Ir al contenido principal

UNA ACTITUD DIGNA DEL EVANGELIO ES SER SOBRIOS


UNA ACTITUD DIGNA DEL EVANGELIO ES SER SOBRIOS

1 Tesalonicenses 5:8 “Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con la esperanza de salvación como yelmo. v:9 Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, v:10 quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que durmamos, vivamos juntamente con él. v:11 Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis”.

En estos versos el apóstol Pablo nos exhorta a que vivamos con una actitud digna, como personas que hemos conocido verdaderamente al Señor Jesucristo. Dios quiere revelarse a todos los seres humanos como el Camino a la salvación, pero sobre todo desea que alcancemos el propósito por el cual nos creó en Él. Un problema generacional que estamos viviendo es que a medida que pasan los años, la responsabilidad que conlleva el Evangelio, y todo lo que implica el vivir a Cristo se ha ido perdiendo. Obviamente estamos cosechando la carnalidad y la actitud religiosa en la que los hombres han convertido el Evangelio, de manera que ahora nos conformamos con que las almas se conviertan al Señor. El propósito por el cual Dios hizo al hombre es muy elevado, pero jamás Él pensó sólo en salvarlo. El Evangelio va más allá de los aspectos de salvación, en realidad el poder del Evangelio empieza a manifestarse en el hombre después de su conversión. Si la finalidad del Evangelio fuera sólo salvar al hombre, la Biblia tendría que ser muy corta; no tiene sentido que el Nuevo Testamento nos hable de los inicios, la vida, el desarrollo y los problemas de las diferentes Iglesias locales, si no hubiera algo algo más después de la conversión. El conocer a Cristo Jesús como nuestro Salvador es sólo el inicio de la vida cristiana, luego, empezamos una caminata con Dios hasta alcanzar la plenitud de lo que Él ha diseñado para nosotros.

El final que tenga cada creyente no es algo que depende de Dios, sino de cada quien, pues, Él como Padre nos ama a todos por igual y nos ha dado a todos el mismo Espíritu. Así como en una casa hay hijos bien portados, y algunos mal portados, así también en la casa de Dios habrán creyentes que serán aprobados y otros que serán reprobados. Sin lugar a dudas caminar con Dios no es fácil, es necesario tomar la cruz cada día, pero esto determinará nuestra ubicación en la eternidad. En el seno de las familias, en el plano natural, nos podemos dar cuenta que muchas veces los padres son personas trabajadoras, esforzadas, y exitosas; sin embargo, los hijos son todo lo contrario. Quiere decir que no necesariamente, porque los padres hayan cosechado éxitos, a los hijos les suceda lo mismo; pero lo normal es que padres exitosos engendren hijos exitosos. Lo mismo pasa en la familia de Dios, aunque hay muchos que son hijos de Dios, no todos alcanzarán a ser vencedores, habrán algunos que a penas serán salvos, y eso que con mucho dolor. Ahora bien, todos los hijos de Dios tenemos las mismas oportunidades, todos tenemos libre el camino para ser vencedores, más bien eso está suscrito a nuestro libre albedrío. Lo normal que nos debe suceder, y lo que Dios espera de nosotros es que respondamos con responsabilidad a este llamamiento santo que nos han hecho en el Evangelio del Señor Jesucristo. 

El apóstol Pablo nos dice: “Pero nosotros, que somos del día, seamos sobrios”, él nos está diciendo que nosotros ya no estamos en tinieblas, ya no somos más del Reino de Satanás, por lo tanto, ya no debemos vivir como viven los que están en tinieblas. Los incrédulos viven apartados de Dios, son enemigos de Dios en sus mentes, pero nosotros ya no debemos vivir así. Nosotros debemos vivir conscientes que somos hijos de luz, por lo tanto, debemos vivir de una manera seria y recta delante del Señor. En nuestros países latinoamericanos la mayoría de personas conocen algo del Señor de una ú otra manera, ya sea bajo un contexto bautista, pentecostal, presbiteriano, etc. no ignoramos las cosas básicas del Evangelio. Ahora bien, el Evangelio no se nos debe convertir en una cultura, o en una moda, sino debemos tener una conciencia seria de lo que implica ser hijos de Dios. El Plan de Dios va más allá de los asuntos de salvación y del hecho de asistir una vez a la semana a una reunión de Iglesia. 

