¿QUIÉNES SON BIENAVENTURADOS?
Mateo 5:3 “Bienaventurados los pobres en espíritu, pues de ellos es el reino de los cielos. v:4 Bienaventurados los que lloran, pues ellos serán consolados. v:5 Bienaventurados los humildes, pues ellos heredarán la tierra. v:6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, pues ellos serán saciados. v:7 Bienaventurados los misericordiosos, pues ellos recibirán misericordia. v:8 Bienaventurados los de limpio corazón, pues ellos verán a Dios. v:9 Bienaventurados los que procuran la paz, pues ellos serán llamados hijos de Dios. v:10 Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia, pues de ellos es el reino de los cielos. v:11 Bienaventurados seréis cuando os insulten y persigan, y digan todo género de mal contra vosotros falsamente, por causa de mí. v:12 Regocijaos y alegraos, porque vuestra recompensa en los cielos es grande, porque así persiguieron a los profetas que fueron antes que vosotros”.
Para sacar lecciones de las bienaventuranzas, primero veamos cuál es el significado de esta palabra. La palabra bienaventuranza, según el Diccionario General de la Lengua Española quiere decir: “Fortuna y felicidad de una persona”, o sea, tiene que ver con “ser sumamente bendecido, al punto de ser feliz”; Alguien que es bienaventurado es aquel que el Señor bendice de tal manera, que eso le produce felicidad. La bendición del Señor, según lo que nos dice la Biblia, no es lo que nosotros pensamos. De manera normal y “carnal” siempre suponemos que ser bendecidos por Dios tiene que ver con la abundancia de los bienes materiales, o la buena salud física, sin embargo, al leer las palabras de nuestro Señor Jesucristo nos damos cuenta que no se trata de tales cosas. En realidad, somos bendecidos por el Señor mediante la operación que Él hace para que nosotros lleguemos a manifestar Sus virtudes divinas, de manera que tal condición viene a causarnos felicidad.
Podríamos decir también que ser bienaventurados es experimentar la felicidad que viene por haber llenado el deseo del corazón de Dios, o sea, por haber realizado Su voluntad. Por ejemplo, dice Mateo 5:10 “Bienaventurados aquellos que han sido perseguidos por causa de la justicia…”. Ser perseguidos a causa de la justicia es una bendición que el Señor quiere darnos, talvez usted se preguntará: ¿Ser perseguidos es una bendición que viene de Dios? ¡Sí! toda vez y cuando el vituperio venga sobre nosotros a causa de caminar en rectitud con el Señor. El apóstol Pablo dice en Filipenses 1:29 “Porque a vosotros se os ha concedido por amor de Cristo, no sólo creer en El, sino también sufrir por El”. También el libro de Hechos nos narra que los apóstoles, luego de ser azotados, se regocijaban de que hubieran sido tenidos por dignos de padecer afrenta por causa del Nombre de nuestro Señor Jesucristo. Entonces, sí es una bienaventuranza ser perseguidos por causa de la justicia, seguramente, eso nos dará felicidad. ¡Qué bienaventurada la esposa cuando es vituperada por su marido por causa de su fe! Ser bienaventurados es ser felices, es tener una felicidad que no brota de las cosas que hacemos o tenemos, sino más bien brota del beneplácito que le causamos a nuestro Padre Celestial. Recuerdo los años, cuando en mi rol de padre me tocaba jugar fútbol con mi pequeño hijo, en realidad, yo no me divertía mucho jugando con él, sin embargo, sabía que él lo disfrutaba mucho y eso me daba felicidad. Similar es la felicidad que encontramos en nuestra relación con el Señor, si logramos ser felices agradando a Dios, quiere decir que somos bienaventurados.
Los bienaventurados son aquellos en quienes el Señor opera de tal forma que permiten que las virtudes divinas se reflejen en sus vidas. Sólo ciertos creyentes están dispuestos a este proceso, y éstos son aquellos que siempre anhelan con disposición lo de Dios, aquellos que son de limpio corazón y que procuran el bien para los demás sin importar ser vituperados por ello; tales son los bienaventurados, aquellos que permiten que la Vida divina fluya “en” ellos, y “por” medio de ellos.
Una persona bienaventurada es como alguien que vive del deporte. Un atleta no piensa si quiere o si tiene deseos de entrenar, sencillamente practica porque vive del deporte, y sus logros como atleta le proporcionan grandes éxitos y felicidad. El bienaventurado es más o menos como este ejemplo, pues, el tal, persiste en buscar a Dios, y no porque tenga deseos, sino porque entiende que eso es lo que debe hacer para ser feliz. Aquel que anhela ser como Dios ha deseado que sea, se dispone y vive para hacer la voluntad del Padre, a pesar de que ve que no tiene la capacidad humana para hacerlo, tal persona es bienaventurada. El creyente que tenga tal actitud disfrutará la gracia de Dios y la vida misma del Señor, de manera que terminará dando un fruto. Este fruto del que hablamos consiste en la actitud de anhelar con disposición lo de Dios y con ello permitir que la Vida de Dios fluya en Él y por medio de Él.
Hermanos, las virtudes enumeradas por nuestro Señor Jesús en Mateo 5, todas ellas son virtudes divinas; el hombre no es, ni puede ser así de sí mismo. Por ejemplo, nadie es “pobre en espíritu”, dice Apocalipsis 3:17 “… tú dices: Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad; y no sabes que tú eres un desventurado, miserable, pobre, ciego y desnudo. V 18 Por tanto, yo te aconsejo que de mí compres oro refinado en fuego, para que seas rico, y vestiduras blancas para vestirte, y que no se descubra la vergüenza de tu desnudez; y unge tus ojos con colirio, para que veas”. Podríamos poner ejemplos como este para darnos cuenta que cada una de las bienaventuranzas no son requisitos humanos que Dios espera de nosotros, sino virtudes divinas que Él quiere evidenciar a través de nosotros.
