EL VIEJO HOMBRE ESTÁ ARRAIGADO EN NUESTRA MENTE.
Dice Efesios 4:17-22
“Esto digo, pues, y afirmo juntamente con el Señor: que ya no andéis así como andan también los gentiles, en la vanidad de su mente, v:18 entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón; v:19 y ellos, habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas. v:20 Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta manera, v:21 si en verdad lo oísteis y habéis sido enseñados en El, conforme a la verdad que hay en Jesús, v:22 que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos”.
El apóstol claramente nos dice en estos versos que nos despojemos del viejo hombre, esto quiere decir que no es un elemento que ha desaparecido. Si queremos identificar nuestro viejo hombre, en estos versos encontramos las características generales que éste tiene. Para empezar, en el v:17 Pablo nos dice que el viejo hombre es la manera de caminar de los gentiles, y nos dice enfáticamente que nosotros podemos ser hijos de Dios pero a la vez seguir caminando ese camino.
En este pasaje el apóstol Pablo nos muestra la manera operativa del viejo hombre. Cuando nosotros pensamos en el viejo hombre, de manera normal lo asociamos con alguien sucio, depravado, soberbio, lujurioso, etc. el error que cometemos es que sólo logramos ver los frutos, no el árbol que genera esos frutos. Hay creyentes que luchan por no seguir siendo borrachos, lo que no se dan cuenta es que eso sólo es un fruto del árbol, más bien deberían procurar arrancar el árbol. ¿Ha visto cuántos cientos de mangos produce un árbol de mango? ¿Que logramos con quitarle un mango a tan grande árbol? ¡Nada!, le quedan todavía cientos de ellos. Así es nuestro viejo hombre, no lo solucionamos con arrancarle un pecado, lo que necesitamos es vencerlo desde la raíz.
El origen del viejo hombre no lo encontramos en las acciones, sino en la mente. Pablo nos acaba de decir que ya no andemos como andan también los gentiles, en la vanidad de su mente, entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios. La esencialidad del viejo hombre cuesta identificarla todavía más, cuando nuestro círculo de acción está entre gente altamente religiosa. Hay muchos creyentes que se esfuerzan por vencer ciertas áreas de su vida para que la gente no hable en mal de ellos, pero no se dan cuenta que la fuente de esos cambios sigue siendo su viejo hombre; es por eso que hay creyentes “sobrios”, “no alcohólicos”, pero orgullosos, prepotentes que siempre están por encima de los demás. El apóstol Pablo no se dirige a los pecados como la raíz del viejo hombre, sino a ciertas cosas que veremos a continuación.
LA VANIDAD DE LA MENTE: La raíz del viejo hombre es la vanidad de la mente; él vive en una mente sumergida en las cosas de este mundo, una mente que no puede aquietarse, que sólo funciona para lo trivial, para aquello que no tiene fruto ni valor. Tal vez nosotros no tenemos problemas con el alcohol, pero ¿Acaso no tenemos problemas con nuestra mente? ¿Por qué nos cuesta poner atención a la palabra? ¿Por qué no entendemos lo que nos enseñan? ¿Por qué nos desesperamos si no revisamos el celular durante las reuniones? ¿Por qué no nos podemos concentrar? ¡Ahora sí vamos llegando al meollo del asunto! Es que un rasgo genuino del viejo hombre es una mente dada a la vanidad, una mente incontrolable.
UN ENTENDIMIENTO ENTENEBRECIDO: Esta es una mente que no es capaz de recibir, ni procesar las cosas del Espíritu. No debemos aplaudirle a aquellos hermanos que después de las reuniones, “sinceramente” dicen: “Yo no entendí nada del mensaje”. Otro síntoma del viejo hombre, precisamente, es la torpeza para asimilar las cosas de Dios. La cultura y la falta de conocimiento académico no son excusa para ser ignorante de las cosas que atañen a Dios. La mayoría de los apóstoles del Señor eran hombres del vulgo, hombres no letrados, sin embargo, tuvieron una gran revelación del Reino de Dios, y la gente se maravillaba cuando los escuchaban hablar.
VIVEN AJENOS A LA VIDA DE DIOS: Esta es una mente no entrenada para ser sierva. Una mente ajena a la Vida de Dios es aquella que no le da lugar al espíritu para estar en la dimensión de la luz.
Todo hijo de Dios debería ser capaz de capturar la luz divina y convertirla en palabras.
Dice 1 Corintios 2:7
“sino que hablamos sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta que, desde antes de los siglos, Dios predestinó para nuestra gloria; v:8 la sabiduría que ninguno de los gobernantes de este siglo ha entendido, porque si la hubieran entendido no habrían crucificado al Señor de gloria; v:9 sino como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, Ni han entrado al corazón del hombre, son las cosas que Dios ha preparado para los que le aman. v:10 Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios. v:11 Porque entre los hombres, ¿quién conoce los pensamientos de un hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Asimismo, nadie conoce los pensamientos de Dios, sino el Espíritu de Dios. v:12 Y nosotros hemos recibido, no el espíritu del mundo, sino el Espíritu que viene de Dios, para que conozcamos lo que Dios nos ha dado gratuitamente, v:13 de lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las enseñadas por el Espíritu, combinando pensamientos espirituales con palabras espirituales”.
