Ir al contenido principal

LA SOLUCIÓN A LAS FALTANTES DEL HOMBRE ES LA PERSONA DE JESUS


LA SOLUCIÓN A LAS FALTANTES DEL HOMBRE ES LA PERSONA DE JESUS. 

Debido a la condición caída en la que habitamos, los seres humanos somos una fábrica constante de “necesidades y deseos”, las cuales podemos denominar como “faltantes". Ahora bien, veamos qué nos dice la Biblia en cuanto a este asunto y cómo podemos ser restaurados. Yo le invito a que lea en los evangelios lo mucho que enseñó el Señor en cuanto al dinero y el concepto de las finanzas; se va a impresionar del énfasis con que el Señor habla de este mal tan grande que ha esclavizado a toda la humanidad. Hasta donde el Señor me ha permitido entender, yo creo que cuando se inventó el dinero, el hombre puso allí su corazón, porque creyó que con él se solucionarían todos sus males, pero Satanás quien fue el inventor del dinero concentró en él toda su maldad; tal vez por eso dice el Apóstol Pablo: “Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores”. (1 Timoteo 6:10) El hombre caído desde que nace, ya viene configurado genéticamente para tener necesidades y deseos. Como dice la Escritura: “… nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír” (Eclesiastés 1:8). 

La manera en la cual Dios solucionó esta faltante en el hombre es con la persona de Jesús. Leamos los siguientes pasajes. 

Efesios 1:10 “de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra”. 

Efesios 3:19 “y de conocer el amor de Cristo que sobrepasa el conocimiento, para que seáis llenos hasta la medida de toda la plenitud de Dios”

Colosenses 1:17 “Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten”. 

Colosenses 2:9-10 “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad”. 

Hermano, lo único que puede llenar las faltantes del hombre es Dios mismo. Desde el día que creímos, Cristo mismo vino a vivir en Espíritu en nosotros, de manera que si tenemos a Cristo, debemos estar llenos, porque el que tiene al Hijo, tiene a Aquel que lo llena todo en todo. Los pasajes que leíamos dicen que Él (Hijo) es todas las cosas, y que en Él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad, en otras palabras, si Dios está contenido en el Hijo, y el Hijo vive en nosotros, por ende, lo tenemos todo. 

Dios Padre solucionó este problema como el caso de algunas mujeres que son muy pobres pero logran atraer la atención de algún hombre con mucho dinero. Imagínese que alguna mujer ha pasado escasez toda su vida, a penas y tiene ropa para vestirse, jamás ha pensado en la idea de un vehículo, su madre está muy enferma y no tienen para las medicinas, su papá necesita una silla de ruedas, los hermanitos andan semi desnudos, en fin, vive en una paupérrima situación. De repente, la conoció un hombre millonario y se enamoró de ella y luego se casaron. ¿Qué le pasó a esta joven? Que todos sus problemas se arreglaron cuando ella conoció al hombre que ahora es su marido. Es lógico que si el que llegó a ser su marido tiene tanto dinero, el papá tendrá su silla de ruedas, la mamá tendrá su medicina y sus hermanitos podrán vestirse bien. ¿Qué fue lo que hizo ella? Sólo conocer a una persona, ella lo tiene todo por él. 

Pues a nosotros nos pasó algo parecido, pero mucho más glorioso. A nosotros nos dieron al que venció a Satanás. ¿Por qué vamos a estar derrotados si tenemos al Hijo viviendo en nosotros?, Hermanos, nos dieron al que venció la muerte, ahora tenemos Vida Eterna, pero no sólo la Vida Eterna, si no al Autor de la Vida, esa Vida indestructible que no tiene fin. Podrán pasar el cielo y la tierra pero Él no dejará de ser jamás. Ahora le pregunto, ante tal regalo que nos han dado, teniendo la Vida del Hijo ¿Qué faltante podemos tener?, con razón dijo el rey David: “Tú eres mi Señor; no hay para mí bien fuera de ti”. (Salmo 16:2) Este hombre entendió que Dios lo llena todo, que Él sacia, que en Él no hace falta nada, por lo tanto, con Cristo se acaban los faltantes. 

El hombre que no conoce a Dios, busca llenar ese faltante teniendo más dinero, cosas de este mundo, mujeres, diversión, fantasías, corrupción y cuando cree que se ha saciado, se da cuenta que nuevamente hay algo que le hace falta. Muchos de nosotros hemos experimentado lo efímero y pasajero de las cosas de este mundo. Cuantos no pensaron en su juventud: “si tan sólo se fijara en mi aquella fulanita tan hermosa”. Algún joven se puede proponer la meta de conquistar a una muchacha y buscarla mañana, tarde y noche, en una de esas, al fin, la muchacha lo acepta y se casan. Él cree que se ha sacado la lotería casándose con la joven, sin embargo, con los años sólo puede darse cuenta que su matrimonio es una gran cruz de nogal, más pesado de lo que se imaginaba. O cuántos de nosotros muchas veces pensamos que los hijos llegarían a ser nuestra realización, o qué un buen trabajo será el éxito de nuestra vida, o una casa, un carro, etc. y aún obteniendo esas cosas nos damos cuenta que aún nos hace falta algo más. 