Mi objetivo primordial es hacerles notar que todo esto se puede obtener por una operación de nuestro Dios, y la disposición que tengamos de dejar que Él haga Su obra en nosotros. El resultado de dicha obra es que seremos felices al ver que en nosotros fluye lo que agrada a Dios. Son los tratos de Dios los que harán posible que este milagro suceda en nuestras vidas. Permitamos que Él quebrante nuestro ser en todo sentido, y que el quebranto nos traiga colirio para sanar nuestros ojos y poder ver nuestra verdadera condición.
Apóstol Marvin Véliz
Al leer este blog me doy cuenta de cuán egocéntricos seguimos siendo, pensando siempre que la felicidad se obtiene por las cosas buenas que nos suceden y creer que ser bienaventurado es aquel que en lo externo está bien, próspero, etc. En cambio, según la Biblia, la verdadera felicidad se obtiene cuando llenamos el deseo del corazón de Dios, es decir, por haber realizado su voluntad y no la nuestra.
ResponderEliminarCuando deponemos nuestra voluntad y le permitimos que sea Él quien fluya en nosotros y por medio de nosotros es cuando experimentamos una genuina bendición al punto de llegar a ser felices.
Que podamos ser bienaventurados por causa de Cristo.
gracias hermana por este comentario, haz sintetizado lo que es el contenido del tema de una manera que si alguien no capto en si lo que pretendíamos decir, creo que por estas palabras tuyas lo hará. dios te bendiga
EliminarDesde que nacemos fisicamente, nos enseñan que tenemos que ser felices primero nosotros cueste lo que cueste, y por eso empezamos esa búsqueda por todos los medios humanos posibles, ahí es donde llegamos adquirir programas emocionales a los cuales nos aferramos para según nuestra pobre visión humana alcancemos el camino a la felicidad, buscamos apegos excesivos y pensamos que con encontrar el amor de nuestra vida, con los hijos, los padres, tener dinero, comodidades, ademas un buen trabajo y tantas cosas mas que siguen a esta lista, seremos felices. no es que estas cosas sean malas pero no son el centro, ni mucho menos la fuente para tener la verdadera felicidad.
ResponderEliminarEn cambio en el camino del señor es contrario a esta manera de pensar centralizada en lo externo, el señor es claro cuando dice que seremos felices cuando entreguemos nuestra vida a El, y es mas hasta suframos por cauda de seguirlo, ya que solo el señor hace al hombre feliz, experimentar la felicidad genuina, real, es cuando el señor nos abre los ojos, que solo El nos llena, nos hace real y plenamente felices, no importando las cosas externas, sino, teniéndolo todo el tiempo en nuestro interior y poder llegar a ejecutar su plan como instrumento de su gloria. amen.
y somos felices por el señor aun sufriendo pues en realidad como dice la escritura, no nos hicimos nosotros a nosotros mismos, mas bien pueblo suyo somos y ovejas de su prado. esa realización, si lo podemos llamar asi en el camino del señor, es porque no somos lo que creemos que somos, somos de Dios, hechos conforme a Dios y por lo tanto respondemos a Dios mismo.
EliminarAl leer esta hermosa palabra seme han abierto los ojos y saber que la felicidad no viene de lo bueno que nosotros podamos aser en esta tierra , sino viene de la nesesidad del anhelo que tangamos de aser la voluntad de nuestro Padre.Amen
ResponderEliminarrecorda la parabola de los dos hijos y el padre que uno dijo que iba a trabajar a la viña y no fue y el otro después arrepentido fue. ese es el que agrada a Dios, aun a costa de lo que sienta y de lo que quiera.
EliminarNosotros a veces pensamos que la manera en que podemos hayar la felicidad es con las cosas que este mundo nos ofrece,pero qué bonito es saber que la única forma de llenar ese vacío es anhelando la vida de Dios porque. Benjamín
ResponderEliminarHoy se abren de nuevo mis ojos espirituales y gracias al señor por este entendimiento, que la riqueza de las virtudes divinas expresadas en nuestras vidas generan ese gozo, esa felicidad tan anhelada por toda la humanidad. A veces de acuerdo a como hayamos sido criados o instruidos pensamos que la felicidad consiste en el cúmulo de cosas que podemos llegar a poseer o los títulos, logros académicos, políticos o gerarquicos , incluso en la vida como creyentes. Lucas 12.15 ,nos genera una realidad que es vigente y relevante para pasar a formar parte de esa dicha que Dios en su infinita sabiduría tiene preparada para sus hijos ,Apocalipsis 21.6-7. ........y dijo E: hecho es. Yo soy el Alfa y Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed ,yo le daré de la fuente del agua de vida gratuitamente, El que venciere ,poseerá todas las cosas; y yo seré su Dios, y él será mi hijo... esa provisión es inagotable,permanente , constante,abundante , no tiene fin así como nuestro Dios lo expresa ,es el principio y el fin. Desidia que su obra y plan maestro se ejecute debe ser nuestro objetivo principal , allí solo allí encontraremos perfecta paz y plena realización. Ser felices precisa los quebrantos para saber que nuestro terreno real es creer y seguir sus huellas.
ResponderEliminaramen mi hermano. así es.
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