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ACERCA DE DAR FRUTO PARA DIOS


ACERCA DE DAR FRUTO PARA DIOS.

Estimados lectores de este blog, en esta ocasión me dirijo a ustedes para expresarles el gozo que tengo en mi corazón al ver que aún hay pueblo del Señor que ama la verdad, ya que, puedo constatar esto a través de las muchas visitas que está teniendo este sitio web. Con toda seguridad puedo decirles que la palabra del Señor está creciendo y así el número de los discípulos ¡Alabado sea nuestro Señor Jesucristo!

Quisiera comentarles que los próximos días estaré publicando una serie de artículos que tiene que ver, precisamente, con crecer y dar fruto para Dios. Así como el fundamento que necesitamos para que estas cosas se den entre nosotros. En esta ocasión daré inicio a esta serie de estudios, compartiéndoles el tema "ACERCA DE DAR FRUTO PARA DIOS". 

Dice Colosenses 1:5 “…la palabra verdadera del evangelio, v:6 que ha llegado hasta vosotros, así como a todo el mundo, y lleva fruto y crece también en vosotros, desde el día que oísteis y conocisteis la gracia de Dios en verdad.
El fruto que Dios espera que demos en el Evangelio, es el resultado del fluir de la Vida Divina en nosotros. Si lo vemos en el plano de lo natural, la sabia en un árbol es lo que hace posible que se produzcan frutos, la sabia es la vida, y si la sabia no irriga una planta, nunca veremos frutos. En otras palabras, el fruto que debemos dar en el Evangelio es el resultado del fluir de la Vida divina, la cual nos dieron el día que creímos en el Señor Jesús como nuestro Salvador. La Biblia dice que “…a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu (1 Corintios 12:13). Y también dice que ...Dios no da el Espíritu por medida (Juan 3:34). Esto nos muestra que todos tenemos la misma porción de Vida en nuestro interior, porque lo que nos dieron fue a la persona misma del Hijo, y Su vida en nosotros fluye, tal como dijo el Señor, será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. (Juan 4:14) Tal fluir de Vida en nuestro ser dará como resultado un fruto para Dios.  
Ya que vimos que todos los que somos hijos de Dios tenemos Su Vida en nosotros, cabe preguntarnos: ¿Por qué si todos tenemos la Vida del Señor, hay diferencia entre uno y otro creyente? No es que algunos recibieron más de la Vida de Dios que otros, la diferencia es que unossí manifiestan fruto para Dios y otros, no; unos expresan a Dios y otros no lo expresan, en otras palabras, aunque el espíritu que nos dieron a todos es el mismo, la diferencia que se evidencia entre un creyente carnal y un espiritual, estriba en el corazón. 
El fruto se evidencia en nuestro corazón. Cuando experimentamos al Señor, lo buscamos, nos entregamos a Él, vivimos con Él y tenemos comunión con Él, empezamos a darle espacio a la Vida divina para que se libere, tanto en nuestro espíritu como en todo nuestro ser. La intención de la Vida divina, desde el día que fue depositada en nuestro espíritu, es fluir hasta que un día llegue a morar en el corazón. El Apóstol Pablo oraba para que fuéramos “… fortalecidos con poder en el hombre interior por su Espíritu; para que habite Cristo por la fe en nuestros corazones (Efesios 3:1617). El proceso de dar fruto para Dios empieza por el fluir de la Vida divina en nuestro hombre interior hasta que Cristo mismo llega a morar en nuestros corazones, Su vivir en nosotros es el fruto. 
