EL DESPOSORIO

EL DESPOSORIO

Para nosotros el término “desposorio” es llevar una relación sentimental al punto de un compromiso. Luego de quedar desposados, ya no se puede retractar ninguno de los participantes, sino quedan unidos para toda la vida,  aunque tanto el novio como la novia siguen viviendo en casa de sus padres. A partir de ese día ellos tendrán una relación que también le podemos llamar: “noviazgo bendecido”, donde ellos tendrán la oportunidad de conocerse más en todo sentido hasta que llegue el día de su boda.

Vale la pena aclarar que tanto la decisión de desposarse, así como el tiempo que durará el desposorio es algo que lo elige y lo decide completamente la pareja. La práctica del desposorio es totalmente Bíblica, ella misma nos muestra que el matrimonio debe llevarse por etapas. 

EL CAMINO DEL MUNDO: EL NOVIAZGO SIN COMPROMISO.

Los noviazgos del “mundo”, como todos sabemos, se tratan de pactos pequeños entre hombres y mujeres que se disponen a conocerse por un poco de tiempo para ver si las cosas resultan o no, y pensar “detenidamente” si les conviene llegar al matrimonio. Es parte de la cultura libertina del mundo tener muchos noviazgos antes de pensar en contraer matrimonio. Hoy en día es “normal” ver en esas relaciones, que lo que se busca es dar rienda suelta a los sentimientos, y aún tener derechos para llevar una vida sexual activa con la pareja en turno. En síntesis, la mayoría de los noviazgos que tenemos los países occidentales, se caracterizan por la informalidad, el desenfreno, y la intención de no querer llegar al matrimonio, sino se sabe que es algo pasajero. 

El noviazgo del mundo es un camino de libertinaje, se basa en los sentimientos, quienes participan de estas relaciones ya saben que se ese juego se trata de enamorarse y luego desencantarse. Cada hombre y mujer que practican estos noviazgos, debido a lo informal que son, se acostumbran a la infidelidad, de manera que cuando al fin se casan ya llevan rupturas de moral incorregibles, por lo cual les es imposible sostener sus matrimonios, llegando al desenlace del divorcio. 

EL DESPOSORIO BÍBLICO ES EL MEJOR CAMINO.    

Yo como ministro no voy a imponerle a nadie el desposorio, sin embargo, creo que desde todo punto de vista, psicológico, biológico y espiritual, es el mejor camino a seguir para aquellos que pretendan una relación sentimental. En lo personal, creo que deben ser los padres y los hijos quienes deben llegar a la sensata conclusión de embarcarse en un desposorio. Leamos las siguientes citas bíblicas donde se menciona este asunto del desposorio.

Mateo 1:18 “… Estando María desposada con José, antes de que se consumara el matrimonio…”. 

Lucas 1:27 “a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María”

Lucas 2:5 “… María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta”.

Podemos ver que las tres ocasiones donde se emplea el término “desposorio”, están vinculadas al mismo matrimonio, el de José y María, de hecho el primer matrimonio del Nuevo Testamento. No debemos ver esto como una doctrina fundamental de la Iglesia, pero sí creo que es un principio que vale la pena tomar en cuenta, ya que, por algo el Señor dejó escritas estas cosas en el Nuevo Testamento. Yo considero que los jóvenes que están próximo a casarse deben de considerar transitar este camino, y seguramente les irá mejor que aquellos que no lo practican. 

EL DESPOSORIO ES UN PACTO

En el antiguo tiempo el desposorio era un pacto, era el inicio del matrimonio, por eso dice la Biblia que María estaba desposada con José. En palabras modernas pudiéramos decir que María ya estaba casada con José, sólo que ella seguía viviendo con sus padres, así como José con los suyos. El Evangelio de Lucas nos dice claramente que María era una virgen que estaba desposada con José; note que el pasaje resalta que ella estaba desposada, estaba comprometida con José, pero aún era virgen, es decir, aún no había tenido relaciones íntimas con él. Es evidente que esta práctica era parte de la cultura judía, ellos se desposaban, vivían esa etapa de “noviazgo comprometido”, y luego se casaban. 

