DIOS VE MÁS LO INTERNO, QUE LO EXTERNO.
Mateo 23:25 “¡Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipócritas! porque limpiáis lo de fuera del vaso y del plato, pero por dentro estáis llenos de robo y de injusticia. 26¡Fariseo ciego! Limpia primero lo de dentro del vaso y del plato, para que también lo de fuera sea limpio”.
Recordemos que tenemos la Vida de Jesucristo en nuestro interior. Si hemos creído esta verdad, esa Vida nos va a redargüir y nos hará ver que hay conductas no gratas a Dios. Los cristianos de manera inherente debemos captar cuál es el deseo de Dios, Sus ordenanzas, Su voluntad, y cualquier otra cosa que Él demande de nuestras vidas. Debemos reconocer a Dios como nuestro Padre, pero también como nuestro Rey. No podemos obviar que Él obrará y actuará en contra de aquellos que no se ocupen de cuidar los aspectos interiores.
La Biblia nos revela muchas cosas, pero sobre todo nos muestra el corazón de Dios y lo que está esperando de nosotros como hijos. Así que, hermanos, no esperemos que solo con “no hacer lo malo” llenaremos el corazón de Dios, pues, aunque “no hacer lo malo” es una gran victoria, lo que Dios quiere es que no “alberguemos la maldad en nuestro corazón”. En el Nuevo Pacto, Dios no mide las cosas sólo objetivamente, sino Él ve lo interior, lo subjetivo. Es bueno que no tengamos prácticas externas pecaminosas, pero lo más importante es que no conservemos o vivamos interiormente en las pasiones de nuestra carne. Ahora bien, si alguien tiene la capacidad de no exteriorizar sus pasiones carnales, obviamente ningún ser humano podrá juzgarlo por su condición interior, nadie podrá decirle: ¡Yo conozco sus pensamientos sucios! Nadie tiene el poder para juzgar asuntos interiores, aún conociéndolos. Si alguien nos confiesa alguna situación interior, lo único que podemos hacer es auxiliarlo. Pero a pesar de que nadie nos puede juzgar con total certeza, cada uno de nosotros sabemos qué cosas Dios quiere tratar interiormente.
Por ejemplo, no nos conformemos con ser adúlteros abstemios, o fornicarios anónimos, en otras palabras, no nos conformemos con solo no practicar el pecado exteriormente, más bien procuremos que Dios nos purifique interiormente. Quizás hay pasiones en la carne que nunca las hemos llevado a cabo externamente, pero tenemos una corrupción gigantesca albergada en nuestro corazón por tales cosas, las cuales corrompen nuestro interior y hacen que tengamos una vida miserable y de muy poca comunión con el Señor.
La práctica del pecado nos aleja de la comunión con Dios, pero también mantener una vida interior sucia, e inmoral, de igual manera va a obstaculizar nuestra comunión con Él. Si alguna vez hemos sentido que ya no podemos tener contacto con Dios, empecemos por analizar nuestra vida corrompida en el pecado. Para empezar, no hagamos un juicio “fariseo”, o hipócrita, no digamos: ¡nadie me ha descubierto en el pecado!, o ¡yo no he hecho nada grave! ese no es el punto, pues, aunque nadie nos haya visto en flagrancia, el Señor va más allá del obrar externo. Podemos esconder nuestro pecado, o bien dejar de practicarlo externamente, pero si en el corazón permitimos que sea una inmoralidad no llevada a la práctica, para Dios eso sigue siendo ofensivo; este es el punto que debemos tratar delante del Señor.
Algunos pueden presumir religiosamente de cuan santos son basados en sus acciones, y hasta se enorgullecen de ello, pero el Dios que tenemos no ve sólo las acciones, Él ve el interior. Los versos que leímos al inicio nos muestran que el Señor no quiere que seamos limpios solo por fuera, sino que seamos limpios primeramente por dentro. La religiosidad induce a los creyentes a buscar una limpieza por fuera, y en verdad muchos logran eliminar ciertas prácticas pecaminosas exteriores, ahora bien, no se puede concluir que todos los que se abstienen de la práctica del pecado son santos, de lo contrario, la gente que practica las religiones orientales serían los más santos.
Recuerdo que cuando vivía con mis papás en Guatemala, teníamos un inquilino HARE KRISHNA, quien usaba una vestimenta muy rara, túnicas y cosas así. Un día mientras esta persona estaba lavando su ropa y tendiéndola, vi un gran lienzo como que era sábana, y de curioso le pregunté que era; él me respondió que era su ropa interior, y le pregunté que por qué no usaba calzoncillos, y me respondió: ¡En nuestra religión no se permite usar calzoncillos como todos los demás, porque esas prendas despiertan los deseos sexuales, y por esa razón utilizamos tipos de ropa que nos evitan de cualquier tipo de excitación, ya que, cuando nos casamos solo nos permiten estar en intimidad con nuestra mujer una vez al año! Cosas como estas son las que hacemos los hombres con tal de apagar las pasiones, pero tengamos en cuenta que aún haciendo nosotros cosas tan extremas y ridículas, un día Dios nos juzgará según lo interior, pues Él va más allá de lo exterior.
También recuerdo otro inquilino que era muy intelectual, leía mucho, leía los dos periódicos principales de Guatemala todos los días, libros, y cualquier tipo de literatura, pero me parecía curioso que era una persona solitaria, yo concluí que este hombre vivía en soledad por tacaño, en el fondo nunca quiso tener mujer por no tener hijos, por no tener a quien mantener. Este hombre en sus matemáticas dijo: “¿qué me tiene más cuenta? ¿Casarme, tener hijos y sacar todos los gastos que eso implica o mejor me abstengo y no tengo que gastar?” y obviamente optó por quedarse solo. A esta persona no le podemos atribuir que su celibato era a causa de tener una gran santidad, porque lo que lo impulsaba a estar sólo era su tacañería. Esto nos muestra que todos los asuntos deben ser tratados primero en el interior y luego afuera.