La obra de la Vida de Dios en nosotros es ganar todo nuestro ser. Dios no quiere estar sólo en nuestros espíritus. He conocido muchos hermanos que llegaron a ser diestros para fluir sólo por la intuición espiritual, hacen milagros, echan fuera demonios, algunos son videntes, etc. pero esto no es todo lo que Dios quiere de sus hijos. El fluir de Dios en nuestro espíritu no es toda la bendición que Dios tiene para nosotros, el clímax es cuando Él habita por la fe en nuestros corazones. Dice la Escritura en Mateo 12:34 Porque de la abundancia del corazón habla la boca. v:35 El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Es clave, entonces, el corazón; debemos procurar un corazón que retenga, que capture, que guarde y que sea sensible al fluir de la Vida de Dios en nosotros.
Ahora bien, ¿Cómo identificamos si estamos dando fruto para Dios? Para que me entienda en palabras más prácticas cómo damos fruto para Dios, podría decirle más o menos lo siguiente: El fluir de la Vida del Señor se da, por ejemplo, cuando yo percibo que Dios me dice a mi espíritu que Él es amor; esa palabra fluye en mi espíritu, la proceso en mi mente y, luego, el fruto resulta cuando me dispongo a amar al Señor y a Su Cuerpo. Dice  Marcos 12:30 Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. ¡Ah!, entonces, Dios no nos pide que amemos con el espíritu, sino que amemos con todo el corazón; ¿Por qué? Porque es a través del corazón que evidenciamos el fruto del amor, cuando me dispongo (yo) a amar, entonces, manifiesto el fruto del amor. 
Es necesario saber cómo, realmente, damos fruto para Dios. Muchos talvez han estado pensando que el fruto del Espíritu es la unción que reciben o administran en una reunión, sin embargo, no necesariamente la unción que viene sobreo la que podemos administrares el fruto que Dios espera de nosotros. Por ejemplo, alguien puede hacer milagros en el nombre del Señor, y de verdad milagros que vengan del Espíritu, sin embargo, eso no necesariamente es un fruto para Dios. En una ocasión el Señor dijo: Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad. (Mateo 7:22-23) ¡Ah!, entonces, no necesariamente la unción para hacer milagros significa dar un fruto para Dios, pues, a muchos que así hacen Dios ni siquiera les da Su comunión íntima. 
Dios espera, más que fluyamos para hacer milagros, que usemos el fluir de la Vida para quebrar nuestros corazones y que (tal fluir) sea sembrado para experiencia en esa área (que Dios ha quebrado) de nuestro ser. En una ocasión un hermano dijo: En un momento de unción la burra de Balaam habló, pero después de eso sólo rebuznó”. No estoy diciendo que la unción sea mala, sino lo malo está en ser usados sólo como canales para bendecir a otros, y que nuestros corazones queden inertes al fluir de la Vida divina.  
EL FRUTO PUEDE SER OBJETIVO Y SUBJETIVO.