BENEFICIOS DEL DESPOSORIO

Los beneficios del desposorio son muchos. En esta etapa la pareja aprende muchas cosas fundamentales para su matrimonio. Si bien es cierto que la intimidad es parte medular del matrimonio, en el desposorio la pareja aprende a valorarse mucho más allá de esa necesidad fisiológica. Lo que normalmente hace una pareja de creyentes “a manera tradicional”, es abstenerse de tener relaciones íntimas hasta el día de la boda, por lo tanto, el día de las bodas para ellos significa unirse en la intimidad, sólo que sucede de manera abrupta. Otros hacen las cosas de manera incorrecta, llamémosle incorrecto a aquellos que andan de “novios” por algún tiempo, y mientras, disfrutan de todos los beneficios del matrimonio, es decir, tienen una vida sexual activa con su pareja. Muchos de ellos después de unos cuantos años de vivir así deciden “casarse”, pero en realidad, según la Biblia, ellos se casan el día que se unen en la intimidad, el “casarse” es sólo legalizar ante las leyes de su país lo que hace muchos años ya consumaron. Seguramente, ni los que hacen las cosas “correctas”, ni los que las hacen “incorrectas” disfrutarán tanto, como aquellos que practican el desposorio.

En el desposorio la pareja tiene la libertad de ir avanzando poco a poco en cuanto a la intimidad. El desposorio abre los espacios para no llegar a la culminación del matrimonio de manera abrupta. Cada pareja que se desposa puede esperarse en esa etapa el tiempo que deseen, pueden salir, acariciarse, etc. a sabiendas que el límite de ese período es cuando llegan a la intimidad. Nosotros hoy en día iniciamos la práctica del desposorio con el “casamiento civil”, la razón es que los pactos ya no son como antes donde la palabra contaba, vivimos en otro tiempo, así que los que se desposan deben casarse legalmente, aunque como ya dijimos, cada quien sigue viviendo en casa de sus padres. Luego de haberse desposado la pareja puede empezar el camino hacia la intimidad de manera gradual, sin apresurar nada, sino dando pasos a “fuego lento”. Si en ese proceso ellos llegan a tener relaciones sexuales, en nada estarán pecando, pues, ante los ojos de Dios, y ante los hombres ya tienen un pacto, lo único que deben hacer en ese momento es empezar a vivir juntos porque ya consumaron el matrimonio. 

El desposorio es de gran bendición para la pareja, porque en ese lapso pueden desarrollar lazos de amistad, de cariño, de respeto, y darse cuenta que hay vínculos mucho más grandes que la sexualidad. Muchos matrimonios viven en caos porque el varón busca a su esposa sólo para satisfacer el apetito sexual, y terminado ese momento, ya no hay más motivo para estar junto a su esposa. Este tipo de cosas las viven la mayoría de matrimonios que hicieron las cosas “correctas” o “incorrectas”, porque ambos llegaron a entender que el vínculo que los unió fue la sexualidad, por lo tanto, no pudieron crear otros vínculos que sostuvieran su relación de pareja. 

Mientras la pareja se encuentra en el desposorio, los padres de ambos pueden decidir supervisarlos para que no aceleren las cosas demasiado, aunque tampoco debe ser una supervisión extrema, pues, la idea es que ellos puedan conocerse gradualmente aun en detalles de la intimidad. Lo más que puede suceder es que un día ellos consumen su matrimonio con la intimidad, el día que eso suceda no habrá razón de alarmarse, pues, de todas maneras ya tenían un pacto. En ese momento lo que se debe hacer es celebrar la boda y que ellos empiecen a vivir juntos. 

Es un consejo para los que se van a desposar que traten de pasar tiempo juntos, que creen lazos de amistad, que disfruten estar en compañía el uno del otro. Toda amistad debe ser cultivada y es necesario que se invierta tiempo estando juntos, así los desposados aprovechen el tiempo del desposorio para conocerse  mutuamente.

Al desposorio podemos llamarle en nuestro tiempo el verdadero “noviazgo bendecido por Dios”. En el antiguo tiempo cuando los hombres daban su palabra ante un pacto, eso no tenía retroceso, así debe se hoy en día el noviazgo entre creyentes, un pacto, algo irreversible, no una relación de doble ánimo, ni informal. Yo como ministro no impondré este asunto a manera de ley, solamente les instruyo en estas cosas porque tengo conciencia que es lo mejor para los que han de unirse en matrimonio. Un noviazgo se debe realizar bajo un pacto, no sobre la informalidad, el sentimentalismo y la pasión de la carne. 

