CÓMO LOGRAMOS LA RENOVACION DE NUESTRA MENTE.
Uno de los problemas más grandes que tiene el hombre, en el desarrollo de su vida, es a causa de no poder eliminar los recuerdos pasados. Si bien es cierto, que no podemos eliminar los recuerdos, sí podemos renovar nuestra mente. Dice el apóstol Pablo en Efesios 4:22 “que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos”. En el contexto de la carta a los Efesios, el apóstol Pablo nos dice que el Señor ya crucificó nuestro “viejo hombre”, pero en este verso nos dice que nosotros debemos despojarnos de él. Luego dice en el v:23 “y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente”, este verso es clave, pues, nos muestra que si no somos renovados en nuestra mente, nunca podremos disfrutar la liberación que nos dio el sacrificio de Cristo en la cruz. Es un hecho consumado que Cristo en la cruz solventó nuestro pasado, pero ahora debemos someternos al proceso de que nuestra mente sea renovada por el Espíritu.
Una de las maneras para recibir liberación en nuestra mente, es dejando de vivir en un estado hiperactivo; con esto no me refiero a que debamos bajar nuestras actividades físicas o nuestra capacidad mental, sino a procurar una mente purificada. La mente no purificada tiende todo el tiempo a rehabilitar las malas experiencias que nos han sucedido en la vida. Nuestra mente trabaja más o menos como las computadoras, éstas tienen un disco duro que almacena toda la información, pero tienen también una memoria caché, que es la que almacena datos necesarios para operaciones inmediatas. Nuestra mente funciona más o menos como una computadora, hay una parte de ella que es prácticamente como un “disco duro”, allí se guarda toda la información de lo que vivimos, pero el problema más grande lo experimentamos en nuestra memoria “caché”, o sea, en nuestra conciencia (nuestro presente).
El problema que nosotros tenemos es que, a pesar de que sabemos que nuestra mente necesita ayuda, nunca la dejamos de usar. Lo que deberíamos hacer es como cuando sabemos que nuestro vehículo carga algún desperfecto mecánico, lo normal es llevarlo al taller para que lo revisen. Es imposible reparar un vehículo en movimiento, obligadamente hay que dejarlo de usar y llevarlo al taller. De igual manera sucede con nuestra mente, no puede ser purificada por ella misma, necesita ser auxiliada por un agente externo.
Cuando me refiero a dejar de usar la mente, no estoy hablando de un comportamiento místico a manera de un “trance”, sino a buscar la vía por la cual nuestra mente sea renovada por el espíritu. El Señor Jesús canceló todas las deudas de nuestro “viejo hombre” en la cruz, no debemos pedirle que lo haga una vez más por nosotros, más bien, debemos pararnos en un terreno de fe en el cuál creamos la obra que hizo el Señor a favor nuestro. En la medida que le demos libertad al Espíritu Santo para que se vigorice nuestro espíritu, en esa medida nuestra mente irá siendo restaurada y purificada en su conciencia ordinaria.
En este punto es donde cobra sentido la oración y la vida contemplativa. Cada vez que nos ponemos delante de la Presencia de Dios, sintamos o no sintamos algo, el Espíritu empieza a purificar nuestra mente. El Espíritu Santo es el agente que renueva nuestra mente. La mente no debe ser un impedimento para seguir al Señor (como le sucede a una gran cantidad de creyentes), más bien, la mente debe llegar a convertirse en un instrumento de Dios. Una mente no restaurada nos daña, nos condena, nos acusa, revive nuestros pecados, trae al presente nuestros traumas de niños, en fin, una mente no restaurada es un problema severo. Muchos creyentes viven frustrados y acusados por el recuerdo de sus pecados, note que ni siquiera los abruma la maldad en sí, sino el recuerdo de las cosas malas que hicieron. La mente no sólo está llena de razonamientos, sino también de imágenes, de emociones, de traumas, y un sin fin de pensamientos que deben ser evacuados, de lo contrario viviremos en gran aflicción y angustia.
