¿QUÉ PREFIERE DIOS, QUE LE TRAIGAMOS OFRENDAS O QUE ESTEMOS EN PAZ CON NUESTROS HERMANOS?
Muchos llegan al punto de desconocer tanto a Dios que quieren que Él les aplauda porque asisten a las reuniones de Iglesia. Hay muchos creyentes que no aman al Cuerpo de Cristo, no aman a los hermanos, no se meten con nadie, sin embargo, creen que asistir a las reuniones es una gran hazaña por la cual Dios debe estarles altamente agradecido.
¿En qué cosas Dios nos pone a prueba a nosotros Sus hijos? El gran examen de parte de Dios para todo aquel que es Su Hijo, es la misma hermandad en Cristo. Yo alabo a los espirituales de las Iglesias que saben atender a los neófitos; bendigo a aquellos que son bendición para los corderitos que vienen entrando, pero también me alegro por los carnales que siempre están preparados para ser un probatorio para todos.
Leamos los siguientes versos:
Mateo 5:22 “Pero yo os digo que todo aquel que esté enojado con su hermano será culpable ante la corte; y cualquiera que diga: “Raca” a su hermano, será culpable delante de la corte suprema; y cualquiera que diga: “Idiota”, será reo del infierno de fuego. v:23 Por tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar, y allí te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, v:24 deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”.
¿Cuál es su comportamiento para con sus hermanos? ¿Qué actitud interna tiene usted para con el Cuerpo de Cristo? Recuerde que al ser que le pusieron dentro de usted lo está juzgando, lo está viendo como camina, y está viendo lo antagónico de su ser carnal que no se rinde ante la supremacía del amor que debería fluir en usted. ¿Ya se dio cuenta del gran problema en el que se está metiendo por guardar rencores, por no arreglar asuntos con sus hermanos? Sea grande o pequeño el problema, ¡arréglelo! Dése cuenta que en estas cosas no lo está juzgando el hombre, sino que lo está juzgando el Espíritu de Cristo que está dentro de usted. El día que creímos en Cristo nos dieron la Vida divina, la cuál está dentro de nuestro ser deseando fluir en amor para con nuestros hermanos. El Señor quiere a través nuestro abrazar a los hermanos, no se lo impidamos, no retengamos ese fluir de amor. Hay hermanos que dicen: “yo no voy a saludar a ese hermano, porque si le doy un abrazo para saludarlo, va a pensar que me le estoy humillando”. ¿Verdad que así somos? Tal actitud sólo es un impedimento que está deteniendo el fluir de la Vida que pusieron en nosotros para amar. No pongamos diques de orgullo en nuestro corazón para con nuestros hermanos, no le pongamos freno al amor de Dios.
La amargura surge, fluye y es capaz de contaminar a muchos, no piense que tales actitudes se van a quedar así delante del Señor. Hermanos, Dios no puede ser burlado. El Señor dijo: “el que esté enojado con su hermano”, note que no dice: “el que se enoje…”, pues, todos nos podemos enojar en algún momento, el problema es el que se queda enojado con su hermano. Dicho en otras palabras: “El que es incapaz de soltar una cólera contra su hermano, y no busca la manera de estar en paz, Dios lo va a juzgar”. El problema de estar amargados contra algunos hermanos, no es el simple hecho de no tener comunión con ellos, el problema es que quedamos expuestos ante el juicio de Dios. Hay hermanos que hasta se dan el lujo de decir que están amargados contra ciertos hermanos, no se dan cuenta que tales actitudes no solo los exponen al juicio de los demás, sino lo más triste es que se convierten delante de Dios en reos del infierno.