ANTE LOS OJOS DE DIOS, ESTAR DESPOSADOS ES ESTAR CASADOS

Regresando a los pasajes donde nos habla la Biblia acerca del desposorio de José y María, dice Lucas 2:5 “… María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta”. En este pasaje podemos entender que estar desposados, es lo mismo que estar casados. Para este tiempo, el embarazo de María era obvio, ella estaba por dar a luz, y además, ellos ya vivían juntos. La Biblia dice que, debido al censo, ellos se habían ido a inscribir a Belén, esto es prueba que ellos ya estaban casados, y para ese entonces, ya estaban viviendo juntos como cualquier otro matrimonio, sin embargo, es curioso que la Biblia usa la palabra “desposados”. Es por esta razón que nosotros le llamaremos a la primera etapa de esta relación: “desposorio”, y a la segunda etapa de vivir juntos: “matrimonio”, aunque legalmente y ante los ojos de Dios, los novios están casados desde el momento en que inicia el desposorio. 

EL FINAL DEL DESPOSORIO ES LA CONSUMACIÓN DEL MATRIMONIO

Dice Mateo 1:18 “… Estando María desposada con José, antes de que se consumara el matrimonio…”. Este verso nos dice las cosas todavía más claras. Acá en este tiempo inicial, cuando María se halló que había concebido por obra del Espíritu Santo, dice que ellos (José y María) no habían consumado el matrimonio, es decir, no habían tenido intimidad.

En el desposorio puede existir el tiempo en que la pareja llegue a la libertad de tener relaciones íntimas, toda vez y cuando se de por concluido el mismo. Bajo la óptica divina, la unión de un hombre y una mujer en la intimidad es unirse en uno, es consumar el matrimonio, por lo tanto, toda relación sexual fuera del matrimonio es pecado delante de Dios. Dice 1 Corintios 6:16 “¿O no sabéis que el que se une con una ramera, es un cuerpo con ella? Porque dice: Los dos serán una sola carne”. Debemos tener claro, entonces, que lo que le pone fin al período del desposorio es la consumación matrimonial, es decir, las relaciones íntimas de pareja. 

A los que están desposados les digo lo siguiente: Ustedes tienen el derecho de tomar a su esposa cuando ustedes lo estimen conveniente, teniendo conciencia que ese día se acaba el desposorio y será necesario tener en cuenta dos cosas: 1) Realizar la boda, un evento que depende de lo que cada pareja quiera hacer o no, y 2) Empezar a vivir juntos, ya no separados. A los padres les aconsejo que no se opongan a la decisión de la pareja, son ellos quienes deben decidir estos detalles. Ahora bien, si ya se habían estipulado fechas, también les aconsejo que respeten las fechas propuestas, pero igualmente, si quieren adelantar o retrasar la boda, no pecan en nada delante de Dios, toda vez y cuando no hayan consumado el matrimonio mediante la intimidad. 

A los varones quiero decirles lo siguiente: Dios ha dejado este tiempo del desposorio para que se enamoren de su esposa más allá de la pasión de la carne. Quiero que lea conmigo la siguiente historia: “Aconteció después de esto, que teniendo Absalón hijo de David una hermana hermosa que se llamaba Tamar, se enamoró de ella Amnón hijo de David. Y estaba Amnón angustiado hasta enfermarse por Tamar su hermana, pues por ser ella virgen, le parecía a Amnón que sería difícil hacerle cosa alguna. Y Amnón tenía un amigo que se llamaba Jonadab, hijo de Simea, hermano de David; y Jonadab era hombre muy astuto. Y éste le dijo: Hijo del rey, ¿por qué de día en día vas enflaqueciendo así? ¿No me lo descubrirás a mí? Y Amnón le respondió: Yo amo a Tamar la hermana de Absalón mi hermano. Y Jonadab le dijo: Acuéstate en tu cama, y finge que estás enfermo; y cuando tu padre viniere a visitarte, dile: Te ruego que venga mi hermana Tamar, para que me dé de comer, y prepare delante de mí alguna vianda, para que al verla yo la coma de su mano. Se acostó, pues, Amnón, y fingió que estaba enfermo; y vino el rey a visitarle. Y dijo Amnón al rey: Yo te ruego que venga mi hermana Tamar, y haga delante de mí dos hojuelas, para que coma yo de su mano. Y David envió a Tamar a su casa, diciendo: Ve ahora a casa de Amnón tu hermano, y hazle de comer. Y fue Tamar a casa de su hermano Amnón, el cual estaba acostado; y tomó harina, y amasó, e hizo hojuelas delante de él y las coció. Tomó luego la sartén, y las sacó delante de él; mas él no quiso comer. Y dijo Amnón: Echad fuera de aquí a todos. Y todos salieron de allí. Entonces Amnón dijo a Tamar: Trae la comida a la alcoba, para que yo coma de tu mano. Y tomando Tamar las hojuelas que había preparado, las llevó a su hermano Amnón a la alcoba. Y cuando ella se las puso delante para que comiese, asió de ella, y le dijo: Ven, hermana mía, acuéstate conmigo. Ella entonces le respondió: No, hermano mío, no me hagas violencia; porque no se debe hacer así en Israel. No hagas tal vileza. Porque ¿adónde iría yo con mi deshonra? Y aun tú serías estimado como uno de los perversos en Israel. Te ruego pues, ahora, que hables al rey, que él no me negará a ti. Mas él no la quiso oír, sino que pudiendo más que ella, la forzó, y se acostó con ella. Luego la aborreció Amnón con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado. Y le dijo Amnón: Levántate, y vete. Y ella le respondió: No hay razón; mayor mal es este de arrojarme, que el que me has hecho. Mas él no la quiso oír, sino que llamando a su criado que le servía, le dijo: Echame a ésta fuera de aquí, y cierra tras ella la puerta. Y llevaba ella un vestido de diversos colores, traje que vestían las hijas vírgenes de los reyes. Su criado, pues, la echó fuera, y cerró la puerta tras ella. Entonces Tamar tomó ceniza y la esparció sobre su cabeza, y rasgó la ropa de colores de que estaba vestida, y puesta su mano sobre su cabeza, se fue gritando” (2 Samuel 13:1-19). Esta historia nos muestra como los varones debemos guardarnos de no llegar al matrimonio por la pura desesperación sexual. Este hombre Amnón le dio rienda suelta a sus pasiones de la carne al punto que dice la Escritura que después de su encuentro la aborreció con tan gran aborrecimiento, que el odio con que la aborreció fue mayor que el amor con que la había amado”. Es por eso que no es saludable basar el matrimonio en la pasión de la carne, porque la pasión puede matar el amor genuino, y terminar en un desprecio hacia la pareja.

