos 3:25 “a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre…” , hay versiones que traducen la palabra “propiciación” como “sacrificio expiatorio”., tal traducción también es correcta porque “expiación” se usa en el Antiguo Testamento como un sinónimo de propiciación, ambas palabras significan lo mismo. La palabra propiciación significa:  “hacer propicio, benevolente, misericordioso, procurar el bien de alguien” . Si yo le digo a un hermano “Sé propicio a mí” , lo que le estoy diciendo es “entiéndeme, compréndeme, no seas severo conmigo, ténme paciencia, hazme misericordia” . En Levítico 16 encontramos lo que la Biblia le llama: “el día de la expiación” , el día de la propiciación, el día en el que a través de un sacrificio,

LO QUE NOS DICE LA BIBLIA ACERCA DEL DIVORCIO A raíz de ciertas circunstancias que atraviesan algunos matrimonios hasta que llegan a este punto, me es necesario abordar lo que nos marca La Escritura al respecto. Este tema es sumamente complicado hablarlo de manera genérica, pero sin tratar de profundizar en lo particular de cada caso, quiero compartirles mi punto de vista según lo que logro ver en La Biblia. Lo primero que tengo que decir es que Dios aborrece el divorcio. Dice el pasaje en el que el Señor habló al respecto: “Y se le acercaron algunos fariseos, y para ponerle a prueba, le preguntaban si era lícito a un hombre divorciarse de su mujer.  Y respondiendo El, les dijo: ¿Qué os mandó Moisés? Y ellos dijeron: Moisés permitió al hombre escribir carta de divorcio y repudiarla. Pero Jesús les dijo: Por la dureza de vuestro corazón os escribió este mandamiento. Pero desde el principio de la creación, Dios los hizo varón y hembra” . (Marcos 10:2-6) . Dios jamás hizo

UNA COSA TE FALTA MARCOS 10:17 “Cuando salía para seguir su camino, vino uno corriendo, y arrodillándose delante de El, le preguntó: Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna? v:18  Y Jesús le dijo: ¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno, sino sólo uno, Dios. v:19  Tú sabes los mandamientos: “No mates, no cometas adulterio, no hurtes, no des falso testimonio, no defraudes, honra a tu padre y a tu madre”. v:20  Y él le dijo: Maestro, todo esto lo he guardado desde mi juventud. v:21  Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta: ve y vende cuanto tienes y da a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme. v:22  Pero él, afligido por estas palabras, se fue triste, porque era dueño de muchos bienes” Para iniciar, quiero resaltar frase que dice el verso 21: “Jesús, mirándolo, lo amó y le dijo: Una cosa te falta”. El pasaje anterior nos habla acerca de un hombre que llegó delante de Jesús, el cual, obviamente, anhelaba la Vida del Reino. Por

EL PERDÓN Y LA PURIFICACIÓN Hablar acerca del Perdón y la Purificación es un tema un tanto oscuro, poco profundizado y desconocido por la mayoría de los hijos del Señor en este tiempo. Tal oscuridad e ignorancia se debe en gran parte a la manera errada en la que se predica el Evangelio. Una gran mayoría de cristianos creen que como ya fueron perdonados para vida eterna, ahora deben buscar ser purificados, entendiendo ellos como purificación: el cambio de los hábitos y las cosas que externamente son consideras malas, inapropiadas y pecaminosas. Otra buena cantidad de cristianos optan por irse al otro extremo, es decir, se vuelven “libertinos”; éstos son los que creen que pueden vivir deliberadamente en su pecado, pues, a conveniencia propia proclaman que hay sangre suficiente para poder ser perdonados de los pecados. Tales planteamientos y posiciones no son una verdadera solución bíblica a nuestros pecados. Según la Escritura, podemos decir que Dios ya perdonó nuestros pecados,