¿Valdrá la pena reprimir la Vida del Señor en nosotros? ¿Acaso la Vida del que nos dieron, no es la de Aquel que en la cruz del Calvario, con una corona de espinas y treinta y nueve latigazos en la espalda, clavado de pies y manos, todavía en su último aliento dijo: “Padre perdónalos porque no saben lo que hacen”?, ¿Acaso ya estaba delirando el Señor cuando dijo estas palabras, o son las palabras sublimes del amor divino? Los que crucificaron al Señor sí sabían lo que estaban haciendo, pero Él los vio con ojos de amor. Tal escena de amor es tan profunda, que ni siquiera podemos explicar esas palabras. Jesús no era mentiroso, no estaba delirando, no estaba loco, sencillamente usó el lenguaje del cielo: “Perdónalos porque no saben lo que hacen”. Yo quizás no hubiera dicho “perdónales”, y mucho menos decir: “no saben lo que hacen”, seguramente le hubiera orado al Señor: ¡Castígalos porque estos bien saben lo que me han hecho!”, ¡Que elevada la Vida gloriosa fluyendo en el Calvario!. Cuán distantes somos de nuestro Señor Jesús, a veces nos amargamos con los hermanos por un machucón de dedo, o porque hablaron mal de nosotros, sin embargo, la Vida Divina quiere obrar de manera diferente, quiere convertirnos en fuente de amor.
El Señor nos advierte de que tengamos cuidado, que no tomemos una actitud equivocada en nuestro proceder contra nuestros hermanos. La Vida divina en nosotros tiene la capacidad de perdonar lo peor de lo peor que pueda hacernos un hermano. Usted seguramente en su carne no puede perdonar nada, pero no le estoy hablando de su capacidad humana, sino de la capacidad que tiene porque le pusieron dentro de usted a Aquel que es amor. ¿Qué excusa tiene usted para no perdonar? En los versos siguientes el Señor nos dice la medida que Él espera de nosotros:
Mateo 5:23 “Por tanto, si traes tu ofrenda al altar, y allí te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, v:24 deja tu ofrenda allí delante del altar, y ve, reconcíliate primero con tu hermano, y entonces ven y presenta tu ofrenda”.
Nosotros hemos entendido en este verso que si justo cuando vamos a alabar a Dios en la reunión de Iglesia, o antes de estar en intimidad con Dios, nos acordamos que tenemos una amargura contra alguien, debemos dejar de hacer eso e ir a arreglarnos con el hermano. Si así entendemos estos versos, creo que los hemos entendido mal. Para empezar el verso no dice: “Si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí te acuerdas que tu hermano te ofendió…”, lo que dice claramente es: “si te acuerdas que tu hermano tiene algo contra ti”, es decir, todo aquello que nosotros mismos hemos hecho en contra de alguien (independientemente si sentimos, o no, que hemos dañado al hermano). Si el hermano mantiene esa molestia que nosotros le hemos causado en su corazón, a causa de la justicia Dios lo está escuchando allá arriba, por lo tanto, somos nosotros los que debemos tratar de solucionarlo.
Ilustremos el concepto anterior con el siguiente ejemplo: Imagínese que en una ocasión yo fui fuerte y severo con “x” hermano. El Espíritu Santo vendrá a redargüirme de mi arrogancia y mi prepotencia con la que le hablé al hermano; yo reconozco que lo humillé, y digo en mi interior: “ni modo, cometí un error” y luego me voy como que si nada. Si el hermano guarda eso en su corazón, eso estará demandando justicia allá arriba. Cuando yo vaya a orar el Espíritu Santo va a querer que yo esté libre de toda acusación, por lo tanto, me recuerda de lo pesado que le hablé al hermano y que no me he arreglado con él. No es asunto de que yo esté consciente de mi ofensa, sino que Él me recuerda que el hermano está ofendido por mi culpa, entonces, lo que debo hacer es dejar mi ofrenda en el altar. En estos casos es mejor dejar de hacer las cosas espirituales, ya que ante los ojos de Dios es más importante ponerse a cuentas, y arreglar esa situación con el hermano, que estar tratando de ofrecer sacrificios espirituales.
