El Señor me hizo considerar estos dos pasajes:
1 Juan 2:15 “No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. v:16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. v:17 Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”.
Mateo 5:13 “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres”.
No empecemos por el legalismo que nos dice: “aléjate del mundo”, eso lo propone la religión. Yo le pregunto: ¿Dónde puede irse y no encontrar el sistema del mundo? En ningún lado. La clave para ser sal no es aislarnos del mundo, lo que tenemos que hacer es “no amar el mundo”. Empiece por aborrecer el mundo, aunque practique cosas del mundo. Déjeme explicarle esto de la siguiente manera: Cuando usted trabaja o estudia, está en el mundo, y esas actividades pertenecen al mundo. Lo mismo sucede cuando practica algún deporte, no existe ningún deporte “cristiano”, y aunque eso no parezca malo, es del mundo. Usted, religiosamente, puede optar por no hacer algunas cosas que a su criterio sean nocivas, pero sepa que aunque no las haga, usted está en el mundo y mientras tenga vida, no puede salir de este contexto. Empecemos con no amar al mundo, que nuestro amor, dedicación, esmero y corazón esté puesto en el Señor, y todo lo que se produzca en el mundo no sea lo más grande en nuestro corazón.
A nosotros nos llamaron a vivir en santificación, alejados del pecado, eso es diferente a vivir en el mundo. Tenemos, en Dios, las armas para vencer al mundo y dejar de correr la ruta de degradación y corrupción en la que ellos andan, El Apóstol Pablo dice en 1 Corintios 6:9 “¿O no sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No os dejéis engañar: ni los inmorales, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los homosexuales, v:10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los difamadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios. v:11 Y esto erais algunos de vosotros; pero fuisteis lavados, pero fuisteis santificados, pero fuisteis justificados en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios”. ¡Ah! quiere decir que en otro tiempo fuimos esclavos a los pecados y los desenfrenos del mundo, pero ya fuimos lavados, santificados y justificados en el nombre de nuestro Señor para ya no vivir más de esa manera. No podemos negar el llamamiento que nos ha hecho nuestro Señor: “…vosotros sois la sal de la tierra”. Somos la opción que tiene Dios para decirle a las almas que salgan de la corrupción, por lo tanto, nosotros bajo ningún punto de vista deberíamos amar este sistema de corrupción.
Este mensaje debe ser puesto nuevamente en nuestro corazón, a pesar de que quiebre todos nuestros caminos. Hemos vivido de manera relajada, y en cierta manera, hasta pensamos que la gracia de Dios nos permite vivir de esa manera. No hagamos nula la gracia de Dios, no hagamos de nuestra libertad en Cristo un camino para vivir en los deseos de nuestra carne. El Señor nos llamó para que seamos sal, para que seamos la opción de nuestra familia, que los que nos rodean puedan ver que la santidad y la búsqueda de Dios trae un fruto apacible de justicia y de Vida. Salemos nuestras familias, nuestra vecindad, nuestras amistades y todo el entorno en el que vivimos. Si la sal existe es para ser usada, no podemos huir de las amistades, ni enajenarnos de este mundo. El Señor no nos pide que salgamos del mundo, sino que seamos sal en el mundo. Dice Juan 17:15 “No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal”.
En una ocasión un hermano me escribió algo, y me decía más o menos lo siguiente: “Hermano, ¿Qué puedo hacer en esta situación? En mi trabajo habemos unos cuantos que somos cristianos, pero el resto de los empleados son unos grandes impíos. Yo me oprimo todo el día viendo como ellos caminan y siento que ese ambiente está afectando mi vida espiritual. Los que somos cristianos no hemos adquirido responsabilidad como tales, por lo que nadie ve frutos en nosotros, así que nadie nos respeta, y mucho menos desean juntarse con nosotros”. El razonamiento del hermano parecía lógico, él creía que no podía mantener su testimonio como Hijo de Dios ante tanta corrupción. Hermanos, el Señor no planificó que la Iglesia se aislara de la corrupción; no hay excusa para ningún Hijo de Dios de decir: “los compañeros de trabajo me apagan la vida del Señor”, tal vez el hermano ni siquiera estaba encendido, o en términos de la “sal”, quizás la sal que tenía era muy poca. Si yo tengo una olla grande con agua y frijoles, y pretendo sazonarlos con una pizca de sal, el resultado será como que no les hubiera agregado nada; igualmente para salar un pescado, la sal debe ser abundante, no una pizca. Entonces hermano, Dios no nos puso para rehuir o para bajar la cabeza ante el mundo, pues, ¡Somos la sal de la tierra!. Hay un compromiso con Dios de ser sal, debemos ser el antídoto de la corrupción de este mundo. Dios espera que seamos y funcionemos como la sal del mundo, y si no salamos, tarde o temprano terminaremos reprobados.
