AL ESTAR LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO PODEMOS UTILIZAR LOS DONES QUE EL SEÑOR NOS HA DADO, O BIEN DEJAMOS QUE ÉL NOS USE A DISCRECIÓN DE MANERA ESPECIAL Y DIVERSA.
AL ESTAR LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO PODEMOS UTILIZAR LOS DONES QUE EL SEÑOR NOS HA DADO, O BIEN DEJAMOS QUE ÉL NOS USE A DISCRECIÓN DE MANERA ESPECIAL Y DIVERSA.
Cuando somos llenos del Espíritu Santo podemos utilizar los dones que Dios nos ha dado de una manera más fácil, y libre. Si alguien tiene el don de predicar, le será más fácil predicar “con” la llenura del Espíritu Santo, que no estando lleno. Se puede llegar a administrar los dones de Dios de manera personal, pero será más fácil hacer uso de ellos estando llenos del Espíritu Santo. Para entender mejor lo que queremos decir, pensemos en las personas que ingieren bebidas alcohólicas, muchas veces en su estado normal son personas temerosas, cautas, quietas, pero bajo los efectos del alcohol se liberan, se vuelven hiperactivos, atrevidos, y hacen lo que en su estado sobrio no se atreven a hacer. Esto es lo que nos acontece al ser llenos del Espíritu, nos atrevemos a usar los dones que hemos recibido de parte de Dios, tenemos más vigor y más potencia espiritual para usarlos.
Al ser llenos del Espíritu veremos efectos espirituales; si tenemos el don de predicar, lo vamos a hacer con denuedo; el que enseña tendrá sabiduría y revelación, y así, cada uno según el don que le haya sido dado, lo hará de una manera vigorizada. Para muchos teólogos es difícil explicar como personas del Antiguo Pacto fueron llenas del Espíritu Santo, pues en ese tiempo el Espíritu no era lo que vino a ser después de la cruz. Por ejemplo, dice Lucas 1:67 “Y Zacarías su padre fue lleno del Espíritu Santo, y profetizó”. Si entendemos que ser “llenos” significa estar “saciados, o satisfechos”, no veo ningún conflicto con que la Biblia diga que a este hombre lo satisfizo el Espíritu Santo en la era del Antiguo Pacto. Por ejemplo, lo que le sucede a alguien que se llena de vino, es que termina siendo dominado por el vino; lo mismo le pasó a Zacarías, fue tan lleno del Espíritu Santo que se dejó dominar por Él Espíritu Santo, y entonces profetizó. Nosotros deberíamos vivir llenos del Espíritu Santo, es decir, dominados por Él, controlados por Él al punto que perdamos la timidez y actuemos con liberalidad en los dones que nos han sido dados. Dice también Hechos 4:8 “Entonces Pedro, lleno del Espíritu Santo, les dijo…” Acá vemos a Pedro que primero fue lleno del Espíritu Santo y luego empezó a predicar. Esta debería ser una regla para todos nosotros, deberíamos anhelar ser llenos del Espíritu constantemente para luego servir bajo ese impulso divino; es urgente que recobremos esta verdad.
El libro de Hechos relata que los discípulos fueron dispersados a muchos lugares, y a cada lugar que llegaron empezaron a formar Iglesias. Antioquía fue una de las primeras ciudades en las que se estableció una Iglesia local, de modo que los apóstoles enviaron a Bernabé a aquella ciudad, “Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor” (Hechos 11:24). Los apóstoles mandaron a un hombre “lleno” del Espíritu Santo y fe, no era cualquier persona, él estaba satisfecho, saciado, y por estar así le fue útil al Señor en Antioquía. La llenura del Espíritu Santo primero nos satisface, y luego nos posee. El Evangelio no es un asunto mental, ni doctrinal, es una experiencia espiritual. Bajo esta posesión es que los apóstoles se atrevieron a hacer cosas maravillosas. En una ocasión el apóstol Pablo le estaba hablando el Evangelio al procónsul Sergio Paulo, pero Elimas el mago se les oponía, así que dice Hechos 13:9 “Entonces Saulo, que también es Pablo, lleno del Espíritu Santo, fijando en él los ojos, v:10 dijo: ¡Oh, lleno de todo engaño y de toda maldad, hijo del diablo, enemigo de toda justicia! ¿No cesarás de trastornar los caminos rectos del Señor?”. Pablo estando lleno del Espíritu se atrevió a emitir un severo juicio contra Elimas, bajo la unción del Espíritu se atrevió a hablar de parte de Dios, y le dijo a aquel hombre: “…he aquí la mano del Señor está contra ti, y serás ciego, y no verás el sol por algún tiempo. E inmediatamente cayeron sobre él oscuridad y tinieblas; y andando alrededor, buscaba quien le condujese de la mano. Entonces el procónsul, viendo lo que había sucedido, creyó, maravillado de la doctrina del Señor” (Hechos 13:11–12). Pablo primeramente recibió la llenura del Espíritu, y ya estando lleno se dispuso para que Dios hiciera maravillas por medio de él.
