EL DISCÍPULO ES AQUEL QUE PERMANECE EN LA PALABRA.
El primer gran paso para alcanzar la transformación interior es que aceptemos el discipulado del Señor. Dice Juan 8:31 “Entonces Jesús decía a los judíos que habían creído en El: Si vosotros permanecéis en mi palabra, verdaderamente sois mis discípulos”. El Señor usa la frase: “verdaderamente sois mis discípulos” a manera de una condición. En otras palabras, hay una condicionante para ser “verdaderos” discípulos del Señor, esta es: “Permanecer en su palabra”. El que no cumple con esta condición no es verdadero discípulo del Señor, es un discípulo a medias. El discipulado necesita dos partes activas: un maestro dispuesto a enseñar, y un alumno dispuesto a aprender. Dios por Su lado siempre desea discipularnos, por lo tanto, nosotros debemos ser responsables con nuestra parte, que es ser discípulos.
Nosotros hemos mal interpretado las palabras del Señor en cuanto a lo que significa: “permanecer en Su palabra”, porque muchos creemos que se trata de “aprender”, “memorizar”, o “hablar” la palabra, pero no se refiere a ninguna de éstas cosas. La palabra “permanecer” significa: “quedarse”, o “pernoctar”, como cuando alguien es invitado a quedarse a dormir en una casa, lo cual no implica una conversación propiamente, sino “estar”. Permanecer en la palabra, por lo tanto, no se refiere a una actividad lingüística o de razonamiento, sino a una actitud de estar cerca de la Palabra. Un discípulo debe tener esta actitud ante la “palabra”, debe estar cerca, debe estar atento. No estamos diciendo que no debemos leer, razonar, o memorizar la Biblia, está bien si lo hacemos, pero tengamos claro que eso no es “permanecer en la palabra” según lo que dijo nuestro Señor Jesucristo. La liberación que obtenemos a raíz de permanecer en la palabra no depende del coeficiente intelectual que tengamos, sino de cuanto permanecemos ante ella.
Luego el Señor dice en Juan 8:32 “… y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres”. Este verso nos confirma que para ser liberados, o transformados, necesitamos conocer la verdad, lo cual, sólo se alcanza permaneciendo en la palabra, pero a su vez, esto sólo lo logran aquellos que adoptan una condición de discípulos. El Señor nos aclara el significado de “permanecer en la palabra”, porque dice en Juan 8:36 “Así que, si el Hijo os hace libres, seréis realmente libres”. Acá ya no dice que la verdad nos hará libres, sino que es el Hijo quien nos hace libres. La palabra que nos hará libres es el Hijo mismo, es Cristo, el logos de Dios. Quiere decir que si permanecemos en el Hijo (quien es la palabra) seremos verdaderamente libres. En el griego, el vocablo original que se usa para traducir “palabra” es logos. Es el mismo vocablo que aparece en Juan 1:1 “En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios”. En este verso, “logos” lo tradujeron como “Verbo”, y en esencia se refiere a “Cristo” en su condición primigenia antes de poseer un cuerpo. El vocablo es el mismo que se usa en Juan 8:31 donde el Señor exhortó a Sus discípulos a “permanecer en el logos”. Quiere decir que si permanecemos en Él, en el “logos”, llegaremos a ser verdaderos discípulos.
Tengamos en cuenta que el Señor nos dijo que “permaneciéramos con Él”, esto en ningún momento significa que le hablemos, o que le cantemos, es únicamente “estar delante de Él”. Estar con Dios no es orar en voz alta, o en público, más bien es “permanecer” callados delante de Él. Interceder, cantar, gemir, orar corporativamente y otras acciones de hablar para dirigirnos a Dios tienen su lugar y su ocasión, pero no confundamos eso con “permanecer con Dios”. Tampoco debemos incurrir en procesos mentales bíblicos o de uso de la razón, más bien, permanecer con Él es un asunto de “localización”. Cuando Adán cayó en pecado en el huerto, Dios llegó a buscarlo y le hizo una pregunta: “Adán, ¿Dónde estás?”; la pregunta no iba dirigida a querer saber la ubicación geográfica, sino que Dios percibió a Adán en otra dimensión, ya no “estaba” en el mismo plano donde Dios lo frecuentaba, sino que estaba evadiendo a Dios como su maestro; un verdadero discípulo debe permanecer delante de Dios.
