EL MAL USO DE LA LEY
La Ley no es mala, sino el mal uso que hacemos de ella. Cuando queremos alcanzar justicia delante de Dios por la vía de la Ley, estamos haciendo un mal uso de ella. Dice Gálatas 5:4
“De Cristo os desligasteis, los que por la ley os justificáis; de la gracia habéis caído. 5 Pues nosotros por el Espíritu aguardamos por fe la esperanza de la justicia; 6 porque en Cristo Jesús ni la circuncisión vale algo, ni la incircuncisión, sino la fe que obra por el amor”.
No podemos edificar nuestra vida espiritual con un fundamento de Ley. El que depende de la Ley en su interior apaga la Gracia que nos trae la Vida de nuestro Señor Jesucristo. Hermanos, no permitamos que se apague el fluir de la Gracia en nuestras vidas. No abandonemos la gracia del Nuevo Pacto por un fundamento antiguo y caduco que nadie pudo cumplir. Si nos salimos de la esfera de la Gracia nos pasará lo mismo que al hijo pródigo; el cual, todo el tiempo que estuvo en casa de su padre, su herencia se multiplicaba, comía banquetes, tenía fiesta, en fin, lo tenía todo. Un día se le ocurrió la idea de irse de la casa de su padre, y de pronto, todo se le empezó a acabar hasta que terminó en la ruina. Así mismo nos puede pasar a nosotros si abandonamos la gracia y nos volvemos al fundamento de Ley.
En la Biblia hay pasajes tales como:
Levítico 11:45
“Porque yo soy Jehová, … seréis, pues, santos, porque yo soy santo”.
1 Pedro 1:14
“como hijos obedientes, no os conforméis a los deseos que antes teníais estando en vuestra ignorancia; 15 sino, como aquel que os llamó es santo, sed también vosotros santos en toda vuestra manera de vivir; 16 porque escrito está: Sed santos, porque yo soy santo”.
Acabamos de leer que tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento nos dicen que debemos ser santos. Alguien podrá decir: “Entonces, también nosotros los creyentes del Nuevo Pacto tenemos que esforzarnos para llegar a ser santos”. Esa conclusión mas bien es la falta de revelación. Lo que debemos entender es que, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Pacto, la intención de Dios es que seamos santos, sólo que leamos bien, estos pasajes nos dicen que debemos ser santos pero no nos dicen cómo llegar a serlo. Que nos quede esto bien grabado: “Dios quiere que seamos santos”, pero la manera de llegar a serlo no consiste en nuestros esfuerzos de hacer lo bueno y dejar de hacer lo malo; Él sabe que no podemos ser santos por el fundamento de Ley. Hoy en día muchos predicadores instigan a los creyentes a que sean santos, el problema es que lo primero que les piden son obras, y la santidad no viene por obras. Dios no va a pedirnos lo que no podemos. Es necesario dejar el mal uso de la ley para que empiece en nosotros una verdadera liberación.
La manera inadecuada de hacer uso de la Ley se convierte en uno de los materiales que componen el fundamento antiguo y caduco, en el cual edificamos mal nuestra vida. El problema no es la ley en sí misma, pues, ella es justa, santa y buena. De hecho, es posible usar la ley si se tiene madurez espiritual; el problema es que un carnal haga uso de ella. Un mal uso de la Ley se volverá un problema para todo creyente, porque si desde sus inicios en Cristo la puso como un cimiento en su vida, y luego siguió edificando sobre eso, seguro tarde o temprano eso caerá. Podemos pasar años edificando sobre el fundamento de ley pensando que todo va bien, y ni siquiera darnos cuenta que vamos en un mal camino. Un ejemplo sencillo para entender lo nocivo que es hacer un mal uso de la Ley es el siguiente: Para una ama de casa un cuchillo es una herramienta útil para cocinar, pero ese mismo cuchillo en manos de un ladrón se convierte en un arma sumamente peligrosa. El cuchillo es el mismo, el problema es quién lo usa, y cómo lo usa. Así es la ley, el problema no es ella en sí misma, sino hacer un mal uso de ella. Si usted usa la ley como un espejo para darse cuenta que es mentiroso, o envidioso, o adúltero, o rebelde, etc. y arrepentido viene a Cristo, está haciendo un buen uso de ella. Pero si procura esforzarse por dejar de hacer esas cosas, y luego sentirse justificado delante de Dios por hacer “buenas obras”, está haciendo un mal uso de la Ley.
Apóstol Marvin Véliz
Me llamo mucho la atención esta palabra, porque en este tiempo hemos tratado la manera de agradar a Dios o de haver su obra conforme a los aspectos de la ley, conforme a nuestra conveniencia y esfuerzos, y por esa razón ahora entiendo cuan imposible es crecer en el Señor y disfrutar de esa gracia que se nos ha sido dada por como actuamos; que esta palabra pueda quedar calacada en nuestras vidas y que podamos abrir nuestra mente y nuestro corazón y permitir que Dios transforme nuestras vidas y que nos haga vivir no conforme a la ley, sino conforme a su gracias la cual nos trae vida para nosotros.AMEN
ResponderEliminarQue hermoso es entender que la ley sirve para que nos veamos como somos en nuestro interior y arrepentirnos ante dios por nuestra naturalez por como actua nuestra carne, y que podamos entender que paara eso esta la ley no para tratar de cumplirla porque con nuestras fuerzas no podremos porque nuestra carne no puede.
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