SUBJETIVAMENTE: 

Decimos que el fruto que debemos dar para Dios puede ser subjetivo, porque sólo nosotros en nuestra experiencia y conciencia sabemos si lo que tenemos es, o no, un fruto del Espíritu. ¿Cuál es el fruto que debiéramos tener? Dice un pasaje en Gálatas 5:22 Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, v:23 mansedumbre, templanza; ¿Tiene usted paz en medio del dolor? ¿Tiene usted gozo en medio de la tribulación? Eso no se puede medir externamente, sólo usted en su interior sabe si tiene paz, o no, es un asunto subjetivo.  

OBJETIVAMENTE:

Dice Colosenses 1:10 “para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, dando fruto en toda buena obra…” ¡Ah! Hay un fruto que se puede evidenciar objetivamente; entendiendo por objetivo:lo que se basa en los hechos, lo que se puede medir y contabilizar. Hablar de un fruto objetivo es hablar de la evidencia palpable que debe haber en nuestro vivir, en nuestra manera de ser, a raíz del fluir de la Vida divina en nuestros corazones. Nadie puede decir que tiene el fruto del amor si nunca atiende las necesidades de los hermanos, es mezquino, cerrado, no es amigable, en síntesis lo que menos se le ve es el amor. ¡El tal reconozca que no tiene fruto!
La Biblia dice en Romanos 12:10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. v:11 En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor; v:12 gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;  v:13 compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad. v:14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis. v:15 Gozaos con los que se gozan; llorad con los que lloran. v:16 Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión. v:17 No paguéis a nadie mal por mal; procurad lo bueno delante de todos los hombres. Estas actitudes son objetivas, se ven, son el reflejo de la Vida divina que fluye en nosotros. 
Obviamente, no daremos fruto en todas las áreas de nuestra vida, pero al menos en alguna debemos manifestar la experiencia de Vida que tenemos en el interior. Es como en lo natural, los árboles dan pocos frutos en sus primeras cosechas, sin embargo, al pasar los años sus cosechas superan enormemente a las primeras. Así es lo normal que nos debe pasar a nosotros, debemos manifestar nuestros primeros frutos por medio de las buenas obras y servicio a los demás y abundar en ello conforme pase el tiempo. Al hablar de buenas obras, no sólo nos referimos a hacer cosas físicas, sino a dar una palabra de Vida para algún hermano. Muchas veces cuando nos reunimos, alguien nos cuenta sus problemas y qué triste no tener una palabra para consolar y alentar al hermano. ¡No seamos desamorados! Tómemonos unos minutos para compartir con alguien, no salgamos corriendo de las reuniones, edifiquemos en amor al Cuerpo de Cristo, invitemos a los vecinos a las reuniones, pague el precio de discipular a alguien, etc.. Tales actitudes evidencian objetivamente un fruto para Dios.
Quisiera concluir con éstas hermosas palabras del Apóstol Pedro: Vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; v:6 al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; v:7 a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor. v:8 Porque si estas cosas están en vosotros, y abundan, no os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.

¡Dios les bendiga!

Comentarios

  1. Amen Hermano la verdad es bonito entender que todos tenemos el fruto de DIOS en nuestra vida y que lo podemos demostrar con solo el hecho de darle una palabra de vida a alguien que la necesite y que todos tendríamos que anhelar el fruto; Gálatas 5:22 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, v:23 mansedumbre, templanza”.

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    1. en realidad hermano, usando lenguaje tecnico en esto yo diría, que todos tenemos la semilla de la vida divina en nosotros (todos los que somos hijos), y si a esa vida le damos atención, ella fluirá en nosotros y ese fluir bendito de vida en nuestros corazón, provocara un fruto que es de Dios mismo. asi que el fruto no es nuestro, es de Dios, pero nosotros nos disponemos para que el fruto se de.

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  2. Aida de Figueroa8 de mayo de 2015, 17:44

    Dice el salmo 51:10 Crea en mí oh Dios un corazón limpio y renueva un espíritu recto dentro de mi.
    No me eches de delante de ti y no quites de mi tu santo espíritu.
    12vVuelveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente.
    13 Entonces enseñaré a los transgresor es tus caminos.y los pecadores se convertirán a ti
    14 Librame de homicidio , oh Dios
    Dios de mi salvación
    Cantará mi lengua de tu justicia.


    Para mi vida estos versos de este salmo fueron de bendición y hoy al leer este mensaje sigue siendo más de bendición.
    Porque de la abundancia del corazón habla la boca.

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    1. amen eso es cierto mi hermana, el fruto de todo árbol es el resultado de la vida del árbol. si en nosotros hay vida divina fluyendo, habrán frutos, producto de esa vida.

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  3. Creo que todos los que amamos al Señor queremos dar frutos para Dios, pero la mayoría terminamos frustrados por causa de procurar darlos con la fuerza de la carne. Hay un ejemplo en la Biblia, ese es Abraham, que por el deseo de dar fruto con miras a la promeza y al plan de Dios trató de adelantarse a los tiempos de Dios enjendrando un hijo con Agar, el desenlace de este hecho no fue muy satisfactorio para Abraham sino muy frustrante, y no fue sino hasta cuando sus fuerzas ya se habian terminado que Dios pudo dar frutos en la vida de este hombre. En lo personal, creo que ya es el tiempo en que Dios quiere dar frutos por medio de nosotros, despues de muchos años es evidente que a muchos se nos ha acabado las fuerzas humanas y ya hemos comprendido que nuestra carne no funciona para Dios. Lo malo es que muchos estamos frustrados y no tenemos fe en que Dios es el poderoso en nosotros, y que nuestra suficiencia es de Él. Animemonos hermanos, los derrotasdos en la carne, activemos la vida poderosa del Hijo Jesucristo, considerandonos muertos nosotros pero viviendo al Señor, y obremos creyendo que lo que ahora vivimos, no somos nosotros, sino Cristo en nosotros.

