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Mostrando entradas de agosto, 2019

EN LA ECONOMIA DEL NUEVO TESTAMENTO, DIOS HIZO DE DOS PUEBLOS UN SOLO Y NUEVO HOMBRE

EN LA ECONOMIA DEL NUEVO TESTAMENTO,  DIOS HIZO DE DOS PUEBLOS UN SOLO Y NUEVO HOMBRE En la Oikonomia del Nuevo Testamento vemos que Dios no trata con muchos individuos, sino que Él solo mira a Uno, a Cristo. En una ocasión un hermano tuvo una visión del Señor Jesús, pero miraba que su carne titilaba, y de repente le hicieron un acercamiento, algo como un “zoom” a lo que él estaba viendo, pero a medida que le acercaban y le aclaraban la imagen, empezó a ver que la piel de Cristo eran un montón de hermanos alabando al Señor. La visión del hermano no era fantasiosa, porque la Biblia dice que nosotros (tanto judíos como gentiles) somos miembros del Cuerpo de Cristo, somos parte de Él.  La Oikonomia de Dios es una persona, Cristo Jesús, todos debemos estar en Él. El apóstol Pablo nos explica esto claramente en Efe 2:14 “Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, v:15 aboliendo en su carne las enemistades, la ley

EL PENTECOSTALISMO NO AYUDA A UNA TRANSFORMACION INTERIOR

EL PENTECOSTALISMO NO AYUDA A UNA TRANSFORMACION INTERIOR  Permítame iniciar con el siguiente ejemplo: En este tiempo, muchos padres cometen el error de permitirle a sus hijos comer lo que ellos quieren, de modo que, pueden quedar satisfechos pero no necesariamente se están nutriendo bien. Debido al desorden alimenticio, hoy en día hay niños que están padeciendo de diabetes, hipertensión arterial, etc. enfermedades que deberían aparecer a edades mayores, sin embargo, la mala alimentación es la causa principal de que estos males aparezcan a edades tempranas. Un niño puede saciarse con una soda y un churro, pero no necesariamente se está nutriendo con esas cosas. De igual manera nos ha sucedido a nuestra generación espiritual, por años aprendimos a sentirnos saciados con muchas cosas que nos enseñó la religión, sin embargo, no necesariamente nos ayudaron a tener un crecimiento espiritual genuino. Yo recuerdo que hace muchos años asistía a todas las campañas que aparecían en Guatem

DIFERENCIAS ENTRE ORAR DISCURSIVAMENTE, Y ORAR CONTEMPLATIVAMENTE

DIFERENCIAS ENTRE ORAR DISCURSIVAMENTE, Y ORAR CONTEMPLATIVAMENTE  Los que hemos salido de las líneas protestantes, cuando pensamos en oración, lo primero que se nos viene a la mente es hablar. No es problema orar en voz alta, pero tampoco debemos ignorar que podemos orar contemplativamente. La oración contemplativa es una práctica contraria a lo que posiblemente la mayoría de nosotros hemos conocido por oración. Para que diferenciemos estas dos maneras de orar, a la oración hablada le podemos llamar “Oración Discursiva”, y a la oración en silencio le podemos llamar “Oración Contemplativa”. Lo que debemos recobrar en este asunto es que no sólo podemos orar discursivamente, sino también podemos hacerlo contemplativamente.  Una muestra de la oración discursiva es lo que dice Mateo 6:9 “Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre…”. En estos versos vemos que los discípulos aprendieron a orar articulando palabras, por lo tanto

LA NATURALEZA DE LA ORACION CONTEMPLATIVA

LA NATURALEZA DE LA ORACION CONTEMPLATIVA  Imaginemos el caso de una hermana que está en una terrible situación: Su marido es grosero con ella, no le provee el alimento, la maltrata, etc. En su aflicción esta hermana se puede acercar a Dios de dos maneras: La primera manera es orar discursivamente, es decir, ella empieza a decirle al Señor con sus palabras todo lo que le está pasando. Obviamente la hermana se desahoga delante de Dios, le dice todas las cosas horribles que vive con su marido y le pide al Señor que le solucione su problema. Cuando Dios escucha a esta hermana, Él en Su grande misericordia la visita y la consuela con una unción de amor, ya que su problema es el dolor de no ser atendida por el marido. Dios ama a la hermana, pero Él no puede hacer más que eso, en extremo, lo más que puede hacer es confirmarle Su grande amor a través de algún miembro de Su Cuerpo. La segunda manera de orar es contemplativamente, o sea, sentarse delante de la Presencia de Dios en fe