Dios espera que nos comprometamos a ser sal. No crea que Dios no nos expondrá ante el mundo, Él no diseñó a Su Iglesia para que se mantenga encerrada entre cuatro paredes. Si lo que Dios espera es que la Iglesia de a conocer Su sabiduría, aun ante los principados en los lugares celestiales, no digamos acá en la tierra. Es como lo que sucede con la crianza de los hijos, hay un tiempo en el que hay que restringir a los hijos, pero también hay un tiempo en el que es necesario soltarlos. Si los padres supieron criar a sus hijos, y los educaron hasta el punto de verlos graduados de médicos, lo lógico es que los hijos trabajen como médicos. No es normal que los padres críen a sus hijos, y éstos lleguen a los cuarenta años dependiendo de papá y mamá. Así también es el trato que Dios nos da, Él espera que crezcamos y manifestemos Sus virtudes divinas en este mundo.
Ser un buen creyente no consiste en ocultarse del mundo, ni tampoco en ser extremistas al punto de utilizar vestimentas extrañas para diferenciarnos de los demás, simplemente consiste en vivir en santidad, estar alejados de la corrupción, y entender que el Señor nos apartó para que demos testimonio de Sus virtudes. Antes de que empiece a despojarse de ciertas cosas, revise cuanto ama aquello que quiere dejar, porque no se trata de despojarse de todo. Habrá cosas que Dios quiere que las deje, pero habrá otras que no. Es trabajo del Espíritu Santo mostrarle a cada uno lo que tiene que dejar. No se trata de no tener un carro nuevo, se trata de no amar el carro nuevo de manera desmedida. La mayoría de nosotros tenemos el testimonio que, ha sido Dios mismo quien nos ha dado muchas cosas, pero el punto es que no debemos amarlas más que a Dios, porque el hecho de que Él las haya provisto, no significa que esas cosas no son del mundo. Todo lo que vemos nosotros es del sistema del mundo, solo Cristo es el Reino.
Si quitamos nuestro corazón de las cosas del mundo, entonces, nuestro corazón estará siempre para con Dios. Empecemos por santificarnos para el Señor con las cosas objetivas que nos menciona el apóstol Juan: “…los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida...” (1Juan 2:16). De todo eso debemos cuidarnos. Empecemos por no amar estas cosas, y seguramente, seremos sal en nuestra generación.
Apóstol Marvin Véliz
Amado Hermano! Comparto el hecho de que la Palabra de Dios nunca nos prohíbe juntarnos con las personas de este mundo, pues de lo contrario tendríamos que salir de él. 1 Cor 5:10. Aunque sí nos manda a no unirnos en yugo desigual con los incrédulos, como también nos manda a no adaptarnos al mundo Rom12:2.
ResponderEliminarPersonalmente creo que la iglesia de hoy ofrece al creyente un lugar seguro para adorar y servir a Dios sin mayor esfuerzo. Como si se metiera a los creyentes en una especie de invernadero espiritual, donde están protegidos del sol, del viento, la lluvia; pero así como una planta de invernadero, si fuera colocada en el mundo real no resistiría, creo que igual sucedería con muchos creyentes.
Ahora bien, la biblia nos dice: “No améis al mundo, ni las cosas que hay en el mundo”. Pero como que el lenguaje bíblico confunde a algunos, pues por una parte se dice: «Amen a sus esposas» y por otra: «el que no aborrece a su esposa no es digno de mí». Por un lado: «Honra a padre y a madre» y por otra «el que no aborrece padre y madre no puede ser mi discípulo».
«El que ame su vida la perderá» Juan 12:25 y «el que quiera amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua».1 Pedro 3:10
Por otro lado ¿Cree amado hermano que por algo el Señor dijo: “Vosotros sois la luz del mundo (G2829) y “Sal de la tierra (G1093).? Bendiciones!!
en el primer párrafo de tu comentario das un hermoso equilibrio, esto es que aunque estamos en el mundo no debemos ayuntarnos con los del mundo en cosas muy especificas que implican el compartir mas allá de los negocios o el compañerismo normal en un trabajo o el colegio. ademas subjetivamente el hecho de no adaptarnos al mundo. muy bueno esto mi hermano. gracias.
Eliminaren cuanto a tu pregunta solamente tengo esto para comentarte.
la tierra apunta mas lo impersonal, el cosmos tiene que ver con el sistema y la gente que no habita. creo que por eso el señor dice que somos la luz del mundo para testimonio de todos y somos la sal de la tierra para mantenernos nosotros en santidad ante toda la corrupcion del sistema, en donde no es un problema propiamente la gente, sino nostros al no tener sal en nuestras vidas. si somos sal se preserva de alguna manera también todo nuestro entorno, somos nosotros lo que decidimos si lo corrompemos.
Amén... muchísimas gracias!! Cuando pueda compartir en el blog algo acerca de Efesios 3:17 "Para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones" sería de mucha bendición. Recuerdo haberle oído un poco acerca de esto.
EliminarBendiciones hnos.!!!!!
ResponderEliminarya comenzamos clases nuevamente en la escuelita de Ateos, así que, en lo que podamos aportar a este blog de parte del Señor, lo haremos durante el presente año.
