EL PADRE NOS IDENTIFICÓ COMO MUERTOS EN LA MUERTE DE CRISTO.
Dice Gálatas 2:20 “Con Cristo he sido crucificado, y ya no soy yo el que vive, sino que Cristo vive en mí; y la vida que ahora vivo en la carne, la vivo por fe en el Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”.
Para Dios todos los hombres ya murieron, de modo que también quedó cancelado el decreto de ley que les era contrario, y que los condenaba. Eso es como que yo le prestara cierta cantidad de dinero a mi hermano Richard, pero a los pocos meses él fallece. ¿A quién le voy a cobrar esa deuda? Me guste o no, la deuda queda cancelada con su muerte. A esto se refiera la frase: “Con Cristo he sido crucificado”, a entender que ante la perspectiva del Padre ya fuimos identificados como muertos juntamente con la muerte de nuestro Señor Jesucristo. ¡Qué maravilloso!. Si alguien le preguntara a Dios por alguno de nosotros, seguramente Él contestaría: “él ya es un finado”, puesto que para Dios ya estamos muertos en Cristo. Cada vez que el diablo nos quiere acusar, Dios no le acepta acusación alguna, por que legalmente, nos dieron el acta de defunción en la cruz del calvario. No se puede condenar a un muerto, aunque el infierno se abra, ya no nos puede tragar. ¡Oh, qué glorioso Cristo lo que hizo por nosotros!. Como dice Romanos 8:1 “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. Ya no hay más condenación para nosotros, se acabó hermano, aunque el diablo busque no va a encontrar ninguna razón para acusarnos ante el Padre, porque para Dios ya estamos identificados como muertos en la muerte del Señor Jesús.
Tal vez alguien nos dirá: “… pero usted de muerto no tiene nada”, y lo peor de todo no es ni siquiera lo que diga la gente, lo peor es que nosotros nos vemos tan vivos ante el pecado que nos auto condenamos. El sentido de este verso no es decirnos que ya no cometemos pecados, más bien, lo que nos está diciendo es que para Dios ya fuimos identificados en la muerte de Su Hijo, es decir, nos atribuyó la obra de Cristo en el Calvario a favor nuestro. ¿Acaso no fuera maravilloso para algunos que están endeudados, llegar al banco a pedir su estado de cuenta, y que de pronto el banquero les diga que ni siquiera aparecen en la nómina de clientes?. Pues, más o menos como este ejemplo es lo que representa para nosotros la obra que Cristo hizo a favor nuestro, hemos sido salvos de la muerte eterna porque nos identificaron como muertos juntamente con Él. Como dice Romanos 8:33 “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. v:34 ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros”.
Algo que debemos notar en la frase “Con Cristo he sido crucificado”, es que no dice “yo me he crucificado juntamente con Cristo”, sino fue una acción realizada por Dios mismo. Es Dios, el Juez del Universo quien nos dio por muertos juntamente con Cristo, fue Él quien dio ese decreto. Una cosa es lo que nosotros somos y hacemos, y otra cosa es cómo nos ve el Padre en Cristo. A título personal obviamente somos pecadores y pecamos, pero Dios no nos trata como pecadores, ni como muertos, sino como vivos de entre los muertos porque también Él nos ve resucitados juntamente con Cristo. Si en lo natural alguien fuera condenado a muerte en la silla eléctrica, y luego de ser declarado muerto médicamente volviera a la vida, tal persona debería quedar libre, pues, la ley no puede matarlo dos veces; al morir una vez queda cancelada su condena. Lo mismo nos pasó a nosotros, de manera legal hemos sido identificados como muertos en Cristo, ya no debemos vivir bajo acusación, el acta que nos era contraria ya quedó cancelada hace dos mil años.
Debemos creer que ya fuimos identificados como muertos en Cristo; y si pecamos no debemos darle espacio a la acusación de Satanás porque él ya no puede condenarnos. Nuestro adversario nos hace entrar en condenación, nos hace creer que no somos merecedores de llamarnos hijos de Dios, ni de asistir a las reuniones de Iglesia, etc. y a la verdad sí es cierto, nadie es merecedor de nada, sin embargo, por gracia hemos sido salvos. Es en este contexto que el apóstol Pablo levantó su voz y dijo: “Con Cristo he sido crucificado”, en otras palabras, ya no vivo dependiendo de mis obras, sino vivo por la obra que el Señor Jesucristo hizo por mi. En algunos momentos nuestra experiencia personal ante el pecado puede ser abrumadora, podemos sentir que hemos tocado fondo, sin embargo, ante los ojos de Dios no hay diferencia entre esta condición y la de aquel hermano que cree que no ha cometido ningún pecado. Hay creyentes que van a la Iglesia sintiendo que son merecedores de estar en las reuniones, porque a su juicio no han pecado pero están equivocados; y hay otros que no quieren ir a la Iglesia porque sienten que no son merecedores, y también están equivocados. La vida cristiana no depende de cuanto “sentimos” que somos o hacemos, sino de cuanto creemos y aceptamos que Dios ya nos identificó con la muerte de Cristo. No creamos las acusaciones de satanás, ni tampoco el juicio de nuestra propia mente. Ya dejemos de vivir de una manera fluctuante, esa vida de altibajos, que un día nos sentimos sumamente victoriosos y otro día nos sentimos menos que un gusano. No vivamos de “sentires” de nuestra alma, ni de la opinión de los demás, parémonos en el terreno de la fe que predicaba el apóstol Pablo: “Con Cristo he sido identificado en su muerte”. El Evangelio de Dios no se fundamenta en cómo estamos, ni en qué hacemos, sino en la obra de Cristo. Cuando Dios nos ve a nosotros de manera individual, lo único que Él ve es a alguien que ya está contado como muerto, con el único que Dios trata es con Cristo.
Apóstol Marvin Véliz
Gloria al Señor por la obra que iso con cada uno de nosotros hermanos, y como decia aqui y me impactaba bastante de como el Evangelio de Dios no consiste en como estamos, o en como somos, si no consiste en su obra y ahora somos parte de esa obra divina y no hay ninguna otra cosa que nos pueda separar de ese plan maravilloso que tiene Dios para nosotros.Amen
ResponderEliminarQue podamos entender que ya somos muertos juntamente con Cristo jesus que ya no nos sintamos que no pertenecemos al plan de Dios que no dejemos que satanas nos meta cosas a nuestra mente y nos acuse porque hemos muerto juntamente con Cristo amen
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