AL SER LLENOS DEL ESPÍRITU VIVIREMOS EN PAZ, GOZOSOS, Y VIGOROSOS.

AL SER LLENOS DEL ESPÍRITU VIVIREMOS EN PAZ, GOZOSOS, Y VIGOROSOS. 

Romanos 15:13 “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo”. Un efecto que veremos a causa de ser llenos del Espíritu Santo es que tendremos gozo y paz. Si vivimos enojados, amargados, ansiosos, temerosos, etc. seguramente necesitamos buscar la llenura del Espíritu Santo. Un creyente no debe creer que teniendo dinero estará seguro y tranquilo, y mucho menos si se trata de dinero prestado, ¡No!; Lo que necesitamos los creyentes es ser llenos del Espíritu Santo. 

Al ver las insinuaciones que nos da el apóstol Pablo en sus cartas, acerca de la llenura del Espíritu Santo, nos damos cuenta que la mayoría de pasajes nos hablan de la calidad de vida que Dios quiere darnos tanto a nivel personal, como a nivel corporativo en las Iglesias locales. Por otro lado, el libro de Hechos nos narra los efectos sobrenaturales que les acontecieron a los que fueron llenos del Espíritu Santo; ambos puntos de vista son distintos, y la razón es obvia: En el libro de Hechos vemos un énfasis hacia la obra evangelizadora; mientras que las cartas de Pablo nos hablan acerca de cómo vivir ya en el Señor. Para los que ya somos creyentes, Dios quiere que seamos llenos, no tanto para hacer milagros portentosos, sino para que nos desarrollemos en la localidad en la que Dios nos ha puesto. Por ejemplo, este pasaje de Romanos 15:13 no nos habla de algo sobre natural, sino de ser llenos del Espíritu para estar siempre “gozosos”. 

Recuerdo que hace muchos años conocí a un joven llamado “Vidal”, quien se convirtió al Señor, pero su familia era extremadamente opuesta al Evangelio. Este joven tenía que hacer milagros para poder asistir a las reuniones de Iglesia, y si quería llevar Biblia, literalmente tenía que metérsela en los calzoncillos, pues, ¡Ay! de él si sus padres lo miraban con la Biblia. Ellos lo golpeaban severamente cuando se daban cuenta que había asistido a las reuniones, y eso fue así durante mucho tiempo. Yo no olvido las veces que ví a ese joven con moretones, y golpes por causa de creer en el Señor; pero soportaba todo ese dolor físico y emocional porque definitivamente estaba lleno del Espíritu. Cada vez que nos reuníamos con Vidal, sus testimonios me estimulaban, porque él contaba con gozo todo lo que padecía de parte de su familia por causa del Nombre del Señor. Evidentemente ese joven vivía lleno del Espíritu Santo. 

La llenura del Espíritu Santo nos proveerá alegría. La vida cristiana es para estar alegres, vigorizados, plenos. La Escritura nos dice abundantemente que debemos vivir alegres; dice el apóstol Pablo en 1 Tesalonicenses 5:16 “Estad siempre gozosos…”; él nos exhortaba a estar siempre gozosos, aunque su testimonio como ministro de Dios había sido "en mucha paciencia, en tribulaciones, en necesidades, en angustias; en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos; en pureza, en ciencia, en longanimidad, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, en palabra de verdad, en poder de Dios, con armas de justicia a diestra y a siniestra; por honra y por deshonra, por mala fama y por buena fama; como engañadores, pero veraces; como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, mas he aquí vivimos; como castigados, mas no muertos; como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, mas enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, mas poseyéndolo todo” (2 Corintios 6:4–10). El hecho de ser creyentes no debe impedirnos ser sumamente felices, aun así nos sobrevengan tribulaciones; porque la fuente de nuestra felicidad no son las circunstancias, sino la satisfacción que nos provee el Espíritu Santo cuando nos colma de Sí mismo. Procuremos que mientras el cuerpo físico se nos va desgastando y envejeciendo, nuestro hombre interior se vaya renovando. El apóstol Pablo estando preso pudo escribir: “Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!” (Filipenses 4:4). Si Pablo en tal condición exhortó a los hermanos a vivir alegres, es porque es posible vivir alegres; no necesitamos una causa externa para ser felices, lo que nos hace falta es estar llenos del Espíritu Santo. 

¡Busquemos la llenura del Espíritu! Por no estar saciados del Señor algunos viven oprimidos, angustiados, débiles en la fe, opacados, inútiles y hasta deprimidos. ¿Debería existir un cristiano deprimido? Para Dios no debe existir tal estado en los cristianos; el Señor dijo: “El que crea en mí, como dice La Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Y esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado” (Juan 7:39). Toda persona que está llena del Espíritu Santo vive plena, saciada, y satisfecha; mientras que los que carecen de la llenura viven inconformes, con angustias, quejumbrosos. ¡Cuanta necesidad tenemos de ser llenos del Espíritu Santo! 

Apóstol Marvin Véliz