Para poder responder a las demandas divinas, ahora que somos contados como Hijos de Dios, debemos ser sobrios, debemos vivir como hijos de luz, debemos dejar a un lado nuestras malas obras en las cuales vivimos en otro tiempo cuando éramos tinieblas. En lo natural, lo normal es que los hijos opten por los gustos y costumbres de sus padres, pues, es el ambiente en el que están siendo criados. Ahora que nosotros somos Hijos de Dios, debería ser lo normal que nosotros imitemos al Padre. 

Una característica de los hijos de luz es ser sobrios. La sobriedad se refiere a que nosotros tengamos conciencia y cordura. Una persona no sobria es alguien que está ebria, y sabemos que un borracho no sabe a cabalidad lo que hace, no tiene coordinación de sus movimientos, no está plenamente consciente. La advertencia del apóstol Pablo es, entonces, que seamos sobrios en la manera de conducirnos en la casa de Dios. Hay creyentes que espiritualmente viven desconectados de Dios, nunca está Dios en su noticia, pasan los meses y no se ocupan en lo absoluto de avanzar en el camino de la fe. Lo triste es que van pasando los años, y muchos sólo existen pero no tienen vivencia, porque están borrachos espiritualmente. Hermanos, tengamos conciencia de quienes somos, donde estamos y hacia donde vamos. 

Mantengámonos sobrios, conscientes de cómo estamos caminando con Dios, por lo menos estemos conscientes de los días que no oramos, o si no leemos La Escritura, y arrepintámonos de ese mal caminar. Es mejor saber en qué estamos fallando, a estar inconscientes de nuestro estado espiritual. 

Alguien “no sobrio” es también aquella persona que ya no ve diferencia entre estar en comunión con los hermanos de la Iglesia o ser amigo de los incrédulos de afuera; la Biblia dice: “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios” (Santiago 4:4). El que llega al punto de ser amigo de los incrédulos demuestra que no vive sobriamente.

Hay gente tan inconsciente de su estado interior, que ya tienen treinta o cuarenta años pero siguen viviendo como que tuvieran quince, hasta ridículos se ven porque es obvio que aunque ellos no han madurado emocionalmente, el tiempo no se ha detenido en sus cuerpos. Es por eso que el apóstol Pablo nos apremia a que seamos sobrios. Podemos caer en tal estupor espiritual, que nos volvamos incautos y despreocupados de las cosas de Dios. Dice el Salmo 90:12 “Enséñanos de tal modo a contar nuestros días, que traigamos al corazón sabiduría”. Que Dios nos conceda vivir con esta actitud del salmista; veamos hacia atrás, démonos cuenta de lo que hemos hecho en los años pasados, arrepintámonos día con día, démonos cuenta de nuestro presente, y tengamos consciencia hacia adonde vamos. ¡Amén!

Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. Como hijos de Dios debemos pagar un precio por el evangelio , y tomar una actitud como verdaderos creyentes que deseen vivir como hijos de luz, vivir rectamente ante el, ganemonos el corazon de Dios y vivamos conforme a su voluntad que eso es lo que desea.Amen

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. vivir acorde al evangelio es agradar a Dios de manera objetiva y segura, pues la palabra nos lo confirma

      Eliminar
  2. ;

    Es sorprendente como Dios se toma la determinación de enseñarnos, instruirnos, redarguirnos constantemente, para que meditemos en el porque de nuestro proceder,de nuestras acciones injustas, y una vez evidenciada la falta, concentrarnos en El, para ser purificados de todo accionar malvado. Gracias Señor por darnos oportunidades infinitas de seguir tu camino!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. bien dice la escritura que el que empezó en vosotros la buena obra la perfeccionara hasta el día de cristo. amen.

