Ir al contenido principal

¿LO QUE SE COMPARTE EN LAS REUNIONES DE IGLESIA DEBE ESTAR PLANEADO?


¿LO QUE SE COMPARTE EN LAS REUNIONES DE IGLESIA DEBE ESTAR PLANEADO?

En cuanto a las reuniones de Iglesia el Apóstol Pablo nos dice lo siguiente:

1 Corintios 14:26 “¿Qué hay que hacer, pues, hermanos? Cuando os reunís, cada cual aporte salmo, enseñanza, revelación, lenguas o interpretación. Que todo se haga para edificación” (LBLA). 

1 Corintios 14:26 “Entonces, ¿qué hay, hermanos? Cuando os reunáis, cada uno tiene salmo, tiene doctrina, tiene revelación, tiene lenguas, tiene interpretación; hágase todo para edificación” (BTX).

Al leer este verso, según estas traducciones de la Biblia, aparentemente no se ve mucha diferencia entre una y otra. Ahora bien, al comparar los textos según el griego, nos podemos dar cuenta que la versión de Las Américas (LBLA), se atreve a “agregar” frases que no están en los manuscritos originales, y a lo cuál es más fiel la Biblia Textual (BTX).

La versión de Las Américas traduce al inicio del verso: “¿Qué hay que hacer, pues, hermanos?”, mientras que la BTX sólo pone: “¿Qué hay, hermanos?”. En realidad la frase “que hacer, pues…” que usa la (LBLA) no aparece en los manuscritos del griego, razón por la cual, ellos lo escriben en “letra cursiva”, pues, ellos agregan dicha frase con el fin de darle “más sentido” al pasaje. Los traductores no pensaron en el grave error que cometieron al agregar estas frases, porque lo único que lograron con eso fue darle más sentido a las prácticas “evangélicas”, y junto con ello, terminar de borrar los vestigios de lo que fue originalmente la vida y las reuniones de Iglesia. 

Por su lado la versión de Las Américas traduce “¿Qué hay que hacer, pues, hermanos?, cuando os reunís…”, la interpretación que obtenemos de esta traducción es que el apóstol Pablo estaba aseverando lo que hacían los hermanos de Corinto en sus reuniones. A diferencia de la LBLA, al leer este verso en la versión de la Biblia Textual, dice: “cuando os reunáis…”, el sentido de esta traducción es una sugerencia de lo que deberían hacer los hermanos a la hora de reunirse. La primera versión sugiere lo que debe haber en las reuniones, mientras que la otra asevera lo que sucedía en las reuniones; eso cambia totalmente el sentido de ambas traducciones. 

Que nos quede claro que la versión de La Biblia de Las Américas está muy mal traducida en este verso. Para empezar, al agregar “¿Qué hay que hacer…” le cambiaron todo el sentido a la doctrina. La mejor traducción es como dice la Biblia Textual: “¿Qué hay hermanos?”. Lo que el apóstol Pablo estaba queriendo decir con la frase “¿Qué hay hermanos?”, es “¿Qué hay hermanos departe de Dios cuando nos reunimos?, en otras palabras, “¿Qué tiene Dios preparado para esta reunión?”, es algo que no lo sabemos, que no lo podemos planear, que debemos dejarlo para que lo guíe del Espíritu. Si todas las reuniones que tenemos ya están planeadas y con un formato establecido, esas reuniones han dejado de ser orgánicas, ya no son reuniones de Iglesia, sino la práctica de una liturgia. El problema de una liturgia no es si hay unción, o no, sino el hecho de que la liturgia nos priva de lo que Dios quiere manifestar en las reuniones. 

Si nosotros queremos que el cielo se abra, que Dios ministre, que Él edifique, que Él sea el ente activo que dirija nuestras reuniones, pues, tenemos que darle lugar al “¿Qué hay…?”. Todos debemos venir a las reuniones con la expectativa de intuir “qué quiere Dios hacer” en cada reunión. No son los ancianos los que deben decidir “qué habrá en cada reunión”, ni tampoco son los músicos y los cantores los que deben decidir. Todo formato preestablecido destruye el carácter orgánico que debe tener la Iglesia. En cada reunión debe haber una expectación del mover de Dios por parte de todos los miembros, y es más, debemos estar expectantes aun de lo que Dios no quiera hacer. 

Vengamos a las reuniones alegres, diciéndole al Señor en nuestros corazones: “Señor, acá estamos reunidos, esperando lo que Tú quieras hacer. Desde ya queremos decirte que hasta tus silencios son gloriosos”. Botemos nuestros conceptos religiosos y esas ínfulas de querer manejar los ambientes de las reuniones. Algunos vivimos tan inmersos en los formatos evangélicos, que nos cuesta entrar al ambiente orgánico. Algunos talvez crecieron en sistemas denominacionales donde cada domingo les daban un “Boletín Dominical”, en el cual, estaba impreso desde el bosquejo de lo que iba a compartir el pastor, hasta el más mínimo detalle de lo que iban a hacer en la reunión. Imagínese qué clase de liturgia la que tienen las Iglesias de hoy en día, ¿en qué momento ellos pueden vivir la doctrina del apóstol Pablo?. Tales formatos son tan inquebrantables, muchos cambiarían el diseño ya preestablecido de sus reuniones, ni porque Dios mismo se les apareciera.