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    1. debemos obrar, de eso no hay duda, pero ¿como obrar? para no producir frutos como abraham, si yo voy a levantar unos costales pesados de grano yo primero me reviso en mi interior a ver si soy capaz de hacerlo y luego con esa fuerza que siento procuro levantarlos, pero en el señor es lo contrario, debemos de considerarnos y si hay fuerza humana, menguar, y ver que en cada cosa de Dios no este presente la fuerza propia, y cuando este ir al señor, para pedir misericordia y darnos cuenta que esa fuerza que nos vemos no es mas que un trapo de inmundicia delante de el.

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  4. MAURICITO
    Qué la verdad es bonito si la podemos entender porque solo tenemos que abrir nuestro labios .AMEN

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    1. abre esos labios y confiesa su nombre, abrelos y declara su palabra, que ellas te nutran, te agraden, complazcan tu corazón, aleluya.
      dios te bendiga mi amado mauricito.

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  5. Nosotros al principio damos poco fruto pero cuando crecemos en DIOS le damos más fruto alos hermanos

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    1. sigue leyendo la serie de estos artículos y veras como damos fruto nosotros y como crecemos para los demás. al leer los tres artículos me comentas si entendiste la diferencia entre dar fruto y crecer.

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  6. Mateo 7:16 Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?
    17 Así, todo buen árbol da buenos frutos, pero el árbol malo da frutos malos.

    Hermanos, la vida de Dios en nuestros corazones produce siempre un fruto, y este fruto únicamente puede producir vida en otras personas; pero para que esto se pueda dar es necesario que la semilla se siembre en un corazón que ha sido labrado, y está dispuesto a recibir la semilla. La palabra de Dios no puede germinar en un corazón que no ha sido quebrado por la mano de Dios; cuando el corazón es quebrantado y humillado, es ahí cuando la palabra germina y da frutos. Como cualquier árbol natural, el fruto lo da para que se pueda comer, así en nuestra vida espiritual, los frutos del Espirtu en nosotros son para que podamos ser de bendición a nuestro hermanos, y así edificar con frutos de vida a todo aquel que se acerca a nosotros. Si tenemos la vida, tendremos frutos de vida, porque un buen árbol da bien fruto y si nos conocerán por nuestros frutos, Dios nos permita que los frutos que demos sean frutos de vida, paz, misericordia, benignidad y todo aquello que provenga del Espíritu Santo.

    Pablo Galán.

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    1. amen, esto es algo que debemos de mencionar, pues asi como la semilla necesita la tierra, pero la tierra para ser usada para la semilla necesita ser arada, esto es ser levantada, ser herida, con el fin de que tenga los surcos en donde se depositara la semilla, asi también necesita dios una tierra en nosotros que sea propicia, y eso se da por medio de los tratos del señor.

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  7. Vosotros, pues, escuchad la parábola del sembrador.
    Mat 13:19  A todo el que oye la palabra del reino y no la entiende, el maligno viene y arrebata lo que fue sembrado en su corazón. Este es aquel en quien se sembró la semilla junto al camino.
    Mat 13:20  Y aquel en quien se sembró la semilla en pedregales, éste es el que oye la palabra y enseguida la recibe con gozo;
    Mat 13:21  pero no tiene raíz profunda en sí mismo, sino que sólo es temporal, y cuando por causa de la palabra viene la aflicción o la persecución, enseguida tropieza y cae .
    Mat 13:22  Y aquel en quien se sembró la semilla entre espinos, éste es el que oye la palabra, mas las preocupaciones del mundo y el engaño de las riquezas ahogan la palabra, y se queda sin fruto.
    Mat 13:23  Pero aquel en quien se sembró la semilla en tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende, éste sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta.

