“DEJAD A LOS NIÑOS VENIR A MI”
Cuando Dios creó a Adán y Eva, fueron hechos adultos de una sola vez; esto implicó que ellos no tuvieran niñez, es decir, nunca experimentaron ni desarrollo físico, ni psicológico, tal como nos sucede a nosotros. Diferente a estos dos seres humanos que iniciaron la humanidad, todos nosotros tenemos el privilegio de nacer siendo bebés, aunque totalmente dependientes e indefensos.
A lo largo de los años todos vamos experimentando cambios en nuestro cuerpo, de modo que de ser niños pasamos a la juventud, luego a a la adultez, y finalmente a la ancianidad. Así como vamos creciendo y cambiando físicamente, así también experimentamos cambios en nuestra parte psicológica. En las niñas es muy marcada la etapa de su desarrollo físico, pues, aparece su primer ciclo menstrual, y a partir de ese momento su cuerpo empieza a adoptar forma de mujer. En los varones de igual manera hay cambios físicos en la voz, aparece la barba, etc. Los estudiosos han detectado que así como van habiendo cambios físicos en nuestro cuerpo en determinadas edades, también hay diferentes etapas psicológicas conforme van pasando los años en la vida.
Adán y Eva no experimentaron los cambios que nosotros tenemos desde la niñez porque ellos fueron el modelo de lo que Dios deseó del ser humano, en la mente divina ellos eran el molde de lo que vendrían a ser los demás hombres. Para el resto de la humanidad Dios planeó algo diferente, pero a la vez maravilloso, pues, haber nacido así como nos tocó a nosotros es algo hermoso. Haber sido amamantados por el pecho de nuestra madre, empezar la jornada de la vida totalmente dependientes de nuestros progenitores, y cada experiencia que tenemos en el desarrollo de nuestra vida es una evidencia del amor de Dios para cada uno de nosotros. ¡Alabado sea el Señor por lo que Él nos permite vivir desde que nacemos hasta los doce años! Según los estudiosos, a los doce años el ser humano completa su formación psicológica, aunque físicamente todavía le falte desarrollarse.
Dios quiso que todos los seres vivos fuéramos creciendo gradualmente. Él hace que las plantas surjan de una pequeña semilla, y de igual manera a los animales los hace tener una etapa de recién nacidos. En varios versículos de la Biblia Dios nos compara con árboles y animales, precisamente, porque todos tenemos un proceso de desarrollo, y además, un propósito. Cuando alguien siembra una semilla de mango, lo que espera un día, aunque se tarde muchos años, es comer mangos; igualmente cuando nace un ternero, su dueño se esfuerza en cuidarlo y alimentarlo todos los días, porque al cabo de unos años espera disfrutar la carne y demás beneficios de ese animal. En nuestro caso, Dios nos creó también con un propósito, Él espera que nos desarrollemos plenamente para que le seamos útiles en Su Reino. Dios cuida de nosotros desde que estamos en el vientre de nuestra madre, luego nacemos, comenzamos a desarrollarnos, y cuando hemos alcanzado un desarrollo completo en nuestro ser interior, Él pasa buscando fruto en nosotros.
A la primera etapa de nuestra vida, que va desde los cero a los tres años, le podemos llamar “Sensorial Cognitiva”; en esta etapa nosotros aprendemos a vivir a través de los sentidos. En estos años no aprendemos nada haciendo uso de la razón, debido a que nuestra mente aún no está desarrollada. Ningún ser humano hace uso de su mente desde el momento que nace, nadie puede razonar, sino que todo lo que vive, aprende y guarda lo hace a través de sus sentidos. Por ejemplo, ninguno de nosotros podemos recordar el amor, la ternura, las caricias, y tantos esfuerzos que hizo nuestra madre cuando éramos recién nacidos. Racionalmente no tenemos recuerdos de esta etapa de nuestra vida, sin embargo, emocionalmente tenemos registros de todo lo que vivimos, sea bueno o sea malo.
La etapa “sensorial cognitiva”, ya en la adultez es conocida como “amnesia infantil”, esto significa que ninguno de nosotros tenemos recuerdos de lo que vivimos de los cero a los tres años. Por ejemplo, si algún niño pierde a su papá a los dos años de vida, él no podrá recordar ese evento; el niño sabrá que su papá murió hasta que pueda hacer pleno uso de su mente, y alguien le cuente ese suceso, de otra manera él nunca podrá tener recuerdos de esa experiencia. Dios nos diseñó de esta manera, ninguno de nosotros podemos recordar los primeros años de nuestra infancia. Ahora bien, aunque no podamos guardar recuerdos de esa edad a nivel de pensamientos, sí podemos almacenar y recuperar información a nivel de las emociones.
