UN EVANGELIO DE PODERES, SEÑALES Y PRODIGIOS NO NECESARIAMENTE PROVIENE DE DIOS. 2 Tesalonicenses 2:9 “inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, v:10 y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos”. La manera en la que Satanás ataca a los creyentes no siempre es por medio de una mujer desnuda en la playa, ni una caja de bebidas alcohólicas, ni cualquier otra inmoralidad depravada de la carne, sino que la mayoría de veces el mover de Satanás es con poder, señales milagrosas, prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad. Dicho de otra manera, la operación de Satanás consiste en engañar al pueblo de Dios, haciéndole creer que el Evangelio consiste en obtener beneficios externos. Uno de los engaños más grandes que el diablo le ha planteado a la cristiandad es hacerles creer que el Evangelio es un asunto de carácter externo. La religión nos