LA NECESIDAD DE EDIFICAR SOBRE UN BUEN FUNDAMENTO
Si nosotros queremos aprovechar las riquezas de Cristo, participar de la Iglesia, y tener un crecimiento en Dios, debemos permitir que la Vida Divina nos libere. Ahora bien, para que esto no sea sólo una teoría, sino una realidad, debemos saber dónde estamos parados, y qué pasos debemos dar para alcanzar dicha plenitud de Vida. Antes de empezar a edificar es necesario saber cuál es nuestro fundamento. Esto es igual a lo que dijo en una ocasión el Señor Jesús:
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca. V.25 Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca. V.26 Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena; V.27 y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina”
(Mateo 7:24-27).
Estas palabras nos enseñan que si queremos construir nuestra vida en el Señor, debemos saber en qué fundamento estamos edificando, no sea que nos suceda las del hombre insensato que edificó sobre la arena. Si hemos decidido construir nuestra vida en el Señor, debemos saber el terreno en el cual nos paramos.
Hoy en día hay muchos hombres que hablan de Dios, sin embargo, no todos conocen la médula del Evangelio. Hablar de Dios no es complicado, lo complicado es hacerlo bajo el fundamento adecuado. Si el fundamento es malo, la Iglesia estará formada de creyentes débiles, cansados, y muchos de ellos, enajenados por completo de la Vida de Dios. Por esta razón, a través de esta parábola, el Señor nos enseña lo importante que es edificar sobre un buen fundamento.
Hay creyentes que hasta después de años se vienen a dar cuenta de que cometieron el error de edificar en un mal fundamento, pues, cuando viene el día malo se desploman. Dice Efesios 6:13
“Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes”.
A todos nos llegará el día malo, el día en el que vendrán los ventarrones, las dificultades, los problemas, etc. pero si edificamos sobre la roca, seguramente resistiremos firmes. Los cimientos no son lo que se edifica hacia arriba, sino es el trabajo que se hace hacia abajo, es escarbar, es llegar a lo profundo, hasta que estos quedan firmes, para luego edificar y sostener lo que sí se ve. Igualmente es lo que debe sucedernos a nosotros en lo espiritual, debemos poner un buen fundamento, debemos solidificar nuestro hombre interior y después ocuparnos en las cosas externas y visibles.
¿Qué necesitamos para tener un buen fundamento? Lo que necesitamos es tener el valor de destruir el mal fundamento en el que hemos edificado nuestra vida; ese mal fundamento, antiguo y caduco que no ha aportado nada positivo a la obra de Dios en nosotros. ¿Cuántas formas de pensamiento heredadas de nuestros padres han sido un fundamento para nuestra vida, las cuales crearon refugios emocionales que nos han trazado el curso torcido de nuestra vida? Estos fundamentos son los que tenemos que destruir. Si no echamos por la borda estos cimientos seguiremos siendo creyentes institucionales, rígidos, legalistas, que no disfrutan el fluir de la Vida divina. Es imposible crecer en Dios si no quitamos los cimientos viejos, y ponemos los cimientos adecuados. Hay creyentes que aparentan estar en su mejor tiempo espiritual, están comprometidos con todas las actividades posibles de su Iglesia, pero en el fondo saben que están mal, ya que viven lo que no es una realidad en su vida interior, y tarde o temprano caerán. Dios no quiere que aparentemos, o que seamos reprimidos, eso es un fundamento de religión que debemos quitar.
No podemos crecer en la Vida de Dios si conservamos lo antiguo. Lo de Dios implica destrucción. Juan el Bautista dijo:
“Es necesario que él crezca, pero que yo mengüe”
(Juan 3:30).
La obra de Dios crece en proporción a lo que es destruido de nosotros. Si hay menos de nosotros habrá más de Dios, y viceversa. Dios no puede poner lo nuevo de Su Vida si antes no es quitada nuestra vida antigua.
El llamado para todos es que volvamos a creer en la obra de Dios. No se trata de esforzarse por ser bueno, ni de no ser tan malo, sino de creer en lo que el Señor puede hacer en nuestras vidas, esto es edificar en un buen fundamento. Dice Romanos 1:17
“Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá”.
Y más adelante el apóstol Pablo dice:
“mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia”
(Romanos 4:5).
Si creemos en Aquel que justifica por la fe, viviremos. Bienaventurados los que saben que habitan en un cuerpo de bajeza, bienaventurados los que no confían en sí mismos, aquellos que no se escudan en lo que hacen, o lo que no hacen, sino que simplemente están creyendo en el poder del Evangelio del Señor Jesucristo. Edifiquemos sobre la Roca que es Cristo, Él es el único inconmovible,
Apóstol Marvin Véliz
Me atrapó el pensamiento que No podemos crecer en la vida de Dios si conservamos lo antiguo.
ResponderEliminarEl viejo andameaje nos acarrea cargas innecesarias que roban el avance en el conocimiento y la experiencia con nuestro Dios.
Fingir que estamos bien ,y vivir de las apariencias o experiencias pasadas no hará hará avancemos hacia la experiencia la vida en Cristo.
En verdad el peso que traemos es desgarrador
Lo que nos enseñaron nuestros padres+las instituciones+la religión que nos hizo creer falsamente cosas impuestas por los hombres que nos desligaban de la experiencia de la vida del señor.
Ojala y que se haga vida esta palabra para que muchos muchos puedan quitarse esa mochila pesada del pasado y avancemos juntos en unidad a experimentar por Fe esos tremendos pasajes de romanos 1.17 y 4.5
Que hermosa esta palabra que podamos refoexionar y ver en que fundamento estamos parados porque cuando creemos en Dios y nos adentramos cada dia mas en su obra vienen dias de prueba en los cuales muchas veces por estar parados en un mal fundamento que es nuestro interior todo lo malo que hay en nosotros terminamos undidos y destruidos y muchas veces nos alejamos en la vida de Dios, asi que que podamos pararnos en terreno espiritual y que el señor pueda trabaja nuestro interior y que pueda aver mas de el que de nosotros amen.
ResponderEliminarEsta maravillosa palabra nos muestra de una u otra manera hermanos que la unica manera en la cuál nosotros podemos vivir, obrar y edicar en un buen fundamento en el Señor es a través que haiga menos de nosotros y más de Dios. Amén
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