¿ESTÁN VIGENTES LAS PROFECÍAS DEL ANTIGUO PACTO AUN EN NUESTRO TIEMPO?
Dice Mateo 5:17 “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir”.
Es interesante ver que en este verso el Señor no sólo dice que vino a abolir la ley, sino también a los profetas. Generalmente no le ponemos mucha atención a lo que el Señor quiso decirnos con que Él venía abolir a los profetas, sino que nos dedicamos únicamente a entender el aspecto de la abolición de la ley. El Señor no vino a quitar la ley así por así, sino que Él le dio cumplimiento con Su muerte. Ahora bien, si nosotros no entendemos que el Señor también le dio finalización a los profetas, no podremos ver claramente la finalización de la ley, porque ambos están conectados. En la Biblia, la expresión: “la ley” representa la mayoría de las veces el pentateuco escrito por Moisés, así como todo lo que escribieron los profetas. La ley es todo lo que se escribió en el Antiguo Testamento, de allí su nombre.
Hasta la fecha, no podemos negar que todos los libros del Antiguo Testamento son buenos para enseñar, redargüir e instruir en justicia, pero ya no tienen efecto legal en cuanto a que Dios tenga que cumplir todo lo escrito. El gran problema que tenemos los creyentes de esta era es no darnos cuenta que el hacedor del Antiguo Pacto es el mismo que el hacedor del Nuevo Pacto, y que el que ideó el Antiguo Pacto, lo hizo pensando en el Nuevo Pacto. Pensemos en el siguiente ejemplo: Si yo le pido a un abogado que me redacte un documento legal, para empezar, tendrá que redactarlo en idioma español, si no me gusta, le pido que me lo vuelva a redactar. Obviamente, no va a redactar el documento en idioma chino, sino que lo hará nuevamente en español, la lingüística no va a cambiar. Lo mismo sucedería si yo le pido que me redacte la escritura de una casa y después le digo que corrija ese mismo documento porque quiero que diga otras cosas; seguramente al escribir el nuevo documento va a ocupar muchas palabras del antiguo, pero nada tendrá que ver un documento con el otro. Cuando ya tenga redactado y sellado el nuevo documento, el antiguo documento, aunque se parezca al nuevo ya no me interesa, porque en términos legales ya caducó, quedó obsoleto.
Lo mismo sucede, entonces, con la ley que con los profetas, el Señor le dio cumplimiento a ambos. Para efectos legales todo el Antiguo testamento ya nada tiene que decirnos, Dios ya no está comprometido a cumplir lo que está escrito en el Antiguo Pacto. Entender que los escritos de los profetas ya no están vigentes es algo impresionante, si nosotros lo entendemos nos vamos a evitar tremendos males al estudiar la Biblia, sobre todo en cuanto a la doctrina de los tiempos del fin. Hasta el día de hoy, quizás un 80% de la doctrina que tiene que ver con la escatología está basada en lo que dicen los profetas del Antiguo Pacto, pero hemos errado en esto.
Alguien podrá argumentar lo siguiente: “… yo encuentro en el Nuevo testamento versos que dicen: Para que se cumpliera lo dicho por el profeta…”. Sí, es cierto, muchas cosas escritas en el Antiguo Testamento se cumplieron en el tiempo del Nuevo Testamento, y seguramente muchas cosas se seguirán cumpliendo, porque Dios no cambió las cosas de ambos pactos desde el punto de vista de Su “propósito”, sino desde el punto de vista “legal”. Dios cambió totalmente la metodología que Él usó en el Antiguo Pacto para tratar con el hombre y desarrollar Su Plan. Ahora que estamos en el Nuevo Pacto Él ya no está obligado a cumplir todas las profecías, pues, Él ya le dio cumplimiento a esa legalidad impuesta por la ley y los profetas. Obviamente, muchas cosas del Antiguo Testamento se seguirán cumpliendo en el Nuevo, pero no se cumplirán por el compromiso hacia el antiguo pacto, sino porque el antiguo pacto fue escrito pensando Dios en el nuevo pacto y por eso en el encontramos un mapa espiritual de los grandes fundamentos del nuevo pacto. En realidad, es inevitable que muchas cosas escritas por los profetas se sigan cumpliendo, pues, los ciclos de Dios son los mismos.
