CRISTO ARMONIZÓ CON EL PADRE POR MEDIO DE LA OBEDIENCIA.

CRISTO ARMONIZÓ CON EL PADRE  POR MEDIO DE LA OBEDIENCIA.

Cuando Cristo murió, satisfizo la justicia divina; Él fue una ofrenda redentora y propiciatoria, pero a pesar de que murió para ello, Su único deseo hasta la muerte era ser obediente al Padre. Dice Juan 10:17 “Por eso el Padre me ama, porque yo doy mi vida para tomarla de nuevo. v:18 Nadie me la quita, sino que yo la doy de mi propia voluntad. Tengo autoridad para darla, y tengo autoridad para tomarla de nuevo. Este mandamiento recibí de mi Padre”. También dice Romanos 5:19 “Porque así como por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores, así también por la obediencia de uno los muchos serán constituidos justos”. ¿Por qué fue usted declarado justo? Por la sangre de Jesús, por supuesto, tenía que haber un medio (la sangre), pero el fundamento de su salvación fue la obediencia del Hijo. 

Cuando el Señor estaba en el Getsemaní dijo: “Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). Al leer este verso, normalmente pensamos que el Señor no quería morir. Sí, eso era cierto, pero Él no quería morir justo allí en el Getsemaní porque sabía que la voluntad del Padre era que muriera en la cruz. Lo que sucedía era que Jesús estaba tan desfallecido en ese momento en Su parte fisiológica que era muy probable que la presión arterial, ú otro desajuste físico, le provocaran una muerte repentina y eso le impidiera llegar al Calvario. Es por eso que le dijo a Sus discípulos: “Por favor velen conmigo porque mi alma está muy triste hasta la muerte” .

¿No ha visto usted lo peligroso que es cuando a alguien se le muere un ser querido?, no sé cuántos de ustedes han experimentado la partida de su padre, o su madre, o todavía más tremendo, la partida de un hijo. En algunos casos el dolor y el llanto pueden llegar a ser tan grandes que pueden causar un severo desfallecimiento físico. Si algunos son hipertensos, diabéticos, o ambas cosas como mi caso, no es tan difícil que (humanamente hablando) un golpe así lleve al hospital a una persona. Imagínese ahora, la agonía que tenía el Señor en aquel momento, que la Biblia dice que el Señor sudaba como grandes gotas de sangre. Si nosotros lloramos con agonía la muerte de un padre, o una madre de ochenta años, a quien ya honestamente le dieron diez años de gracia, ¿se imagina usted a Cristo sintiendo el peso de muerte de la humanidad entera?, Por tal razón es que el Señor hizo esta oración en el Getsemaní, porque por poco muere en ese lugar, cuando Él sabía que en obediencia al Padre debía morir en la cruz. Jesús sabía que Él era el Cordero destinado desde antes de la fundación del mundo, que ese era el Plan, y que era el deseo del Padre. 

Cuan obediente fue nuestro Señor Jesucristo, Él descendió a la tierra, vivió como hombre, murió, resucitó, ascendió y se sentó a la diestra del Padre en las alturas, y su móvil en todo fue la obediencia al Padre. 

Ese Cristo que padeció, que fue obediente hasta la muerte, y que se convirtió en Espíritu Vivificante, entró por la fe a nuestro ser. Lo paradójico es que en estos tiempos que vivimos, pareciera que a muchos creyentes les ha dado por creer que Dios no nos pide a nosotros que le obedezcamos. Perdóneme, pero pensar eso es una insensatez, simple y sencillamente es ilógico. Sin tener Biblia a la mano, sin analizar, sin andar teologizando tanto, es ridículo, es herético, es blasfemo pensar que ese Cristo que obedeció hasta lo sumo, y que ahora habita en nosotros esté feliz de que tengamos vacaciones permanentes en cuanto a la obediencia a Dios. Ahora resulta que las hermanas no pueden obedecer a sus maridos, que los creyentes no pueden obedecer en la Iglesia, que despreciamos cualquier cosa que tenga que ver con obedecer. ¡No!, hermanos, las cosas no son así. 

El Cristo que te salvó te quiere recordar que fuiste comprado con precio, por lo tanto, ya no te perteneces, ahora eres un esclavo de Él, entiéndelo. Esa Vida del Señor que hay en ti, te la dieron para que repliques Su vida a través tuyo. ¿Para que crees que llegó Cristo a tu vida?, El apóstol Pablo dijo: “Ya no vivo yo, ahora es Cristo el que vive en mí…”. Es paradójico creer que en Jesús, el Espíritu de Cristo fue muy obediente al Padre, pero en los creyente de hoy en día, Él es desobediente, ¡Qué error, las cosas no son así!

Por eso hermanos, esa Vida que es Cristo mismo en nosotros, cobrará sentido y llegará a tener forma en nosotros cuando respondamos y armonicemos con Dios por medio de la obediencia. Cristo puede ser nuestra Vida, nuestro vivir y nuestra victoria pero si obedecemos, de lo contrario, Cristo será nulo en nosotros. 

Quiero que leamos un verso impresionante. Dice Juan 3:36 “El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no obedece al Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios permanece sobre él”. ¿Cree usted en el Hijo? Si usted cree, entonces, tiene Vida Eterna. Luego dice: “Sólo el que obedece verá la Vida…” quiere decir que alguien puede tener la Vida pero no verla, en otras palabras, no la disfruta.

La gracia no es libertinaje, la gracia es una oportunidad para obedecer no por nuestra fuerza, sino por la fuerza de la Vida del Señor en nosotros. Por eso dice Juan de una manera clara: el que no obedece no verá la Vida, el que cree tiene la Vida pero si no obedece, no la ve. Por creer tienes a Cristo, pero si no obedeces no ves a Cristo por ningún lado.

Apóstol Marvin Véliz