¿CÓMO SALVAMOS NUESTRAS ALMAS?

¿CÓMO SALVAMOS NUESTRAS ALMAS?

1 Pedro 1:9 “…obteniendo, como resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras almas." 

Hay una abismal diferencia entre la naturaleza de Dios y el hombre caído. Dios es Espíritu, mientras que el hombre que no tiene el espíritu regenerado es terrenal, animal. Cuando el hombre recibe a Cristo (acepta la fe salvadora) éste es regenerado en su espíritu, sin embargo,  la mayoría de hijos de Dios no son espirituales, por lo que tampoco viven en santidad, son carnales. El Señor que es Grande en misericordia, nos muestra a través de la Escritura que sí existe una operación que quiere y puede realizar en nosotros los mortales para que gocemos de una comunión plena con Él. No es que el hombre no goce de la Presencia de Dios mientras no esté totalmente restaurado, pero a medida que es restaurado, el Señor tendrá una estancia mayor en él (hombre), es decir, el Señor lo tomará como una morada, como algo permanente, y no algo casual, o relegado sólo al espíritu humano.

¿A qué se refiere el apóstol Pedro cuando dice que el resultado de nuestra fe es la salvación de nuestras almas? ¿Acaso no fuimos salvos eternamente el día que creímos en el Señor? Las palabras del apóstol Pedro nos describen un proceso, una travesía, un tiempo en el cual podemos salvar nuestras almas. 

En la mayoría de las Biblias en castellano, se hace un sinónimo entre la palabra “alma” y “vida”. En algunas ocasiones la palabra griega Psique, es usada para vida o para alma; la razón es que la vida natural (el “yo” del hombre) es su alma o está en el alma. Originalmente, Dios le dio al hombre el alma como un instrumento de expresión de lo que tiene interiormente, con el fin de que todo se vuelva palpable y comprensible en el mundo físico. Lastimosamente,  el hombre cayó y lo que menos ha hecho el alma humana es ser un instrumento útil para externar la Vida divina depositada en el interior, lejos de eso, se ha convertido en un tirano que  ha mantenido oprimido a nuestro espíritu y nos ha subyugado a sus deseos. El alma ha convertido al cuerpo en su esclavo, de esta unión se origina la carne que tanto nos afecta con todas sus pasiones y deseos. Es así como nos podemos dar cuenta que tenía razón el apóstol Pedro al decirnos que es necesario que nuestras almas sean salvadas, pues, Cristo regeneró nuestro espíritu, no obstante, es menester que con nuestra fe ganemos nuestras almas. 

Nuestra alma está compuesta principalmente de la voluntad, pensamientos y emociones, y cada una de ellas deben ser un instrumento por las cuales fluya el espíritu y no la fuente de sustento para nuestro ser. Nosotros como creyentes tenemos que aprender a detectar el alma con el fin de no dejar que emule las cosas espirituales, pues ella no se sujeta a las cosas de Dios, ni tampoco puede hacerlo. Hay algunos consejos que deseo dar para que ganemos nuestras almas y éstas sean un dócil instrumento en manos del Señor.

En primer lugar, nuestra alma no debe de ser atendida de manera especial. No debemos satisfacer cada deseo que provenga de ella, pues de ser así, se hará opositora a todo lo que Dios mismo nos pueda proporcionar. Veamos las siguientes citas:

Mateo 6:25 "Por eso os digo, no os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis o qué beberéis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis. ¿No es la vida (alma) más que el alimento y el cuerpo más que la ropa?" 

Lucas 14:26 "Si alguno viene a mí, y no aborrece a su padre y madre, a su mujer e hijos, a sus hermanos y hermanas, y aun hasta su propia vida, no puede ser mi discípulo. v:27 El que no carga su cruz y viene en pos de mí, no puede ser mi discípulo."

En segundo lugar, debemos estar conscientes que nuestra alma debe de ser reducida a la nada. Dios nos dejó la cruz como el medio por el cuál podemos perder la vida del alma, con el fin de poder encontrarla de nuevo como un instrumento de honra para el Señor. Dice Mateo 10:39 "El que ha hallado su vida, la perderá; y el que ha perdido su vida por mi causa, la hallará”. La razón principal por la que el Señor desea que nuestra alma sufra una pérdida es para darle lugar al fluir del Espíritu en todo nuestro ser, y permitir que ÉL viva y actúe en nosotros. 

Para salvar nuestras almas, debemos ocuparnos de anularla en todo aquello en lo que cree que es eficaz. El poder del alma es tan fuerte que debido a sus facultades muchas veces tiende a imitar las cosas de Dios. Una vez que nuestra alma esté subyugada, ésta podrá estar a disposición del espíritu. Cuando el alma llega a un estado de quebrantamiento, entonces se convierte en un instrumento tremendo para el Espíritu, pues a través de ella podemos  entender la voluntad de Dios; y a través de ella también podemos hacer entendible la voz de Dios tanto para nosotros mismos como para otros. 

Hermanos, es necesario que sepamos que nosotros somos responsables de ganar nuestras almas. Ya el Señor depositó Su Vida divina en nuestro espíritu, ya nos dio el poder de la resurrección para que todo nuestro ser sea vivificado, por lo tanto, procuremos que el resultado de nuestra fe sea la salvación de nuestras almas. La Biblia dice que un día seremos juzgados por el Señor, y nos pedirá cuenta de qué hicimos mientras vivimos en esta tierra. Si nos ocupamos de darle a nuestra alma todo lo que ella desea, tendremos pérdida en aquel día. Si nos ocupamos, en este tiempo, de perder nuestra vida mediante la obra de la cruz, hallaremos nuestra Vida y una recompensa en el Reino del Señor en aquel día.

Lea las siguientes citas y espero que podamos comentar y preguntar al respecto.

Hebreos 10:39 "Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para la preservación del alma."

1 Pedro 1:9 "obteniendo, como resultado de vuestra fe, la salvación de vuestras almas." 

Santiago 1:21 "Por lo cual, desechando toda inmundicia y todo resto de malicia, recibid con humildad la palabra implantada, que es poderosa para salvar vuestras almas. 

Lucas 21:19 "Con vuestra perseverancia ganaréis vuestras almas."

Apóstol Marvin Véliz