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ÉL ESPÍRITU SANTO CONVENCERÁ AL MUNDO DE PECADO.


ÉL ESPÍRITU SANTO CONVENCERÁ AL MUNDO DE PECADO.

Juan 16:7 “Pero yo os digo la verdad: os conviene que yo me vaya; porque si no me voy, el Consolador no vendrá a vosotros; pero si me voy, os lo enviaré. v:8 Y cuando El venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio; v:9 de pecado, porque no creen en mí; v:10 de justicia, porque yo voy al Padre y no me veréis más; v:11 y de juicio, porque el príncipe de este mundo ha sido juzgado”. 

Estos versículos han sido mal interpretados por muchos predicadores, y por ende, por una gran parte de la cristiandad. Lo que hoy entiende la mayoría al leer estos versos es que el Espíritu Santo va a venir a redargüir de todos sus pecados a los que aun “no creen en la obra salvadora del Señor Jesús”, pero esto dista del sentido correcto con el que debemos entender el pasaje. En realidad el Señor quiso decir algo más profundo. 

Lo que estos versos dicen no se trata solamente de la obra que el Espíritu Santo iba a hacer con los que aun no conocen al Señor, pues, para empezar no dice que Él convencería al mundo de “sus pecados” (u obras pecaminosas), sino que convencería al mundo de “pecado”. La diferencia entre lo que dijo el Señor y lo que nosotros hemos mal entendido está en que el Señor usó el término “pecado” (en singular), pero nosotros hemos deducido que Él dijo: “los pecados” (en plural). Alguien podrá decirme: ¿Acaso hay una gran diferencia en entender si se refiere a “pecados” o “pecado”?. Permítame decirle que sí, hay una gran diferencia. En el Nuevo Testamento cada vez que se habla de “los pecados”, se refieren a las obras pecaminosas que cada uno de nosotros hacemos, mientras que cuando se usa el término “pecado” (en singular) se hace referencia a la condición en la que nos encontramos todos los seres humanos, desde que caímos en Adán. 

El pecado de Adán fue un asunto trascendental, nos afectó en gran manera a todos. Dicho pecado convirtió el paraíso en un mundo caótico, en un verdadero infierno. El mundo decadente, violento, y corrupto que vivimos hoy es el resultado del pecado de Adán. A esto se refirió el Señor al decir que el Espíritu Santo iba a convencer al “mundo de pecado”. La obra que ha de llevar a cabo el Espíritu Santo no es a causa de “los pecados” de los hombres, y aunque sí los tenemos, ese pasaje no está hablando de eso. 

Lo que el Señor nos quiso enseñar en estos versos, es lo que el pasaje dice claramente: “Él vendría a convencernos en cuanto "al pecado". No es lo mismo que el Señor nos muestre “nuestros pecados”, a que Él nos muestre “nuestro pecado”. Cuando el Señor nos muestra “el pecado”, nos hace ver nuestro ser caído, no nuestras malas obras. Imaginemos a una persona que la esclavitud al alcohol lo está hundiendo cada vez más, su esposa ya no lo soporta, sus hijos están padeciendo hambre porque él se gasta todo en su vicio, perdió su trabajo, su salud se está deteriorando, en fin, su vida se está convirtiendo en una miseria, cada día va de mal en peor. En eso, alguien se le acerca, le presenta el Evangelio, y él en su desesperación acepta a Cristo como Su Salvador. Él se entrega de corazón, y le pide al Señor que lo restaure de su borrachera. Milagrosamente, a los dos días él está en su juicio cabal, completamente sobrio. Al ver el milagro, todos los hermanos lo presentan en la Iglesia, él cuenta su testimonio, y todos se ponen muy contentos porque el hermano ya no es un alcohólico. ¡Que bueno que el hermano aceptó a Cristo!, sólo que hay un gran problema aún, y es que la vida del hermano no ha sido trabajada para dejar de vivir una vida centralizada en sí mismo. 