LOS DESPOSADOS DEBEN RECONOCER A SUS PADRES COMO SUS AUTORIDADES.

Yo quiero dar un último consejo a los desposados: Nadie les va a imponer nada en su relación y etapa de desposados, sólo espero que los varones tomen en cuenta un detalle: “El precio a pagar  por mantener el desposorio y no vivir juntos con su mujer, es que tampoco puede decidir en nada por ella”.  Déjeme darle un ejemplo muy burdo para que me entienda lo que acabo de decirle. Hace años yo decidí comprar una moto, pero no me alcanzaba el dinero para pagarla de una sola vez. La agencia que me la vendía me propuso el trato de que la podía empezar a pagar, no me iban a cobrar intereses, mientras tanto, ellos la iban a poner a mi nombre, sólo que me la iban a entregar definitivamente hasta que yo terminara de cancelarles la totalidad. A mí me pareció un buen trato, por lo que di la primera parte acordada a la tienda para que ellos iniciaran los trámites para que la moto estuviera a mi nombre. Al cabo de los días pasé a preguntar cómo iban los trámites, y de hecho ya estaban los papeles listos. El vendedor me dijo: “Don Marvin allí está su moto”, y de hecho, estaba en exhibición en la tienda, ya con placas, con la tarjeta de circulación a mi nombre y un rótulo encima que decía: “vendida”. La pasé a ver, me subí en ella, la arranqué por primera vez,  con el único detalle que no la podía sacar de la agencia hasta que estuviera pagada. Yo había decidido pagarla en catorce meses, pero de tanto verla y desearla, la terminé pagando en tres meses.  Más o menos así es el caso de los desposados, mientras el varón no se anime a llevarse a su mujer para que vivan juntos, no tiene muchos derechos como marido. Mientras la novia vive en casa de sus padres, la autoridad de ella sigue siendo su papá, no su prometido. Los padres pueden decidir si salen o no, ellos deciden los horarios de visita, etc. Si los desposados quieren retrasar su boda, deben entender que, en ese tiempo, se deben someter a la voluntad de sus padres. 

En conclusión, no me queda más que decirles que “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”. (2 Timoteo 3:16–17). Si Dios se ocupó de dejar escritas algunas cosas con respecto al desposorio, es porque seguramente vale la pena considerarlas en el breve tiempo previo al matrimonio. Es obvio que la Biblia dice poco al respecto porque sirve solamente para un tiempo muy corto de la vida, pero tomarlo en cuenta puede traerle enormes beneficios para toda la vida matrimonial a una pareja.  Dios bendiga a aquellos jóvenes que han decidido honrar a Dios, a la Iglesia y a sus padres, ocupándose de dar un buen testimonio en su vida sentimental mediante la práctica del desposorio. 

Apóstol Marvin Véliz