Obviamente, Dios hizo, y hace cosas extraordinarias en hombres a los que Él les ha dado dones extraordinarios. La llenura del Espíritu Santo es igual para todos, pero los efectos van a variar dependiendo los dones que cada uno tenga. Si alguien no tiene el don de predicar, el Espíritu lo puede satisfacer, y lo puede colmar de Sí mismo, pero no por eso va a predicar. El Espíritu va a operar según los dones que Él ha repartido a cada uno. Ahora bien, el hermano que no puede predicar no debe pensar que no ha sido lleno sólo porque no hace cosas maravillosas, lo que debe hacer es disponerse a que Dios obre por medio de Él en el don que tiene. Yo en lo personal me ocupo de ser lleno constantemente del Espíritu, pero no me frustro por no poder hacer milagros. A veces hay hermanos que se me acercan para que ore por ellos, y la verdad es que en algunas ocasiones he visto que Dios ha hecho ciertos milagros a través mío, pero creo que no tengo el don de sanidad. Yo no me voy a preocupar por no poder sanar como lo hicieron Pedro y otros apóstoles, porque considero que no es el don que Dios me ha dado; no obstante, muchas veces cuando estoy predicando, percibo que los hermanos no me dan a basto para decirles todo lo que tengo de parte de Dios, pues, reconozco la fuerza divina que viene sobre mí al momento de predicar la palabra.
Volviendo al ejemplo de la embriaguez, nadie pasa de la cordura a la embriaguez en un instante, sino que es algo gradual. Al principio todo es causa de risa, de disfrute, de alegría; así es en lo espiritual, primeramente debemos disfrutar ser llenos del Espíritu Santo. Debemos tener la experiencia de sentirnos satisfechos, alegres, saciados; y luego vendrán los efectos de que Dios manifieste Su Poder a través de los dones que tengamos.
Apóstol Marvin Véliz
ResponderEliminarHno.Marvin Dios lo bendiga hoy y siempre.
Que maravilloso sería si todos fuéramos llenos de E
Santo, seriamos una congregación poderosa en dones para ponerlos en práctica entre nosotros mismos que formamos el cuerpo de Cristo,y, también entre las demás congregaciones.
Algo que quisiera recalcar de este mensaje es que debemos buscar la llanura del Espíritu Santo , dice que primero nos llena y después nos posee ,nos controla,en Hechos 20:22 Ahora,he aquí ligado yo en espíritu,voy a Jerusalén sin saber lo que me espera.
ResponderEliminarEn otra versión dice obligado por el espíritu
Busquemos ser llenos para que el nos guíe conforme nuestro don
Podemos ver muchas veces cuantos dones hay entre nosotros pero limitados, esto es la falta de estar llenos del espíritu, la falta de estar llenos nos trae limitantes aun en el servicio al señor aun en la función de nuestros dones el señor sabía la necesidad que teníamos de ser llenos, el mismo les dijo en una ocasión a los discípulos a ustedes les conviene que me vaya porque al irse y resucitar el daría ese espíritu de la realidad, el espíritu vivificante, ese que nos daría el vigor la potencia para hacer su voluntad es necesario que nuestros dones funcionen a través de la llenura del espíritu solo hací funcionaremos con la vida, conociendo su voluntad, llenos del espíritu tendremos la autoridad como lo hizo Pablo con Elimas, tendremos paz, y el vigor para dar un avance al reino pero eso vendra cuando nos llenemos de El, del espíritu santo.
ResponderEliminarEfesios 5:18 No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu,
5:19 hablando entre vosotros con salmos, con himnos y cánticos espirituales, cantando y alabando al Señor en vuestros corazones;
5:20 dando siempre gracias por todo al Dios y Padre, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo.
Que al terminar de leer esta palabra podamos desear ser llenos de el espiritu santo para que asi la vida de el Señor se manifiesta en nuestro interior y para que se puedan desarrollar nuetros dones y asi poder usar nuestros dones para edificar el cuerpo de Cristo.
ResponderEliminarLo que el Senor desea de cada uno de nosotros, es que anhelemos, es la disposicion de que en nuestros interior fluya el espiritu santo, que pueda llenar esos basios que tenemos y conforme a los dones que Dios nos a entregado los podamos aprovechar y de esa manera ser utiles para el cuerpo de cristo.SALOMON
ResponderEliminarEl señor no solo espera que demos nuestros dones embotados de cosas ajenas a su vida el señor anhela que le sirvamos con la llenura de su espíritu, con la potencia del espíritu de vida, al estar llenos de igual manera tendremos el vigor para ir a dar al cuerpo a la iglesia, no con el fin de recibir solamente beneficios, aunque nadie quitará que habrán momentos en los que hemos de ser bendecidos pero nuestro fin es dar, nos damos cuenta que nuestros dones no fluyen por que no estamos llenos, no estamos satisfechos de Dios por eso no hay autoridad, no hay vigor Pablo tuvo una autoridad para callar ese espíritu ajeno a Dios, así esa potencia, esa autoridad nos será dada al saciarnos al estar satisfechos de Dios no olvidemos que Dios no nos ha dado espíritu de cobardía sino de poder, amor y dominio propio, el que está lleno del espíritu pondrá su don al servicio de los demás con el vigor y la potencia y no sólo esperemos nuestros dones hablando orando si no esos talentos, esos carismas al señor y su cuerpo dice la escritura que en una ocasión hasta los que sirvieron las mesas eran llenos del espíritu sin la llenura del espíritu nada será agradable al corazón de Dios. Llenemonos de él busquemoslo en la intimidad, al saciarnos de él vendrá esa satisfacción esa llenura de su espíritu.
ResponderEliminarreunión de estudio del blog día sábado iglesia de cristo en ateos.