EN LA MEDIDA QUE SALIMOS DE LA RELIGIÓN, EN ESA MEDIDA CRECEMOS EN LA VIDA.
Cuando el Señor Jesús vino a este mundo, inevitablemente tuvo que luchar contra la religión y los religiosos de su tiempo. Si repasamos el Nuevo Testamento, nos damos cuenta que desde que el Señor nació los religiosos quisieron matarlo. Ante las amenazas de muerte, José y María tuvieron que llevarlo a Egipto para esconderlo durante algunos años, y luego regresar casi en secreto para pasar desapercibido hasta los 30 años que comenzó Su ministerio. En el momento que Él comenzó a predicar, una vez más los religiosos se levantaron contra Él, y empezaron a buscar la manera de matarlo, hasta que finalmente lo crucificaron. ¿Qué nos muestra, entonces, la experiencia que tuvo el Señor Jesús en la tierra? Que sólo saliendo de la religión puede desarrollarse la Vida divina en nosotros. En la medida que salimos de la religión, en esa medida crecemos. Dicho de otra manera, crecer en la Vida del Señor es proporcional a la liberación que experimentamos de la religión. Nosotros estamos envueltos en religión como en un capullo, el cual tiene aprisionada a una hermosa mariposa, y tan necesario es que la oruga sea transformada interiormente, como también que rompa ese capullo que la tiene aprisionada. Con religión jamás podremos avanzar verdaderamente en la Vida del Señor.
Obviamente, desde ya hace varios años, nos hemos venido depurando de la religión gracias a la revelación de la palabra, y ciertas experiencias, y cambios que hemos tenido en la práctica de Iglesia; sin embargo, todavía tenemos religión, y necesitamos ser libres de ella.
Al leer el libro de los Hechos, nos damos cuenta que no sólo el Señor Jesús tuvo problemas con los religiosos, también la Iglesia del principio tuvo persecuciones y controversias con este tipo de personas. En todo el libro de los Hechos podemos darnos cuenta los serios problemas que tuvieron los hermanos que conformaron la Iglesia del principio con los religiosos de su tiempo. La Iglesia tuvo que experimentar la misma persecución que el Señor Jesús. Desde los primeros capítulos de Hechos vemos todos los padecimientos que ellos tuvieron a manos de estas personas, hasta que finalmente les vino una diáspora, en la cual todos fueron diseminados a distintas partes del mundo.
Nosotros en este tiempo también estamos viviendo el mismo problema con la religión. Pero si nos dormimos en nuestros laureles, y llegamos a la conclusión que los cambios que ya tuvimos nos libertaron de la religión, nos quedaremos a mitad del camino.
Verdaderamente hemos soltado muchas cosas religiosas, y algunas de ellas han sido muy significativas. Dentro de estos cambios podemos enumerar los siguientes: No tener un nombre que nos identifique, no tener un pastor a la manera evangélica, no servir jerárquicamente, tener reuniones participativas, etc. Todos estos cambios la verdad tienen su lugar, y nos han ayudado a soltar la religiosidad, no obstante, todavía tenemos religión.
Vale la pena remarcar lo siguiente: Sólo saliendo de la religión puede desarrollarse la Vida divina en nosotros. En la medida que salgamos de la religión, en esa medida creceremos. Dicho de otra manera, crecer en la Vida del Señor es proporcional a la liberación que experimentamos de la religión.
Apóstol Marvin Véliz
que hermosa esta palabra porque nos damos cuenta que grande es la importancia de que salgamos de nuestro capuyo de religion y que podamos tener la vida divina porque en este tiempo ay mucha religion que nos quiere matar la vida divina en nosotros como cuando jesus vivio en la tierra los religiosos lo querian matar asi que nosotros estamos viviendo la misma situacion asi que llenemonos de la vida de jesus no de las cosas religiosas que matan a la vida divina amen.benjamin
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