Ir al contenido principal

Entradas

Mostrando entradas de febrero, 2017

QUE CRISTO MORE POR LA FE EN VUESTROS CORAZONES.

QUE CRISTO MORE POR LA FE EN VUESTROS CORAZONES.  “Efesios 3:17 de manera que Cristo more por la fe en vuestros corazones …”  En esta ocasión trataremos de darle explicación a éstas palabras del apóstol Pablo, pues, por el contexto sabemos que Él está dirigiéndose a creyentes, es decir, hijos de Dios. Ahora bien, ¿por qué Pablo incluye en su oración que Cristo more en los corazones de los hermanos? No tiene lógica pedirle a Dios que nos de lo que ya tenemos; todo lo contrario, pedimos en oración al Padre según los faltantes que tenemos. En este verso Pablo pide para que Cristo more en los corazones de los creyentes, ¿cómo explicamos esto? ¿Acaso no se estaba refiriendo el apóstol a gente que ya eran hijos de Dios?  Para empezar tenemos que aclarar que nacer de nuevo, aceptar a Cristo, ser regenerados, y otros términos que nos ubican con la experiencia del nuevo nacimiento no son sinónimos con la frase que Pablo usa en este verso, acerca de que “Cristo habite en el coraz

EL ALIMENTO QUE DIOS ESTABLECIÓ PARA EL HOMBRE

EL ALIMENTO QUE DIOS ESTABLECIÓ PARA EL HOMBRE Génesis 1:28 “Y los bendijo Dios y les dijo: Sed fecundos y multiplicaos, y llenad la tierra y sojuzgadla; ejerced dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra. v:29 Y dijo Dios: He aquí, yo os he dado toda planta que da semilla que hay en la superficie de toda la tierra, y todo árbol que tiene fruto que da semilla; esto os servirá de alimento”. Quiero resaltar un par de frases de los versos que acabamos de leer: “sed fecundos y multiplicaos” y “esto os servirá de alimento”. De manera muy clara, vemos que Dios le ordenó al hombre dos cosas: “Multiplicarse” y “comer”. Estas dos ordenanzas, no solo se muestran en el relato que Moisés hace de la creación del hombre, sino que son dos cosas que, a lo largo de la historia, jamás se han desprendido del ser humano.  Aún el hombre que no conoce a Dios está ligado a estos dos grandes aspectos como sus más grandes

¿CÓMO PODEMOS MANTENERNOS SIENDO LA SAL DE LA TIERRA?: NO AMANDO AL MUNDO

¿CÓMO PODEMOS MANTENERNOS SIENDO LA SAL DE LA TIERRA?: NO AMANDO AL MUNDO El Señor me hizo considerar estos dos pasajes: 1 Juan 2:15 “No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. v:16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos y la arrogancia de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. v:17 Y el mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”.   Mateo 5:13 “Vosotros sois la sal de la tierra; pero si la sal se desvaneciere, ¿con qué será salada? No sirve más para nada, sino para ser echada fuera y hollada por los hombres”. No empecemos por el legalismo que nos dice: “aléjate del mundo”, eso lo propone la religión. Yo le pregunto: ¿Dónde puede irse y no encontrar el sistema del mundo? En ningún lado. La clave para ser sal no es aislarnos del mundo, lo que tenemos que hacer es “no amar el mundo”. Empiece por

EL HOMBRE NUNCA FUE CONCEBIDO EN LA MENTE DE DIOS COMO UN SER INDEPENDIENTE

EL HOMBRE NUNCA FUE CONCEBIDO EN LA MENTE DE DIOS COMO UN SER INDEPENDIENTE. Para iniciar este artículo, quisiera ubicarlos en el escenario pre-existencial, es decir, en la eternidad pasada, donde no existía ni siquiera la creación misma, sino solamente Dios. La Biblia nos enseña que en ese escenario Dios diseñó un proyecto, un plan en el cual el hombre vendría a ser el centro de todo. Ante tal planteamiento podemos decir que fuimos escogidos desde antes de la fundación del mundo, es decir, aunque nosotros fuimos concebidos humanamente en el vientre de nuestra madre, no obstante, fuimos predestinados en la mente de Dios desde antes de la creación del mundo.  En algún momento de esa eternidad pasada, llegó el tiempo en el que Dios hizo la creación. Luego pasaron miles y miles de años hasta que finalmente Dios empezó desarrollar la creación. Es ahí donde se ubica la narración de Génesis 1:1 “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. v:2 Y la tierra estaba sin orden