Muchas veces suele ocurrir también que cuando alguien llega a pedir perdón, uno no sabe si hubiera sido mejor que se quedara callado, o que llegara a pedir perdón. Hay hermanos que solicitan el perdón de la siguiente manera: “Aquí vengo a decirte que te perdono, porque estaba amargado con vos, me has ofendido con tantas cosas, y ya no soporto esa tu arrogancia, esa forma de ser tan insoportable que tenes, dañas a medio mundo, te pasas llevando a cualquiera, etc…”, a todo eso, ya está más humillado al que le llegaron a pedir perdón, que el que está pidiendo perdón. El pasaje no nos dice que hagamos sentir mal al que nos ha ofendido, eso es como ir a descargar el camión de la basura contra alguien. Si usted está así de lastimado mejor vaya con Dios y que Él lo libere. Lo que el Señor nos pide es que arreglemos las cosas con quien tengamos el problema. Si yo estoy consciente de que el Espíritu Santo me ha iluminado, y me ha mostrado esta situación, aunque yo no esté consciente de las cosas en las que ofendí, debo acercarme al hermano porque en algún momento dañé la integridad y el corazón de mi hermano. No es bueno que cada vez que el hermano se acerque a Dios, vea un corazón lastimado, un llanto producto de algo que yo hice, eso no nos conviene a ningún hijo de Dios, porque eso nos lo apuntan allá arriba.
El pasaje nos dice que es mejor que dejemos la ofrenda, nos reconciliemos con el hermano, y luego regresemos a presentarnos delante de Dios. No es bueno que reavivemos la comunión con el Señor en ese estado, porque al estar en comunión con Él se nos va a olvidar la situación y vamos a perder conciencia de algo que definitivamente hay que arreglar. El apóstol Pablo también nos dijo: “no debáis nada a nadie, sino solo el amaros los unos a los otros”. Procuremos no ser conocidos en los cielos por tanta queja de parte de nuestros hermanos. No creamos que Dios se da cuenta de que un hermanos esta lastimado hasta que él se atreve a abrir su boca y expresa su dolor delante de Dios; si el corazón del hermano está lastimado delante de la presencia del Señor, Él lo detecta, sabe por qué y nos lo apunta como algo en contra nuestra.
Apóstol Marvin Véliz
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ResponderEliminarQue hermoso entender que si NO estamos bien con nuestros hermanos , que si FRACASAMOS en perdonarlos y pedirles perdon por cuanto los hemos Ofendido es un pecado el cual interrumpe nuestra comunion con Dios, con lo cual se pone en peligro el flujo de bendiciones que podemos recibir.
ResponderEliminarDavid cuando cometió adulterio contra Betzabe y mató a su esposo Oro al señor y dijo,
Salón 51.4
4 Contra ti he pecado, sólo contra ti,
y he hecho lo que es malo ante tus ojos;
por eso, tu sentencia es justa,
y tu juicio, irreprochable.
Podemos ver que lo que se hace a los demás es A Díos , una mala mirada hasta un mal pensamiento para con nuestro hermano Dios lo sabe..
También Mateo 6.14 nos lo dice claro
14 »Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. 15 Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas.
Amén.
me alegra que tenga entendimiento de esto tan importante, y espero que todos tengamos el mismo entendimiento pues podemos fallar ante el señor y aun perder nuestra caminata en el señor por no saber perdonar a nuestros hermanos.
Eliminar1 Pedro 1.22–23 (RVR60)
ResponderEliminar22Habiendo purificado vuestras almas por la obediencia a la verdad, mediante el Espíritu, para el amor fraternal no fingido, amaos unos a otros entrañablemente, de corazón puro; 23siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre.