Los apóstoles usaron muchas terminologías del Antiguo Testamento para exponer la palabra del Señor, por eso ellos decían: “esto es lo dicho por el profeta…”, pero si vemos el contexto de lo que dijeron los profetas, nos damos cuenta que las profecías no tenían relación con lo que los apóstoles estaban exponiendo. Citemos ejemplos:
Isaías 7:14 “Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel”.
Si estudiamos este pasaje nos damos cuenta que la virgen a la que se refería la profecía era la mujer de Isaías; alguien se preguntará: “¿Hubo, entonces, otra mujer que concibió como la virgen María?” Lo que sucede es que en el lenguaje divino toda mujer que se guarda para un solo marido es una virgen. Nuestro problema es que cuando leemos esas palabras en el Nuevo Testamento, pensamos que el profeta del Antiguo Testamento se estaba refiriendo a lo mismo, y es allí donde erramos.
Hechos 2:16 “Mas esto es lo dicho por el profeta Joel: v:17 Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y vuestros ancianos soñarán sueños”;
Al escudriñar este pasaje nos podemos dar cuenta que Joel no estaba profetizando hacia un futuro lejano, sino fue solo una aplicación que le dio el apóstol Pedro en su sermón. Los apóstoles siguieron haciendo un uso referencial del Antiguo Testamento, porque sabían que el lenguaje en el cual Dios habla a su pueblo es el mismo, no cambia. ¿Quiere usted que Dios le hable? Conozca la Biblia. Si quiere saber cómo piensa Dios, lea la Biblia. Hay un hombre que está glorificado, sentado a la diestra de Dios, y nos guste o no, fue judío. Por alguna razón Dios decidió conservar Sus oráculos a través de la lengua judía, eso lo dice claramente Romanos 3:1 “¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? v:2 Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios (o los oráculos de Dios)”. Dios ha hablado siempre con una mentalidad judía, y en lenguaje judío. Un ejemplo clarísimo de esto es Mateo 27:46 “Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?”. Por alguna razón los traductores decidieron dejar escrito: “Elí, Elí, ¿lama sabactani?” en la misma lengua que el Señor Jesús lo dijo. Obviamente, esto hace que los judíos tengan ventaja sobre nosotros porque Jesús habló en lengua judía.
Cuando el Señor Jesús vino a establecer nuevas cosas, por medio del Nuevo Pacto, se dio por sentado que todo lo que habían dicho los profetas ya no tenía peso jurídico. Sí podemos seguir sacando enseñanzas, instrucción, etc. pero el peso jurídico de lo dicho por los profetas lo quitó Cristo al establecer el nuevo pacto.
Apóstol Marvin Véliz
Amén creo que tener esta claridad nos.quita un tremendo peso de encima y nos habilita una óptica Sana de ver la.palabra en el antiguo testamento. Todo.como una sombra y figura de lo que.habria de.venir la centralidad del.nuevo pacto Cristo Jesús. El evangelio de Juan 1,45 Felipe halló a Natanael,y le dijo : hemos hallado a Aquél de quién escribió Moisés en la ley, y los profetas: a Jesús de Nazaret, el hijo de José. Así mismo Lucas 16:16 como sus referencias de los evangelios , dice La ley y los profetas fueron hasta Juan ; desde entonces el reino de Dios es predicado,y todos se esfuerzan por entrar en él. Bendito el señor . Walter Aguilar
ResponderEliminarAmén es preciso para nosotros poder entender este aspecto porque como bien lo menciona ud hno walter podemos ver las escrituras de una manera mas sana
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