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EL TRABAJO DEL TERAPEUTA DIVINO


EL TRABAJO DEL TERAPEUTA DIVINO. 

Un terapeuta es una persona cuyo oficio consiste en dar cuidado a alguien de manera constante hasta que se restablece totalmente; podemos decir, entonces, que Dios es nuestro terapeuta, es nuestro cuidador, es quien nos va guiar a nuestra sanación y liberación. 

Cuando nosotros aceptamos al Señor, generalmente traemos muchos problemas encima, pero a los pocos días nos damos cuenta que ser salvos no arregló todos nuestros problemas. Muchos predicadores amenazan a los nuevos creyentes con el verso de 2 Corintios 5:17 “De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. Lo que ellos quieren hacerles creer a los nuevos creyentes, es que todos los problemas de los vicios y las ataduras de su vida sin Cristo deben desaparecer si de verdad han aceptado al Señor. Una propuesta de ese tipo frustra a cualquier persona, porque al siguiente día vuelve a ver sus mismos problemas de todo el tiempo. Ante tal situación muchos creyentes empiezan a caer en el error de la hipocresía, empiezan a usar máscaras de victoria, de santidad, de poder, de gozo y sobre todo en las reuniones de Iglesia, pero en el interior saben que no poseen nada de eso. Este es el tiempo de frustración de muchos creyentes, pues, se ven a sí mismos y se dan cuenta que aceptar a Cristo no los cambió en mucho. El pasaje anterior no nos está diciendo que debemos ser diferentes de la noche a la mañana, lo que nos dice es que ahora tenemos una nueva criatura en nuestro interior. 

Al venir a Cristo no debemos preocuparnos por un cambio instantáneo, más bien, lo que debemos hacer es rendirle nuestra voluntad al Señor para que gradualmente vayamos siendo conformados a Su imagen y semejanza. Al nacer de nuevo lo que nos acontece es que Dios llega a hacerse uno con nuestro espíritu, pero eso es muy diferente a que Él more en nuestro corazón, en nuestros sentimientos, y en todo nuestro ser. Hay predicadores, que lejos de hablar el mensaje de salvación, lo que hacen es darle una terapia de “shock” a las personas. Luego de escuchar al predicador las personas quedan con tanta fobia, que en ese momento deciden aceptar a Cristo y dejar sus prácticas pecaminosas. Tales personas emprenden una jornada de cambiar sus vidas en sus propias fuerzas, pero ese camino es corto y cansado, más temprano que tarde, ellos sucumbirán ante su propia naturaleza. 

Cuando nosotros venimos al Señor nos debería pasar más o menos como cuando compramos una computadora usada; lo primero que se debe hacer es formatearla, es decir, borrarle toda la información que ha tenido acumulada y dejarla como cuando estaba nueva. Cuando el Señor nos encuentra, estamos como una computadora usada, cargados de información; en términos de psicología a eso se le llama: “programas emocionales para la felicidad”. Tales programaciones son todas aquellas cosas que para nosotros se han convertido en un refugio, a raíz de las cosas malas, dolorosas, y tristes que hemos vivido. El ser humano de manera inconsciente busca siempre superar todo aquello que le trae dolor o tristeza, y es allí donde se configura cada persona a los “programas emocionales para la felicidad”. 

Lo primero que el Señor hará para liberarnos y sanarnos es desmantelar todos nuestros programas emocionales. Nosotros somos como una pizarra en la cual se escribieron muchas cosas, pero para poder usarla nuevamente hay que borrarla. Así nos encontró el Señor, llenos, configurados a una manera de ser, por lo tanto, lo primero que Él hará es desmantelar todos nuestros programas emocionales. Leamos detenidamente los siguientes pasajes: 

Romanos 6:6 “sabiendo esto, que nuestro viejo hombre fue crucificado juntamente con él, para que el cuerpo del pecado sea destruido, a fin de que no sirvamos más al pecado”. 

Efesios 4:22 “En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos”. 

Colosenses 3:9 “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos”. 

Lo que debemos entender de estos pasajes es que judicialmente el Señor ya venció al viejo hombre en la cruz del Calvario, por lo tanto, nosotros tenemos el poder para vencerlo. Lo que no debemos pasar por alto es que la victoria de Cristo sobre el viejo hombre en la cruz, no significa que éste se encuentre inactivo en nosotros, al contrario, está tan activo que debemos buscar la manera de despojarnos de él. 

El día que creímos en Jesús como nuestro salvador, fuimos salvos y hechos una nueva criatura en nuestro espíritu, pero no en todo nuestro ser. Erróneamente muchos dicen que el día que creyeron, el Señor llegó a sus corazones; pero eso no es cierto, el Señor no llega al corazón, llega al espíritu. Déjeme probarle esto con algunos versos: 

Apocalipsis 3:20 “He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo”. Este pasaje el Señor no se lo está diciendo a los inconversos, se lo está diciendo a la Iglesia de Laodicea. Dios hace un llamado a su pueblo a que le abran la puerta, obviamente, se está dirigiendo a creyentes, a salvos, a gente que ya lo recibió, pero una vez más el Señor les toca a la puerta para que lo dejen entrar. ¿El Señor llama una vez más a la puerta de los creyentes para que lo dejen entrar? Sí, el Señor quiere entrar en el corazón de los creyentes. 

Efesios 3:14 “Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, v:15 de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra, v:16 para que os dé, conforme a las riquezas de su gloria, el ser fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; v:17 para que habite Cristo por la fe en vuestros corazones, a fin de que, arraigados y cimentados en amor”. En estos versos el apóstol Pablo no le está hablando a incrédulos, sino a los creyentes que conforman la Iglesia de Éfeso. El apóstol Pablo dice que Cristo habitará en el corazón de aquellos creyentes que tienen fortalecido su hombre interior. Acá vemos claramente que hay una diferencia entre el corazón y el hombre interior (el cual es el espíritu). 

