¿DEBEMOS TRABAJAR POR DINERO?

¿DEBEMOS TRABAJAR POR DINERO? 

El concepto del dinero nunca existió, ni jamás provino del corazón de Dios. En el huerto de edén no existía el dinero. ¿Sabe qué sí existía en el huerto? El trabajo. Hoy en día el hombre está tan engañado que cree que “trabajo y dinero” van de la mano. Dios no hizo al hombre para que llegara a tener dinero, si no para que trabajara en Su huerto. 

El Apóstol Pablo dice en 2 Tesalonicenses 3:10 “… Si alguno no quiere trabajar, tampoco coma”. Esto nos da a entender que el trabajo dignifica al hombre, es parte del Plan de Dios para Sus hijos. Es curioso que en el huerto sí existía el trabajo, pero no existía el concepto de la remuneración por el trabajo. Usted no puede negar esto. Dice Génesis 2:15 “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase”. Jamás dice la Escritura que Dios le ofreció a Adán un “sueldo”, ni tampoco se menciona que Dios le haya ofrecido “prestaciones laborales, o mucho menos una pensión de jubilación”, hermano amado ¡qué sorpresa! Dios no le ofreció a Adán por su trabajo ni cinco centavos. ¿Porqué? Porque en el diseño divino el hombre fue creado para trabajar, y su complacencia, o sea, el pago que tenía a cambio, era saber que estaba llenando el deseo divino. Adán era pleno haciendo la voluntad de Dios, él trabajaba, no ganaba dinero, sin embargo, comía abundantemente y no le hacía falta nada. Adán jamás se preocupó de cuanto le iba a pagar Dios por su trabajo, porque ese concepto nació hasta después de la caída del hombre, pues, fue diseñado por el diablo, no por Dios. 

Si nosotros pretendemos obtener una remuneración por todo lo que hacemos, entonces, algo tenemos que reparar, algo tenemos que solucionar. Hermanos, ustedes que están criando hijos, no es buena técnica que le pidan a sus hijos que hagan algo y que a cambio de ello obtendrán dinero. Hay quienes creen que estimulan a sus hijos al decirles: “lávame el carro todos los sábados y te voy a dar unos tus centavos”, ¡no haga así!, dígale solamente: “Lávame el carro todos los sábados”, enséñele a sus hijos a trabajar, no a que hagan cosas por dinero. Hermano querido, en algún momento de nuestra restauración en Dios, tenemos que ser libres en esta área, no podemos amarrar el trabajo a una remuneración. 

Hermanos, dinero y trabajo no son lo mismo, tal concepto proviene de Satanás, nos parezca esto o no, el dinero nació en el corazón de este perverso ser. Cabe preguntarnos, entonces, ¿Porqué inventó Satanás el dinero? Bueno, déjeme pensar en lo siguiente: Recordemos que Luzbel fue un ser que convivió con Dios en las regiones celestes cuando era un ser hermoso (no caído), por ende, Él conoció mucho de los misterios de Dios y de alguna manera llegó a percibir que en algún momento, Dios habría de reunir todas las cosas en uno. De alguna manera, Satanás llegó a entender que la metodología que Dios habría de usar para desarrollar Sus planes, sería levantar a uno que saliera de Él mismo. 

El Plan de Dios era levantar a “uno” para convertirlo en el que habría de reunir no solamente a todos, sino que también habría de reunir en Él todas las cosas, esto lo dice: Efesios 1:9 “nos dio a conocer el misterio de su voluntad, según el beneplácito que se propuso en El, v:10 con miras a una buena administración en el cumplimiento de los tiempos, es decir, de reunir todas las cosas en Cristo, tanto las que están en los cielos, como las que están en la tierra. En El”. Yo pienso que de alguna manera (en la eternidad pasada) Satanás llegó a percibir tal intención divina. Tal vez no lo supo claramente, pues, era un misterio, sin embargo, creo que a manera de pinceladas logró atisbar estos asuntos. Por lo cual, también planeó algo similar en su sistema que le funcionó perfectamente, y es que él supo que si lograba botar del huerto a Adán, por causa de este principio corporativo, no solamente caería él y su mujer, si no toda la humanidad, así lo dice Romanos 5:19 “… por la desobediencia de un hombre los muchos fueron constituidos pecadores…” El hombre pecó en contra de Dios y por ello Dios lo sacó del huerto, pero el problema no fue sólo que pecó, si no lo trágico fue la raíz de su pecado, pues, el maligno lo engañó con una faltante y con una ambición, esto convirtió al hombre no sólo en un ser caído, si no en un ser esclavizado ¿Esclavizado a qué? Al invento más grande que Satanás pudo diseñar en su sistema, detrás del cual van todos los hombres hasta el día de hoy: “El Dinero”. 

Así como Dios diseñó reunir todas las cosas en Cristo, (lo que leímos en Efesios 1:9-10) así también el maligno inventó la genial idea del dinero, pues en este “mundo”, el dinero lo reúne y lo soluciona todo. El dinero es una antítesis de Cristo; si pudiéramos decirlo de una manera didáctica, así como Dios tiene a Su Cristo, el diablo inventó el dinero como su “anticristo”. Así como Cristo puede ser y estar en todo y en todos, así el diablo se propuso en este mundo que sea el dinero lo que busquen todos los hombres. 

Hace algún tiempo el Señor me explicó estas cosas de una manera inversa a lo que le dije anteriormente. Las palabras que Él me habló fueron las siguientes: “no es bueno que tu corazón, como el de todos mis hijos, tengan amarrado el trabajo a una remuneración. Todo el tiempo te he cuidado, te he sostenido y has comido, sin embargo, no todo el tiempo has trabajado”. Yo creo que, prácticamente, a todos nos tiene que restaurar el Señor en esto. Dios no une el trabajo a un pago. Si así fuera, muchas veces Él diría: “hoy no hay aire para algunos…”, el Señor no es así, Él le da aire a todos. Por diversas circunstancias, no toda nuestra vida hemos trabajado. Por ejemplo, en nuestra infancia no trabajamos y siempre comimos, en los períodos de enfermedad tampoco trabajamos pero comemos. Yo he visto que la mayoría de los jóvenes varones buscan trabajar cuando quieren casarse, pero ¿acaso no sucede que cuando ya están casados, y ya tienen uno o dos hijos, de repente se quedan sin empleo?, y le pregunto: ¿se mueren por ello? De ninguna manera, todos subsisten de una ú otra forma a esas crisis. ¿Por qué? Porque dice la Escritura: “Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos. Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe? No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos? Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas”. (Mateo 6:28–33). Esto nos muestra que Dios siempre nos dará lo necesario, a pesar de que a veces no podamos trabajar. Es necesario que entendamos que Él quiere que trabajemos no para llenar nuestras faltantes y ambiciones, si no porque trabajando llenamos Su corazón. 

Apóstol Marvin Véliz