DE CUANDO EN CUANDO EL SEÑOR ENTRA EN SU TEMPLO COMO REY PARA JUZGAR.
Marcos 11:11 “Así Jesús llegó a Jerusalén y entró en el templo. Después de mirar todo detenidamente a su alrededor, salió porque ya era tarde. Después regresó a Betania con los doce discípulos”. (NTV)
Durante toda Su Vida, el Señor entró muchas veces al Templo de Jerusalén. Recordemos que Jesús fue un judío, y como tal, seguramente subía todos los años al Templo en Jerusalén. Pero en esta ocasión, el Señor llegó de manera distinta; Él llegó como Rey, anunciando el Reino de los Cielos. Cuando el Señor iba entrando a Jerusalén, “…muchos de la multitud tendían sus prendas sobre el camino delante de él y otros extendían ramas frondosas que habían cortado en los campos. Jesús estaba en el centro de la procesión, y la gente que lo rodeaba gritaba: «¡Alaben a Dios! ¡Bendiciones al que viene en el nombre del Señor! ¡Bendiciones al reino que viene, el reino de nuestro antepasado David! ¡Alaben a Dios en el cielo más alto!» (Marcos 11:8–10). En esta ocasión no sólo entró Jesús El Salvador en Jerusalén, sino a los ojos de Dios estaba entrando Jesús, el Rey de Reyes, y Su Reino.
Esta historia quedó plasmada en la Biblia para que nos demos cuenta que, al igual que el Señor entró en el Templo de Jerusalén hace dos mil años como Rey, en este tiempo Él también puede venir a nuestras vidas de la misma manera, y seguro vendrá a juzgarnos en cuanto a Su Reino. Muchas veces Dios viene a nosotros como nuestro sanador, como nuestro consolador, como nuestro restaurador, como un amigo que nos auxilio; pero también hay ocasiones específicas en las que nos visita como Rey y como Su Reino.
Este pasaje nos da una tremenda luz para que entendamos lo que sucede cuando el Señor nos visita como el Rey, y como el Reino. Algo que sucede inevitablemente cuando Él nos visita como Rey es que Él nos juzga. No todo el tiempo el Señor nos trata de igual manera, llega el tiempo que Él cambia, sobre todo cuando está a punto de cerrarnos un ciclo.
La Biblia nos narra la historia de Sansón, un hombre con un llamamiento muy tremendo de parte de Dios, pero su corazón se desvió a causa de Dalila. Esta relación llevó a Sansón a jugar con fuego, y llegó el momento en que aquella situación se le salió de las manos. En cierto momento Sansón le reveló a Dalila el secreto de su fuerza con la cual derrotaba a sus enemigos, y esto le trajo un desenlace fatal. Sansón pensó que esa vez iba a escapar de sus enemigos tal y como lo había hecho siempre, pero en esa ocasión Dios ya no estaba con Él. Llegó el tiempo en el cual Dios cambió con Sansón, por años Él había sido misericordioso para con la vida de este hombre, pero inevitablemente vino el momento en el que Dios le cerró el ciclo, Dios le cambió Su gobierno.
Hermanos, no seamos ingenuos creyendo que Dios todo el tiempo nos tratará de igual manera; muchas veces Él nos trata con amplia misericordia, no nos toma en cuenta los pecados, vez tras vez nos limpia, viene a nuestra vida como la medicina misma, pero tiempo vendrá cuando Él vendrá como Rey, y como Rey vendrá a juzgarnos. Dice Hebreos 10:29 “¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? v:30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor. Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. v:31 ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”.
