NO CONFIAR EN NOSOTROS MISMOS: La mayoría pasamos inadvertidamente la mala enseñanza que nos dieron nuestros padres a lo largo de toda nuestra vida. Tanto verbalmente como genéticamente nuestros padres nos mal formaron al presentarnos caminos que parecían derechos, pero que al final nos llevaron a la muerte, a una vida alejada de Dios. No reparamos en el diseño que tiene todo nuestro ser para amar las cosas del mundo, y de la carne. En fin, vinimos a Cristo formados con todo ese bagaje de conocimiento, cimientos y estructuras mundanales que para efectos prácticos, muchos de ellos nos fueron rentables y otros creemos que son dignos de ser conservados e imitados. La mayoría pensamos que la buena educación, los buenos modales, la buena posición económica, y otros atributos humanos pueden superar la Vida del Señor. Bajo esta manera de pensar es como la gran mayoría venimos a los pies de Cristo. “La confianza en nosotros mismos” es una enfermedad que puede atrofiar seriamente