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EL SEÑOR PRUEBA LA OBEDIENCIA POR MEDIO DE LOS HOMBRES


“EL SEÑOR PRUEBA LA OBEDIENCIA POR MEDIO DE LOS HOMBRES”

La verdadera sujeción no puede estar en ausencia de los hombres, de manera que nadie puede decir: ¡Ah hermano yo me sujeto, pero solo a Dios!, eso técnicamente no existe, como aquel que pretende amar a Dios y no amar a los humanos, a los creyentes, al prójimo. La Biblia dice a través de Juan: Que el que no ama a su hermano a quien ve, ¿cómo pretende amar a Dios a quien no ve?. Entonces la manera de amar a Dios precisamente es reflejando el amor a los demás, y la manera de obedecerle a Dios es precisamente aceptar la autoridad a través de los hombres, sean cuales sean los hombres que Dios decide poner para que usted pueda presentar la obediencia y sujeción. Así que toda verdadera obediencia que el Señor va a probar tendrá que ser en presencia o por medio de los hombres. 

Podemos ver 3 aspectos o conflictos en esta verdad: el primero, no ver que hay que obedecer a los hombres, el segundo es la carencia que hay de revelación en cuanto al gobierno orgánico, y el ultimo aspecto es la carne del creyente que no quiere sujetarse a nadie y siempre va a poner un tipo de excusa o se va a justificar. 

Del primer punto no abordaremos mucho, sino que nos centraremos en “la falta del conocimiento del gobierno orgánico”, porque aquí es donde considero que hay una falta de iluminación, si la Iglesia tiene problemas en cuanto a conocer el gobierno de Dios, la Iglesia tendrá problemas en cuanto crecimiento, desarrollo y madurez; pero mucha de esa falta de desarrollo que la Iglesia tiene, es gran responsabilidad del liderazgo, aunque yo estoy consciente que hay muchos cristianos que tienen un gran problema en su carne en cuanto a la sujeción, que sus corazones están habituados a la rebelión y no quieren reconocer ningún tipo de autoridad, también quiero enfatizar el gran conflicto que hay debido a que muchos líderes de Dios, por no conocer el gobierno de Dios, imponen un gobierno jerárquico, un gobierno a la manera de los hombres, un gobierno militarizado como se ve en muchas denominaciones, en el sistema evangélico y en todas las religiones alrededor del mundo, con todo esto lo único que hacen es dañar la estructura orgánica del Cuerpo de Cristo.

El gobierno jerárquico sirve para una institución, pero jamás va a servir para el Cuerpo de Cristo. Si nosotros somos una Iglesia que va caminando hacia lo orgánico, si somos una iglesia que vamos caminando hacia la Vida en el Señor y dejando a un lado la institucionalidad de la cual un día salimos, tenemos que reconocer que debemos aferrarnos al gobierno orgánico, al gobierno de Dios y no al gobierno que los hombres alguna vez nos enseñaron, por eso yo quiero apelar a todos los líderes, a todas las personas que con sus dones, con su adelanto en Cristo, con su tiempo en el Señor, con su posición de eminencia, con todo lo que tienen que los hace autoridad de alguna manera de las áreas del Cuerpo de Cristo, a que entren a la reflexión y reconozcamos que debemos de soltar esa forma humana carnal, hasta muchas veces impregnada con mucha filosofía satánica que no permite que el Cuerpo de Cristo se desarrolle y aunque ciertamente no vamos a justificar a los hermanos por su falta de sujeción al gobierno de Dios, debemos reconocer que debemos de alcanzar el gobierno del Señor orgánico, y botar esta estructura jerárquica que alguna vez aprendimos de la institución. 

Por eso es que me llama la atención a mí los versos de Mateo 20:25-27

V.25 Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. V.26 Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, V.27 y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo.”

Este pasaje no es muy comentado, sin embargo me parece que es muy importante, deberíamos hasta memorizarlo y darnos cuenta que, el gobierno del Señor en la Iglesia no puede ser igual que afuera, afuera hay jerarquías, una forma de gobierno que ciertamente no refleja el gobierno orgánico que Dios tiene para Su iglesia, es algo completamente diferente, es parecido, déjeme ponerle un ejemplo: a que usted pensará que los miembros de su cuerpo tienen preeminencia unos sobre los otros, indiscutiblemente que sí, pues la cabeza tiene preeminencia sobre una pierna por ejemplo, o el brazo tiene preeminencia sobre un pie o algo así, y que el corazón tiene preeminencia sobre muchos miembros etc. Pero una cosa es que el corazón tenga preeminencia, y otra es que esté en un lugar más elevado o que tenga un lugar más indispensable y lo coloque de manera jerárquica, no es un asunto jerárquico, sino orgánico, es un asunto funcional.

Entonces en el Cuerpo de Cristo no existe la jerarquía, lo que existe es la función de los miembros, los dones, los carismas y los llamados que Dios hace a diferentes miembros que están en preeminencia para poder bendecir a los demás, no para enseñorearnos, no para ejercer dominio, no para servirnos a nosotros mismos, no para aprovecharnos de nadie, simple y sencillamente Dios nos ha dado un don especial de la Palabra o de cualquier otra índole para servir a los demás y beneficiar al Cuerpo, si yo tengo un don debo usarlo dice el apóstol Pablo, para bendición, para edificación mutua, no para manipular y hacer con las demás personas lo que yo quiera.

Todo aquel que de verdad es grande en el Reino de los Cielos tiene que ser servidor de los demás, entre más dones y más cosas tenemos en el Señor, más servidores tenemos que ser.

Apóstol Marvin Véliz

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