La única manera de restaurar nuestra mente es por medio de la oración contemplativa, pues, así como el enfermo necesita un doctor para sanarse, la mente necesita la influencia del Espíritu Santo para ser liberada, y la oración contemplativa coadyuva a ese fin. Hace algún tiempo compartí acerca de la liberación de la mente, y por falta de luz, dije algunas cosas que estaban erradas. En resumen, en ese tiempo yo compartí que la restauración de la mente venía a medida que pensamos las cosas de Dios. Alguien podrá preguntarme: “Hermano, ¿Qué de malo tiene que yo piense versículos bíblicos?” No es malo memorizar versículos o leer la Biblia, pero tampoco es seguridad de que eso nos traiga el fluir de la Vida del Señor. Una cosa es querer hacer lo bueno, y otra cosa es experimentar el fluir de la Vida divina. Una mente purificada no es aquella que sólo piensa en la Biblia; el reemplazo de pensamientos malos por pensamientos buenos no necesariamente es sinónimo de una mente liberada. Una mente liberada es aquella que percibe la Vida divina guiándolo en todo lo que hace, tanto en las cosas espirituales como las naturales.
La obra de la cruz del Calvario le puso fin a los problemas legales de nuestra carne ante Dios, pero no a la programación emocional de nuestra vida. La acumulación de experiencias de la vida es imposible quitarlas porque esas están almacenadas en la mente. Imagínese el caso de un ladrón que se ha dedicado a robar toda su vida, él ha acumulado en su casa todo tipo de cosas robadas; un día llegó la policía y se lo llevó preso. El malhechor ya no existe, ya fue quitado, pero la casa quedó llena de todas las cosas que él robó durante toda su vida. Lo mismo nos pasa a nosotros, el “viejo hombre” fue quitado por anulado por medio de la cruz, pero el efecto de las experiencias vividas y los recuerdos aún permanecen en nuestra vida a raíz de que están almacenadas en nuestra mente. El problema de una mente no purificada es que por medio de ella, los recuerdos del pasado pueden volver a aparecer en nuestra conciencia. Los recuerdos no son nuestra realidad, porque dicha realidad, sin embargo, el traerlos al presente nos causa serios problemas. Hay creyentes que, sabiendo que son nuevas criaturas, de repente se ponen a llorar por cosas del pasado, ¿Qué les sucede a estos hermanos? Su problema es que no creen en la obra de la cruz, y en lugar de ello, se aferran a sus recuerdos.
El poder de la mente es muy grande y debemos saber cómo controlarlo. Por ejemplo, cuando alguien aprende a manejar vehículo, los primeros días de su experiencia anda atento a cada movimiento que debe hacer para conducir, y cada vez que se baja del vehículo se siente estresado por la atención que tuvo que poner a todo lo que implica conducir. A medida que pasa el tiempo, la mente se acostumbra tanto a la rutina de conducir, que cuando vamos en el vehículo, los que manejamos, hasta podemos entablar una conversación muy específica con alguien más, porque la mente ubica la experiencia de manejar en un segundo plano. Esto nos muestra que hay ciertos niveles de conciencia en nuestra mente, y en ese orden descendente llegamos al “subconsciente” que es un plano donde los pensamientos están latentes. La mente puede manejar en el subconsciente muchas experiencias aunque no las conceptualice, y muchas de ellas, negativas. Todo ese material de experiencias lo vamos acumulando en nuestra mente, pero más que acumularlo, lo que necesitamos es liberarlo, y tal liberación sólo la recibimos en la Presencia de Dios.
El apóstol Pablo dice en Efesios 4:22 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos, v:23 y renovaos en el espíritu de vuestra mente”, la manera de despojarnos del viejo hombre es renovando nuestra mente. Una vez más, venimos al punto que ya hemos mencionado antes, si la mente es la que necesita ser renovada, debemos buscar el ente que la atienda y la renueve, porque obviamente no será ella misma. Talvez aprendimos que al venir a Cristo tenemos que aprender versículos, oír mensajes, cantar alabanzas para poder renovarnos en nuestra mente, sin embargo, esa no es la manera de purificarla. La única manera de renovar nuestra mente, y por ende, liberarnos de nuestro “viejo hombre”, es por medio de la oración contemplativa, allí seremos transformados genuina y adecuadamente.
Apóstol Marvin Véliz
HEBREOS 12:1 Por tanto,nosotros también,teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos,despojemonos de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos enreda,y corramos con perseverancia la carrera que tenemos por delante.
Este pasaje nos invita a despojarnos de todo peso,carga,acusación,del pecado que tanto nos estorba,tenemos nuestra mente tan dañada que esto nos afecta y nos impide avanzar en la carrera q tenemos por delante .leamos el verso 2 de este mismo pasaje,en donde nos da la respuesta de cómo despojarnos de todo esto.
Ves.2 PUESTO LOS OJOS EN JESUS,el autor y consumidor de la fe .