Quiero explicar con el mismo ejemplo lo que significa “una vida centralizada en sí mismo”. El hermano ex-alcohólico ahora ya está asistiendo a la Iglesia, empieza a ser considerado como un miembro activo, pasan unos meses y le dan privilegios, y al año ya está siendo considerado como un predicador. Cualquiera puede decir: ¡Qué milagroso lo que Dios ha hecho en este hombre!, sí, Dios lo ha prosperado, pero el Espíritu Santo aún no ha hecho la obra de convencerlo de pecado. Cuando este hombre se convirtió al Señor, vio “sus pecados”, no “su pecado”. Este hombre estaba desesperado por su borrachera, seguramente le dijo al Señor: ¡Oh, Dios, ayúdame, no soporto esta borrachera, he perdido mi familia, mi trabajo y mi salud, ya no soporto seguir así! Luego, al año de haber aceptado a Cristo, él ya se ha convertido en otra persona, y hasta predica. Este hombre se arrepintió de “sus pecados”, ya no es un alcohólico, es responsable en su casa, es un hombre de bien, ¡sí! pero con un gran conflicto: Sigue viviendo para sí mismo. Hace algunos días era un borracho que vivía para sí mismo, ahora es un creyente que vive para sí mismo. ¿Qué ganó Dios en todo esto?, ¿Ganó algo Dios teniendo un borracho menos en el mundo?, ¿Ganó Dios con un hombre irresponsable menos? A la luz de La Escritura, prácticamente Dios no ha ganado nada, quien ganó fue el hermano. Este hermano hizo del Evangelio un beneficio propio, todo está centralizado en su persona. En realidad, para Dios el hermano viene a ser una piedra en el zapato porque se vuelve un ejemplo a seguir para otros. El hermano empieza a predicarle a otras personas que vengan a Cristo porque Él le quitó su vicio, y ahora tiene una vida bendecida. Con su testimonio el hermano tergiversa el Evangelio, pues, le hace creer a las personas que el Evangelio es para obtener beneficios personales. El hermano no tiene ninguna visión para ver más allá de sus intereses personales, él quiere vivir en el Evangelio porque ha encontrado beneficios para sí mismo, tiene paz, gozo, templanza, palabra, fe y todas las virtudes divinas posibles que significan para él un beneficio propio. Ese hombre antes era un pecador egocéntrico, y ahora es un creyente "re-egocéntrico".

Alguien me dirá: “hermano, pero ¿Acaso no le es útil a Dios el ex-borracho que se pone de pie en una campaña para hablar acerca de cómo Dios lo libertó de su adicción?, pues, si pensamos según la óptica de Dios, y aunque pensemos que es herejía, a Él no le sirven los “ex-drogadictos”. ¿Quién nos ha dicho que a Dios le sirven las ex-prostitutas, o los ex-borrachos, o los ex-ladrones? El Evangelio que nos predicaron nos enseñó a servirnos de Dios, pero no a servirle a Dios. Al ex-borracho le sirve el Evangelio y por eso persevera en ese pseudo-evangelio. Por naturaleza somos muy egocéntricos, tanto antes que vivíamos sin Cristo, como ahora que ya le conocemos. Yo digo que a Dios no le sirve un ex-borracho porque a quien le sirvió el Evangelio fue a ese egocéntrico hombre cuando era un borracho. Ahora que ya vino a Cristo, el ex-borracho sigue siendo un egocéntrico que se sigue sirviendo del Evangelio. Él ex-borracho viene a Cristo y se beneficia del amor de los hermanos, se beneficia de los guías que le ayudan a recuperar su matrimonio, se sirve de las oraciones de los hermanos, y en su mente se acomoda a vivir obteniendo los múltiples beneficios del Evangelio. Muchos creen que es normal beneficiarse del Evangelio, y que esa es la razón por la cual deben seguir al Señor. 

El Espíritu Santo quiere hacer una obra tal en la vida del pecador, no sólo haciéndole ver sus obras pecaminosas, sino convenciéndole de “su pecado”, convenciéndole que debe salirse de sí mismo, es decir, que ya no viva para sí. Convencer al mundo de pecado es la obra que hace el Espíritu Santo para mostrarnos el “pecado” de la caída de Adán. El Espíritu viene a trabajar esta área en nosotros, y cuando eso sucede, nos vemos conmovidos no por nuestra condición y nuestra percepción de los pecados, sino por la manera en la que Dios ve las cosas. 

La gran tarea que el Espíritu Santo quiere hacer en el hombre es “descentralizarlo” de sí mismo. El mayor conflicto que nosotros tenemos no son nuestros pecados, no es la envidia, ni la inmoralidad, ni las demás obras pecaminosas, sino nuestra naturaleza egocéntrica. Dios quiere restaurarnos de los pecados, pero más que eso, quiere que veamos que no podemos seguir viviendo nuestra vida.