Nuestra mente debería estar entrenada para captar la luz de Dios (pensamientos espirituales) y convertirlos en palabras inteligibles, tanto para nosotros mismos como para los demás. Lo que deberíamos experimentar de manera normal es como lo que sucede en una presa hidroeléctrica; a través de ella fluyen corrientes de agua, las cuales a su vez mueven unas turbinas que accionan los generadores eléctricos, y luego esa electricidad llega a las casas de la comunidad. Tal capacidad deberíamos tener nosotros los hijos de Dios, tendríamos que ser capaces de capturar los impulsos del Espíritu y convertirlos en palabras espirituales. Si esta no es nuestra experiencia es porque le hemos dado cabida al viejo hombre.
Dice el apóstol Pablo en Efesios 4:20 “Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta manera, v:21 si en verdad lo oísteis y habéis sido enseñados en El, conforme a la verdad que hay en Jesús”. Este aprendizaje del que nos habla este verso no se refiere a entender una doctrina propiamente, sino a la verdad subjetiva que obtenemos al permanecer delante del Señor. En otras palabras, no es una verdad que aprendemos oyendo acerca de Él, sino es una verdad que aprendemos por estar con Él. Lo que el apóstol Pablo nos está diciendo es que corrijamos nuestra manera de vivir; por años vivimos conforme al viejo hombre, en la vanidad de la mente, con un entendimiento entenebrecido y alejados de la Vida de Dios; ahora que tenemos a Cristo debemos aprender algo diferente, debemos aprender directamente de Él.
Apóstol Marvin Véliz
como el viejo hombre hace que nuestra mente no le ponga atencion a las cosas de dios porque nuestra mente solo le pone importancia a las cosas de este mundo y hace que las cosas de dios nos cuesta o simplemente no les pongamos atencion, asi que hermano que le podamos pedir al Señor que arranque de raiz al viejo hombre de nuestras vidas para asi poder ponerle mas importancia a su reino amen
ResponderEliminarHermanos que con esta palabra podamos cambiar nuestra mala manera de caminar como creyentes y que de ahora en adelante la vida de Dios more en nosotros, el Señor nos esta dando otra oportunidad no la desaprovechemos permitamole que arranque de raiz ese viejo hombre que esta presente en nuestra mente y no nos deja avanzar, no nos deja vivir en lo que el quiere realizar en nuestras vidas.Amen
ResponderEliminarNecesario que todos podamos releer estos 3 blog que se compartieron en diferentes fechas y que están relacionados con el tema que nuestro hermano Marvin puso hace 2 semanas, para ampliar más el tema.
ResponderEliminarhttp://vidadeiglesiaorg.blogspot.com/2016/10/como-despojarnos-del-viejo-hombre.html
http://vidadeiglesiaorg.blogspot.com/2017/06/que-es-el-viejo-hombre.html
http://vidadeiglesiaorg.blogspot.com/2019/06/identificando-nuestro-viejo-hombre.html
Quise comparir desde hace 2 semanas pero ha sido muy dificil hacerlo, definitivamente esta enseñanza es una alerta a ser renovados en nuestra MENTE, Todos sin excepción durante toda nuestra vida hemos estado sujetos a la muerte que se basa en la MENTE CARNAL, Romanos 8:6 dice: Porque la mente puesta en la carne es MUERTE. Ahhh !!!, entonces esto nos dice que tener una mente carnal ES MUERTE. Esta es la definición que Dios hace de la muerte, y según esta misma inspiración, ¡La muerte está en la M-E-N-T-E! Yo se que todos hemos oído esta frase: “Todo está en tu mente” y aunque muchos lo dicen en broma, no por esto deja de ser una verdad maravillosa y Divina. Y en el mismo verso 6, la inspiración nos dice: que la mente puesta en el Espíritu es VIDA Y PAZ. Ahhh entonces la vida también esta en la MENTE! Hermanos ninguno de nosotros nos equivoquemos, Pablo declara en Rom 12:2 que esta transformación, este cambio de mente, esta metamorfosis, comienza desechando nuestra mente carnal y poniéndonos en la mente de Cristo que es Vida. Amados de Dios , esto no es un cambio instantáneo, no lo logramos con un gran salto, o de un día a otro, esto no lo encontramos leyendo algún libro ( y ojo no digo que no seamos bendecidos con algunos) pero lo que digo es que estas cosas NUESTRO PADRE nos las imparte cuando lo buscamos A EL, cuando esperamos en la divina presencia de NUESTRI PADRE, Él nos enseña cómo pensar desde nuestra divinidad, en lugar de pensar desde nuestra humanidad, y continuamente a medida que la voz del Espíritu despliega dentro de nosotros la mente, los pensamientos y la perspectiva de Dios somos transformados. Estos son pensamientos de amor, de justicia, de vida, luz, poder, incorrupción y gloria que NOS transforman a la imagen de Dios. Hermanos expongámonos a su Presencia, expongámonos a su luz, al hacerlo nuestro Padre nos acelerara y vivificara.