Es señor necesita purificar nuestra alma de tanta corrupción, de tantos hábitos carnales y feos con los cuales crecimos, pero al obedecer al señor por medio del espíritu esta obra sucede en nuestro ser en el "YO", y empezamos a vibrar en esa simiente celestial, de luz que el señor nos dio por medio de su palabra, de su persona que es viva y permanece constante en nosotros, con el propósito que nos amemos de corazón, sin hipocresía, soportándonos con paciencia, y perdonándonos hasta sesenta veces siete. solo es posible cuando hay obediencia sincera a la verdad, para ser trasformados y limpiados de la baja naturaleza de la simiente de pecado.
amen
Hna. Lidia Sagastume
en realidad como tu lo dices, en gran parte la falta de perdón en nosotros son a raíz de nuestros programas emocionales, en los cuales nos escondimos y con los cuales nos defendimos en algún momento de dolor causado por otros. esta falta de perdón fue nuestra venganza, nuestra manera de responder y nuestro refugio para encontrar en el desprecio a los demás una forma de gloria y deleite de nuestra carne. es por eso que debemos en el señor dejar eso a un lado y procurar vivir para el señor perdonando y aun amando a nuestros hermanos y a todo ser humano. amen.
EliminarUno de los aspectos más grandes de nuestro Dios es el explicarnos en qué consiste el perdón y la comunión. De tal cuenta el decidió no sólo volver a visitar al hombre en el huerto pese a que el hombre se había alejado por causa del pecado ,dandole el recurso del perdón por medio del sacrificio ,vestirlo de una piel para cubrir su desnudez.
ResponderEliminarEl recuperar el huerto para nosotros los hijos de Dios es importante ya que justamente la escena que mencionas es la de la crucificcion del señor y esta se llevó a cabo en un huerto y allí en la cruz , la muerte y su sacrificio nos permiten ahora entrar en esta dimensión de entendimiento. Pese a ello la Biblia nos narra lo qué pasó entre dos hermanos Caín y Abel cuya historia todos conocemos, cuando se presenta el señor con Caín le pregunta por su hermano.la respuesta de Caín al señor fue, acaso soy yo guarda de mi hermano! El hombre caído jamás podrá entender el aspecto de ser redarguido por el espíritu para entender que alguno de nuestros hermanos tiene algo contra nosotros y eso nos hace entrar en juicio de donde no saldremos hasta pagar el último cuadrante...allí la justicia divina opera con justicia y podemos cargar muchos años con nuestro pecado a causa de no ir a pedir perdón y esto por saber que nuestro hermano tiene algo contra nosotros. Que tremenda palabra, si queremos amar a nuestros prójimos y tener comunión plena con el padre y el hijo , no debemos tirar a un lado está enseñanza,
amen hermano tu comentario se explica a si mismo. pero ademas quiero recalcar el hecho de que nuestra caminata se puede ver afectada por como somos con nuestro prójimo, y esto no enseña que el camino que el señor quiere para nosotros dista de ser individualista y esta mas bien unido en comunión y amor con todos los santos.
EliminarQue maravilloso es entender que no podemos presentar nuestras ofrendas delante del Señor , por la necesidad que tenemos de ponernos a cuentas con el hermano que se siente ofendido por causa nuestra . Al entender esta hermosa palabra lo tomare en practica.Amen
ResponderEliminares bueno no dejar que nuestro corazón se cargue de todo tipo de amargura y que por ella seamos estorbados y aun contaminemos a otros.
EliminarQue importante es la enseñanza que nos han dado porque nosotros siempre fracasamos al no humillarnos con el hermano que hemos ofendido, pero tenemos que dejar que el espíritu Santo fluya en nuestra vida para que así podamos humillarnos
ResponderEliminarEl padre nuestro ,jesys cuando camino en esta tierra, y el E.S. son vivas enseñanzas para caminar en esta tierra en paz y armonia con todos las personas q nos rrodean especialmente en la vida de iglesia obedescamos a esa boz desde nuestro espiritu y honrremos el titulo q se nos ha dado de ser llamados hijos de Dios Amen
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