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EL ANTIGUO TESTAMENTO NOS ENSEÑA LO CONCERNIENTE A LA LEY


EL ANTIGUO TESTAMENTO NOS ENSEÑA LO CONCERNIENTE A LA LEY


Es necesario tener bien claro cómo debemos acercarnos a la Biblia. Para empezar, dice 2 Timoteo 3:16 


“Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, 17 a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. 


No debemos desechar ninguno de los sesenta y seis libros que componen lo que nosotros conocemos como “Las Sagradas Escrituras”. La Biblia está compuesta por el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. El Antiguo Testamento está conformado por 39 libros; y el Nuevo Testamento es la compilación de 27 libros, o cartas. No podemos negar que el Antiguo Testamento es rico en sabiduría, figuras, enseñanzas, principios, estructuras, etc. y todo lo que allí está escrito nos sirve en mucho para constatar la veracidad del Nuevo Testamento. No obstante, es un pacto que ya caducó, ya no está vigente para nosotros los creyentes del Nuevo Pacto. Al decir que el Antiguo Pacto ya no está vigente nos referimos a todos los asuntos que tratan de cómo ser justificados delante de Dios. Pero no debemos desecharlo porque fue Él quien inspiró a ciertos hombres a escribir el Antiguo, y después inspiró a otros a escribir el Nuevo Testamento. Dios no cambia, Él es el mismo de ayer, hoy y por todos los siglos. Entonces, debido a que los primeros treinta y nueve libros de la Biblia salieron del corazón de Dios, no podemos negar que hay mucho que aprender de ellos. Ahora bien, el cuidado que debemos tener al leerlo es en cuanto a los asuntos legales, pues, eso sí cambió radicalmente entre uno y otro pacto. Pero por asuntos de aprender sabiduría, es necesario que conozcamos lo que sucedió en el Antiguo Pacto.


Nosotros aprendemos lo concerniente a la Ley en el Antiguo Testamento, sin embargo, la mayoría hacemos un mal uso de ella. El propósito por el cual Dios agregó la Ley fue por causa del pecado. Él quería mostrarle al hombre, objetivamente, su condición caída, y por ende, su incapacidad de ser santo. Dios no le dio la Ley a Adán al momento de su caída, sino que cayó por hacer un mal uso del principio de Ley. Desde un principio Él le había prohibido a Adán comer del árbol de la ciencia del bien y del mal, el cual tipificaba la Ley. Todos ya sabemos la historia de cómo Adán comió de ese fruto, y a causa de eso murió espiritualmente. Esto nos muestra que el hombre no fue diseñado para vivir de lo bueno y lo malo, sino para alcanzar la Vida divina, y ser procesado hasta eternizarse con Dios. De hecho Adán nunca se acercó al árbol de la Vida, del cual sí podía comer.

Sobre todo, el mundo evangélico es el que más enredos tiene en cuanto al Antiguo Pacto. Hoy en día los líderes evangélicos usan deliberadamente el Antiguo Testamento para hablar de prosperidad, milagros, señales, etc. La carta a los Gálatas es magistral, enfática y abierta en cuanto a esta temática. En esta epístola el apóstol Pablo dejó registrado como hasta el apóstol Pedro tuvo la tendencia de volverse a la ley, y para defender la verdad del Evangelio se vio en la necesidad de reprenderlo públicamente. Imagínese, si hasta los apóstoles que anduvieron con el Señor tuvieron la tendencia a seguir guardando las ordenanzas del Antiguo Pacto, quiere decir que nosotros también podemos ser seducidos a querer cumplirlo.

Hermanos, nosotros somos creyentes de un Nuevo Pacto. Nuestro Evangelio no consiste en lo que podamos cumplir, y obedecer, aun de lo que dice el Nuevo Testamento. La centralidad del Nuevo Pacto, no son normas, ni enseñanzas que debamos cumplir, sino la fe en la persona de Jesús. ¡Tengamos cuidado al leer la Biblia! No perdamos la centralidad del Nuevo Pacto. Dice Juan 5:39 

“Escudriñáis las Escrituras, porque os parece que en ellas tenéis vida eterna, y ellas son las que dan testimonio de mí. 40 ¡Y no queréis venir a mí para tener vida!”. 

 Leamos toda la Biblia, incluyendo lo que dice el Antiguo Testamento, pero nunca con miras a cumplirla, sino con fines de conocer y acercarnos a nuestro Señor Jesús. Ok

Apóstol Marvin Véliz

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