PROPÓSITO PRIMORDIAL DE LAS REUNIONES DE IGLESIA
Como hijos de Dios, debemos estar conscientes que las reuniones de Iglesia sirven para darle expresión al Señor Jesús como el Cristo múltiple aquí en la tierra. Hoy en día si no hubieran reuniones de Iglesia, ni Iglesias locales, fuera imposible que el Señor tuviera una expresión en el mundo.
Dios decidió no manifestarse al hombre en Su esencia divina. Dice 1 Juan 4:12 “Nadie ha visto jamás a Dios…”, la única manera en la que Dios se ha presentado al mundo es a través del Verbo hecho carne, es decir, por medio de Su Hijo Cristo. De esto testificaron los apóstoles diciendo: “Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad” (Juan 1:14). Podemos deducir, entonces, que Dios nunca quiso mostrarse a la humanidad en Su esencia divina, aunque sí quiso mostrársele como un Dios-hombre. Dios se ocupó de procesarse en el Verbo, luego envió a Su Hijo a que se encarnara en un cuerpo humano, vivió como hombre, se desarrolló por treinta años como un hombre, hasta que murió en una cruz. Lo glorioso fue que el Señor Jesús resucitó con un cuerpo humano glorificado, y ascendió a la diestra del Padre, de modo que al día de hoy y por toda la eternidad habrá en los Cielos uno semejante a nosotros los hombres. Esencialmente, Dios es el mismo de ayer, hoy y por todos los siglos de los siglos, sin embargo, Él mismo decidió procesarse en el Verbo, y luego éste hecho carne; de modo que podemos decir que Dios sí ha cambiado, Él ahora es un Dios-hombre. El apóstol Juan nos dice claramente que en el cielo hay un Dios-hombre, lo podemos ver en Apocalipsis 1:13 “y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro”. El Dios que está en el Trono es uno semejante al Hijo del Hombre. ¡Aleluya! El Señor no solamente usó un cuerpo humano mientras estuvo acá en la tierra, sino que también resucitó con un cuerpo humano glorificado. El Señor se encargó de que los apóstoles tuvieran tal claridad de Su resurrección, y por eso se les presentó con señales indubitables de que había resucitado en un cuerpo glorificado. A uno de los discípulos que dudaban de Su resurrección, a Tomás, el Señor le dijo: “Pon aquí tu dedo, y mira mis manos; y acerca tu mano, y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente…” (Juan 20:27). El Señor quería que los apóstoles tuvieran tal seguridad que Él mismo era quien había resucitado, al punto que dejó como evidencia las heridas que le hicieron en la cruz. No hay duda, entonces, que el Señor tiene y tendrá para toda la eternidad un Cuerpo humano glorificado.
Podemos decir que el Dios Triuno puede estar presente en Espíritu en cualquier parte del mundo, pero es imperceptible; y Él, solo estará otra vez físicamente en la tierra hasta que vuelva junto con todos Sus escogidos, es decir, en Su segunda venida. Ahora bien, lo glorioso es que a Dios le plugo en este tiempo manifestarse en la tierra a través de Su Iglesia, y dicho de manera más específica, a través de las Iglesias locales. Al entender esto nos damos cuenta de lo importantes que son las reuniones de Iglesia, porque al reunirnos dos o tres en Su Nombre estamos sirviendo para Su manifestación y expresión aquí en la tierra. Yo espero que creamos esto con todo nuestro corazón, y si un día Dios nos mueve geográficamente, que donde sea que vayamos, como familias podamos reunirnos en el Nombre del Señor, y prestarnos para ser la expresión de Dios en esa localidad. La medida mínima que Dios pidió para que nos reunamos en Su Nombre son dos o tres; pero si lo hacemos bajo los principios de la Oikonomia de Dios, seremos Su Iglesia, aun así seamos pocos.
Si consideramos lo que son las reuniones de Iglesia según la Biblia, primeramente podemos decir que éstas son la expresión del Cristo múltiple. El Señor no tiene otra manera de expresarse en la tierra, sino por medio de las Iglesias locales. Como ya dijimos anteriormente, nuestro Señor Jesucristo ascendió en un cuerpo glorificado hace dos mil años, y aunque en Espíritu puede estar en cualquier lugar del Universo, sólo puede expresarse en esta tierra por medio de la Iglesia.
Resumiendo lo que hemos dicho hasta acá, podemos decir que la Iglesia de Cristo existe por medio de las Iglesias locales, pero éstas surgen cuando los santos se reúnen. Una Iglesia local es una entidad bien definida y sostenida por la responsabilidad de los santos que viven en una localidad, o zona geográfica específica; es decir, no le podemos llamar Iglesia a dos o tres que se reúnen en un restaurante cuando les da la gana. El apóstol Pablo les escribió dos cartas a los Corintios porque sabía que todos los hermanos de Corinto se reunían un día en específico, y a una hora específica en la que podían leer la carta para que todos se enteraran de su mensaje. Para nosotros las reuniones de Iglesia deben ser de suma importancia, debemos ser responsables para congregarnos, pues, allí se manifiesta el Señor en la tierra.
Cuán sublime, entonces, es que nos congreguemos. Que Dios nos abra los ojos para no tener en poco las reuniones de Iglesia, sino al contrario, asistir fielmente para que Él se puede manifestar en el mundo.
Apóstol Marvin Véliz
Que importantes es el reunirnos porque luhos lo toman como cualquier cosa mas no nos damos cuenta que al reunirnos expresamos a el Señor en esta tierra lo malo es que reunirnos nos cuesta porque preferimos hacer mihas cosas menos eso, asi que hermanos que podamos tomarle importancia al reunirnos porque asi podremos expresar a Dios en esta tierra amen.
ResponderEliminarHermanos cuan importante y necesario es que podamos tener fe, y poder creer que la voluntad de nuestro Dios es que como Iglesia podamos manifestarlo en esta tierra y que podamos tener el anhelo de donde quiera que vayamos reunirnos como iglesia y poder pregonar este hermosa evangelio que se nos a sido revelado.Amen
ResponderEliminarLa Iglesia de Cristo existe por medio de las Iglesias locales, pero éstas surgen cuando los santos se reúnen. La razón principal de la Iglesia es ser la expresión de Cristo en la Tierra
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