ACEPTANDO EL PRINCIPIO CORPORATIVO Y ORGÁNICO

ACEPTANDO EL PRINCIPIO CORPORATIVO Y ORGÁNICO 

Mateo 23:37 “¡Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas, y no quisiste! v:38 He aquí, vuestra casa se os deja desierta. v:39 Porque os digo que desde ahora en adelante no me veréis más hasta que digáis: “Bendito el que viene en nombre del Señor”. 

Es un hecho que el propósito eterno de Dios está escondido para la mayoría de Su pueblo en este tiempo. Un gran porcentaje de los que se convierten y se acercan al Señor, no tienen ni siquiera una noción básica de que el propósito eterno de Dios fue reunir todo en Cristo Jesús. Para ellos, la revelación les alcanza para decir que Cristo murió a causa de sus pecados y que gracias a Él fueron perdonados y salvados. Esta es la razón por la cual muchas personas han creído en el Señor y la razón por la que se siguen congregando. Tales creyentes ni siquiera se les ocurre preguntarse cuál es el propósito de Dios para sus vidas al estar en Cristo. La razón es que no entienden la esencia de lo que Dios ha hecho en sus vidas, lo que está haciendo y lo que llevará a cabo hasta los tiempos eternos. Al no tener esa luz indispensable para el desarrollo espiritual, a muchos les sucede como a la casa de Israel, a la cual Cristo les profetizó: “casa desierta” porque este es el estado en el que caen los creyentes con el transcurrir de los días al desconocer el Plan de Dios. 

Muchos creyentes no dejan de seguir al Señor, en primer lugar, porque son genuinamente convertidos; y en segundo lugar, porque reconocen que lo de Dios es lo mejor que les pudo haber pasado. Pero a pesar de lo que Dios ha hecho por ellos, pueden terminar en caos en sus vidas. A veces los creyentes se cuestionan por qué Dios empieza tan bien con ellos y a los años es como que Dios cambiara el proceso, y ya no es tan profundo ni activo como en un principio. Pareciera que Dios se aleja de los creyentes de este tiempo, aunque muestren ser “menos” pecadores que los de antes. El problema no está en Dios, el problema somos nosotros que no logramos entender Su persona y por eso se diluye la comunión que se había dado al inicio de nuestra conversión. 

Hermanos, cuán prioritario es que conozcamos a Dios, Su obra y propósito eterno para alcanzar aquello que Él trazó para nosotros en Cristo Jesús. Dios no es hombre para que mienta, pues, está con nosotros, ha hecho Su obra en nosotros, nos sigue amando, deseando, pero es necesario que lo entendamos. 

En el pasaje que leímos al inicio, aunque Jesús se dirige a Israel, es más que obvio que el Señor estaba dirigiéndose proféticamente hacia lo que le habría de acontecer también a la Iglesia, pues, Él sabía que, después de los tiempos de Israel, vendría el trabajo del Espíritu para Su Cuerpo, que es la Iglesia. En estos versos vemos cómo el Señor le desvela a Israel cuál fue el gran problema que ellos tuvieron, y por el cual Dios tuvo que desentenderse de ellos, me refiero a dos palabras: “orgánico - corporativo”. Resumidamente podemos decir que lo corporativo se refiere a la inclusión que Dios hizo de todos sus hijos en un Cuerpo, y lo orgánico responde a la Vida de ese Cuerpo. ¡Aleluya! 

En estos versos vemos que el Señor le dijo a los hijos de Israel que su intención era restaurarlos, pero para ello Él necesitaba encaminarlos al principio “corporativo - orgánico”. Ellos nunca quisieron entender esto, y por eso sus ojos fueron enceguecidos, de manera que terminaron apedreando a los profetas y aun a los apóstoles (la palabra “enviado” en el original también se puede traducir como “apóstol”). Estos dos elementos concuerdan con lo que dice Efesios 2:20 “Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo Cristo Jesús mismo la piedra angular…” este verso nos devela que, precisamente, el fundamento de los apóstoles y profetas es el misterio de Cristo y la Iglesia, la cual es corporativa y orgánica en Su naturaleza. 

Parafraseando el pasaje de Mateo 23:37-39, el Señor le dijo a Israel lo siguiente: “Todo mi plan, todo mi deseo para con ustedes, era llevarlos a lo corporativo y orgánico, pero ustedes jamás lo entendieron, por eso les dejo como casa desierta”. Hermanos, si a los hijos de Israel Dios les dio un pacto, y sabiendo que era perecedero, aún así les dijo vez tras vez que Su anhelo era volverlos como al principio, ¿se puede imaginar cuánto nos demandará a nosotros que ya somos pertenecientes al Nuevo Pacto?. 

Si el pueblo de Israel hubiera entendido este mensaje, jamás hubieran crucificado al Señor, y jamas se hubieran deshecho del mensaje de los profetas y apóstoles. Lastimosamente, este mensaje Dios se lo transmite a Su iglesia, y muchos siguen sin entenderlo. Preste atención al siguiente pasaje: 

Efesios 1:3 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha bendecido con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, v:4 según nos escogió en El antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de El. En amor v:5 nos predestinó para adopción como hijos para sí mediante Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, v:6 para alabanza de la gloria de su gracia que gratuitamente ha impartido sobre nosotros en el Amado”. 

Podemos disfrutar la lectura de estos versos sin darnos cuenta de la esencia del mensaje que el apóstol Pablo nos está diciendo. Muchos dicen: “qué bendición, Dios me escogió desde antes de la fundación del mundo” y terminan creyendo, erróneamente, que son seres eternos que existieron en la eternidad pasada. Pero realmente lo que nos dicen estos versos es que escogieron a Cristo, y a nosotros nos escogieron en la mente divina, cuando Dios escogió al Hijo antes de la fundación del mundo. Desde la eternidad pasada estaba pensado incluir a todo aquel que quisiera y creyera en el Hijo. Los hijos de Israel no entendieron el principio corporativo-orgánico de Dios, y por ello desecharon el mensaje del Señor. Nuestra predestinación fue hecha en el Cristo corporativo-orgánico, porque en Él fue introducida toda la humanidad. 

Hermanos, la Vida de Dios sólo se manifiesta dentro del ambiente del Cuerpo de Cristo y debemos aprender que sólo debajo de sus alas, junto con nuestros hermanos, podemos ser preservados por Dios. Todo el que quiera estar bajo la protección de Dios, tiene que estar acompañado de otros, es decir, por los miembros que conforman el Cuerpo de Cristo. Es imposible vivir en Cristo de manera independiente e individual. La vida de Dios se respira dentro del ambiente del Cuerpo, es por esta razón que el Señor les dice a los hijos de Israel que quería juntarlos a todos como la gallina junta a sus pollitos bajo sus alas. Que nosotros podamos aprender a estar debajo de las alas del Señor, en la dimensión de Su Cuerpo, en comunión con nuestros hermanos, aceptando el principio corporativo-orgánico que Dios ha diseñado para Su Iglesia. 

¡Amén!

Apóstol Marvin Véliz