El hecho de que no tengamos memoria de esos años, no quiere decir que no sean importantes, al contrario, lo que llegamos a ser ya en la adultez es el resultado de lo que vivimos en la niñez. Si alguien es una persona que se resiste a amar y ser amado, que le cuesta relacionarse con las demás personas, que es cerrado sentimentalmente, muy probablemente se deba a todas las afecciones que tuvo en su etapa “sensorial cognitiva”.
Dios nos diseñó de esta manera para que, al desarrollarnos plenamente, respondamos al amor y a la ternura, y el día que Dios nos visite, podamos abrir nuestro corazón y recibir Su grande amor. Nuestro mayor conflicto en cuanto a Dios, es querer procesarlo a través de pensamientos. La experiencia que tendremos al querer entender lo divino a nivel mental, sólo nos dejará una sensación de frialdad, vaciez, y aridez, es más, muchos llegan a la conclusión que Dios no existe. Esta etapa de nuestra vida nos da un gran mensaje de parte de Dios, a gritos nos dice que para encontrarlo a Él lo que necesitamos es abrir nuestro corazón y recibir Su amor, no que lo comprendamos mentalmente. Dice 1 Corintios 1:18 “Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios”. Este verso nos confirma el conflicto que hay en querer encontrar a Dios a nivel mental. El apóstol Pablo le escribió a los romanos las siguientes palabras: “Porque con el corazón se cree para justicia…”, esto es lo que debemos hacer primeramente, abrir nuestro corazón y recibir a Dios como la fuente inagotable de amor. Así como la ternura que recibimos de mamá al estar en su vientre, así como fuimos amamantados por ella tiernamente al nacer, y ni siquiera lo recordamos a nivel de pensamientos, así quiere Dios venir a nuestra vida.
Todo niño recién nacido es tan limitado que ni siquiera puede hablar, lo único que hace es llorar; si tiene hambre llora, si tiene frío llora, si tiene calor llora, en fin, llora para todo; son los padres los que se dedican a entender su llanto, y a tratar de suplirle su necesidad. Así también debe ser nuestra etapa inicial con Dios, lo único que debemos hacer es presentarnos delante de Él con nuestras necesidades, y Él sabrá entendernos, pues, Él nos conoce mucho más que nuestra propia madre.
El Señor dijo en una ocasión: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis; porque de los tales es el reino de Dios” (Lucas 18:16). Seguramente se refería a esta etapa entre los cero y los tres años, porque luego dice que los tomaba en sus brazos y los bendecía. Luego dijo el Señor: “De cierto os digo, que el que no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él”. Si queremos algo con Dios, y si creemos que Él puede hacer algo con nosotros, sólo mostrémonos como niños, presentémonos delante de Dios con nuestra necesidad profunda, y Él sabrá suplirnos según Su grande amor y misericordia. Las necesidades del ser humano seguramente son muchas, y es por eso que Dios espera que nos presentemos tal cuales delante de Él porque Él quiere llenarnos con Su amor. Nuestra necesidad en si es nuestra propia vida desordenada y vacía sin Dios, eso es lo que Él quiere llenar. Abramos nuestro corazón y sin vacilar dejemos que Él nos inunde con Su amor.
Apóstol Marvin Véliz
para los hermanos de la iglesia en Ateos, quiero disculparme por no haberme dado tiempo de contestar la semana pasada el comentario que pusieron en el blog. se que lo ponen después del jueves porque ese dia es la reunión y allí lo están comentando a manera de reunión de estudio bíblico. yo voy a tratar de estar al pendiente y ustedes de ponerlo lo mas pronto que puedan. los fines de semana los eh tenido un cargados de compromisos en la obra y por ello ya no tengo el tiempo propicio para hacerlo. pero ver como me hago el tiempo. ahora mismo voy comentar lo que pusieron la semana pasada.
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ResponderEliminarCurioni : Con nuestra mente no podemos entender ni cuestionar a Dios porque no esta en grado de hacerlo; con mas y entre mas fe tengamos mas comprenderemos a Dios, es la fe la clave para todo, la fe en Jesus en Dios.
