¿QUIEN ES MI MADRE Y MIS HERMANOS?

Mateo 12:46-50 

v.46 Mientras Él aún estaba hablando a la multitud, he aquí, su madre y sus hermanos estaban afuera, deseando hablar con Él. v.47 Y alguien le dijo: He aquí, tu madre y tus hermanos están afuera deseando hablar contigo. v.48 Pero respondiendo Él al que se lo decía, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos? v.49 Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: ¡He aquí mi madre y mis hermanos! v.50 Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ese es mi hermano y mi hermana y mi madre. 

Pareciera que el pasaje nos está haciendo una abierta invitación para que nosotros nos olvidemos y despreciemos y dejemos a un lado nuestra responsabilidad y filiación que tenemos con nuestra familia o seres queridos. En realidad, bajo ningún punto de vista el Señor inspiró a Mateo estas palabras en ese sentido, el Señor más bien en Su Palabra nos dice en Efesios 6:2 Honra a tu padre y a tu madre (que es el primer mandamiento con promesa), v.3 para que te vaya bien, y para que tengas larga vida sobre la tierra.

La Biblia no nos enseña que nos descuidemos, que olvidemos, que despreciemos a nuestra familia, ¿Cuál es el sentido que le debemos de dar a ese pasaje cuando el Señor dijo: “¿Quién es mi madre y mis hermanos?”

Debemos de tomar en cuenta dos frases del pasaje para comprender bajo qué punto de vista lo dijo, volvamos otra vez a Mateo: 

v.46 “Mientras Él aún estaba hablando…”, me llamó mucho la atención esta frase, así como la siguiente: entonces alguien le dijo: v.47 “…He aquí tu madre y tus hermanos, están afuera deseando hablar contigo”. Cuando el Señor dirigió esas palabras lo hizo porque quería mostrarles a todos que por sobre todas las cosas está Dios. Para que nosotros podamos de verdad disfrutar la Vida Divina y ser fieles al llamado del Señor, tenemos que inevitablemente ser despegados de nuestros vínculos emocionales con nuestras familias, y con esto no estamos diciendo que dejemos de amar, sino más bien nos está diciendo el Señor que la vida cristiana no puede desarrollarse si nosotros tenemos apegos emocionales en cuanto a la familia. Por favor no entendamos los apegos emocionales como amar, no necesariamente una persona que es liberada por el Señor en su corazón para no estar con apegos emocionales con la familia deja de amar a su familia y de preocuparse por ella; no nos está diciendo bajo ningún punto de vista la Escritura esto; sino más bien nos está diciendo el Señor que nosotros debemos de desapegarnos emocionalmente, pues un cristiano con esos apegos emocionales le es imposible servir adecuadamente a su Señor, Efesios 6 nos da el contrapeso para que haya un equilibrio con el pasaje de Mateo porque nos dice: “honra a tu padre y a tu madre”, eso implica amar, preocuparse, estar pendiente de los padres, de nuestra familia. 

También dice otro pasaje en Efesios: “maridos amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la iglesia y se entregó a sí mismo por ella”, entonces bajo ningún punto de vista el Evangelio nos manda a que abandonemos, despreciemos, descuidemos, desatendamos a nuestra familia, lejos de eso un cristiano restaurado da su vida por su esposa, da su vida por su familia, se preocupa por los suyos, es más el que no se preocupa por los suyos es peor que un infiel. Así que la Biblia no nos está hablando a través de ese pasaje sino del momento mismo cuando el Señor estaba ejerciendo Su Ministerio, y llegó María aprovechándose del vínculo que tenían como familia con el Señor a interrumpir el Ministerio del Señor y decirle a uno de sus discípulos: “Ve y dile que aquí estoy que quiero hablar con Él y aquí están sus hermanos” Aquel discípulo viendo que era la madre de Jesús se atrevió a interrumpir el Ministerio del Señor, entonces el Señor exclamó ¿a quiénes en esta esfera es que yo debo de servir? ¿Quién es mi madre y mis hermanos? Allí no caben los apegos emocionales, allí no caben nuestros vínculos familiares, allí sólo caben los que hacen la voluntad del Padre. 

Apóstol Marvin Véliz