LA VIDA DEL SEÑOR CORRIENDO EN NUESTRO PRESENTE PSICOLÓGICO.
El Señor Jesucristo en el Evangelio de Juan dijo en una ocasión levantándose el ultimo día de la fiesta: “El que tenga sed venga a mí y beba y de su interior correrán ríos de agua viva” expliquemos este pasaje:
El Señor dijo: “El que crea en mí de su interior (de su espíritu, de su vientre así dice en el original) correrán ríos de agua viva”. Lo que está diciendo el Señor es que cuando usted tenga la experiencia de la comunión por el creer (y note que dice “El que cree en mi”), el que se aventura en esta maravillosa experiencia en la que el Señor nos introduce como hijos, de su interior correrán ríos de agua viva. En otras palabras el Espíritu de Dios que está alojado en nuestro espíritu fluirá para correr junto con nuestro presente psicológico, como nuestra experiencia de vida. Esto va más allá de lo que usted podría imaginar, va más allá de mantenerse pensando todo el día en Dios, si usted pensara exactamente todo el día en la Biblia tendría que dejar de hacer muchas de las actividades que le toca inherentemente hacer como persona normal. No esta hablando precisamente en embotarnos en cosas de la Biblia, de enajenarnos de las cosas de este mundo, de olvidarnos de los hijos, de la familia, la esposa, las ocupaciones, etc. Sino que está hablando de como nosotros podemos llegar a permitirle a Dios que corra a través de ese torrente en el cual nuestro “yo” también corre, en el cual nuestra conciencia también corre, en el cual nuestra vida del alma esta corriendo, en nuestro presente psicológico, en esa conciencia que tenemos nosotros los seres humanos. Es maravilloso por ejemplo cuando vamos a la playa percatarnos de la fuerza que está en el oleaje, y que por debajo se siente cómo por un momento puede halarnos, de la misma manera podemos percibir en el Señor cómo esa fuerza Divina del Señor esta acompañándonos en nuestro diario vivir.
Yo les invito que sin olvidar que nuestro Dios nos quiere bendecir con consuelo divino, no nos hagamos adictos a ello, no nos hagamos adictos a las sobrenaturalidades porque nos vamos a acostumbrar a ellas y terminaremos siendo una esposa para el Señor a la manera de aquellas mujeres que siempre necesitan una flor, una tarjeta, unas palabras para sentirse amadas, pero el amor va más allá de una rosa y de una tarjeta, el amor de un esposo siempre va más allá que las mismas palabras.
Amados lectores nosotros tenemos que entender que el amor del Señor va mucho más allá de lo que Él nos pueda dar: un milagro, sanidades, un consuelo, sentir ese torrente eléctrico del dunamis del Señor desde la coronilla hasta los pies, los cuales nunca debemos de despreciar, pero debemos entender que hay un reposo en Dios, esa vida aquietada, esa vida en la cual los ríos del Señor corren en nuestro presente psicológico, corren en nuestra conciencia, corren en nuestro mismo yo, y ellos hacen de verdad una maravillosa diferencia en nuestra caminata en el Señor.
Sigamos creyendo en todo lo que el Señor nos quiera dar, en lo que el Señor nos quiera mover en las reuniones, en los dones de profecía, dones de discernimiento, dones de lengua; sin embargo, les invito a que se encaminen a vivir al Señor mucho más allá de todos los consuelos que una vez han pedido y han querido que el Señor les dé, porque Él está propiciando en este tiempo darles algo más excelente: Su vida corriendo aún en su presente psicológico.
Apóstol Marvin Véliz
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