INTEGRARSE A LA IGLESIA, EL MENSAJE QUE LAS GENERACIONES MAS VIEJAS DEBEN TRANSMITIRLE A LOS MÁS JÓVENES DEL PATRIMONIO ESPIRITUAL

INTEGRARSE A LA IGLESIA, EL MENSAJE QUE LAS GENERACIONES MAS VIEJAS DEBEN TRANSMITIRLE A LOS MÁS JÓVENES DEL PATRIMONIO ESPIRITUAL

Dice 2 Timoteo 1:3 “Doy gracias a Dios, al cual sirvo desde mis mayores con limpia conciencia, de que sin cesar me acuerdo de ti en mis oraciones noche y día; 4deseando verte, al acordarme de tus lágrimas, para llenarme de gozo; 5trayendo a la memoria la fe no fingida que hay en ti, la cual habitó primero en tu abuela Loida, y en tu madre Eunice, y estoy seguro que en ti también”.

Uno de los incidentes que más viven las Iglesias es la poca tolerancia que los hermanos adultos tienen para con los jóvenes. Normalmente a los muchachos se les critica, se les acusa de carnales, y por ende, son tomados en cuenta, muy poco, o nada en lo referente a servirle al Señor. Este artículo va dirigido sobre todo a los hermanos adultos, por lo tanto, yo les pregunto a ustedes: ¿Se han dedicado ustedes como Loida y Eunice a transmitirle una fe no fingida a sus hijos, a sus nietos, o a los jovencitos de su Iglesia?

Los más viejos, tanto los padres creyentes como los líderes de las Iglesias locales, son los indicados para transmitir a los jóvenes el patrimonio espiritual. Son los mayores los que deben contarle a los jóvenes como fue que ellos se convirtieron al Evangelio, como empezaron su caminata en el Señor, lo que han hecho para avanzar y salir de la religión, etc. Dejémosles claro que participar de las reuniones de Iglesia no es una costumbre, sino el resultado de una relación y el conocimiento experimental de Dios. No les demos a nuestros hijos una religión, sino el testimonio de una vida de comunión con Dios. No sólo porque los muchachos asisten desde pequeños a la Iglesia quiere decir que ya son salvos, debemos conducirlos al punto de que verdaderamente se conviertan al Señor. 

La pregunta es: ¿Cómo podemos transmitir éstas cosas? Explicándoles, y mostrándoles por la experiencia que la Iglesia es la metodología de Dios para sacarnos de la generación mala y perversa en la que vivimos.

Dios se ha propuesto socorrer a todas las generaciones que han existido por medio de una vía conocida como: “La Iglesia”. Dice 1 Corintios 12:13 “Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un solo cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres, y a todos se nos dio a beber un mismo Espíritu”. La Iglesia es una entidad diseñada por Dios para sacar a todos los creyentes, independientemente cual sea su generación, y meterlos al terreno de Su Reino. La palabra “Iglesia” en el griego es “Ekklesia”, y está formada por las raíces “Ek” y “kaleo”, que juntas, etimológicamente significan: “llamar fuera”. Dicho de otra manera, los que conformamos la Iglesia, hemos sido “llamados a salir”. La pregunta es: ¿A salir de dónde? A salir de nuestra generación, del mundo que nos ha tocado vivir para ser integrados al Reino del Señor. 

Dice Gálatas 3:26 “pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; 27porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos. 28Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. Al final, todos debemos salir de nuestra generación para poder conformar la Iglesia. Tanto los niños, como los jóvenes, los adultos, y los adultos mayores somos llamados a salir de su generación para integrarse a la Iglesia. Pero la responsabilidad de transmitir este sentir recae sobre todo en los que llevan la delantera, en los mayores.

Apóstol Marvin Véliz