El que permanece con Cristo, o sea, con el Logos, le acontecerá que conocerá la realidad. La realidad de Cristo es Su esfera divina, es lo que encontramos en nuestro espíritu, en otras palabras, es la acción de la contemplación. La Vida contemplativa es la manera en la que el Señor nos hace libres. El Señor está en nuestro espíritu, por lo tanto, es allí donde debemos estar para que el efecto de ello sea nuestra libertad. ¿Cómo hacemos esto? Sólo hay una manera: A través de "LA ORACION CONTEMPLATIVA”.
Si queremos entender de manera sencilla la oración contemplativa podríamos decir que ésta es: “El desprecio de nuestro consciente ordinario (o natural) y la atención sencilla y suave a la persona divina”. La manera más sublime y segura para estar con el Señor es a través de la contemplación, aunque no es la única forma. Pueda que existan otras maneras para estar en comunión con Dios, pero La Escritura y la experiencia de muchos místicos nos muestran que la manera más segura es la contemplación.
De manera más clara, “permanecer con Dios” es tener “comunión con Él”, es “posicionarnos delante de Él por medio de la fe”; si hacemos así, nos convertimos en verdaderos discípulos. Como ya dijimos, esta comunión de la que estamos hablando no se refiere a las reuniones de Iglesia, ni a ninguna otra actividad mística colectiva, sino a estar posicionado delante de Él de una manera personal. Hemos mal entendido que la comunión con Dios estriba en hablarle a Él verbalmente, sin embargo, bajo la óptica divina lo que importa es que “estemos” delante de Él.
El apóstol Pablo dice en 2 Corintios 3:18 “Pero nosotros todos, con el rostro descubierto, contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el Señor, el Espíritu”. Note que este verso no dice que somos transformados por “hablar en la presencia de Dios”, sino por “contemplar la gloria de Dios”. Fue la religión la que nos enseñó que tener comunión con Dios es hablar solamente, pero la doctrina apostólica no nos enseña eso. Acerca de esto también podemos leer los siguientes versos:
1 Corintios 1:8 “el cual también os confirmará hasta el fin, para que seáis irreprensibles en el día de nuestro Señor Jesucristo. v:9 Fiel es Dios, por medio de quien fuisteis llamados a la comunión con su Hijo Jesucristo, Señor nuestro”.
Hebreos 4:16 “Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna”.
Estos versos nos dicen claramente que nos llamaron a estar en “comunión con el Hijo”, a acercarnos a Él confiadamente. En ningún momento nos están diciendo que “le hablemos”, o que “oremos voz en cuello”, más bien, lo que nos dice es que nos acerquemos a Él bajo un sentido de territorialidad o de posición. Es acá donde entra la necesidad de orar contemplativamente, o de practicar la oración contemplativa. Esta oración, como su nombre lo indica, no consiste en hablar, sino en contemplar al Señor. Al orar de manera contemplativa lo que hacemos es atender al Señor por medio del espíritu, lo atendemos no por medio de las funciones mentales, sino por el espíritu. Orar contemplativamente consiste en despreciar nuestro “yo”; es poner nuestra conciencia ordinaria a un lado, y darle una única importancia a Dios; esto es “permanecer con Él”.
Apóstol Marvin Véliz
Qué importante es permanecer en su palabra y en una actitud de contemplación!!!
ResponderEliminarCuando permanecemos en el señor y sus palabras permanecen en nosotros en realidad lo que hacemos es hacernos uno con él. Juan 15'7 dice Si perteneceis en mí y mis palabras permanecen en vosotros , pedido lo que querais,y os será hecho. Vemos como el señor desea que nos suscribamos a su discípulado para que al estar pegados a el,llevemos frutos. Qué importancia tiene acercarnos a él y quedarnos allí. Creo mi hermano Marvin que está exposición que trae una revelación fresca para todo aquel sin excepción y acepción que quiere ser verdadero discipulo del señor. No dudo que está palabra cumple a perfección lo que el señor se ha dispuesto revelar promedio del ministerio apostolico para que la iglesia sea levantada y liberada d las amarras y esclavitud que la religiosidad por medio del espíritu de engaño desvía las verdades del señor.
llegar a ser uno con el experiencia es la meta de nuestra comunión con el.
