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Mostrando entradas de diciembre, 2020

NO SE TRATA SOLO DE CREER, SINO DE PERMANECER

NO SE TRATA SOLO DE CREER, SINO DE PERMANECER Dice Juan 8:30  “Hablando él estas cosas, muchos creyeron en él”. Por las palabras de este verso podemos decir que, muy seguramente el Señor Jesús predicaba, y luego muchos creían en lo que Él decía. Ahora bien, sabiendo el Señor que “creer” no es el fin del camino, sino solo el principio, dijo lo siguiente:  “…Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos; y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres” (Juan 8:31).  El Señor confrontó a los creyentes diciéndoles que hay algo más que creer.  Hay creyentes que oyen la palabra, la creen, y reciben la Vida Eterna por medio de ella, pero no permiten que siga operando en sus vidas. Cuando recibimos la palabra inicialmente, ella nos invita a creer en Jesús, pero después quiere lavarnos como lejía con el fin de restaurarnos interiormente. Hay muchos que se conforman sólo con creer en Jesús como Su Salvador, pero después le ponen un límite.  La figura de lo qu

LOS CREYENTES DEBEMOS TRABAJAR DILIGENTEMENTE.

LOS CREYENTES DEBEMOS TRABAJAR DILIGENTEMENTE.  Dice Génesis 2:15   “Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase”.  Dios le dio al hombre en el huerto todo lo que necesitaba, Él lo hizo todo hasta la forma en que el río regaba la tierra, todo había sido diseñada por Dios para ser próspero, sólo que en el v:15 dice que puso al hombre para que lo labrara y lo guardase. En otras palabras, el hombre era responsable de aquel ecosistema en el que Dios lo había colocado funcionara. Esto nos muestra que en realidad Dios nos provee todo lo que nosotros debemos tener. Todo aquello de lo que hacemos usufructo debería brotar de la mano del Señor; la necesidad del hombre debería estar conectada con el corazón de Dios. Lo que nos sucede ahora fuera del huerto es que Satanás, a través de su sistema, nos crea espacios de necesidad de los cuales él saca provecho para robarnos y sacarnos del ecosistema divino. Al vivir a la manera del huerto,

SER LA IGLESIA, Y PARTICIPAR DE LA IGLESIA SON DOS COSAS MUY DISTINTAS.

SER LA IGLESIA, Y PARTICIPAR DE LA IGLESIA SON DOS COSAS MUY DISTINTAS. Al creer en Cristo, somos salvos, nuestro espíritu es regenerado, nos afilian a la familia divina, y nos bautizan en el Cuerpo de Cristo; en otras palabras, venimos a ser miembros de Su Cuerpo. El Cuerpo de Cristo (que es la Iglesia) es Universal, intangible, invisible, pero existe, es real, sólo que aquí en la tierra necesita una entidad física que lo manifieste y lo exprese. El Cuerpo de Cristo es amplio, todo el que cree en Jesús puede ser un hijo de Dios, sea así católico, evangélico, luterano, etc. si cree en el Señor es salvo, y por lo tanto, es un miembro de Su Cuerpo. Ahora bien, una cosa es ser parte de la Iglesia, y otra cosa es participar de la Iglesia. En palabras más didácticas podemos decir que, todos los hijos de Dios somos parte de la Iglesia Universal, pero no necesariamente todos estamos participando de ella. La Iglesia y las Iglesias locales son dos temáticas muy diferentes; si bien es cierto, am

Debemos dejar atrás la enseñanza neopentecostal de la restauración de la alabanza, basándonos en la “restauración del Tabernáculo de David”. Parte II

Debemos dejar atrás la enseñanza neopentecostal de la restauración de la alabanza, basándonos en la “restauración del Tabernáculo de David”. PARTE II Las lecciones que nosotros debemos sacar de David es que todos podemos tocar el corazón de Dios si entendemos lo que Él quiere, pero además, debemos entender que la ley siempre fueron sólo sombras, o figuras. David tuvo un adelanto en su generación para entender las sombras de la ley. Esto es como cuando en el matrimonio la esposa pregunta: ¿esposo mío quiere cenar? y a veces él contesta que “no”, pero la mujer sabia, que ha aprendido a conocer a su marido sabe que detrás de ese “no”, hay un “sí” camuflado, él sí quiere comer algo, así que la esposa va y le cocina algo; podemos decir que ella conoce el corazón de su esposo. Lo mismo fue lo que aconteció con David, él aprendió a conocer el corazón de Dios, él descubrió que cuando la ley decía que debían ofrecer víctimas en el altar, en el fondo lo que Dios quería era un sacrificio de labio