Con los muchachos hicimos la pregunta de ¿qué sería los deseos de la carne? ¿qué sería los deseos de los ojos? ¿qué la vanagloria de la vida?, las respuestas fueron muy duras, ya que, podríamos decir que casi que a diario vivimos inmersos en estas tres situaciones...
Lo único que podemos clamar es que Dios nos alumbre con la luz de Su Espítu para mostrarnos cuánto necesitamos volvernos a Él para retomar el camino de ser sal de la tierra y luz del mundo... para que podamos amar lo que Él ama y aborrecer lo que Él aborrece...
Los saludan Jason, Fernando, Saraí, Jhoselinne, Fabiola, Rebeca, Paquito, Fernanda, Ofelia, Karen y Roxana.
gracias por sus comentarios y espero que no dejen de hacerlos siempre nos estimulan y por supuesto nos edifican.
Eliminarque maravilloso es exponernos a la palabra del señor, la cual nos muestra una cruel realidad en nosotros como creyentes, este asunto no es de Fe, es de carácter obedecer, y saber como nos coloca el señor sobre este sistema de cosas, para que nuestro fin sea dar testimonio de quienes somos en verdad.cuando entendemos que no nos regimos por el presente sistema de cosas, sino que vivimos en la persona de Cristo quien es una realidad espiritual activa, nos da el entendimiento de lo nuevo que deposito Dios en nosotros, para que vivamos conforme a su plan.
ResponderEliminarahora bien la victoria del creyente estriba en rendir su voluntad para que su ruta sea expresada por la voluntad divina, en otras palabra nuestra obediencia es clave, y dejar que el señor derrumbe nuestra religiosidad. Por eso la prioridad del reino es amarlo a El mas que a cualquier otra cosa que se gesta en medio de ese sistema del mundo. La sal en efecto tiene dos funciones principales preservar y sazonar, es decir trasladado al sistema de cosas nuestra función como creyentes restaurados que impide que la tierra se corrompa completamente.
si queremos agradar a nuestro señor, seamos objetivamente obedientes , no nos presentemos como pizcas, sino como buena medida , capaz de salar en donde quiera que nos movamos.
si la sal es verdaderamente sal ella tendrá su propio sabor, ella puede directamente sal pero ademas tiene la capacidad de seguir siendo sal no adquiere otros sabores.
EliminarLo único que podemos clamar es que Dios nos alumbra con la luz de tu espíritu para mostrarnos cuánto necesitamos de su vida
ResponderEliminarEsa vida que no es corrompida y exponernos a la palabra del señor como creyentes para que nuestro fin sea dar testimonio que vivimos en la persona de Cristo Qué es sal en nuestras vidas Dios los bendiga ...Jairo Torres ..Guatemala.
si, realmente el es quien nos da la sal en nosotros, y actua para darnos el sabor verdadero de la vida y para preservarnos del mal. amen.
EliminarEl hno Walter toca dos funciones de sal preservar y sazonar .
ResponderEliminarSi somos la sal de la tierra preservemos esa vida que se nos fue dada para ser la expresión del señor en la tierra .Que las pasiones de este mundo no nos quite el sabor de la presencia del señor.Si no que prestemos nuestro miembro para servile en santidad y ser hallado en el para seguirle y no ser de los que pierden el sabor y son tirados fuera porque no sirven para nada.
Aida
lee la respuesta que le di a hno jairo.
Eliminar¿Cómo podemos ser la Sal de la Tierra?
ResponderEliminarLa misma palabra lo responde: NO AMANDO AL MUNDO
Hermanos este mensaje debería de confrontarnos a todos los que somos hijos del Señor. Porque siempre vivimos poniendo mil y una excusa para dar esa medida que El Señor pide de nosotros, pensando que el nos pide el monto de cosas, pero no es así, nosotros tratamos de solventar cosa por cosa de este mundo, donde todo está corrompido, y hoy el Señor nos da una clave por medio de su preciosa palabra, y esto es NO AMEIS AL MUNDO
El Amor antes que cualquier sentimiento es básicamente UNA DECISIÓN. Y eso es lo que el Señor espera de nosotros. Que nosotros nos decidamos a NO AMAR ESTE MUNDO.
Si hacemos esto, permaneceremos en el amor del Padre, y nuestra Función de Sal en esta tierra se cumplirá porque no nos desvaneceremos.
amén
en verdad que si. por eso dice la escritura que el amor cubre multitud de pecados, amar a Dios y no amar al mundo es clave.
EliminarComo decia mi hermano en este blog Este mensaje debe de ser puesto nuevamente en nuestro corazon, pues el amoral mundo es el ambiente que ahoga y seca a un cristiano, hay un principio basico: todo aquello que apaga nuestra vida espiritual es del mundo, elimina nuestro celo por la oracion, nos roba el interes de leer la palabra de Dios y nos impide testificar y proclamar al señor.
ResponderEliminarPor eso debemos de rechazar todo lo que apague nuestra vida espiritual pues es del mundo.
Cuando dejemos de amar al mundo, solo entonces gustaremos la dulzura del señor, por una parte soltamos algo y por otra experimentamos la bondad de Dios amen.