Nosotros somos seres tripartitos, tenemos espíritu, alma y cuerpo. En cuanto a nuestro espíritu ya dijimos que es regenerado al creer en Cristo; pero el alma es la parte de nuestro ser que va siendo programada emocionalmente por las circunstancias de la vida. Los programas emocionales para la felicidad no necesariamente se dan mediante el uso de la razón, sino por medio de las cargas emocionales que sufrimos en la vida. La razón de estudiar estas cosas es darnos cuenta que el Señor quiere desmantelar estos programas emocionales porque si bien, se forjaron en nuestra vida pasada sin Cristo, siguen funcionando aún en el presente, a pesar de que ya seamos hijos de Dios. 

De manera instintiva nosotros enviamos al subconsciente todos los sufrimientos y los conflictos que vamos teniendo en la vida, sin embargo, esa no es la manera adecuada para evacuarlos de nuestro ser. La liberación y la sanación divina no viene tratando de reprimirnos, sino haciendo de Cristo nuestro terapeuta y nuestra medicina. Lo que normalmente hemos hecho para recibir liberación es llegar al Señor y tratar las cosas con Él según nuestra “conciencia ordinaria”, es decir, según las cosas que nosotros tenemos conciencia “hoy”. La sabiduría divina no puede tratar las cosas desde el presente, porque nuestras programaciones emocionales que nos inducen a pecados y vicios del alma no se originaron en el “hoy”, sino en el pasado. La manera para ser libres genuinamente es despreciar nuestra “conciencia ordinaria”. La invitación bíblica es que nos olvidemos de nosotros mismos y que nos expongamos delante del Señor. 

Dice Hebreos 4:16 “Acerquémonos, pues, confiadamente al trono de la gracia, para alcanzar misericordia y hallar gracia para el oportuno socorro”. 

Cuando el apóstol nos dice que nos acerquemos al trono de la gracia, no se está refiriendo a algo tangible, si no al trono que está en los lugares celestiales. Los lugares celestiales no están relacionados con tiempo y espacio como todas las cosas creadas físicamente, sino que éstas existen en otra dimensión, son espirituales. Cada vez que nosotros nos acercamos al trono de la gracia, en realidad el Señor nos invita a estar en otra esfera, nos invita a salir de nuestro consiente ordinario, de nuestra vida basada en tiempo y espacio. 

Si nosotros empezamos a exponernos ante la Presencia de Dios y despreciamos nuestro consciente ordinario, nuestros programas emocionales empezarán a ser desmantelados, tales programaciones van a desplomarse. ¿Por qué Dios necesita que despreciemos voluntariamente nuestro consiente ordinario? Porque sólo así Él puede operar libremente en nosotros; la razón por la que no hemos tenido una genuina liberación es porque no hemos dejado que el Señor haga como Él quiera.

Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. Realmente nosotros caminamos, y vivimos siempre buscando aquellas cosas que evadan el dolor, la tristeza, etc y buscando aquello que nos traiga felicidad, aunque esta sea momentanea al leer esto me recordaba de aquel pasaje que nos habla de la mujer samaritana, si leemos estos versos nos damos cuenta como el señor le hablo a esta mujer pareciera que el señor quiso avergonzarla pero no fue asi, lo que el señor le mostro a esta mujer era que viera esa programacion que ella tenia, ella buscaba la felicidad en sus maridos,
    Juan 4:13 Respondió Jesús y le dijo:Cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed;
    4:14 mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.
    4:15 La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla.
    4:16 Jesús le dijo: Ve, llama a tu marido, y ven acá.
    4:17 Respondió la mujer y dijo: No tengo marido. Jesús le dijo: Bien has dicho: No tengo marido;
    4:18 porque cinco maridos has tenido, y el que ahora tienes no es tu marido; esto has dicho con verdad.
    4:19 Le dijo la mujer: Señor, me parece que tú eres profeta.

    El señor le mostro a esta mujer que humanamente podemos buscar ser felices por nuestros medios, pero siempre vendra esa sed, ese sin sabor, pero si nos llenamos de él, de cristo, sera nuestra fuente de vida, nuestra agua que nos saciara eternamente

    4:10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva.

    solo cristo es nuestra paz, nuestro gozo, solo él puede saciar nuestra vida y cambiar nuestro lamento en baile, saciar nuestras programaciones todas aquellas cosas que se volvieron un refugio y hemos tratado de buscar con que llenarlas momentaneamente, vez tras vez, cristo si puede darnos esa agua que nos sacie para siempre y a la vez mostrarnos como a esta mujer sus maridos, a nosotros mostrarnos con cuantas cosas, hemos querido refugiarnos bebamos de esa agua viva que nos sacie eternamente...

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  2. Cuan importante es que podamos entender que el aceptar al Señor no significa que todos nuestro programas emocionales se van a destruir y si no tiene que a vee un proceso para que el Señor los vaya desmantelando poco poco tambien depende que nosotros dejemos que el Señor haga su voluntad en nuestras vidas,hermanos que podamos creer que el Señor puede eesmantelar todos esos programas emocionales eso si poco a poco. Benjamin

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  3. Hermanos debe a ver un cambio en cada uno de nosotros pero Dios no puede obrar en nosotros si no se lo permitimos, apesar de que nosotros lo aceptamos en nuestras vidas no significa que los programas emocionales se nos van a ir verdad, pero creo que debemos tener fe que el Señor tiene un proposito para nosotros para llevarnos a una transformacion a como el quiere.Amen

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