Alguien dirá: “Pero si Dios ya me perdonó”, sí, pero es diferente a pensar que Dios no puede cambiar en su trato contigo. Otro podrá decir: “Hermano, pero es que usted no leído la Biblia, Dios es el mismo ayer, hoy y siempre”, ¿Por qué te basas en ese verso para pensar que Dios no va a cambiar? Jamás ese verso está asegurando que Dios no vaya a cambiar Su manera de actuar, lo que está diciendo es que Él jamás cambia en Su naturaleza. Cuando tú como padre agarras a tu hijo, lo pones en tus piernas, lo acaricias, le das un sorbete, o algo por el estilo, eres el padre de ese niño; y cuando te lo vuelves a poner en las piernas, boca abajo, con una vara en la mano para castigarlo ¿acaso ahora eres el diablo? ¡No! eres el mismo, eres su papá. Tu hijo tal vez diga: “¿y porque ahora papá no me da sorbete?”, porque no se lo merece. ¿Quién cambió? El padre no cambió, el padre sigue siendo el mismo, él es el que puede dar vara o sorbete, sólo que puede actuar de manera distinta. La Biblia no dice que Dios no cambia Su manera de actuar, la Biblia nos dice que Él es el mismo en cuanto a Su naturaleza.
Para finalizar leamos 1 Timoteo 5:24 “Los pecados de algunos hombres se hacen patentes antes que ellos vengan a juicio, mas a otros se les descubren después. Asimismo se hacen manifiestas las buenas obras; y las que son de otra manera, no pueden permanecer ocultas”. ¡Amén!
Apóstol Marvin Véliz
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Amen. Hno. Como dice este tema que seamos capaces de percibir cuando el señor ha cambiado con nosotros su actitud ante tanta desobediencia de parte nuestra, tanto acomodo ya que sabemos perfectamente cual es su deseo como Rey de este reino y que podamos someternos, rendirnos y abandonarnos a sus pies para que podamos entender cual es su voluntad,
Romanos 12 verso 1 y 2
Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional.
2 No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta.
Estos versos nos recuerdan qué debemos hacer para que cuando el nos visite no nos juzgue como a alguien que nunca a escuchado Su Palabra sino que encuentre a alguien con el deseo de que él habite en nuestro interior para poder expresarse por medio de nosotros...
Venganos tu reino implica venganos tu gobierno, y hágase tu voluntad es su autoridad. Lo que cuesta entender que en esta bendita esfera lo que se gesta es espiritual en nosotros y veo dos dimensiones una en lo individual como hijos cada cual y otra en lo colectivo a lo cual llamaré corporativo pues una vez más el señor juzgará a su pueblo. Antes hace unos 11 años atrás no entendia esta manera de ver Dios las cosas , una cosa si es cierta el señor al que ama lo disciplina y azota al que toma por hijo. Pareciera ser un Dios injusto, pero lo que no tomamos en cuenta que esta disciplina nos libra del juicio que se viene para muchos y nos coloca como candidatos. Participar de su reino. Pareciera ser injusto, ingrato.... pero no en absoluto es perfecto amor y jamás lo hace con odio ni mucho menos con rencor o venganza, sino con amor un amor que no exime la disciplina con tal de perfeccionarnos. Que nos trae como resultado lo dice la carta a los hebreos de manera clara:
ResponderEliminarMás aún, nosotros hemos tenido nuestros padres según la carne que nos corregían y los respetábamos.?no nos hemos de someter mucho más al Padre de los espíritus, para vivir? Y a la verdad aquellos castigaban para unos pocos días, según su arbitrio, más Éste lo hace en nuestro provecho , para que participemos de su santidad . Ninguna corrección parece por el momento cosa de gozo, sino de tristeza; pero más tarde da a los ejercitados por ella el apacible fruto de justicia.
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ResponderEliminarEsta palabra me a que dado muy marcado, porque muchas veces no permitimos que Dios gobierne nuestras vidas y solo cuando estamos necesitados o hemos pecado llegamos delante del Señor y el con su misericordia nos suple nuestras necesidades, nos perdona por los pecados que asemos cada dia, y eso no es asi hermanos.Dios no nos tratara de la misma manera, pero permitamos que el sea el gobernador de nuestras vidas y llegue como rey y como rey nos juzguara por todo lo malo que hemos hecho.Amen
ResponderEliminarAl leer esta palabra me pude dar cuenta que cuando nos acercamos delante del Señor siempre queremos que nos trate con una actitud misericordiosa y que nos perdone nuestro pecados pero no nos damos cuenta que el Señor en determinado momento vendra como un rey a juzgarnos con su reino pero con la luz que se nos fue dada podamos saber cuando el Señor va a cambiar. Benjamin
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