EliminarCuando permanecemos en el señor y sus palabras permanecen en nuestro ser interior Nosotros somos uno con él Sí permanecemos en él llegaremos a ser verdaderos discípulos pero tenemos que sujetarnos al maestro un verdadero discípulo debe permanecer delante de Dios Así que amados hermanos acerquémonos confiadamente al Trono de la gracia .dios los bendiga
ResponderEliminarJairo torres
eso es precisamente permanecer en su palabra estar delante del trono de la gracia por la fe.
EliminarBuenos días hermanos, solo quisiera hacer una observación, referente a lo que llamamos "oracion contemplativa", segun lo que dice este pequeño estudio, debemos contemplar y no hablar, "pero hablar es el significado de orar", creo que es un poco contradictorio llamar oración a lo que es solo contemplacion.
ResponderEliminarDios los bendiga
si tomamos la palabra oración de manera literal o etimológicamente podríamos decir que realmente es un error usar "oración contemplativa", pero cuando vemos mas extensamente lo que es oración podemos ver que es una relación, una comunicación, con Dios, la cual no necesariamente se establece por medio de las palabras. es como si dijera que yo hablo con una persona solo usando palabras localizadas, no es así, puedo entablar una comunicación con alguien promedio de mi presencia con ella, por medio de mi rostro, mi mirada, mis manos, etc. y sin decir ni una sola palabra estoy en comunicación con ella. por supuesto a eso no le podemos llamar hablar vocalmente pero si es una manera de comunicarme o expresarme con alguien por medio de todo mi cuerpo.
Eliminarlo mismo podemos hablar de oración contemplativa, la cual es nuestra relación, comunión, con Dios, sin el uso de las palabras, sino solo la atención a su persona.
es por eso que algunos teólogos le llaman a la oración en la que usamos palabras, la oración discursiva, y a la oración en la que no usamos palabras, oración contemplativa o del silencio.
así que, yo pienso que si se puede decir que hay ORACION CONTEMPLATIVA. esta es mi opinión.
algo mas, en
Romanos 9.3 (LBLA)
3 Porque desearía yo mismo ser anatema, separado de Cristo por amor a mis hermanos, mis parientes según la carne,
la palabra desearía, es la misma palabra que se usa para oración, en muchos pasajes mas, pero aquí seria incongruente traducirlo como oración, por eso reza en el pasaje "desearía". asi que la oración es la intencionalidad del corazón hacia Dios y no solo la manera discursiva.
amen.
Juan 15:4 Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el sarmiento no puede dar fruto por sí mismo sí no permanece en la vid, así tampoco vosotros sí no permanecéis en mí.
EliminarPERMANECER. (Hebreo méno) significa quedarse en un lugar, esperar, durar, perdurable, permanence, persevere, persistir.
«Permanecer» (griego menein), una relación de mutua confianza y lealtad, que se desarrolla entre él y los suyos.
Permanecer es una accion (elevada por cierto). Es un abandono de mi mismo... un estado continuo,
Nuestro maestro no trabaja por hora clase, es a tiempo completo 24/7
Si pretendemos ser pampanos y nos desconectamos un momento creo q dejamos de permanecer
Me llama la atension jn 8:32 Y conocereis la verdad y la verdad os ara libres y viene a mi mente lo estudiado de los programas emocionales la vida del alma o nuestro falso yo solo permaneciendo delante de EL en silencio y despreciando la vida del alma seremos verdaderamente libres:EL hermano witnees lee dice nuestra alma es muy abladora y solo contemplando su gloria es posible acallar nuestra alma o dicho de otra manera nuestro viejo hombre puede ser desactivada o como dice el señor en lucas 14:26 el que no aborrece su propia vida no puede ser mi dicipulo amen.
ResponderEliminargloria a Dios, muy concordantes tus palabras con lo que hemos expresado en el articulo. solo por medio de la oración contemplativa le damos lugar al señor para obrar y aquietamos nuestra alma para no intervenir. aleluya.
EliminarNo pude evitar pensar en la alegoria de la mujer cuando es exhortada y se le dice que no le es permitido ensenar...
ResponderEliminarY que debe ganar al marido sin palabras...
Esto es con acciones, con hechos...
Yo le llamaria ADORACION
Es un estado perpetuo, no un momento
Un estilo de vida, no un concepto
Ser y estar!!!-:-)