Debemos entender que el mundo tiene un diseño satánico, el cual hace que las cosas nos sacien sólo temporalmente. El dinero sí le da al hombre cierta sensación de plenitud, si así no fuera, nadie lo buscaría con tanto afán, pero es como una droga que satisface por un momento, pero causa un efecto depresivo después. El dinero es como las olas del mar, es un vaivén que nunca se detiene; Cristo no es así, Él sí nos llena, nos sacia, Él lo es todo. Amén.

Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. Muchas veces nos refugiamos en el dinero y en las cosas de este mundo y llegamos a un punto en que eso no basta, no nos llena, pero hay un Dios todo poderoso que murio por cada uno de nosotros que hoy abita en nuestro interior y si nosotros le permitimos que haga su obra en nuestras vidas no nos faltara nada y nos sentiremos llenos por la vida de Dios.Amen

    ResponderEliminar
  2. al leer esta palabra podemos llegar a una conclusion de que nada en este mundo nos llenara el vacio que tenemos dentro porque muchas veces deseamos algo y cuando lo tenemos no nos satisface y queremos mas y mas y sigue esa vacio en nosotros pero tenemos que darnos cuenta que el unico que puede llenar todo nuestro interior es la vida de cristo jesus amen

    ResponderEliminar
  3. Que aprendamos a ya no ver los faltantes, si no ver que si estamos insatisfechos por algo es por que necesitamos llenarnos de el porque elque esta lleno de el esta completo pero nosotros siempre queremos que todo este bien que los hijos se porten bien ,que el esposo sea bueno, que estemos sin enfermedad, tener una buena economía aun ya no tener areas de pecado pero que el señor nos enseñe que lo que necesitamos es llenarnos de el y de ayi viene nuestra llenura porque el lo llena todo en todo, Dios ayudanos a ver que asi es.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Si no posees cuenta de Google o de alguna otra que aparezca en el listado, puedes comentar con la opción de perfil anónimo y dejarnos tu nombre al final de tu escrito. Gracias.

Entradas populares de este blog

SUBIR AL MONTE Y EDIFICAR EL TEMPLO

SUBIR AL MONTE Y EDIFICAR EL TEMPLO Quiero empezar este artículo dando un pequeño contexto del pasaje que acabamos de leer. El profeta Hageo profetizó en los tiempos en los que los hijos de Israel regresaron de la deportación de Babilonia, después de setenta años. Cuando los israelitas regresaron a su tierra, toda la nación, incluido el templo, estaba en una total ruina. La mayoría del pueblo volcó su mirada a sus propias necesidades, pues, éstas eran más que obvias; pero dejaron a un lado la reconstrucción del templo de Dios. Fue en ese ambiente que el Señor levantó a Hageo y a Zacarías para que profetizaran al pueblo y lo estimularan a darle prioridad a la construcción de la casa de Dios.  El panorama que nos presenta Hageo en su libro, especialmente en el primer capítulo, se ajusta como un buen ejemplo, espiritualmente hablando, a la situación que como pueblo de Dios podemos llegar a vivir. Ciertamente el Señor nos ha sacado de la esclavitud de este mundo y nos ha tras

LA NECESIDAD DE SER DILIGENTES

LA NECESIDAD DE SER DILIGENTES INTRODUCCIÓN: Quiero empezar por decir que la diligencia es más que básica y necesaria para servirle al Señor. Recordemos que el servicio al Señor está relacionado con la Vida divina, y no sirve de nada que prediquemos y expliquemos que Cristo es el Salvador, si no impartimos Vida entre los hombres. Dios nos llamó a ser impartidores de algo intangible, así es Su naturaleza. Debemos tener conciencia que la Vida Eterna es la realidad más grande que el hombre puede alcanzar en este mundo, y a la vez, lo que nosotros debemos poner al alcance de los hombres. Dice  La Escritura en Juan 1:17 “Porque la ley fue dada por medio de Moisés; la gracia y la verdad fueron hechas realidad por medio de Jesucristo” . Es, precisamente, en este punto donde la diligencia se vuelve un factor de mucha importancia, pues para mantener el fluir de vida necesitamos ser diligentes, sólo de esta manera la vida de Dios estará activa en nosotros. Leamos los siguientes

CÓMO DESPOJARNOS DEL VIEJO HOMBRE

CÓMO DESPOJARNOS DEL VIEJO HOMBRE El Apóstol Pablo dice en Efesios 4:19   “y ellos, habiendo llegado a ser insensibles, se entregaron a la sensualidad para cometer con avidez toda clase de impurezas. v:20  Pero vosotros no habéis aprendido a Cristo de esta manera, v:21  si en verdad lo oísteis y habéis sido enseñados en El, conforme a la verdad que hay en Jesús, v:22  que en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos” . Pareciera que estos versos son una contradicción, ¿Acaso Cristo no solucionó con anterioridad el asunto de nuestro viejo hombre? ¿Acaso no fuimos libres en Cristo de nuestro pasado, o tenemos que obrar para alcanzar esa liberación? Ciertamente aquí vemos en escena al viejo hombre, pero antes de ver la existencia del viejo hombre del creyente, investiguemos qué quería darnos a entender  el apóstol Pablo al decirnos: “despojaos del viejo hombre”. En torno a esto dice Romanos 6:6  sa