    podemos ver en esta palabola que en todas las tierras fue sembrada la semilla, la tierra somos nosotros y la semilla es la vida de Cristo. la vida del señor nos responsabiliza.
    me llama la atención como comienza el verso y dice : que el que oye la palabra del reino y no la entiende viene el maligno y arrebata lo que fue sembrado en el corazón.
    el entender la palabra del Señor nos da una oportunidad de guardar la palabra del señor es nuestro corazones.
    hay un verso que dice amaras al señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu mente. la mente es un campo de batalla para todos los que somos hijos de Dios, si habéis resucitado con Cristo poner la mira(mente ) en las cosas de arriba.
    Pero aquel en quien se sembró la semilla en tierra buena, éste es el que oye la palabra y la entiende, éste sí da fruto y produce, uno a ciento, otro a sesenta y otro a treinta.
    ¿quien es la buena tierra? el que oye y la entiende
    si cambiamos nuestra mente seguro que seremos diferente, vamos amar lo que Dios ama.

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    1. ademas, si tu pones atención a esta parábola, ella no tiene que ver con asuntos de salvación, sino con asuntos del reino, y en esto es sumamente necesario que nosotros entendamos la palabra, porque esto abre la puerta para que nuestro corazon sea seducido por el señor y se produzca el fruto.

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  8. Me llamaba la atención la explicación práctica que nos daba nuestro hermano, al decir: El fluir de la Vida del Señor se da, por ejemplo, cuando yo percibo que Dios me dice a mi espíritu que Él es amor; esa palabra fluye en mi espíritu, la proceso en mi mente y, luego, el fruto resulta cuando me dispongo a amar al Señor y a Su Cuerpo

    Si el fruto es el resultado del fluir de la Vida del Señor en nosotros, seguramente no lo veremos de la noche a la mañana, pero tampoco se tardará un siglo. ¿Cuando veremos ese resultado, entonces? Dice el escritor a los Hebreos, (cap 12.11) que "el fruto apacible de justicia" es el resultado de ser ejercitados en la disciplina. Yo entiendo, entonces, que el fruto no es un milagro instantáneo, sino un resultado. "Un resultado" que vendrá a causa de haber sido "ejercitados". En el griego la palabra "ejercitados" es "gymnazo", que quiere decir: Habituarse o entrenarse. Quiere decir hermanos, que nosotros debemos "habituarnos" a la disciplina de Dios, no en el sentido que nos ejercitemos para ser "mejores", sino que nos entrenemos a humillarnos ante Su palabra, que nos habituemos a ser quebrados por Dios, que nos habituemos a la palabra (la disciplina) del Señor que llega a quebrar nuestros corazones.

    Me gusta una versión que dice: «Hijo mío, no tomes a la ligera la disciplina del Señor, y no te des por vencido cuando te corrija". No darse por vencido es el resultado de haberse entrenado, de tener un corazón dispuesto a dejar que la palabra quiebre toda nuestra humanidad. Hermanos, la disciplina de Dios siempre es buena para nosotros, a fin de que participemos de su santidad. Ninguna disciplina resulta agradable a la hora de recibirla. Al contrario, ¡es dolorosa! Pero después, produce la apacible cosecha (el fruto) de una vida recta para los que han sido entrenados por ella.

    Dios les bendiga

    JOSUE GALAN
    Santa Ana, El Salvador

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    1. Para que una semilla de fruto, necesita de una buena tierra, aprendimos en el colegio, que el "humus" es la mejor tierra para sembrar, y la palabra "Humilde" comparte la misma raiz, ¿coincidencia? no lo creo.
      Mat 13:8 Pero parte cayó en buena tierra, y dio fruto, cuál a ciento, cuál a sesenta, y cuál a treinta por uno.