¡Amén!
Apóstol Marvin Véliz

Comentarios

  1. EL verdadero cristiano debe saber donarse a los demás prójimos.
    Aunque si al alma y carne , esto de descentralizar la vida de si mismo no le es agradable, mas al espíritu si, para mi espíritu es un reposo saber que beneficiada por el Evangelio o no, el centro es Cristo,Dios y no nuestros programas, conflictos, necesidades,etc . Esta novedad es liberadora , es en realidad la respuesta que necesitaba o necesitábamos, es el fin de nuestros dilemas, caprichos,etc.
    y entonces comprendemos tantos pasajes del Evangelio, Job 11; 17 y 42;5-6

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    1. el humano en Dios jamas será feliz hasta que no viva para si mismo sino para los demás. es la razón por la que haciendo de todo, muchos no encuentran la felicidad. amen.

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  2. A pesar de haber aceptado al Señor en nuestras vidas,debemos totalmente ser trabajados por el, para poder llegar a una dimensión en el cual. nuestra vida no estará centrada en
    nosotros mismos, sino en la vida misma de el Señor. Salomon Aguilar

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    1. en verdad mi amado Salomon, esta es la tarea que el señor esta ejecutando en nosotros desde el día mismo en el que convertimos, como como un coco que recién han bajado de la palmera, que delicioso, que refrescante, pero antes de eso debemos de pasar la gran tarea de descortezarlo y abrirlo. así nosotros como cocos que podemos quitar la sed a los demás, pero que antes nos debe de trabajar el señor, amen.

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  3. La vida del hombre en el huerto era una vida que estaba centralizada en Dios,su vida era Dios,el hombre vivía para hacer la voluntad del señor;pero cuando el hombre cayo dejo de poner su mirada en Dios y comenzó a vivir una vida centralizada en si mismo .
    Cuando nos convertimos al señor fuimos regenerados en nuestro espíritu y nos convertimos en hijos de Dios ,pero aun existe un gran problema, nuestras vidas están cargadas de egocentrismo y nos hemos acostumbrado a vivir para nosotros mismos y esto es algo que el señor necesita trabajar en cada uno de nosotros,El se encargara de procesarnos a tal grado que vivamos descentralizados de nosotros mismos.
    en los evangelios podemos ver la manera en la que el señor trabajo con sus discipulos a cada uno el señor los trabajo para que luego fueran hombres útiles para el.
    En mateo 4:18-22 vemos como el señor reto a estos hombres a dejar todo cuando el sabia que la pesca era todo para ellos y cuando les dijo "seguidme" el comenzo a golpear sus vidas para descentralizarlos de si mismos.
    Hermanos esta operacion quiere hacer el señor en nosotros el quiere tratar,derrumbar todo lo que impide que seamos libres de nuestro egocentrismo,y si de verdad queremos ser utiles para su reino debemos de vivir en la experiencia del huerto en donde todo estaba centralizado en nuestro Dios y el hombre vivia para hacer su voluntad.

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    1. que gran trabajo el del señor en nosotros. pero vuelvo a la carga con lo siguiente, al no verlo nosotros y no estar dispuestos ante el señor, lo que el señor debe de hacer se torna mucho mas difícil, puesto que nosotros jugamos un papel importante en todo esto. así que solo cuando mantenemos la ausencia del conocimiento de que no somos útiles al señor solo por el hecho de ser creyentes, ya se torna muy difícil para el señor obrar

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  4. Que profundo es cuando podemos tener una explicación y el entendimiento para procesar en nuestro interior dos aspectos relevantes , por un lado que el señor quiere tratar con el pecado que heredamos desde Adán cuya raíz llevamos todos, y luego también con los pecados que cometemos en nuestro caminar. Entender esto es clave para el avance del creyente, ya que nos libera literalmente desde la raíz hasta lo exterior. Nos provee el objetivo de Dios en hacernos una nueva creación y nos suple perdón por medio de Cristo atravez de su sangre, la obra del espíritu santo es post resurrección de cristo, quien triunfo sobre el pecado original proveyendonos la sustancia de su vida y victoria. La otra gran clave es desentralizarnos de nosotros mismos, ese maravilloso " ya no vivo YO" es cristo el que ahora vive en mi. Antes hasta oías predicas en donde se nos decía, pero eso lo dijo " el gran apóstol pablo" , erramos cuando no creemos que esa debe ser nuestra realidad como creyentes , hijos y coherederos en la persona de cristo Jesús. Entonces si es por El, que parte podemos tener nosotros alli?. Esto hermanos es un claro avance y restauración de las verdades , por eso El en nosotros es la esperanza que no avergüenza y la gloria. Walter Aguilar

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    1. el YA NO VIVO YO, lo efectuará el señor en nosotros nos guste o no, esa será la meta. si somos sabios tendremos la gran ventaja de evitar muchos males mas, si no lo somos, aunque así tengamos que sufrir mucho el señor siempre ira bregando hacia ese punto.

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