      Eliminar
  3. La verdad es que en nuestra caminata como creyentes tenemos que ser sobrios porque el enemigo nos atrae con las cosas de este mundo y nosotros caemos pero si nosotros nos paramos firmes y llevamos nuestra cruz, y siempre acordarnos que tenemos un Dios. Benjamin

    ResponderEliminar
  4. La sobriedad es una característica de aquellos que quieren avanzar, y si bien es cierto Cristo no sólo llegó a nuestras vidas a salvarnos, llegó a ser morada y fuente de su vida misma, cuánto tiempo más vamos a malgastar y perder nuestras vidas en lo infructuoso que es su paso cuando no atendemos a esa vida que llevamos dentro. Si la vida de un resucitado mora y actúa en nosotros nos vivificará. Pasaremos de ese letargo espiritual o cómo bien lo expresa mi hermano apóstol como una moda o tradición religiosa y pareciera que estas palabras rebotaran de la misma pantalla de donde estamos leyendo y no vibran en nuestro interior! Porque? Hay mucho que urgar ,hay mucho contenido e información que las palabras del señor no encuentran Cabida en nuestros engrosados corazones. Volvámonos a la comunión de los unos con los otros, no abandonemos al Cristo múltiple. Ahora al encontrarme con un hermano me compartía de su necesidad de volverse a la vida y de sus desiertos espirituales, y venía palabra de animo sabiendo que podemos sostenernos los unos a los otros, pero si no tenemos comuniones , si abandonamos nuestras congregaciones y nos negamos a amar como podremos expresar que Cristo es vivo, que es fiel y que es todo en medio de todos. Urgidos estamos de volvernos a esta palabra.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Si no posees cuenta de Google o de alguna otra que aparezca en el listado, puedes comentar con la opción de perfil anónimo y dejarnos tu nombre al final de tu escrito. Gracias.

Entradas populares de este blog

SUBIR AL MONTE Y EDIFICAR EL TEMPLO

SUBIR AL MONTE Y EDIFICAR EL TEMPLO Quiero empezar este artículo dando un pequeño contexto del pasaje que acabamos de leer. El profeta Hageo profetizó en los tiempos en los que los hijos de Israel regresaron de la deportación de Babilonia, después de setenta años. Cuando los israelitas regresaron a su tierra, toda la nación, incluido el templo, estaba en una total ruina. La mayoría del pueblo volcó su mirada a sus propias necesidades, pues, éstas eran más que obvias; pero dejaron a un lado la reconstrucción del templo de Dios. Fue en ese ambiente que el Señor levantó a Hageo y a Zacarías para que profetizaran al pueblo y lo estimularan a darle prioridad a la construcción de la casa de Dios.  El panorama que nos presenta Hageo en su libro, especialmente en el primer capítulo, se ajusta como un buen ejemplo, espiritualmente hablando, a la situación que como pueblo de Dios podemos llegar a vivir. Ciertamente el Señor nos ha sacado de la esclavitud de este mundo y nos ha tras

LA NECESIDAD DE SER DILIGENTES

LA NECESIDAD DE SER DILIGENTES INTRODUCCIÓN: Quiero empezar por decir que la diligencia es más que básica y necesaria para servirle al Señor. Recordemos que el servicio al Señor está relacionado con la Vida divina, y no sirve de nada que prediquemos y expliquemos que Cristo es el Salvador, si no impartimos Vida entre los hombres. Dios nos llamó a ser impartidores de algo intangible, así es Su naturaleza. Debemos tener conciencia que la Vida Eterna es la realidad más grande que el hombre puede alcanzar en este mundo, y a la vez, lo que nosotros debemos poner al alcance de los hombres. Dice  La Escritura en Juan 1:17 “Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo” . Es, precisamente, en este punto donde la diligencia se vuelve un factor de mucha importancia, pues para mantener el fluir de vida necesitamos ser diligentes, sólo de esta manera la vida de Dios estará activa en nosotros. Leamos los siguientes

CÓMO DESPOJARNOS DEL VIEJO HOMBRE

CÓMO DESPOJARNOS DEL VIEJO HOMBRE El Apóstol Pablo dice en Efesios 4:19   “y ellos, habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas. v:20  Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta manera, v:21  si en verdad lo oísteis y habéis sido enseñados en El, conforme a la verdad que hay en Jesús, v:22  que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos” . Pareciera que estos versos son una contradicción, ¿Acaso Cristo no solucionó con anterioridad el asunto de nuestro viejo hombre? ¿Acaso no fuimos libres en Cristo de nuestro pasado, o tenemos que obrar para alcanzar esa liberación? Ciertamente aquí vemos en escena al viejo hombre, pero antes de ver la existencia del viejo hombre del creyente, investiguemos qué quería darnos a entender  el apóstol Pablo al decirnos: “despojaos del viejo hombre”. En torno a esto dice Romanos 6:6  sa