No aniquilemos el ¿Qué hay? de Dios en las reuniones por lo que nosotros queremos, o por lo que de antemano ya planeamos. No privemos a Dios de Su libertad de decidir lo que Él quiere hacer en las reuniones, dando lo nuestro. El “¿Qué hay?” le pertenece a Dios en las reuniones, y nosotros debemos apegarnos a ese sentir del Espíritu. 

Todos debemos venir a las reuniones con temor y temblor. Los hermanos que sirven de moderadores o “directores” en la reunión deben estar con mucho temor y temblor delante de Dios para poder guiar bien las reuniones según el “¿Qué hay?” de Dios. Igualmente los hermanos profetas, deben tener temor y temblor para no hablar de sí mismos; de la misma manera los músicos, los cantores, en fin, todos debemos estar expectantes de lo que Dios quiere hacer en las reuniones. Lo primero que debemos hacer en las reuniones no es hablar, sino palpar en nuestros espíritus qué quiere hacer Dios, y cuando descubramos la intención del Espíritu, allí debemos quedarnos.

¡Amén!

Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. Amen hermano Marvin
    Como nos preparamos para poder intuir en nuestro espiritu lo que Dios quiere , en medio de las reuniones, talvez vamos con muchas ideas y nuestro don quieriendo actuar, pero como saber si es del espiritu y parte de lo quiere Dios que se desarrolle??

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. echemos mano de lo que nos dice el verso de corintios, el 26, donde se mencionan dos palabras claves, el "que hay" que fue lo que abordamos en este articulo y el "Tiene" que se refiere a lo que nosotros del señor tenemos a la mano para compartir pero que no necesariamente se debe de compartir.
      esto quiere decir que yo debo de mantener mi deposito, como lo dice pablo, esto es que mi espíritu siempre tenga lo fresco, lo revelado y lo que ha estado en la presencia del señor, para que así vayamos a la reunión, y cuando estemos juntos esperar que el señor nos muestre el "Hay".
      es como cuando el señor multiplico el pan, el señor fue el que dio el pan, pero este surgió de aquellos pocos panes y peces que un niño tenia en esa reunión. la multiplicación de los panes partió de allí. amen.

      Eliminar
  2. Muchas gracias hermano Marvin por la explicación

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Si no posees cuenta de Google o de alguna otra que aparezca en el listado, puedes comentar con la opción de perfil anónimo y dejarnos tu nombre al final de tu escrito. Gracias.

Entradas populares de este blog

SUBIR AL MONTE Y EDIFICAR EL TEMPLO

SUBIR AL MONTE Y EDIFICAR EL TEMPLO Quiero empezar este artículo dando un pequeño contexto del pasaje que acabamos de leer. El profeta Hageo profetizó en los tiempos en los que los hijos de Israel regresaron de la deportación de Babilonia, después de setenta años. Cuando los israelitas regresaron a su tierra, toda la nación, incluido el templo, estaba en una total ruina. La mayoría del pueblo volcó su mirada a sus propias necesidades, pues, éstas eran más que obvias; pero dejaron a un lado la reconstrucción del templo de Dios. Fue en ese ambiente que el Señor levantó a Hageo y a Zacarías para que profetizaran al pueblo y lo estimularan a darle prioridad a la construcción de la casa de Dios.  El panorama que nos presenta Hageo en su libro, especialmente en el primer capítulo, se ajusta como un buen ejemplo, espiritualmente hablando, a la situación que como pueblo de Dios podemos llegar a vivir. Ciertamente el Señor nos ha sacado de la esclavitud de este mundo y nos ha tras

LA NECESIDAD DE SER DILIGENTES

LA NECESIDAD DE SER DILIGENTES INTRODUCCIÓN: Quiero empezar por decir que la diligencia es más que básica y necesaria para servirle al Señor. Recordemos que el servicio al Señor está relacionado con la Vida divina, y no sirve de nada que prediquemos y expliquemos que Cristo es el Salvador, si no impartimos Vida entre los hombres. Dios nos llamó a ser impartidores de algo intangible, así es Su naturaleza. Debemos tener conciencia que la Vida Eterna es la realidad más grande que el hombre puede alcanzar en este mundo, y a la vez, lo que nosotros debemos poner al alcance de los hombres. Dice  La Escritura en Juan 1:17 “Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo” . Es, precisamente, en este punto donde la diligencia se vuelve un factor de mucha importancia, pues para mantener el fluir de vida necesitamos ser diligentes, sólo de esta manera la vida de Dios estará activa en nosotros. Leamos los siguientes

CÓMO DESPOJARNOS DEL VIEJO HOMBRE

CÓMO DESPOJARNOS DEL VIEJO HOMBRE El Apóstol Pablo dice en Efesios 4:19   “y ellos, habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas. v:20  Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta manera, v:21  si en verdad lo oísteis y habéis sido enseñados en El, conforme a la verdad que hay en Jesús, v:22  que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos” . Pareciera que estos versos son una contradicción, ¿Acaso Cristo no solucionó con anterioridad el asunto de nuestro viejo hombre? ¿Acaso no fuimos libres en Cristo de nuestro pasado, o tenemos que obrar para alcanzar esa liberación? Ciertamente aquí vemos en escena al viejo hombre, pero antes de ver la existencia del viejo hombre del creyente, investiguemos qué quería darnos a entender  el apóstol Pablo al decirnos: “despojaos del viejo hombre”. En torno a esto dice Romanos 6:6  sa