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    2. Que bendición es para mi vida leer cada dia una palabra apostólica, y que bendición que por medio de este blog salgo edificada con los comentarios de los demás hermanos que no leo ni escucho con frecuencia.

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    3. en verdad que impresionante que humilde y humus tienen la misma raíz. ser humildes es en verdad reconocer que no somos nada.

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  9. amen hermano marvin cada dia hay algo nuevo ke aprender en lo personal me gusta mucho todo lo que pone me confronta con mi vida y mi caminar .saludos desde milan!grecia

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    1. que alegria que este este bendiciendo tu vida. y quiero que pongas por obra lo que dice la escritura, dar de de gracia lo que de gracia hemos recibido. ademas te dejo este pasaje para que lo medites
      2 Corintios 9.8–9 (LBLA)
      8Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para vosotros, a fin de que teniendo siempre todo lo suficiente en todas las cosas, abundéis para toda buena obra;
      9como está escrito: EL ESPARCIO, DIO A LOS POBRES; SU JUSTICIA PERMANECE PARA SIEMPRE.

      ¿porque te digo esto?
      porque donde tu estas hay mucho mas sed de dios de lo que te puedes imaginar, pero no sed de religión, no, alli esta un gran centro de la religión, en ese país hay hambre del dios vivo, pero la gente no lo toca, pues cada vez que le hablan de Dios le tienen que hablar de mil y una cosa menos de la vida divina.
      tu, conforme a lo que puedas aprender y recibir, asi compártelo y veras lo maravillosa que es la vida divina en nosotros cuando no solo recibimos sino también compartimos.
      dios te bendiga.
      espero sigas en contacto con nosotros.

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  10. Hay tanto que podemos hablar sobre esto,
    pero me alienta las palabras del verso de Colosenses 1:5

    La palabra a dado fruto desde el día que óisteis y comprendisteis la gracia de Dios en Verdad,

    Porque es su gracia la que nos perfecciona y trae el fruto que Dios espera,

    OIR Y COMPRENDER su Gracia nos conduce a dar fruto;
    Por la misericordia del Señor hemos encontrado esta Palabra de Gracia que nos muestra nuestra total dependencia de la persona de Jesús y a pesar de nuestra incapacidad nos muestra la Responsabilidad que tenemos de dar Fruto,
    Somos responsables de dar fruto, en el sentido de permitirle a la Vida del Señor que llene é invada nuestros Corazones, cediendo cada espacio de nuestro Ser, muriendo a lo que somos.
    Me alienta COMPRENDER por su GRACIA, que lo mío no sirve, mis fuerzas son inútiles ante Dios, y EL es en mi interior el que me fortalece con PODER, hasta habitar en mi corazón y así andar como es digno del Señor agradandole en todo, dando FRUTO.


    amén

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    1. bueno, casi nos quitas la oportunidad de publicar el tercer articulo sobre esto, porque es precisamente de lo que hablamos en él. sobre el fundamento de gracia que se necesita para dar fruto y crecer.
      espero que cuando lo leas te llene tu corazón y ademas te abone para tu entendimiento en el señor.

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  11. En lo natural una semilla contiene todo lo necesario para, prosesarce, desarrollarce, crecer y producir fruto. Asi la vida de Cristo que a sido depocitada en nuestros corazones tiene todo el poder para hacerlo en nosotros.De hecho la intencion de la Vida Divina desde el dia que fue depocitada en nuestro corazon es crecer, para que avite Cristo por la fe en nuestros corazones. Pero nosotros con nuestros afanes, con la dureza de nuestro corazon y una mente no retaurada, somos los que no le damos espacio para que se desarrolle en nuestro ser.

    Patty Galán

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    1. veo que me entendiste a plenitud lo escribí y solo te agrego, notá cuan importante es en esto la mente y el corazón, sin mente renovar y corazón circuncidado es muy dificil todo esto.
      algo buen para que podamos meditar en como renovar la mente y como circuncidar el corazón.

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