La caída del hombre, obviamente, se dio a causa de querer ser igual a Dios. Este fue el pensamiento original que sembró Satanás en la cabeza de Eva, tal como lo dice la Escritura en Génesis 3:5. Ahora bien, el hombre cayó porque él mismo se abrió un espacio que le dio lugar a su caída, en otras palabras, el hombre encontró la manera de justificar su caída. Para que me entienda la idea que quiero transmitirle con este pensamiento, es parecido a la actitud de algunas hermanas que quieren comprarse el par número cien de zapatos; ellas saben que ya tienen bastantes, sin embargo, buscan una razón en sí mismas para convencerse de que en realidad necesitan ese par número cien. Similar fue la actitud del hombre en el huerto, él estaba pleno, sin embargo, para poder caer tuvo que generar un espacio que justificara su pecado. El hombre, estando en el huerto, se abrió un espacio que lo justificara caer, de lo contrario su propia conciencia no le hubiera permitido cometer pecado. Satanás trabajó