PERSEVERAR EN LA DOCTRINA

PERSEVERAR EN LA DOCTRINA

Apocalipsis 3:1 Y escribe al ángel de la iglesia en Sardis: “El que tiene los siete Espíritus de Dios y las siete estrellas, dice esto: ‘Yo conozco tus obras, que tienes nombre de que vives, pero estás muerto. v:2 ‘Ponte en vela y afirma las cosas que quedan, que estaban a punto de morir, porque no he hallado completas tus obras delante de mi Dios. v:3 ‘Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete. Por tanto, si no velas, vendré como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. v:4 ‘Pero tienes unos pocos en Sardis que no han manchado sus vestiduras, y andarán conmigo vestidos de blanco, porque son dignos. v:5 ‘Así el vencedor será revestido de vestiduras blancas y no borraré su nombre del libro de la vida, y reconoceré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles. v.6 ‘El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.’ ” 

Dentro de todo lo profético que nos marcan las siete Iglesias del Apocalipsis, lo que el Señor le dice a la iglesia de Sardis es muy especial, pues le dice en el verso 2 y 3: “Ponte en vela y afirma las cosas que quedan… Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; guárdalo y arrepiéntete”. En estos versos, obviamente, se está refiriendo a lo que doctrinalmente la Iglesia de Sardis recibió y que, por alguna razón, los hermanos de dicha iglesia habían empezado a descuidar. El Señor les exhorta a afianzar, a guardar y a volverse al sentido original de la enseñanza que habían recibido. Si la iglesia no vela en ese aspecto, el Señor le dice: “vendré como ladrón, y no sabrás a qué horas vendré sobre ti” y agrega: “Pero tienes unos pocos en Sardis que no han manchado sus vestiduras”. La blancura de los pocos de Sardis que no habían manchado sus vestiduras, era a raíz de haber guardado la verdad del Señor.

Esto nos enseña que hay una preservación para quienes guardan la palabra de Dios que les ha sido enseñada. Esto es aplicable también para nosotros, pues, el día que el Señor juzgue a Su pueblo, podremos ser hallados con vestiduras blancas a raíz de guardar y perseverar en aquello que aprendimos por el fundamento apostólico. Ciertamente, un día el Señor juzgará nuestra calidad de vida moral, nuestra santidad ante Él, etc. eso no pasará inadvertido por Dios. Puedo decirle con todo mi corazón, y sin temor a equivocarme, que la verdad, lo aprendido de la oikonomía (plan o administración) de Dios, y el misterio de Cristo predicado por los apóstoles, será una medida con la cual Dios nos juzgará en aquel día. Yo quiero incentivarlos a que guarden y atesoren la doctrina de los apóstoles, pues, esta es la doctrina en la cual el apóstol Pablo dijo que nos edificáramos.

Hermanos, aunque la doctrina no lo es todo, no podemos dejar de practicarla, y aún más, no podemos dejar de vivirla y tomarla como una experiencia de vida. Si eso no está en nosotros, seremos una Iglesia juzgada por el Señor a la manera de Sardis, porque ellos se olvidaron de lo que recibieron y oyeron de parte de Dios por medio de los apóstoles. 

Dice Hebreos 5:12 “Pues aunque ya debierais ser maestros, otra vez tenéis necesidad de que alguien os enseñe los principios elementales de los oráculos de Dios, y habéis llegado a tener necesidad de leche y no de alimento sólido. v:13 Porque todo el que toma sólo leche, no está acostumbrado a la palabra de justicia, porque es niño. v:14 Pero el alimento sólido es para los adultos los cuales por la práctica tienen los sentidos ejercitados para discernir el bien y el mal”. ¿No está más que claro lo que nos dice Hebreos? La señal de alguien que ha crecido en el Señor es que practica y se entrena en lo que ha escuchado. Lo que necesitamos como iglesia del Señor es recordarnos y practicar lo que hemos oído. Si como creyentes no somos capaces de practicar lo que hemos aprendido, no hemos llegado a la calidad de madurar en cuanto a la doctrina.

Para Dios no es pecado que alguien tome leche de la palabra, pues dice 1 Pedro 2:2 “desead como niños recién nacidos, la leche pura de la palabra, para que por ella crezcáis para salvación”. En este contexto la leche es la palabra sencilla, la que salta con solo leerla y meditarla y que nos causa nutrición. El problema al que apuntala el escritor de Hebreos es que tomemos leche por no poder comer alimento sólido. El que toma sólo leche no está acostumbrado a la palabra de justicia, pues, es niño. ¿Cómo se afianza la palabra a manera de alimento sólido? Por la práctica, por ejercitarnos en lo que ya hemos aprendido. 

Dice además 1 Timoteo 1:3 “Como te rogué al partir para Macedonia que te quedaras en Efeso para que instruyeras a algunos que no enseñaran doctrinas extrañas, v:4 ni prestaran atención a mitos y genealogías interminables, lo que da lugar a discusiones inútiles en vez de hacer avanzar el plan de Dios que es por fe, así te encargo ahora”. 

Las doctrinas extrañas son aquellas que van en contra de la oikonomía del Señor y lo que la Iglesia debe hacer, precisamente, es hacer avanzar la oikonomía de Dios por medio de la fe. La oikonomía de Dios es la que nos revela al Hijo, por lo tanto, debemos vivir y practicar eso. Dejemos de vivir por sentires, o por los muchos pensamientos, más bien, aprendamos a vivir por fe, creyendo la palabra que nos han revelado acerca del Hijo y Su plan. Aferrémonos al misterio de Cristo y la Iglesia. 

Dios nos ayude para que en nuestra vida nos podamos aferrar a las sanas palabras de nuestro Señor Jesucristo y a la doctrina que es conforme a la piedad. Si hacemos de esta manera, y guardamos su palabra permaneciendo hasta el fin, seremos revestidos con vestiduras blancas. ¡Amén!

Apóstol Marvin Véliz