Con todo lo expuesto anteriormente, no les estoy diciendo que lo externo no es importante, pero no nos acostumbremos a llevar una vida religiosa basada en las apariencias. La obra de Dios no es de afuera hacia adentro, sino de adentro hacia afuera. No debemos restarle importancia a nuestro interior, al hecho de las pasiones ocultas, a la corrupción interior, a la inmoralidad no llevada a la práctica, porque el Dios que tenemos y que hizo habitar Su Espíritu en nosotros nos anhela celosamente, Él quiere que seamos puros de corazón, y que entendamos que para Él pesa primeramente lo interior.
Apóstol Marvin Véliz
3:22 am. Sumamente gozoso al meditar en el blog, me recordaba algo que compartió un hermano en la reunión un martes hace ya unas semanas, según recuerdo dijo que el hermano Marvin había compartido esto en San Salvador, y nos decía que cuando Dios le dio todo el plano de cómo debería construirse el tabernáculo a Moisés, Moisés nunca empezó a construirlo desde el exterior sino desde el lugar santísimo. Esto aunado a lo compartido hoy, nos da luz y nos hace entender que el trabajo de NUESTRO PADRE inicia desde el interior de nuestro ser, a nosotros nos son ocultas muchas esferas de oscuridad internas, pero para aquel que tiene ojos como de llama de fuego no le es oculto nada de nosotros ¡alegrémonos amados! porque es desde lo mas interno de nosotros que nuestro Cristo salió conquistando ¡ y de hecho conquistara todo nuestro SER hasta que no quede ni un átomo que no este sujeto a su Señorío! ¡No se alegran! Es evidente que podemos poner una fachada ante todo el mundo, incluso una fachada ante nuestra familia o cónyuge, pero al final del día nuestro Padre escudriña nuestros corazones o como dice en alguna parte, nuestros riñones, el pesa nuestros corazones y no podemos ocultarle NADA. Ahora que estoy escribiendo esto viene a mí, un principio firme y solido en la escritura y es el siguiente: ¡MUCHA ATENCIÓN!
ResponderEliminarY entonces será REVELADO ese inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y DESTRUIRÁ con el resplandor de su venida; (2Ts 2:8).
MUCHO OJO: (REVELADO – DESTRUIDO) (REVELADO – DESTRUIDO) (REVELADO – DESTRUIDO) (REVELADO – DESTRUIDO)
¡Sintámonos sumamente gozosos! Si estamos teniendo una temporada donde de repente están saliendo y exponiéndose cosas de nuestro corazón que nunca antes habían salido, hermanos en serio, no nos desanimemos, sino todo lo contrario alegrémonos porque NUESTRO PADRE está REVELANDO a ese HOMBRE DE PECADO en nosotros, este hombre de pecado hará todo lo posible para ocultarse, ya que si es revelado o descubierto esto automáticamente LO DESTRUIRÁ en nosotros. Ahí están todas esas cosas ocultas, lo que pasa es que no han sido descubiertas, reveladas, no se les ha quitado la tapa, pero de hecho ¡ahí están! Están muy ocultas en nuestro interior, pero NO están OCULTAS a NUESTRO PADRE y a NUESTRO CRISTO, sino a todo hombre que no camina en el Espíritu. A medida que NUESTRA VIDAS se EXPONEN a la VIDA y LUZ de Cristo, el hombre de pecado es REVELADO-DESCUBIERTO-EXPUESTO- y finalmente D-E-S-T-R-U-I-D-O por la luz de la estrella de la MAÑANA que esta surgiendo en nuestros corazones ¡WOOOOWW! Hermanos Dios derrame GRACIA sobre GRACIA en la vida de cada uno de ustedes, se los dice una persona, que bajo ninguna circunstancia podría juzgarlos, habiendo cometido muchísimas cosas, de las cuales me avergüenzo, cosas que nunca realmente creí que pudieran estar en mi corazón, pero que un día salieron a flote y me sentí el hombre mas miserable de todo el mundo. Lo que no sabia en ese momento era que NUESTRO PADRE estaba REVELANDO COSAS para finalmente ¡DESTRUIRLAS EN MÍ! y lo hizo, lo está haciendo y lo seguirá haciendo en la vida de todos aquellos que estamos presionando hacia la META. Les bendigo
Amén hermano, gracias por compartir su testimonio, en lo personal también el señor ha sacado cosas miserables que hay dentro de mí y no nos queda otra opción, que exponernos ante su presencia para que el obre en nosotros, amén.
EliminarQue importante es que el señor trabaje nuestro interior porque podemos decir que en nuestro exterior estamos bien y no nos damos cuenta que nuestro interior esta llena de cosas de la carne que es muy importante que el señor obre en nuestra vida asi que hermano que podamos permitir que el Señor trabaje nuestra vida. Benjamin
ResponderEliminarQue podamos meditar en esta palabra y que podamos dejar que el Señor actue en nuestra vida en nuestro interior porque hay muchas cosas carnale ajenas a Dios que nos impiden buscarle amen . Salomon
ResponderEliminarCuidemos nuestro interior, por que es lo que Dios observa y desea usar, por que de lo profundo emana el fruto, ya sea un buen fruto, ( si tenemos comunión con Cristo) o un mal fruto (si llevamos una vida de apariencia)
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