La palabra "puesto los ojos " traducida del griego significa mirar fijamente apartando la mirada de cualquier otro objeto,esto es la oración contemplativa,este es el camino de la liberación q tanto nevesitamos,una mente restaurada nos dejará el camino libre para correr la carrera que tenemos por delante.
Gloria a Dios .
Iveth de Aguilar
amen, que precioso ver en este pasaje precisamente el principio de esta oración tan hermosa que estamos aprendiendo. es de seguir escudriñando el pasaje para ver aun mas detalles si es que así nos los permite ver el señor.
EliminarNuestra mente gira entorno a nuestra vida pasada a lo malo que emos hecho , pero el Señor nos da la oportunidad de que sea renovada nuestra mente , de que seamos libres de tal manera que la vida divina de parte de Dios nos guie , por que no podemos seguir viviendo de la misma manera aferrados al viejo hombre , sino creer que el ya iso la obra en cada uno de nosotros y permitir que el espiritu sato purifique nuestra mente.SALOMON
ResponderEliminarno es asunto de reprocharnos el pasado sino de buscar en el presente el rostro del señor para encontrar en esa bendita experiencia contemplativa el medio por el cual el espíritu mismo nos purifica
EliminarTenemos que dejar de ver nuestros errores pasados y dejar que el Señor toque nuestra mente para que así sea renovada y le pueda ser útil al Señor.BENJAMIN
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ResponderEliminarAmen , Hermano Marvin
EL Espíritu Santo obra a través de nuestro espíritu para volver a poseer nuestra alma liberándola de la atadura del pecado. Pero ya que no es la parte consciente de nosotros, nuestro espíritu solamente puede obrar ejerciendo influencia sobre nuestras decisiones. Nuestra alma DEBE ESCOGER seguir el consejo de nuestro espíritu, en cuyo “oído” el Espíritu Santo está susurrando. Esto es lo que Pablo quiso decir cuando nos dijo que fuéramos transformados por la renovación de nuestras mentes (Romanos 12:2). Esta transformación consiste en permitir escoger conscientemente que el Espíritu Santo se convierta en la influencia primaria en determinar nuestras acciones. Este es de nuevo el alineamiento celestial.
El problema más grande que tenemos es que nuestra alma aún está luchando con su atadura al pecado, y por consiguiente constantemente tiene que escoger someterse a nuestro espíritu renovado. nuestra alma es donde se toman las decisiones de nuestro comportamiento. Nuestro espíritu es uno con el Espíritu de Dios, pero solamente puede aconsejar. Pablo describió nuestro dilema de manera conmovedora en Romanos 7:14-15, diciendo que él tenía el deseo de hacer lo bueno pero no podía hacerlo. Su espíritu era uno con Dios, pero su alma algunas veces se rebelaba. Interiormente él podía deleitarse en la Ley de Dios, pero exteriormente algunas veces se conformaría a la ley del pecado y de la muerte.
Entonces debemos PROCURAR UNA MENTE RENOVADA POR EL ESPIRITU..
PATRICIA PEREZ
Ciudad Guatemala
si, creo que es la clave la mente renovada por el Espíritu, y esto se logra cuando aprendemos a que el obre y que nuestra mente no intervenga.
EliminarConforme a la luz q ha recibido Hno tengo una pregunta q hacer y es: si nuestro espíritu es aparte de el espíritu de la mente como lo menciona Efesios 4:22 -23 renovaos en el espíritu de vuestra mente ? Atte. Neftali Anaya
ResponderEliminarsegun mi entendimiento, el espiritu de nuestra mente es el mismo
EliminarEspiritu Santo. pues el verso de manera mas especifica podría traducirse: Renovados por el Espiritu, la mente. perdón por el atraso en contestarte.
en col 3 ;2 poned la mira en las cosas de arriba no en las de la tierra esto también creo que nos habla de una contemplación de las cosas eternas no terrenas refiriéndose a la mente . ah también recordaba aquella escena en donde pedro le dice al jesus no vayas a jerusalen ahí corres peligro y jesus le responde : apártate de mi satanás porque el tenia clara su misión en esta tierra y su deseo era cumplir el plan de Dios y no pensaba en si mismo .
ResponderEliminary ese es precisamente nuestro problema que no tenemos un despojo de nuestra vida terrena para mirar las cosas eternas y agradar a Dios sometiéndonos a su voluntad dando continuidad a su plan eterno.y así ocupamos nuestra mente , o ponemos nuestra mirada en las cosas de arriba.
Dios le bendice apostol muy pero muy buena su enseñanza me hizo entender muchas cosas el espíritu te siga usando hijo de Dios
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