Si cada cosa que hacemos la referimos a Dios , la dedicamos a El, vendrá una satisfacción que perdurara y no se cancelara , esa es la satisfacción del amor que gratifica nuestro ser cuando involucramos nuestro cuotidiano al Señor.
solo por referencia mi amado Aldo quiero echar mano de una frase que esta en la biblia: "no estas lejos del reino de Dios...", creo que has atinado totalmente con tu respuesta a la manera en la que debemos de vivir en el evangelio precisamente como niños.
Eliminarmi Amado amigo y hermano en cristo, espero que el señor te siga revelando su palabra y que cuando nos miremos en persona nos bendigamos el uno al otro con la consolación que el señor ha dado a cada uno. En Cristo.
Cuando leemos esto nos damos cuenta que debemos tener una actitud de dependencia en el Señor, ahora nosotros debemos ver que en ningún momento dice bebes, nos habla de niños, la etapa de los 0 a 3 años es donde empieza un desarrollo, ahora si pensamos en el plano natural, ellos son totalmente dependientes de la madre, donde esta le brinda amor, alimento y todo lo necesario para ellos, ahora en el plano espiritual, el Señor dice “dejad a los niños venir a mí, porque de los tales es el reino de Dios” el que no tenga la actitud de un niño como lo dice en el verso de Mateo 18:4 Así pues, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.
ResponderEliminarMirábamos un aspecto con relación a este tema:
1- Volvernos dependientes del Señor
Al ser dependientes del Señor debemos entregar toda nuestra vida, y nos llama la atención el verso de Proverbios 22:6 Enseña al niño el camino en que debe andar y cuando sea viejo no se apartará de él. Ahora porque el Señor nos quiere tomar como a niños, porque él nos quiere criar conforme su palabra, si de verdad somos dependientes de él, se encargará de darnos todo lo necesario para que nos desarrollemos espiritualmente, y alcanzar una madurez para entender todo lo relacionado a él, 1 Pedro 2:2 desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación. Que quiere decirnos este verso es necesario que nos nutramos, que nos alimentemos, pero que implica esto, debe existir en nosotros una actitud de obediencia.
Hermanos cuando nos volvemos personas dependientes de él, ciertamente él nos conoce y sabe cuáles son nuestras necesidades, pero todo esto debe llevar un proceso en nuestra vida
Dios los bendiga
Hermanos en la Capital de Guatemala
esa palabra que ustedes repiten varias veces, es maravillosa, dependencia, eso es precisamente lo que debemos de fomentar en nuestra vida delante del señor para ser como niños y el poder hacer conforme a su voluntad en nosotros. en verdad hermoso lo que han puesto mis hermanos, les animo a que sigan dejando que la luz del señor les ayude para entender y disfrutar su palabra.
EliminarQue maravilloso es Dios que nos creo de esta manera, creamole y llegemos a su presencia como niños necesitados de su vida divina y permitamos que el nos transforme por que sin el no somos nada, hermanos seamos humildes y abramole nuestro corazon a el Señor y que el llene todos nuestros vacios.AMEN
ResponderEliminarel quebranto en esto es básico, pero este no lo provocamos nosotros, pero eso si decidimos aceptarlo o no. y es allí donde esta la clave. amen.
EliminarQue podamos presentarnos ante el Señor como niño recien nacido y dejar que supla nuestras necesidades y nosotros entregarle nuestra vida a el para que poco a poco pueda haber una transformacion en nuestra vida y poderle ser utiles a el Señor en su reino. Benjamin
ResponderEliminaramen si es. ahora nota algo, ves que realmente difícil es encontrarnos necesitados de verdad y de aquello que Dios quiere suplir, pues necesitamos de muchas cosas materiales pero vernos nosotros mismos necesitados es otra cosa.
EliminarQue preciosa palabra con la que hemos sido bendecidos!!!
ResponderEliminarPoder entender que con nuestra mente jamás conoceremos al señor, por el contrario nos aleja de El. Pero es mas que necesario que pasemos por ese proceso de la infancia espiritual y reconocer que así como un niño depende de sus padres, de la misma manera tenemos que depender nosotros totalmente de Dios, no estamos diciendo que el Señor quiere que siempre seamos niños espirituales , pero es necesario que pasemos por ese proceso para poder dar la medida que Dios espera de nosotros. Recibamos ese amor que viene de Dios y entreguemonos a sus cuidados!!!!
Atte. Reunión de día sábado de iglesia de Cristo en ateos