EN LA ECONOMIA DEL NUEVO TESTAMENTO, DIOS HIZO DE DOS PUEBLOS UN SOLO Y NUEVO HOMBRE
En la Oikonomia del Nuevo Testamento vemos que Dios no trata con muchos individuos, sino que Él solo mira a Uno, a Cristo. En una ocasión un hermano tuvo una visión del Señor Jesús, pero miraba que su carne titilaba, y de repente le hicieron un acercamiento, algo como un “zoom” a lo que él estaba viendo, pero a medida que le acercaban y le aclaraban la imagen, empezó a ver que la piel de Cristo eran un montón de hermanos alabando al Señor. La visión del hermano no era fantasiosa, porque la Biblia dice que nosotros (tanto judíos como gentiles) somos miembros del Cuerpo de Cristo, somos parte de Él.
La Oikonomia de Dios es una persona, Cristo Jesús, todos debemos estar en Él. El apóstol Pablo nos explica esto claramente en Efe 2:14 “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, v:15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, v:16 y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades”.
Antes que el Señor Jesús viniera a esta tierra, Dios había hecho una diferencia muy marcada entre judíos y gentiles; Dios tomó a la nación de Israel para tratar con ellos acerca de sus pactos, pero al mundo gentil (todos los pueblos no judíos) el Señor los dejó apartados de Sus promesas. Oficialmente, antes de Cristo, Dios trató sólo con la nación de Israel. Pero cuando vino el tiempo oportuno, entonces, el Padre manifestó al Hijo, a Dios envuelto en carne: Cristo Jesús.
La Biblia dice que la nueva raza que Dios hizo, la formó a partir de la simiente escogida que es Cristo. Nuestro Señor Jesucristo vino a ser la cabeza de la nueva raza divino-humana, y no sólo nueva, si no la única raza que cuenta para Dios. Ahora, en Cristo, todos los mortales tienen libre acceso a ser parte de esta raza, aunque primeramente se les concedió esta gracia a los judíos. Dios hizo de los dos pueblos un solo y nuevo hombre.
Muchas corrientes teológicas enseñan que Dios salvó a los gentiles para hacerlos parte de Israel (esto es lo que están predicando hoy en día los “cristianos mesiánicos”). Su error es que piensan que Dios unió a los gentiles con los judíos, para que los gentiles se adaptaran a una forma de vida judía. Dios jamás quiso que los creyentes del Nuevo Pacto llegáramos a ser judíos, sino que en Su Oikonomia Dios dispuso que de los dos pueblos surgiera una nueva simiente. La paz entre ambos pueblos no viene porque los gentiles sean parte de Israel, o viceversa, sino porque en Cristo, ambos pueblos ahora conforman Su Cuerpo que es la Iglesia.
Tengamos cuidado de las olas de doctrina que están haciendo efervescencia entre los creyentes, pues, en su religiosidad muchos son atraídos a volverse al judaísmo mesiánico. Tales doctrina seducen a muchos a volver a las raíces judías, pero eso no debe ser así. Los cristianos salvadoreños no tienen ninguna obligación de hacerse judíos, sólo deben conformar la Iglesia de Cristo en su localidad. Muchos han sucumbido ante estas doctrinas erradas, al punto que se dan a averiguar su linaje familiar para ver en qué punto genealógico tienen algún grado de ascendencia judía.
Tenemos que enfatizar que Cristo hizo un nuevo hombre en el que pueden estar los judíos y gentiles que así lo deseen. Los gentiles, que sigan siendo gentiles; y los judíos, que sigan siendo judíos. Debemos tener claro que los gentiles no tienen por qué hacerse judíos, ni los judíos tienen porqué volverse gentiles. Ambas corrientes doctrinales, tanto la de judaizar, como la de los que quieren gentilizar el Evangelio están erradas. Ni lo uno ni lo otro tiene validez porque el Señor ha creado una nueva raza en Cristo Jesús. Los judíos, por muy buena que sea la Torah, tienen que dejarla para unirse a Cristo; y los gentiles, por su parte, tienen que dejar el paganismo para unirse a Cristo.
El misterio del que hablaba el apóstol Pablo es que judíos y gentiles han sido incorporados en el Cuerpo de Cristo porque toda la economía de Dios debe tener su cumplimiento en el Hijo. Si somos uno con Él, entonces todo lo de Cristo también es nuestro. Dios no bendice razas, ni países, ni creyentes (de manera individual), Dios únicamente ha bendecido al Hijo, pero sí nosotros estamos en el Hijo, obviamente somos bendecidos con Él.
Es indispensable conocer la economía del Señor, porque el Señor no opera nada fuera de ello, es decir, de Cristo y la Iglesia. El Apóstol Pablo dedicó toda Su vida a predicar acerca del Misterio, por lo tanto, nosotros no podemos predicar otra cosa que no sea lo que el Padre ya declaró en Su Economía. No nos dejemos mover tan fácilmente por preceptos religiosos o culturales, más bien, avancemos en conocer a Cristo Jesús en medio de Su Cuerpo.
Apóstol Marvin Véliz
Que maravillosa esta palabra y creo hermanos que ya no podemos seguir viviendo de la misma manera en que lo hemos estado asiendo por que la oikonomia de Dios es manifestar a Cristo en esta tierra y nosotros siendo parte de el tenemos que hacer esa labor punto, no nos alejemos del cuerpo de cristo y haga la voluntad de nuestro padre.Amen
ResponderEliminarlo que el Señor que quiere de nosotros es que nos hagamos uno que podamos conformar el cuerpo de Cristo no importando que raza seamos si somos judios o gentiles no al Señor no le importa eso si no lo que le importa es que podamos hacer su oikonomia que es que podamos conformar el cuerpode cristo en esta tierra amen
ResponderEliminar